A partir del 2010 Nuria Benach y Abel Albet, docentes de dos universidades catalanas (la Universidad de Barcelona y la Autónoma de Barcelona, respectivamente), se han embarcado en el proyecto de publicar una colección de libros destinada a divulgar el pensamiento y la obra de algunos geógrafos que podrían considerarse críticos.1 El perfil que está tomando la serie de Espacios Críticos editada por Icaria va definiendo qué es lo que los organizadores de la serie entienden por geógrafos críticos: académicos que hicieron innovadoras contribuciones teóricas a la disciplina, poniendo en cuestión las formas ya institucionalizadas de pensar el espacio en geografía; que mantienen un fluido diálogo e influencian en los desarrollos teóricos de otras disciplinas; que participan activamente en los debates públicos y que se comprometen con las causas de algunos movimientos sociales.
Hasta el momento se han publicado cuatro libros. El primero destinado a hacer conocer la trayectoria de Edward Soja (Zusman, 2011; Benach y Albet, 2010:128-130), el segundo dedicado al pensamiento de Doreen Massey, el tercero a Richard Peet (Benach, 2012) y el cuarto a Francisco Indovina (2012). Una primera lectura de estos textos nos permite ver cómo una generación marcada por Mayo del ‘68 y por una formación marxista, fue siguiendo distintos derroteros en la vida social, política y en la investigación.
El libro titulado Un sentido global del lugar nos introduce en los recorridos intelectuales, políticos y epistemológicos seguidos por Doreen Massey. Se trata de una geógrafa que siempre se ha comprometido con los sectores sociales progresistas, que siempre se colocó en la sociedad del lado de la población más vulnerable. Desde su reflexión sobre el espacio y el lugar ha buscado construir una crítica al pensamiento hegemónico a la vez que ha perseguido ofrecer instrumentos para la acción. Para Doreen Massey los objetivos políticos siempre permean el tipo de reflexión teórica que se construye desde los saberes científicos.
La obra de Abel Albet y Nuria Benach se divide en cinco partes. La primera parte titulada “Doreen Massey: trayectos de ida y vuelta” nos ofrece un relato sobre los desplazamientos vivenciales e intelectuales de esta geógrafa. Se destacan: su salida de un barrio obrero de Manchester, su envolvimiento con los movimientos feministas durante sus estudios universitarios en Geografía en Oxford, su aproximación a las lecturas de Althusser en la Universidad de Pennsylvania donde realizó una maestría en economía regional y su incorporación a la Open University (concebida como un espacio de formación de población adulta. Una universidad pública desde donde se buscó superar el aprendizaje enciclopédico para enseñar a pensar espacialmen te). Un lugar especial en el relato de su trayectoria adquieren su pasaje por Nicaragua, luego del triunfo de la revolución sandinista, en el marco del Instituto Nicaragüense de Investigaciones Económicas y Sociales; por Sudáfrica, donde fue invitada para participar en la redacción de planes económicos y propuestas de descentralización en los inicios del periodo post-apartheid; y por Venezuela, a partir de la difusión de la idea de la nueva geometría del poder como uno de los principios motores de la revolución chavista. Este recorrido es complementado con una entrevista incluida en el apartado “Conversando con Doreen Massey: una intelectual comprometida con su “espacio/ tiempo” donde la geógrafa se refere a su visión de la relación entre política, academia y universidad, a la influencia del feminismo en su pensamiento y producción y a su afición por el fútbol, entre otras cuestiones. La tercera parte está conformada por nueve de sus textos traducidos al español. Ellos nos aproximan a las distintas cuestiones discutidas por la autora a lo largo de su trayectoria: este recorrido se inicia con una crítica a los formas en que se ha abordado la desigualdad regional pasando por la articulación entre espacio, lugar y política a fin de contribuir a la elaboración de una agenda políticamente progresista, para llegar a tratar el contenido de la ideología neoliberal y su vínculo con la crisis económica actual de los países centrales.
