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Vol. 73. Núm. 288.
Páginas 63-86 (abril - junio 2014)
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Vol. 73. Núm. 288.
Páginas 63-86 (abril - junio 2014)
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Movilidad laboral, informalidad y desigualdad salarial en brasil
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Santos M. Ruesga
Universidad Autónoma de Madrid, España
Julimar da Silva Bichara
Universidad Autónoma de Madrid, España
Sandro E. Monsueto
Universidade Federal de Goiás, Brasil
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Cuadro 1. Tasas de movilidad ocupacional por tipo de ocupación (media del periodo, porcentajes)
Cuadro 2. Categorías socioeconómicas y ocupaciones típicas
Cuadro 3. Matriz de flujo de salida según contrato de trabajo (media del periodo, porcentajes)
Cuadro 4. Movilidad socioeconómica (efectos marginales
Cuadro 5. Ecuaciones de salarios según segmentos socioeconómicos (trabajadores formales)
Cuadro 6. Ecuaciones de salarios según segmentos socioeconómicos (trabajadores informales)
Cuadro 7. Descomposición de Oaxaca del diferencial de salarios entre formales e informales
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Resumen

En este artículo se analiza la movilidad ocupacional y su impacto sobre el salario de los trabajadores metropolitanos brasileños. Los datos muestran una elevada movilidad de la mano de obra del país, sobre todo entre los trabajadores informales. También se observa que la mayor movilidad de los informales no implica necesariamente mejores trayectorias salariales y, además, dichos trabajadores presentan un patrón de movilidad limitado por la segmentación del mercado laboral. Las diferencias de ascenso ocupacional implican que la mano de obra informal recibe bajos salarios durante más tiempo a lo largo de su vida laboral, con importantes consecuencias sobre el diferencial de rentas en el país.

Palabras clave:
movilidad ocupacional
informalidad
salarios
desigualdad
Brasil
Texto completo
Introducción

Se ha observado en los últimos años un interés creciente sobre el modo en que los trabajadores cambian de ocupación y los efectos de la movilidad sobre la desigualdad salarial, motivado, principalmente, por la presencia cada vez más significativa de relaciones flexibles de trabajo, por los cambios en el papel del Estado como regulador laboral y por el incremento de la desigualdad socioeconómica. De esta manera, se ha formado un importante cuerpo teórico y empírico sobre los determinantes del flujo de trabajadores entre sectores y ocupaciones, centrado, sobre todo, en las visiones teóricas del “capital humano” y de los “mercados segmentados”.

No obstante, todavía no está claro el papel que supone la movilidad ocupacional sobre el salario y sobre la situación socioeconómica del trabajador. De un lado, existe evidencia de que cambios de ocupación generan pérdida de capital humano invertido en cualificación específica (Le Grand y Tahlin, 2002). La literatura empírica también destaca que la forma como los trabajadores cambian de ocupación puede ser utilizada como fuente de salida de situaciones precarias de trabajo y como fórmula de igualación salarial (Holzer, Lane y Vilhuber, 2003). Pero, en mercados de trabajo heterogéneos y con elevados índices de informalidad, como son las economías latinoamericanas, hay escasez de estudios empíricos preocupados por la relación entre movilidad, salarios y condición socioeconómica.

Este artículo pretende contribuir al debate, analizando los determinantes de la movilidad ocupacional y socioeconómica entre los trabajadores brasileños, y también el impacto de la movilidad sobre el diferencial de salario entre los segmentos formal e informal durante la década de los años noventa, un periodo de importantes cambios institucionales y de perfiles de la fuerza de trabajo brasileña. Por el lado institucional, se flexibilizó intensamente la legislación laboral, favoreciendo la proliferación de contratos atípicos de trabajo (Cardoso, 2001). Y, desde el punto de vista de la oferta de trabajo, el periodo se caracteriza por un intenso aumento de la cualificación formal y por la entrada masiva de mujeres en puestos de trabajo remunerados (Menezes-Filho, 2001; Schmit y Ribeiro, 2003).

Es, por lo tanto, un periodo de interés para el análisis de los caminos a través de los cuales la mano de obra cambia de ocupación y de segmento socioeconómico. Los principales resultados del presente estudio muestran que el cambio ocupacional puede utilizarse para lograr un mejor nivel socioeconómico, sobre todo entre los que tienen contratos formales de trabajo. Asimismo, revelan que existe un importante grupo de trabajadores permanentemente sujetos a ocupaciones de baja productividad, con menor movilidad socioeconómica ascendente, hecho que contribuye a perpetuar la desigualdad salarial. En este sentido, las políticas de generación de empleo y de igualación salarial deben considerar no solamente los salarios actuales, sino también las posibilidades de avances ocupacionales futuros que el trabajador pueda realizar.

La importancia de los resultados encontrados se demuestra al corroborar algunos estudios aplicados a otros países y que muestran la función del cambio ocupacional como fuente de salida de estructuras precarias de trabajo (Holzer, Lane y Vilhuber, 2003), aunque estos mismos resultados también muestran que la segmentación ocupacional limita los efectos benéficos de la movilidad.1 Existe una variada literatura acerca del papel que la estructura ocupacional tiene sobre la desigualdad del mercado de trabajo brasileño, pero son escasos los análisis que destacan el papel de dicha estructura sobre el futuro salarial y socioeconómico. De esta forma, los resultados son novedosos para la literatura empírica, destacando el papel que la segmentación ocupacional tiene sobre la condición socioeconómica futura del trabajador y no únicamente sobre el nivel actual de salarios y de desigualad. Las diferencias de ascenso socioeconómico implican que una parte de la mano de obra, fundamentalmente mujeres y trabajadores con contratos informales, recibe salarios más bajos y durante más tiempo a lo largo de su ciclo de vida, contribuyendo a perpetuar la desigualdad salarial.

El artículo se estructura en cuatro apartados más. El apartado dos presenta una síntesis de la discusión teórica y empírica en este campo. A continuación, se analizan los impactos de la movilidad sobre la situación socioeconómica del trabajador brasileño. El apartado cuatro discute el efecto de la movilidad sobre el diferencial de salarios entre formales e informales, mientras el último apartado presenta algunas consideraciones finales.

