Damos una sincera bienvenida a Global Goods, una compilación de ensayos en los que, por medio de un enfoque multidisciplinario, se propone una profunda reflexión sobre la historia global, la imperial, la atlántica y la del consumo desde el siglo xvi hasta la disolución del imperio español. Desde un enfoque de la historia económica y social, la historia cultural e intelectual, la historia de la ciencia y de la medicina, los estudios reunidos en la obra aspiran a un objetivo común: examinar la transferencia de bienes e ideas que fluyeron desde Iberoamérica hacia Europa y su proceso de transformación, de cierta «metamorfosis» que habrían sufrido dichos elementos al ser recibidos por los receptores, sean agentes o mercados consumidores. El aporte principal del libro es demostrar que la movilización trasatlántica de los bienes no fue aceptada por los consumidores de manera mecánica y natural. Por el contrario, el fenómeno habría generado una gran cuota de rechazo y una fuerte hibridación cultural, fenómenos constitutivos de la globalización de la época.
Es que Global Goods nos ofrece originales y controvertidas ideas sobre una problemática que hoy en día se encuentra en boga en los círculos académicos del mundo: la de la historia global. Sus capítulos nos invitan a repensar la globalización moderna tomando como unidad espacial al imperio español, el que es definido lejos de las tradicionales conceptualizaciones institucionalistas o legalistas. Es decir, más que límites cerrados, de rígidas fronteras o como un acabado y autosuficiente bloque, para Global Goods el imperio español fue una unidad abierta, con proyección hacia el exterior, dinámica, cuyas fronteras permeables y sus redes sociales móviles alimentaron −no exento de conflicto− la economía mundial de la época. El libro muestra que el imperio español se constituyó en una pieza clave para la conformación y el desarrollo de la globalización moderna. Sus ensayos gozan de una virtud insoslayable: abordar temas de la historia global sobre pilares documentales sólidos, fácticos y concretos; un conjunto de atributos que no suelen presentarse en investigaciones con perspectivas macrohistóricas. Global Goods no se sujeta a las fronteras políticas, administrativas o anacrónicas (nación-estado) para pensar el desarrollo de los imperios y de los procesos globalizadores. Se decide por la herramienta analítica de las redes sociales; tejidos humanos que actúan dentro y fuera del territorio formal del imperio, que escapan a las directrices institucionales y que violan las leyes del monopolio o de la prohibición. Así lo demuestran los estudios de caso referidos en cada uno de los ensayos: por ejemplo, a la movilidad de los misioneros jesuitas, a los comerciantes sefardíes, a los trabajadores africanos o los campesinos de Oaxaca, de Santo Domingo, hasta los que vivían en el Piamonte.
Global Goods es un enfoque hispánico con vistas a comprender agentes, circuitos, mercaderías y consumidores que participan en la historia global. Pero también resulta una invitación para repensar abordajes y perspectivas sobre el estudio de la historia atlántica y de la historia del consumo. Lejos de ser una integración armónica y lineal, la movilidad transatlántica de ideas y bienes sufrió un alto grado de resistencia social y cultural, en un juego asimétrico y a veces violento de aceptación, rechazo o adaptación. El libro ofrece una original interpretación sobre las resistencias, los obstáculos, los cambios y los conflictos que origina la circulación de productos iberoamericanos en los mercados europeos. La existencia de una fuerte resistencia al cambio, a la innovación o a lo novedoso. Lo que se trataría es de adecuar los «nuevos» productos a las prácticas conservadoras de los consumidores. Unas de las aportaciones más originales de la obra se refieren a las lógicas y los mecanismos que hacen a la globalización. Más que un progresismo en continuo ascenso para llegar a la perfección del ideal occidental, la globalización tuvo elementos de conflicto, resistencia y adecuación sobre un mapa planetario colmado de diversidad social y cultural.
Por otro lado, la decisión de los editores de publicar estudios sobre la historia iberoamericana e hispana en idioma anglosajón merece destacarse. Podría interpretarse como una atrevida, pero muy válida y necesaria, voluntad por incorporar el enfoque hispánico a la historiografía global y/o atlántica; corrientes interpretativas que aún hoy siguen sufriendo de injustificadas posiciones eurocéntricas o lo que en el libro aparece con el término north-amerocentrism. El profesor Bethany Aram, uno de los editores, señala en la introducción que el descuido historiográfico sobre el papel del espacio ibérico en el proceso globalizador se explicaría porque muchos de los colegas ocupados en la materia tienen su inscripción institucional en universidades norteamericanas, espacios académicos de gran disponibilidad financiera que moldearon el que-hacer de la historia global. La obra es una llamada a rescatar de cierto olvido el papel que jugaron los agentes y productos iberoamericanos en la constitución de la cultura material europea. Sin embargo, vale objetar que Global Goods no abandona la visión atlántica-europea de la globalización. Un caso expresivo del hecho es que solo un trabajo de la compilación se ocupa colateralmente del Pacífico imperial, al rastrear la circulación y el consumo de los bienes asiáticos.
Global Goods no representa una mera recopilación de ensayos que se preocupa por concretar un producto editorial. Más bien es una fina elaboración intelectual, una suerte de fruto maduro resultado de discusiones y debates celebrados en reuniones y congresos previos. Si bien cada ensayo goza de una metodología y una perspectiva de estudio independiente, los editores han logrado agruparlos en 3 grandes apartados, otorgándoles un atinado hilo conductor temático. La primera parte, «Cultural and Intellectual Constraints» consta de 5 ensayos. Allí se trata de las limitaciones culturales e intelectuales que condicionaron la aceptación en la transferencia de ideas y productos americanos por los círculos mercantiles y sociales de Europa. Nunca se abandona la premisa general del libro de recordar que la movilización global de los productos no fue armoniosa, lineal ni aceptada automáticamente. El conflicto y el rechazo fueron fenómenos muy presentes en la transferencia transatlántica. En la segunda parte, titulada «The Social Use of Things», se presentan 4 ensayos que, en líneas generales, continúan con esa gran problemática haciendo hincapié sobre los modos de rechazo, aceptación y transformación de los productos por parte de precisas áreas y sectores sociales (de elite) consumidoras de Europa. La tercera parte, «Connected and Contrasting Societies», está integrada por 4 ensayos en los cuales se pone el acento en los procesos de asimetría y oposición entre las sociedades de ambos lados del Atlántico que generaba el movimiento de los bienes. Los editores han tomado la decisión de inaugurar y culminar la obra con 2 excelentes ensayos. El primero, a cargo de Bethany Aram, expone el estado del arte en que se encuentra la historia global, la historia atlántica y la historia del consumo, como así también las prometedoras líneas de investigación que se abren cuando se incorpora el imperio ibérico en el juego global. Por su parte, Bartolomé Yun-Casalilla cierra la compilación con una suerte de balance, reflexiones y conclusiones sobre la historia del consumo que se desprenden de la lectura de los ensayos de la obra.
Si bien no debemos demandar más de lo que se desea ofrecer, valdría una observación. Global Goods no logra escapar de la tradicional perspectiva transatlántica de la globalización, pues omite el protagonismo de Hispanoamérica como mercado consumidor en el movimiento planetario de los productos. La América hispana es presentada exclusivamente como proveedora de productos hacia Europa, cuando sabemos que su función y protagonismo en la globalización moderna fue mucho más complejo y rico.