Los textos permiten seguir las variaciones de intereses de la autora a lo largo de tres décadas, no solo en términos de preocupaciones temáticas sino también en términos de lecturas que la nutren y con las cuales dialoga. El primer artículo titulado “¿En qué sentido hablamos de problema regional?” representa uno de los aportes más relevantes de Doreen Massey a los estudios de localidades. A través de este análisis, Massey rompe con la postura que concibe a las desigualdades regionales como naturales, sino que muestra su vínculo con las variaciones históricas de división espacial del trabajo. A la vez constata que las desigualdades regionales son incorporadas por el capital como un componente relevante en el proceso de su producción y reproducción. El segundo texto corresponde a la introducción del libro editado por Doreen Massey con John Allen, Geography Matters! en la década de 1980 y destaca el aporte que la lectura espacial puede realizar a las interpretaciones de las ciencias sociales a partir de tener en cuenta que “los procesos que [estas] estudian se construyen, reproducen y cambian de una manera que necesariamente implica distancia, movimiento y diferenciación espacial” (p.101). El tercer ensayo, “Un sentido global del lugar” desarrolla su concepción sobre el lugar. Esta no solo pretende superar algunas de las limitaciones de la postura humanista, sino que también procura contraponerse a las visiones políticas defensivas que recurren a este concepto frente a las supuestas amenazas de la globalización y de la migración. En este marco, Massey concibe al lugar como abierto, sin fronteras, constituido de forma heterogénea y a través del conflicto.
Las tres cuestiones que discuten los trabajos anteriormente reseñados –la desigualdad regional, la interpretación del espacio en el marco de las ciencias sociales y la idea de lugar–,2 se hacen presentes (de forma medular o transversal) en los siguientes cinco artículos,3 algunos incluidos en textos académicos y otros en publicaciones destinadas a un público más amplio. En este conjunto de estudios Massey desarrolla una concepción de espacio permeada por los aportes del posestructuralismo y del poscolonialismo. El espacio aquí adquiere movimiento, es sinónimo de lo múltiple y de la coexistencia en la multiplicidad. Esta concepción le permite reconocer que en el mundo actual conviven distintas sociedades con trayectorias espacio temporales diversas; éstas no pueden resumirse en un relato histórico único –como aquel asociado a los discursos desarrollistas– que supone que todas las sociedades tienen que someterse a un único modelo de desarrollo que es el que definen los países centrales. A su vez, desde su punto de vista el espacio es abierto, incompleto y en constante devenir. Así Massey abre el juego a la política en la medida en que no existen procesos previsibles ni naturales, hay un espacio para lo nuevo y lo sorpresivo que pueden cambiar las relaciones hegemónicas en la actual geometría del poder (otra idea clave en el pensamiento de la autora). Esta apertura le permite imaginar4 otras relaciones entre los lugares, relaciones –de colaboración y solidaridad en lugar de relaciones de sumisión y dependencia– donde Londres, por ejemplo, podría llegar a asumir sus responsabilidades (espaciales) con aquellos lugares y poblaciones que contribuyeron a forjarla como ciudad global.
El último texto que compone la antología se titula “Ideología y economía en el momento actual”. Este ensayo sale del campo estrictamente geográfico para centrarse en los contenidos ideológicos del discurso neoliberal. Se trata de un discurso que cierra toda posibilidad de pensar el campo económico como un espacio de lucha política, a la vez que obtura toda posibilidad de pensar otros caminos de su superación que no sea aquel plagado por los ajustes que afectan a las necesidades básicas de la sociedad. Este mismo discurso ha vaciado a la democracia liberal de sus contenidos sociales y ha inhabilitado la acción colectiva como estrategia de organización política y cambio social.
La cuarta parte contiene un texto inédito titulado “Londres, diciembre de 2011”. A partir de la crisis económica de los países centrales y las formas de protesta y participación política desencadenadas, Massey se interesa por explorar las concepciones de lugar presentes en las experiencias recientes de democracia directa (Occupy London) e indirecta (emergentes de algunos estados latinoamericanos como la constitución de un estado plurinacional en Bolivia o la creación de los consejos comunales en Venezuela). La reflexión empírica está mediada por una lectura de los imaginarios sobre el lugar presentes en la filosofía política de Negri-Hardt y Mouffe - Laclau.