Revisión empírica

De forma general, los movimientos de los trabajadores entre distintas ocupaciones pueden ser explicados mediante dos enfoques teóricos. De un lado, la visión del capital específico de la ocupación argumenta que existe una parte de la inversión en capital humano que es financiada por la empresa, para aumentar la productividad de la mano de obra sobre una tarea determinada, mientras el trabajador —o el Estado— financia su propia educación general. En este sentido, la antigüedad o la experiencia en una actividad transforma la mano de obra en un componente casi fijo de la ocupación y su sustitución deriva en costos de entrenamiento de los nuevos trabajadores (Mincer y Jovanovic, 1979).

Investigaciones dentro de esta línea muestran que los trabajadores con mayor nivel de cualificación formal presentan tasas más elevadas de movilidad ocupacional, dado que este tipo de capital humano puede utilizarse más fácilmente en otras actividades, mientras la antigüedad disminuye los incentivos a la movilidad (Kambourov y Manovskii, 2004). De igual forma, se observa que el avance de la edad, interpretada por algunos autores como proxy de la experiencia laboral, actúa disminuyendo la probabilidad de cambios ocupacionales (Booth y Francesconi, 1999), que un cambio de ocupación genera pérdida de inversión en capital humano (Le Grand y Tahlin, 2002) y que la movilidad puede acelerar la tasa de incremento salarial (Garcia Perez y Sanz, 2005).

Por otro lado, los modelos en línea con la teoría de los mercados de trabajo segmentados resaltan que la existencia de grupos de trabajadores con mayores dificultades de reasignación y de movilidad más restringida es una evidencia de la escasa libertad con la que cuenta el trabajador para elegir entre efectuar o no un movimiento ocupacional y en qué dirección se llevará a cabo este movimiento. En consecuencia, el acceso a ocupaciones de salarios más elevados está limitado a determinados tipos de trabajadores, independientemente del nivel de cualificación alcanzado debido a, entre otros factores, la presencia de situaciones de discriminación y de segmentación en el mercado laboral (Doreinger y Piore, 1971).

Algunos trabajos empíricos han aportado evidencias sobre esta línea de análisis, constatando, por ejemplo, que las mujeres presentan mayores problemas para salir de ocupaciones de bajo nivel de renta (Holzer, Lane y Vilhuber, 2003). Con relación a los efectos de la movilidad sobre los salarios, algunos autores encuentran una relación positiva entre cambios de ocupación e incremento salarial, además de contribuir a la disminución del diferencial de salarios entre grupos de trabajadores, pero también argumentan que la segmentación ocupacional limita los beneficios de la movilidad, sobre todo entre las mujeres (Fitzenberg y Kunze, 2005).

Los análisis para el caso brasileño también muestran algunas evidencias que corroboran aspectos de ambos enfoques teóricos. Investigaciones sobre el efecto del capital humano específico en Brasil concluyen que la antigüedad en la empresa disminuye las probabilidades de salidas del empleo y que este efecto es más intenso entre los trabajadores del sector formal del país dados los costos de despido. Asimismo, estos estudios concluyen que la movilidad ocupacional es más elevada entre los trabajadores con un mayor nivel educativo (véase, por ejemplo, Orellano y Picchetti (2001); Menezes-Filho, 2004)-.

Otros análisis, sin embargo, observan significativas diferencias del patrón de movilidad ocupacional en función de diversos factores del mercado de trabajo, sobre todo los relacionados con la presencia de discriminación, entre hombres y mujeres, así como entre grupos demográficos de distinto color, edad o nivel de escolaridad (Oliveira y Machado, 2000). Se observa, asimismo, que la movilidad entre personas de color no siempre promueve una mejora de su situación inicial, y que estos trabajadores tienden a permanecer dentro de las categorías más precarias, hecho que amplifica las disparidades raciales del mercado de trabajo brasileño (Pinto y Neri, 2000). Y, específicamente sobre el mercado de trabajo informal, Bosch y Maloney (2010) comparan las transiciones entre contratos formales e informales de trabajo en Brasil, Argentina y México; y Ruesga (2000) analiza el caso español.

En síntesis, la movilidad ocupacional en Brasil parece ser una función del capital humano, pero también de elementos de la propia segmentación del mercado de trabajo. Asimismo, todavía no está claro el efecto de la movilidad ocupacional sobre la condición socioeconómica adscrita a cada ocupación y sobre el salario futuro del trabajador brasileño; faltan evidencias a este respecto. En aras de cubrir estas lagunas en el análisis empírico para el caso brasileño, a continuación se analiza la movilidad ocupacional y socioeconómica de los trabajadores ocupados, además de sus efectos sobre la diferencia de salario entre formales e informales.

Los determinantes de la movilidad ocupacional

El análisis de la movilidad ocupacional entre los trabajadores brasileños se realiza a partir de información obtenida en la Pesquisa Mensal de Emprego (pme)2 del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (ibge, 2001). La pme permite comparar la situación ocupacional de los individuos entre dos momentos del tiempo, separados por un intervalo de un año. De este modo, es posible observar si el trabajador está empleado en una ocupación distinta de la original o si permanece en la misma tarea. Para identificar las ocupaciones, la pme utiliza una clasificación inicial al nivel de tres dígitos, con un total de 390 ocupaciones, con conceptos no necesariamente vinculados con la formación profesional del trabajador, sino al cargo, función, profesión u oficio ejercido por el individuo.

Se utilizan informaciones exclusivamente de trabajadores que se encuentran ocupados en los dos momentos de la encuesta, es decir, los que entran en desempleo no son considerados para las estimaciones elaboradas en este artículo. Adicionalmente, la muestra está restringida a trabajadores ocupados con edades comprendidas entre 18 y 65 años, clasificados como empleados, con información completa sobre horas trabajadas y salario. Como variables de control, se utiliza una serie de características personales y del mercado laboral: una variable dicotómica para género; la edad, la antigüedad en la ocupación (estimada por el número de meses que el trabajador está en la misma ocupación, variando desde uno hasta cuatro meses o más) y la educación del trabajador (representada por tres dummies: no-cualificados, semi-cualificados y cualificados); un conjunto de dummies para las ramas de actividad; la tasa de desempleo de cada año, y una serie de variables dummies representativas de las seis regiones metropolitanas. La condición de trabajador formal es caracterizada por la posesión de un contrato de trabajo registrado en el documento estándar del trabajador, la carteira de trabalho3 Los informales, al contrario, son todos los que no poseen dicho documento.

El periodo de análisis considerado es entre 1990 y 2001. La estructura en forma de panel rotativo de la pme, con hogares entrando y saliendo de la muestra conforme a un cronograma establecido, permite investigar la movilidad de los trabajadores entre pares de años (1990–1991; 1992–1993; …; 2000–2001).4 Los valores monetarios se encuentran expresados en dólares, a precios reales del año de 2006, según lo propuesto por Corseuil y Foguel (2002).

