Introducción: Los pacientes con síndrome de intestino irritable (SII) presentan mayores índices de ansiedad y depresión y una menor capacidad de afrontamiento que la población general. El confinamiento total/parcial consecuencia de la COVID-19 ha generado un incremento de los trastornos psicológicos en la población general, pero se desconoce su impacto en los pacientes con SII. El objetivo de este estudio fue comparar el efecto del confinamiento sobre la salud mental y la clínica digestiva en pacientes con SII, pacientes con colitis ulcerosa y sujetos sanos.

Métodos: Durante abril 2020 (confinamiento total), se contactó con 30 pacientes diagnosticados de SII, 30 pacientes con CU en remisión y 30 sujetos sanos. Se les invitó a responder un cuestionario online evaluando el grado de depresión y de estrés-ansiedad mediante el Inventario de Depresión de Beck y el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo, respectivamente. En los pacientes con SII la gravedad de los síntomas se evaluó mediante el índice de gravedad de síntomas (IBS-SSS). A los 6 meses, en octubre 2020 (confinamiento parcial durante la segunda ola), se contactó nuevamente con los mismos pacientes y se les invitó a responder el mismo cuestionario online. Resultados: Se obtuvo respuesta de 24 SII (67% mujeres, edad 21-67 años), 23 CU (56% mujeres, edad 35-55 años) y 18 sanos (68% mujeres, edad 23-70 años). Durante el confinamiento total, los pacientes con SII presentaron mayores índices de depresión (11,52 ± 1,6) que los pacientes con CU (6 ± 0,9, p = 0,008) y que los sanos (4,38 ± 4,3, p = 0,001). También presentaron mayores índices de ansiedad (estado 29,4 ± 2,5/rasgo 26,5 ± 2,5) que los sujetos sanos (estado 15,6 ± 2,3, p = 0,001)/rasgo 14,4 ± 1,9, p = 0,002). A los 6 meses (confinamiento parcial) los pacientes con SII aumentaron de forma significativa sus índices de depresión (de 11,52 a 16,08, p = 0,012), mientras los índices de ansiedad aumentaron ligeramente (ansiedad estado de 30,2 a 32,1 (p = 0,49) y en ansiedad rasgo de 27,5 a 29,1 (p = 0,50). Los sujetos sanos y los pacientes con CU redujeron ligeramente las puntuaciones en los cuestionarios. La gravedad del SII se mantuvo sin cambios (283 ± 16 abril y 285 ± 17 noviembre; p = 0,84).

Conclusiones: Durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, los pacientes con SII mostraron niveles de depresión y de ansiedad superiores a los sujetos sanos y pacientes con una enfermedad crónica digestiva como la CU quiescente. La depresión aumentó en el SII a lo largo de la evolución de la pandemia. Estos cambios no han tenido por el momento efecto sobre los síntomas del SII, pero se deberá evaluar la posible repercusión que puedan tener sobre la evolución de este trastorno en los próximos meses.