La quinta parte ofrece un balance de las aportaciones de D. Massey a la geografía, al activismo, al feminismo y a la política. En este apartado se busca, por un lado, contextualizar histórica y epistemológica sus propuestas conceptuales relacionales, antiesencialistas, basadas en análisis empíricos y profundamente políticas. Albet y Benach presentan también algunas de las repercusiones académicas de sus ideas en el momento de formulación. A su vez, en esta sección se discuten las relaciones entre estas conceptualizaciones y su participación como asesora el Greater London Enterprise Board en la década de 1980 o como inspiradora (a través de la idea de geometrías del poder) de una de las propuestas de reorganización territorial del proyecto socialista de Hugo Chávez en Venezuela. Ambas experiencias le han permitido constatar a Massey que “los conceptos teóricos deben ser probados, enriquecidos o modificados en la práctica: deben ser, necesariamente, conceptos de ida y vuelta” (p. 299).
No cabe duda que la amabilidad, simpleza, reflexividad y vitalidad de Doreen Massey, transmitidas a través de las largas conversaciones y en los textos, logró seducir a los organizadores del libro. Ello se demuestra en una escritura permeada de respeto y admiración. A través de esta escritura se resaltan particularmente aquellos valores que la llevan a sí misma a definirse como una “activista intelectual”: su preocupación por hacer que sus ideas sean transparentes, útiles, viajen, se debatan e incidan en la realidad social; por entablar relaciones de colaboración horizontal tanto con académicos o artistas como con otros sectores sociales y, final mente, por generar espacios de discusión teórico político en tanto ámbitos de creación de nuevas ideas asociadas a las urgencias contemporáneas.
En sus últimos escritos, Doreen Massey valoriza las formas en que los estados latinoamericanos están concibiendo la democracia (dando lugar a los movimientos sociales e incorporando a sectores sociales silenciados a la participación política), la es pacialidad (a través de diseñar una nueva geometría del poder basada en la cooperación y solidaridad entre los países mediante el CELAC o la Unasur, por ejemplo) y los medios de comunicación (buscando superar su concentración y diversificar las voces que construyen la información). Doreen Massey encuentra en estas concepciones y en las prácticas asociadas elementos que Europa podría tomar en cuenta a la hora de hacer frente al neoliberalis mo y particularmente a la crisis actual (Massey, 2012:131-141). En este sentido, Massey es una de las pocas geógrafas del centro que desafía la forma en que la academia y la política de los países del norte conciben las relaciones con el sur. Este es uno de los motivos, entre los otros ya señalados, que me lleva a reconocer la riqueza de su pensamiento y su potencialidad para poner en diálogo con las propuestas emergentes en la región. En este sentido, considero que leer Un sentido global del lugar puede ser útil a los fines de contribuir en el desarrollo de nuestro sentido crítico global de América Latina en tanto lugar.
Cabe destacar que la publicación de esta colección fue acompañada de la organización de un grupo de discusión denominado Espacios Críticos. En sus reuniones mensuales el grupo discute textos críticos relacionados con la crisis económica europea y con la política neoliberal en sus distintos aspectos.
Sería interesante comparar las formulaciones sobre la división espacial del trabajo y sobre el lugar de Doreen Massey con aquéllas elaboradas por Milton Santos en la misma época pero desde otro contexto biográfico e intelectual.
Los cinco textos son los siguientes: “Imaginar la globali zación: las geometrías del poder del tiempo espacio”; “La filosofía y la política de la espacialidad: algunas consideraciones”; “Algunos tiempos de espacio”; “Espacio, tiempo y responsabilidad en una era de desigualdad global” y “Londres inside-out”.
El término imaginación es frecuentemente usado por Massey. La imaginación aparece en sus textos como una esfera “invadida” por los distintos discursos hegemónicos (como el neoliberal en la actuallidad). Por tanto es un ámbito de pugnas y en el que es necesario trabajar para elaborar propuestas alternativas.