Como la muestra contiene sólo trabajadores que permanecen ocupados entre los dos momentos considerados, la tasa de movilidad ocupacional se define por la proporción de individuos que en el segundo momento se declaran ocupados en alguna actividad distinta a la que tenían en el primer momento. El cuadro 1 sintetiza las principales tasas de movilidad ocupacional de la muestra analizada, tomando como base la media del periodo.

Cuadro 1.

Tasas de movilidad ocupacional por tipo de ocupación (media del periodo, porcentajes)

  Total  Formal  Informal 
Total  38.7  37.8  42.2 
Varones  41.0  39.6  46.5 
Mujeres  34.7  34.3  35.8 
No cualificados  33.7  32.5  37.1 
Semi-cualificados  40.8  39.8  45.1 
Cualificados  40.2  39.7  42.8 
Industria  44.9  44.8  45.3 
Construcción civil  43.3  37.3  54.4 
Comercio  39.9  37.7  48.8 
Servicios  34.6  33.8  37.4 
Otros sectores  45.3  41.5  47.8 
Sao Paulo  40.9  40.4  42.6 
Recife  40.2  38.4  44.6 
Salvador  42.1  41.5  44.0 
Belo Horizonte  38.9  37.8  43.7 
Rio de Janeiro  37.1  36.4  39.4 
Porto Alegre  34.5  33.3  39.9 
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la pme.

Los trabajadores informales cambian con más frecuencia de ocupación que los formales, en el conjunto de las áreas metropolitanas del país y para todas las cohortes demográficas consideradas. La presencia de una relación laboral con registro en la carteira de trabalho (contrato formal) representa, en Brasil, un costo creciente de despido para las empresas, con indemnizaciones proporcionales al tiempo de servicio del trabajador, lo que también ayuda a entender el papel del tiempo de servicio en la estabilidad en la ocupación. Los trabajadores sin contrato formal tienden a migrar más fácilmente entre empresas y, consecuentemente, entre ocupaciones. Este fenómeno se acentúa sobre todo a partir de 1994, tras una serie de cambios en la legislación que contribuyeron al surgimiento de diversas modalidades de contratos atípicos de trabajo, transformando parte de la mano de obra en un componente externo a la empresa (Chahad, 2002).

Adicionalmente, los datos muestran que los trabajadores formales tienden a efectuar cambios de ocupación dentro de un mismo sector de actividad, como se constata por el hecho de que tan sólo 25% de los individuos de este grupo cambian de ocupación moviéndose hacia otras ramas de actividad, mientras que entre los informales este índice es de casi 42%. Esto indica que el segmento formal aprovecha mejor los conocimientos adquiridos en una ocupación para utilizarlo en actividades equivalentes dentro de un mismo sector. Las actividades informales, por el contrario, dada su mayor flexibilidad ocupacional, pierden más capital humano específico con los movimientos intersectoriales.

La tasa de movilidad es más elevada entre los trabajadores de cualificación intermedia y superior, lo que parece indicar que la inversión en educación formal torna más flexible el tránsito de trabajadores en relación con los no cualificados. La industria presenta la tasa de movilidad ocupacional más elevada, entre los trabajadores con carteira de trabalho, mientras que los informales se mueven más, en términos relativos, dentro de la construcción civil. Históricamente la industria en Brasil está caracterizada por un mayor porcentaje de trabajo asalariado formal, teniendo en cuenta, incluso, el descenso general registrado en la proporción de trabajadores con carteira de trabalho en el país durante los años noventa. La disminución del empleo formal en la industria puede explicar, en parte, la mayor movilidad ocupacional entre los trabajadores formales en este sector (por un efecto composición).

Con relación a las regiones metropolitanas consideradas, las diferencias en las tasas de movilidad ocupacional parecen muy pequeñas, destacando únicamente la región de Porto Alegre, con los valores más bajos. El mercado de trabajo en la parte Sur del país esta caracterizado por menores tasas de informalidad que en el resto de las regiones y mejores indicadores de renta. De esta forma, la mano de obra es menos flexible en términos cuantitativos en esta región, explicando la menor movilidad ocupacional.

Sin embargo, la presencia de mayor movilidad ocupacional entre los informales no significa necesariamente una mejora en la situación socioeconómica para los trabajadores de este ámbito de la actividad laboral. Es decir, la flexibilidad vinculada a la movilidad de los trabajadores informales puede resultar únicamente en cambios de ocupación, pero no en cambios de situación socioeconómica.

Para analizar una parte de este impacto, se puede investigar sobre los destinos de los trabajadores que cambian de ocupación utilizando una estratificación de las ocupaciones originales de la pme. Una posibilidad es utilizar la clasificación de Januzzi (2000), diseñada a partir de variables como el nivel medio de educación y de los salarios de cada ocupación, que permite jerarquizar las actividades en cinco categorías socioeconómicas (alta, media-alta, media, media-baja y baja). No se trata de una escala de “prestigio ocupacional“, sino una escala de estatus socioeconómico, muy similar a las empleadas en estudios que analizan la estratificación social de la población en general. Es decir, la consideración de estas categorías permite la construcción de una jerarquía sobre el modo en cómo la sociedad valora cada tipo de actividad. Esta clasificación no se refiere a la situación concreta de los trabajadores per se, sino a las condiciones sociales y económicas de cada ocupación. Una síntesis de las principales ocupaciones ubicadas en cada una de estas categorías se muestra en el cuadro 2.

Cuadro 2.

Categorías socioeconómicas y ocupaciones típicas

Categoría socioeconómica  Algunas ocupaciones típicas 
1. Alto  Ocupaciones de más elevada remuneración y cualificación: médico, ingeniero, profesor universitario, gerentes, etcétera. 
2. Medio-Alto  “Pequeña burguesía” o técnicos cualificados: técnicos en contabilidad y administración, maestros en la industria, profesores de enseñanza fundamental y media. 
3. Medio  Elevada rotación de plantilla e importante precariedad: fontaneros, mecánicos, montadores de equipamientos eléctricos, operadores de caja. 
4. Meido-Bajo  Clase operaria: ocupaciones en la industria de alimentos, ocupaciones en la industria textil, albañiles, pintores, camareros. 
5. Bajo  Puestos de trabajo de elevada precariedad: ocupaciones urbanas de bajo estatus como auxiliar de albañil, lavandera, empleados domésticos y colectores de basura. 

