En la investigación educativa, una de las principales limitaciones es la obtención de datos que escapan del anonimato: el rendimiento académico (rendimiento en exámenes o el promedio general). Si bien es éticamente válido solicitar los nombres a los estudiantes, informando previamente los objetivos de la investigación, para luego pedir un reporte del rendimiento a la institución, esto podría propiciar que los evaluados brinden información relacionada con las variables de estudio no tan cercana a lo que realmente ocurre.
Evidentemente, hay algunos constructos que suscitarán menos «temor a decir la verdad» que otros, pero resulta claro que no es lo mismo evaluar ansiedad ante los exámenes que conducta deshonesta académica. En el primer caso es más probable que brinden una versión más cercana a la realidad, pero es difícil creer que si se le pregunta a la persona con cuánta frecuencia copia en un examen o conductas afines, den información certera.
Por ello, es común solicitar una estimación del rendimiento, y si bien las preguntas pueden variar en su formato (p. ej., Likert), son útiles cuando no es posible consignar el nombre. Algunos estudios reportan la validez del rendimiento académico autorreportado correlacionándolo con el promedio general real1; sin embargo, no existen estudios en focalizados en el autorreporte del rendimiento en los exámenes, dado que existen constructos enfocados solo en esa situación evaluativa (ansiedad ante exámenes, afrontamiento pre-examen, etc.).
Como parte de un estudio exploratorio para evaluar la asociación entre el rendimiento en exámenes y el promedio general, se les solicitó a un grupo de 38 estudiantes de psicología (82% mujeres; edad promedio: 20.29 años) responder a la siguiente pregunta: Luego del parcial, ¿Cómo calificarías tu rendimiento?, con las siguientes opciones de respuesta: Muy bajo, Bajo, Promedio, Alto, Muy alto. Fueron obtenidos 3 grupos (rendimiento informado como Bajo, Promedio y Alto), comparados respecto al rendimiento real en el examen mediante un ANOVA con contraste lineal a priori, es decir, especificando como hipótesis que el rendimiento real es mayor conforme aumenta el rendimiento autorreportado. Los resultados apoyan la hipótesis planteada previamente ya que indican diferencias significativas entre los grupos (F(2,35)=5.759, p=.006), con un rcontraste de .489, que corresponde a una magnitud elevada de acuerdo al área de conocimiento explorada2,3. Estos hallazgos son alentadores, ya que indicarían la viabilidad de contar con una exploración del rendimiento autorreportado, aun en situaciones específicas como los exámenes.
La revisión por pares es responsabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México.