La enfermedad celíaca se define ya como una clara enfermedad inmunológica que puede afectar a múltiples tejidos y órganos con distintas manifestaciones clínicas y que indudablemente al tener una base genética no plenamente conocida parece precisar de fenómenos ambientales o coincidentes para que se manifieste clínicamente1. El artículo de Soto Iglesias et al2 publicado recientemente realiza una muy interesante revisión de posibles factores desencadenantes de una enfermedad celíaca asintomática en relación con infección por virus de la hepatitis B. Podemos ver una adecuada discusión sobre la posibilidad de que sea el propio virus de la hepatitis B, al igual que otros virus que se han implicado en el desencadenamiento de la enfermedad celíaca (como algún tipo de adenovirus, virus C, rotavirus, etc.), el factor desencadenante en sus 2 pacientes. También plantea que los interferones naturales liberados como respuesta a la infección influyan en el proceso. Incluso los autores comentan, al igual que otras publicaciones3,4, que interferones exógenos utilizados en el tratamiento de la propia hepatitis viral (virus B y virus C) desencadenen toda la cascada inmunológica que finalmente haga manifestar la enfermedad celíaca clínica.
Tan solo como aporte a la buena información suministrada por los autores, exponer que publicamos hace unos años5 nuestra experiencia con 2 pacientes, unos de ellos con hepatitis por virus C y otro con hepatitis por virus B, que recibieron tratamiento estándar con regímenes basados en interferón. En los 2 se desarrolló posteriormente al tratamiento enfermedad celíaca clínica y diabetes mellitus. Exponíamos, como en el artículo que nos ocupa, la posibilidad de que fuera el interferón el desencadenante de las enfermedades celíaca y diabética. Bien es cierto que la celiaquía en el caso del virus B que presentó recaída virológica se manifestó clínicamente 6 años después del tratamiento, por lo que a la vista de lo ahora publicado nos podría hacer pensar que fuera el virus B o el tratamiento instaurado el que ayudara a desarrollar la diabetes y la celiaquía del paciente.
Terminamos manteniendo la opinión expresada en nuestra publicación e indicada en otras revisiones6, y que, de hecho, realizamos en nuestra práctica clínica diaria, la de realizar cribado de enfermedad celíaca en todos los pacientes con elevación de transaminasas y en todos aquellos pacientes que vayan a recibir tratamientos antivirales basados en regímenes con interferón.