La tipología propuesta ofrece una visión del flujo de la mano de obra según su origen y el destino socioeconómico un año después. De este modo, es posible desarrollar una matriz de flujos de salida, como muestra el cuadro 3. Para la construcción de este cuadro se utilizan exclusivamente informaciones de los trabajadores que cambiaron de ocupación durante el periodo, de tal modo que, por ejemplo, es posible decir que entre los trabajadores de la categoría alta que cambiaron de ocupación, 33.4% realizó este cambio hacia una ocupación aun dentro de esta categoría, mientras otros 44.5% descendieron a una ocupación del segmento medio-alto.

Cuadro 3.

Matriz de flujo de salida según contrato de trabajo (media del periodo, porcentajes)

      Categoría en el segundo año
      Alta  Media-Alta  Media  Media-Baja  Baja  Total 
FormalesCategoría en el primer añoAlta  33.4  44.5  17.7  4.2  0.2  100.0 
Media-Alta  17.9  30.1  41.0  10.6  0.5  100.0 
Media  4.1  25.4  42.8  25.8  2.0  100.0 
Media-Baja  1.1  7.6  30.8  51.7  8.9  100.0 
Baja  0.4  3.7  13.9  74.3  7.7  100.0 
Total  8.4  22.1  36.1  29.8  3.7  100.0 
      Categoría en el segundo año
      Alta  Media-Alta  Media  Media-Baja  Baja  Total 
InformalesCategoría en el primer añoAlta  29.0  41.5  18.8  10.2  0.6  100.0 
Media-Alta  20.6  25.0  36.5  16.5  1.4  100.0 
Media  3.4  18.9  41.0  32.6  4.1  100.0 
Media-Baja  2.5  7.8  28.6  45.3  15.8  100.0 
Baja  0.2  2.1  15.7  75.9  6.2  100.0 
Total  6.4  13.8  29.9  42.3  7.7  100.0 
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la pme.

Esta matriz permite comprobar que el avance hacia ocupaciones con mejores oportunidades constituye un largo camino, ya que son raros los trabajadores que logran un salto socioeconómico que vaya más allá de una categoría. Por supuesto, el espacio de tiempo entre una información y otra (sólo de un año entre cada entrevista) interfiere en este resultado, pero los valores obtenidos son consistentes con los análisis de movilidad social entre generaciones de padres e hijos y entre puntos más distantes de la vida productiva del mismo individuo (Januzzi, 2000).

La matriz de flujos de salida también permite observar que los trabajadores del segmento informal tienen mayores dificultades en abandonar las ocupaciones de categorías con más bajo estatus socioeconómico. En media, 69% de la mano de obra cambiante del sector informal ha permanecido ocupado en las categorías baja y media-baja, mientras que los trabajadores del sector formal presentan una tasa de permanencia de 625. Desagregando según género, las mujeres trabajadoras informales presentan el peor resultado: entre las que cambian de ocupación, sólo 23% logra un puesto de trabajo en actividades de las tres categorías más altas. Entre los varones informales, esta tasa es de 36 por ciento.

El análisis del flujo de mano de obra en el cuadro anterior permite constatar la formación de tres tipos de mercados o segmentos socioeconómicos dentro del país. El primer segmento está constituido por las dos categorías superiores (alta y media-alta), que reclutan e intercambian trabajadores entre sí y cuyo acceso parece más restringido para el resto de las categorías. Las dos categorías más bajas (media-baja y baja) forman lo que sería el mercado de trabajo secundario brasileño, con ocupaciones de bajo prestigio, menor cualificación, mayor vulnerabilidad ante los cambios de ciclo económico y pocas oportunidades de acceder a ocupaciones superiores. La categoría media constituye un mercado laboral de ocupaciones de transición, siendo muy significativo el flujo de trabajadores que parten de ella hacia otras categorías. Los trabajadores formales presentan una mayor movilidad ascendente entre estos segmentos, mientras que el cambio ocupacional de la mano de obra informal tiende a reproducir el sistema de segmentación del mercado de trabajo brasileño, efectuando movimientos, mayoritariamente, dentro del mismo segmento socioeconómico.

De esta forma, se consideran como movilidad ascendente los cambios ocupacionales que resultan en salidas hacia segmentos socioeconómicos superiores (bajo hacia medio y alto; medio hacia alto) y como movilidad descendente los que evolucionan hacia ocupaciones de categorías inferiores (alto-medio/bajo; medio-bajo). Por último, la inmovilidad socioeconómica se define como la permanencia dentro del mismo gran segmento.

Para entender mejor los determinantes de este flujo de trabajadores entre los tres grandes segmentos socioeconómicos, el cuadro 4 muestra el resultado de la estimación de modelos logit para la probabilidad de observar un trabajador que realiza un cambio de segmento socioeconómico. Es decir, el modelo estima la probabilidad de que una variable dicotómica asuma valor igual a 1, que representa la situación de cambios de ocupación que resultan en cambios de segmento socioeconómico. La situación de inmovilidad es representada por el valor igual a cero de la variable. Adicionalmente, para el caso del segmento medio, con cambios ascendentes y descendiente, se emplea un modelo logit multinomial, una extensión de la forma logit para múltiples resultados. Como variables explicativas de la movilidad socioeconómica se utilizan las binarias de género, ramas de actividad y relativas a regiones metropolitas, además del tiempo de antigüedad en una misma ocupación y la tasa de desempleo en cada año del periodo analizado.

Cuadro 4.

Movilidad socioeconómica (efectos marginales

    Descenso desde superiorAscenso desde mediaDescenso desde mediaAscenso desde inferior
    Efecto marginal  Desviación típica  Efecto marginal  Desviación típica  Efecto marginal  Desviación típica  Efecto marginal  Desviación típica 
FormalesSexo  −0.0338*  0.0106  −0.1921*  0.0094  0.1361*  0.0083  0.1751*  0.0098 
Edad  −0.0061*  0.0005  0.0007*  0.0004  0.0013*  0.0004  −0.0042*  0.0004 
Antigüedad  −0.0094*  0.0041  0.0022  0.0031  0.0066*  0.0030  −0.0158*  0.0037 
Construcción civil  0.0748*  0.0308  0.0489*  0.0238  0.0315  0.0204  −0.1248*  0.0156 
Comercio  0.0876*  0.0166  0.0664*  0.0129  −0.0409*  0.0110  0.1496*  0.0191 
Servicios  −0.0306*  0.0115  0.1331*  0.0101  −0.0064  0.0093  0.0016  0.0106 
Desempleo  −0.0023  0.0036  −0.0092*  0.0029  −0.0051*  0.0029  0.0049  0.0035 
Recife  0.0909*  0.0209  −0.0638*  0.0152  0.0364*  0.0174  −0.1272*  0.0156 
Salvador  0.1134*  0.0177  −0.0608*  0.0130  0.0627*  0.0154  −0.0743*  0.0157 
Belo Horizonte  0.1060*  0.0141  −0.0376*  0.0107  0.0044  0.0113  −0.0485*  0.0134 
Rio de Janeiro  0.0686*  0.0154  −0.0512*  0.0116  0.0450*  0.0132  −0.0709*  0.0142 
Porto Alegre  0.0675*  0.0158  −0.0416*  0.0117  0.0174  0.0127  −0.0618*  0.0144 
Observaciones  10 571      13 70211 245 
R2  0.0225      0.0338  0.0436   
Wald X2  312.31      965.89  620.77   
InformalesSexo  −0.0401*  0.0237  −0.1946*  0.0197  0.0838*  0.0204  0.1643*  0.0137 
Edad  −0.0055*  0.0010  0.0023*  0.0007  0.0010  0.0008  −0.0047*  0.0006 
Antigüedad  −0.0099  0.0093  −0.0038  0.0065  −0.0036  0.0077  −0.0050  0.0052 
Construcción civil  −0.1572*  0.0732  −0.0171  0.0504  0.1712*  0.0582  −0.1478*  0.0177 
Comercio  0.0794*  0.0354  0.0227  0.0256  0.0034  0.0283  0.0998*  0.0298 
Servicios  −0.1109*  0.0278  0.0786*  0.0224  −0.0229  0.0261  0.0068  0.0187 
Desempleo  −0.0120  0.0081  −0.0001  0.0059  −0.0165*  0.0071  −0.0191*  0.0047 
Recife  0.0499  0.0407  −0.0566*  0.0243  0.0822*  0.0340  −0.0962*  0.0197 
Salvador  0.1007*  0.0406  −0.1004*  0.0217  0.1972*  0.0338  −0.0750*  0.0200 
Belo Horizonte  0.0130  0.0325  −0.0178  0.0227  0.0206  0.0288  −0.0079  0.0190 
Rio de Janeiro  0.0737*  0.0324  −0.0503*  0.0225  0.1085*  0.0308  −0.0153  0.0191 
Porto Alegre  0.0556  0.0350  −0.0367  0.0241  0.0817*  0.0322  −0.0120  0.0216 
Observaciones  2160      2 788  5 713   
R2  0.0302      0.0252  0.0532   
Wald X2  87.74      219.04  367.60   

Nota:**/Evaluados en la media de la distribución.

*

/Significativos a 5%.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la pme.

Los resultados muestran que, pese a presentar mayor tasa de movilidad ocupacional, los varones se ven menos afectados por los descensos en la escala socioeconómica. Por ello, la salida desde ocupaciones inferiores es más elevada entre los trabajadores masculinos, sobre todo dentro del mercado de trabajo formal, evidenciando una restricción más significativa para las mujeres informales a la hora de moverse para lograr un estatus socioeconómico superior. Entre las variables explicativas que definen el capital humano, la edad y la antigüedad presentan signos similares, pero es la última la más significativa a la hora de restringir la movilidad entre los diferentes segmentos del mercado laboral. La formación de un stock de capital humano específico parece ser reaprovechado dentro del mismo grupo socioeconómico, limitando inclusive los movimientos de salida desde ocupaciones inferiores. Con relación a la edad, pese a su bajo impacto relativo, el modelo desarrollado parece indicar que los individuos de más edad, que probablemente han logrado ya un elevado grado de estabilidad en su camino profesional, cambian hacia ocupaciones más cercanas, sin alterar de forma significativa su condición social.

Tomando la industria como referencia, el comercio es el sector que ofrece mejores posibilidades de salida de una situación de baja condición socioeconómica, mientras la construcción civil fomenta tanto la permanencia como el descenso para el segmento inferior. La tasa de desempleo disminuye los movimientos ascendentes y puede ser entendida como una proxy del ambiente de incertidumbre o un factor de riesgo, demostrativa no sólo de las dificultades a las que se enfrentan para encontrar un nuevo empleo, sino también de las existentes en relación con las oportunidades de trabajo en condiciones por lo menos similares a las de la ocupación original (Cho y Keum, 2004).

De modo general, las variables que incentivan la salida del segmento inferior, como el género y las actividades de comercio, presentan efectos más elevados entre los trabajadores con contrato, que, por ende, actúan bajo un mayor control institucional. De otro lado, factores como la edad y el desempleo son más importantes para limitar el acceso de trabajadores informales a ocupaciones de mejores salarios y menores índices de precariedad. Considerando que ya de por sí el salario es más bajo para la mano de obra informal, esta trayectoria socioeconómica resulta perversa, por demás, afectando también a la formación de los salarios, como se muestra a continuación.

Movilidad ocupacional y salarios

Teniendo en cuenta los resultados alcanzados en el apartado anterior, esta sección investiga el impacto de la movilidad ocupacional sobre el salario de los trabajadores formales e informales. Algunos autores argumentan, sin embargo, que los trabajadores fijos y los que cambian de ocupación no son muestras aleatorias, sino que estos movimientos son determinados de manera endógena al mercado de trabajo, en función, por ejemplo, de la segmentación. La no consideración de dicha conexión puede llevar a resultados sesgados (Davia, 2003).

Uno de los métodos propuestos por la literatura empírica para considerar esta cuestión es el tratamiento del sesgo de selección de las muestras de individuos, desarrollado inicialmente por Heckman (1976) y posteriormente extendido para diversas aplicaciones. Una de estas extensiones corresponde a los modelos de efectos de tratamiento (treatment effects), que permiten considerar la probabilidad de pertenecer a cada grupo como determinada de modo endógeno. Siguiendo la estructura propuesta por una de estas extensiones,5 el método consiste en estimar un modelo de dos etapas. La primera etapa considera la determinación de las probabilidades de ascenso y de descenso, utilizando los modelos logit del apartado anterior. A partir de estas relaciones, se derivan las denominadas rabones de Mills para cada uno de los resultados posibles de movilidad ocupacional y estas nuevas variables son añadidas a las ecuaciones de salarios.

Las ecuaciones de salarios utilizan el salario real por hora (en dólares) obtenido por el trabajador en el segundo periodo de comparación, es decir, después de haber cambiado de ocupación. Como variables explicativas se emplean los factores típicos de una ecuación de salarios y un conjunto de binarias que captan la movilidad socioeconómica de los trabajadores. Adicionalmente, se incluyen las variables binarias relativas a los años investigados y variables de interacción entre movilidad y nivel de educación. Por último, las ecuaciones de salarios también contienen variables denominadas “lambda”, que corresponden al efecto de la razón de Mills.

El resultado de las ecuaciones estimadas para los trabajadores de los segmentos formal e informal, según el grupo socioeconómico de origen, se muestra en los cuadros 5 y 6. En términos generales, las estimaciones son coherentes con los resultados de investigaciones anteriores que utilizan ecuaciones mincerianas para la determinación de la renta individual en el caso brasileño.6

Cuadro 5.

Ecuaciones de salarios según segmentos socioeconómicos (trabajadores formales)

SuperiorMedioInferior
Coeficiente  Desviación típica  Coeficiente  Desviación típica  Coeficiente  Desviación típica 
Sexo  0.3300*  0.0217  0.4299*  0.0749  0.1213*  0.0372 
Edad  0.0867*  0.0055  0.0632*  0.0033  0.0567*  0.0031 
Edad 2  −0.0008*  0.0001  −0.0006*  0.0000  −0.0006*  0.0000 
Semi-cualificados  0.5199*  0.0455  0.2076*  0.0177  0.0894*  0.0124 
Cualificados  1.1257*  0.0456  0.5986*  0.0365  0.8602*  0.1514 
Construcción civil  −0.0437  0.0511  0.0389  0.0388  −0.0520  0.0324 
Comercio  −0.2350*  0.0479  −0.2369*  0.0257  −0.3319*  0.0356 
Servicios  −0.0321  0.0212  −0.0199  0.0545  −0.1364*  0.0115 
1992–1993  −0.0103  0.0250  −0.0368*  0.0202  −0.0445*  0.0184 
1994–1995  0.0965*  0.0218  0.0739*  0.0172  0.0773*  0.0166 
1996–1997  0.1893*  0.0220  0.1905*  0.0175  0.1514*  0.0173 
1998–1999  0.1431*  0.0216  0.1307*  0.0245  0.1523*  0.0172 
2000–2001  0.0657*  0.0205  0.0664*  0.0222  0.1444*  0.0167 
Recife  −0.6856*  0.0532  −0.6202*  0.0321  −0.6028*  0.0324 
Salvador  −0.5364*  0.0619  −0.4936*  0.0324  −0.5153*  0.0237 
Belo Horizonte  −0.3118*  0.0550  −0.3544*  0.0197  −0.3764*  0.0177 
Rio de Janeiro  −0.4696*  0.0376  −0.3422*  0.0264  −0.2972*  0.0223 
Porto Alegre  −0.2880*  0.0364  −0.2545*  0.0210  −0.2344*  0.0207 
Ascenso      0.5417*  0.2832  1.0602*  0.2071 
Descenso  0.2245  0.5139  −1.2783*  0.2620     
Ascenso* semi-cualificados      0.1152*  0.0389  0.0720*  0.0222 
Ascenso* cualificados      0.2235*  0.0532  0.2399  0.1652 
Descenso* semi-cualificados  −0.0671  0.0529  −0.0539*  0.0251     
Descenso* cualificados  −0.1482*  0.0568  0.2183*  0.0997     
Lambda ascenso      −0.1850  0.1695  −0.4954*  0.1263 
Lambda descenso  −0.3803  0.3168  0.6245*  0.1608     
Término independiente  −1.5541*  0.3372  −0.8890*  0.1258  −1.3642*  0.1063 
Observaciones  10 571    13 702    11 245   
R2  0.4903    0.3907    0.3257   
488.77    342.38    232.90   

Nota:

*

/ Significativos a 5%.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la pme.
Cuadro 6.

Ecuaciones de salarios según segmentos socioeconómicos (trabajadores informales)

SuperiorMedioInferior
Coeficiente  Desviación típica  Coeficiente  Desviación típica  Coeficiente  Desviación típica 
Sexo  0.2429*  0.0562  0.2052*  0.0351  0.0161  0.0689 
Edad  0.0342*  0.0111  0.0470*  0.0070  0.0472*  0.0047 
Edad 2  −0.0003*  0.0001  −0.0005*  0.0001  −0.0005*  0.0001 
Semi-cualificados  0.3895*  0.1138  0.2187*  0.0448  0.1080*  0.0179 
Cualificados  0.9218*  0.1140  0.6387*  0.1207  0.2384  0.1739 
Construcción civil  −0.0821  0.2171  −0.1187  0.2405  0.0644  0.0684 
Comercio  −0.0097  0.1011  −0.0883*  0.0405  −0.1212*  0.0536 
Servicios  −0.1719*  0.1341  −0.0614  0.0375  −0.0223  0.0234 
1992–1993  −0.2625*  0.0724  −0.0709  0.0625  −0.0577*  0.0334 
1994–1995  0.0976  0.0644  0.1827*  0.0507  0.1032*  0.0276 
1996–1997  0.0994  0.0606  0.2519*  0.0543  0.2426*  0.0279 
1998–1999  0.0237  0.0747  0.2307*  0.0970  0.2879*  0.0368 
2000–2001  0.0292  0.0701  0.1873*  0.0879  0.1991*  0.0331 
Recife  −0.5097*  0.0831  −0.7437*  0.0848  −0.6194*  0.0474 
Salvador  −0.4082*  0.1310  −0.7873*  0.2063  −0.5571*  0.0384 
Belo Horizonte  −0.2192*  0.0482  −0.3202*  0.0388  −0.3283*  0.0236 
Rio de Janeiro  −0.2933*  0.0913  −0.3894*  0.1183  −0.2942*  0.0244 
Porto Alegre  −0.1711*  0.0736  −0.2813*  0.0939  −0.1645*  0.0272 
Ascenso      0.2792*  0.0925  1.1281*  0.4018 
Descenso  −1.7563  1.1813  0.6206  0.8760     
Ascenso* semi-cualificados      0.1011  0.0995  0.0608  0.0378 
Ascenso* cualificados      0.1586  0.1623  0.9376*  0.1898 
Descenso* semi-cualificados  0.0436  0.1265  −0.0612  0.0585     
Descenso* cualificados  0.1069  0.1344  −0.0903  0.2826     
Lambda ascenso      −0.0035  0.0384  −0.5652*  0.2408 
Lambda descenso  0.7287  0.7277  −0.4742  0.5438     
Término independiente  0.4714  0.9035  −1.1936*  0.3148  −1.4143*  0.1977 
Observaciones  2 160    2 788    5 713   
R2  0.4339    0.3448    0.2835   
83.89    51.96    96.36   

Nota:

*

/ Significativos a 5%.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la pme.

La edad y la educación presentan retornos marginales crecientes respecto al salario en la medida en que se consideran las ocupaciones de los segmentos socioeconómicos superiores, sobre todo entre los trabajadores formales, indicando que el capital humano es más rentable para dichos trabajadores. El retorno más bajo para los trabajadores más cualificados en los segmentos inferiores también parece indicar la presencia de una demanda de mano de obra cualificada en sectores donde las necesidades técnicas podrían ser atendidas por trabajadores de nivel más bajo de cualificación, es decir, refleja la existencia de facto de un cierto grado de sobre-educación en este grupo de trabajadores (Machado, Oliveira y Carvalho, 2003).

Entre las variables sectoriales, el modelo utiliza la industria como dummy de referencia; los demás sectores, con relación a la industria, presentan un nivel de salario más bajo. Las dummies regionales toman a Sao Paulo como referencia y son utilizadas para considerar las diferencias espaciales en la distribución de salarios. Las regiones situadas en el nordeste del país (Recife y Salvador) son las que muestran mayores dificultades para generar rentas salariales de nivel superior.

Finalmente, el efecto de la movilidad ocupacional es captado por un conjunto de dummies que representan los movimientos de salida de cada uno de los tres grandes segmentos socioeconómicos considerados,7 además de una serie de variables de interacción entre estas dummies y la cualificación del trabajador. En la mayor parte de los casos, los movimientos ocupacionales son significativos y muestran que cambios ascendentes generan salarios futuros más elevados y la movilidad descendente resulta en salarios inferiores, corroborando algunos resultados anteriores aplicados al país—sobre todo la investigación de Oliveira y Machado (2000). Las variables de interacción entre el tipo de movilidad y la cualificación permiten visualizar el impacto marginal según grupos más específicos. El ascenso socioeconómico es más importante entre los trabajadores más cualificados que logran escalar desde ocupaciones de estatus socioeconómico medio.

Además, los retornos marginales de la movilidad sobre el salario no son homogéneos entre trabajadores formales e informales en cada uno de los segmentos. Los trabajadores formales más beneficiados son los que logran ascender desde las ocupaciones medias, mientras que entre los informales presentan mayor ventaja los que inician la salida desde ocupaciones del segmento inferior. Sin embargo, como se ha observado anteriormente, el ascenso socioeconómico está más restringido entre la mano de obra informal, a consecuencia de las barreras que determinan la existencia de segmentación en el mercado de trabajo. Dichas diferencias combinadas pueden, ceteris paribus, ampliar las diferencias salariales entre los dos grupos y, de este modo, la movilidad ocupacional, tal como es analizada en este trabajo, puede afectar al salario de formales e informales de dos modos distintos: mediante el volumen de trabajadores que logran cambiar de segmento socioeconómico, sobre todo de forma ascendente, y por medio del retorno salarial derivado de este cambio.

Una forma útil de separar estos dos impactos y las diferencias entre los salarios de formales e informales es utilizando una descomposición del tipo de Oaxaca (1973). El método divide la diferencia salarial entre los dos grupos en una parte explicada por la cantidad de factores productivos o personales que cada trabajador posee, y una parte no explicada, a causa de la presencia de factores no controlados. Signos positivos en la parte explicada indican que la diferencia salarial entre los dos grupos sería reducida si estos dos trabajadores estuvieran igualmente dotados de cada factor considerado. Del mismo modo, una parte no explicada positiva indica que la igualdad sería obtenida si no existieran diferencias en los retornos marginales. Considerando la movilidad ocupacional como un factor de incremento salarial, un efecto positivo en la parte no explicada refleja diferencias en el premio en términos salariales que se obtiene por lograr cambiar de ocupación.

Los resultados se presentan sintetizados en el cuadro 7, donde se puede constatar cómo la diferencia salarial entre trabajadores formales e informales de las ocupaciones superiores está explicada, sobre todo, por factores no controlados, es decir, por las diferencias existentes entre los retornos salariales de cada componente de la ecuación. En los otros dos segmentos, medio e inferior, las diferencias se explican por el hecho de que los trabajadores formales poseen mayor stock medio de factores productivos, como educación y una distribución más favorable hacia las ocupaciones más rentables.

Cuadro 7.

Descomposición de Oaxaca del diferencial de salarios entre formales e informales

SuperiorMediaInferior
Explicada  No explicada  Explicada  No explicada  Explicada  No explicada 
Total  0.0329  0.2280*  0.2615*  0.0137  0.1324*  0.0864* 
Ascenso  –  –  0.0387*  0.0587  0.0680*  −0.0208 
Descenso  −0.0083  0.9528  0.1134*  −0.6954*  –  – 
Ascenso* semi-cualificados  –  –  0.0051*  0.0024  0.0029*  0.0023 
Ascenso* cualificados  –  –  0.0048*  0.0026  −0.0016  −0.0128* 
Descenso* semi-cualificados  0.0010  −0.0368  0.0032*  0.0018  –  – 
Descenso* cualificados  0.0012  −0.0217*  0.0001  0.0014  –  – 

Nota:

*

/ Significativos a 5%.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la pme.

En el cuadro 7 también se descomponen los efectos de las variables de movilidad y permite observar cómo este factor contribuye en la formación de un diferencial de salarios entre los dos tipos de mano de obra. Los signos del componente explicado permiten concluir que la diferencia salarial entre trabajadores formales e informales puede explicarse igualmente por la presencia del factor movilidad socioeconómica, es decir, por el porcentaje de trabajadores que cambian de segmento. En otras palabras, una de las explicaciones para la existencia de una brecha salarial entre el trabajo formal e informal es que en este último segmento se observan mayores dificultades para salir de las ocupaciones de bajo estatus socioeconómico. Además, este efecto es especialmente significativos para los trabajadores semi-cualificados, mientras que los más cualificados del sector informal presentan características no observables que contribuyen a disminuir su respectiva brecha salarial respecto a los formales.

Lo anterior equivale a decir que el nivel salarial inferior característico de la mano de obra informal, en relación con el factor movilidad socioeconómica, se debe al efecto de las barreras generadas por la segmentación ocupacional. Los informales cobran menos, entre otros motivos, porque se encuentran sobre- representados en ocupaciones de más bajo nivel técnico y, por lo tanto, de menor rendimiento (productividad). Las diferencias en cuanto a la probabilidad de ascenso socioeconómico implican que la mano de obra informal recibe bajos salarios durante más tiempo a lo largo de su ciclo de vida de trabajo. También significa que la mayor flexibilidad de la mano de obra informal no garantiza un aumento del bienestar del trabajador y resulta preocupante, por ende, la calidad de la reasignación ocupacional de grupos específicos de trabajadores, como mujeres o trabajadores del segmento informal, hacia otras ocupaciones, en tanto que pone de manifiesto la existencia de inequidades importantes en la estructura y dinámica del mercado laboral brasileño.

En este sentido, las políticas públicas que se puedan adoptar en el país con el objetivo de disminuir las desventajas de grupos específicos de trabajadores habrán de tomar como base de partida el conocimiento de la situación laboral y de las formas de transición de la mano de obra, considerando su modos y grados de reasignación ocupacional y la calidad de la movilidad entre ocupaciones. Y, asimismo, debieran de considerarse no solo los niveles salariales actuales, sino también las posibilidades de avance profesionales y socioeconómicas a lo largo de su ciclo de vida (Monsueto, 2008; Monsueto, Bichara y Cunha, 2014). La generación de empleos concentrada en puestos de trabajo o en sectores con pocas posibilidades de un acceso futuro a ocupaciones de mejor estatus puede, lejos de promover la homogeneización de oportunidades, acentuar las barreras ya existentes en el mercado de trabajo brasileño.

Consideraciones finales

En este artículo se ha tratado de evaluar la movilidad ocupacional —entendida como cambio de puesto de trabajo por parte de los trabajadores (interna o externa a la empresa)— en el Brasil metropolitano, su relación con el estatus socioeconómico de las ocupaciones y con el salario de los segmentos formal e informal, tomando como punto de partida el análisis desarrollado por los dos enfoques teóricos más extendidos en la literatura económica, que interpretan el fenómeno en cuestión.

El análisis de los datos de la pme muestra la presencia de efectos distintos entre diferentes tipos de capital humano general o específico. También evidencia la existencia de factores que motivan un cambio ocupacional en dirección a actividades de mayor nivel socioeconómico, como aquellas en la que está presente el contrato formal de trabajo. Por otra parte, en el ámbito de los trabajadores informales, la movilidad ocupacional parece reproducir de forma intensa la segmentación del mercado de trabajo, limitando el flujo de salida de las ocupaciones de bajo nivel de salarios y de elevada precariedad en las relaciones laborales hacia las categorías de mayor salario.

Estos resultados muestran que los diferentes enfoques teóricos considerados, del capital humano específico y de los mercados internos de trabajo, otorgan un papel fundamental a la movilidad ocupacional a la hora de entender el comportamiento eficiente del mercado de trabajo. De un lado, la movilidad puede actuar como una fuente de salida de situaciones precarias de trabajo. De otro, el grado de reasignación ocupacional de grupos específicos de trabajadores, como mujeres o trabajadores del segmento informal, hacia otras ocupaciones, pone de manifiesto la existencia de inequidades importantes en la estructura y dinámica del mercado laboral brasileño. Uno de los efectos de esta reasignación diferenciada es que los trabajadores informales permanecen por más tiempo en ocupaciones de bajos salarios a lo largo de su vida laboral, contribuyendo a perpetuar la brecha salarial.

El ejercicio realizado contribuye a una mejor comprensión de la movilidad ocupacional, al combinar un análisis con un nivel de desagregación de las ocupaciones superior al utilizado en otras investigaciones, para el caso de Brasil, con una tipificación de las mismas que permite evaluar la relación de la movilidad ocupacional con el estatus socioeconómico de las ocupaciones. Considerando que la inserción ocupacional es uno de los principales determinantes del nivel de renta de la población trabajadora, el ritmo y la dirección en que se reasignan los trabajadores en los puestos de trabajo tiende a impactar de modo significativo sobre el modo en cómo la renta se distribuye en el país.

Además, la comparación entre los trabajadores formales e informales pone en evidencia la necesidad de desarrollar nuevas investigaciones que aborden el análisis del papel de las instituciones en la asignación de los empleos. Los individuos sin protección institucional son los más flexibles, pero tal flexibilidad no significa para ellos una mejora en su condición socioeconómica a lo largo de su vida laboral, sino una reproducción permanente del ambiente de segmentación del mercado de trabajo. Finalmente, la existencia de barreras a la movilidad pone de manifiesto la necesidad de considerar no únicamente los salarios actuales para combatir la desigualdad, sino también las posibilidades que en este terreno ofrecen avances profesionales y socioeconómicos futuros mediante el cambio ocupacional.

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Los autores agradecen los valiosos comentarios de los dictaminadores anónimos de la revista.

Un ejemplo de investigación en esta Línea es Maltseva (2005).

La pme se realiza en seis regiones metropolitanas de Brasil: Belo Horizonte (mg), Porto Alegre (rs), Recife (pe), Rio de Janeiro (rj), Salvador (ba) y São Paulo (sp).

La Carteira de Trabalho e Previdência Social, establecida desde 1932, es un documento que reproduce y acredita la vida del trabajador y garantiza el acceso a alguno de los principales derechos laborales. El documento vale como un contrato estándar, obligatorio en la mayor parte de las relaciones de trabajo del país (excepto para los funcionarios públicos y militares —eliminados de la muestra) y se considera trabajador formal todo aquel del sector privado que esté trabajando bajo la legislación de este documento.

Para detalles sobre el sistema de rotación de la pme, véase, por ejemplo, ibge (2001).

Más específicamente, Budría y Pereira (2004).

Para una revisión de los resultados aplicados a Brasil, véase, por ejemplo, Corseuil (2002).

Es decir, desde el segmento superior sólo se puede descender o permanecer en el mismo segmento. Desde el medio, se puede ascender al superior, descender al inferior o no cambiar de segmento. Y, por último, desde el inferior es posible ascender socioeconómicamente o permanecer dentro de este mismo segmento. La dummy de referencia es siempre la situación de inmovilidad socioeconómica.

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