Las obras colectivas, mucho más si, como la presente, responden a un homenaje personal y no a estrictos objetivos temáticos, son difíciles de comentar. No hay en estas más lugar común ni otro eje conductor que la figura a celebrar. Este es el caso que nos ocupa y, su lugar central, la figura entrañable del profesor Hernández Andreu, titular durante muchos años de una cátedra de Historia económica en la Universidad Complutense de Madrid. Un ilustre académico de origen periférico y que jamás ha perdido sus raíces menorquinas, pero instalado por elección propia en el centro de la Península y en el corazón mismo de la profesión. De este modo ha podido ejercer una amplia carrera local, nacional e internacional que le ha permitido moverse con soltura en las principales redes profesionales y en el triple sentido de la docencia, la investigación y la gestión de proyectos culturales y académicos. Este es, pues, el tema, tal como resumen con tal vez excesiva concisión los editores de la obra. Sus numerosos y variados colaboradores y amigos dentro de la profesión, reseñados en apretada tabla final, lo confirman plenamente en este volumen.
La obra que comentamos tiene, pues, un sentido muy claro y tal vez demasiado limitado: se reduce a los compañeros directos de Juan Hernández Andreu; los más cercanos; casi a quienes durante muchos años han compartido el mismo pasillo en la Facultad y se han esperado mutuamente a la puerta del aula. La larga lista final de colegas de otras muchas universidades da fe del volumen que podría haber tenido la obra de haberse podido ampliar el llamamiento original sin restricciones editoriales, probablemente de naturaleza económica y ligada a la crisis, que han limitado el «aforo» disponible en estas páginas a solo una expresión puntual de afecto y respeto.
En consonancia con lo anterior, la estructura elegida para dar orden a las aportaciones resulta necesariamente simple. Un doble orden alfabético de autores lo articula todo. Por un lado, los colegas que se ocupan de los hechos económicos. Por el otro, los representantes de la, en su día, prometedora escuela complutense de historiadores del pensamiento económico, hoy contra las cuerdas en el ring profesional tras las recientes podas de los planes de estudios. Todos ellos colegas consagrados, por no decir que ya viejos y bien conocidos en la profesión, con el prestigio que dan sólidos conocimientos de sus respectivos temas de investigación y de las 2 disciplinas en términos generales. La variedad cubierta por tales firmas, y las selectas bibliografías que aportan, son probablemente el activo principal del libro que nos ocupa.
Entre esa gavilla de contribuciones no me atreveré a elegir ni a mostrar preferencia alguna. Resultaría demasiado personal y respondería probablemente y de forma excesivamente obvia a mis propios intereses. O, al revés, podría transformarse en un elogio universal nada crítico y por razones igualmente improcedentes.
Puestos, por tanto, a describir, que no a calificar, consignaré que aparecen sólidas aportaciones recopilatorias sobre la edad moderna (González Enciso, Jurado, Llopis, Pérez Moreda y Sebastián Amarilla), el siglo xix (Martínez Vara y Mata) y el xx (García Ruiz, Ortiz-Villajos, Quiroga, Tortella, Rosado y Vidal). Temáticamente se incluye una amplia y expresiva gama temática, como el comercio medieval y moderno, las finanzas de guerra, la demografía y, más concretamente, la mortalidad castellana, empresarialidad y empresarios en general, ferrocarriles, aeronáutica, cementos, seguros, e historias de empresas como el Banco Popular. Todo ello dentro de la parte correspondiente a la historia económica, que ocupa 194 páginas.
La segunda parte, la dedicada a la historia del pensamiento económico, se abre con una glosa de las ideas económicas de nuestro protagonista sobre el tema concreto de las crisis financieras de la pluma de Elena Gallego. Seguidamente encontramos diversas aportaciones sobre la España moderna (Perdices y Reeder), Adam Smith (Trincado), interpretaciones de grandes economistas sobre la economía norteamericana durante la Segunda Revolución Industrial (Ramos Gorostiza), Keynes y el keynesianismo (Méndez Ibisate, Orduna, Tortorella), economía del arte (Santos Redondo) y debates sobre la empresa y la política en el mundo de las ideas (Rodríguez Braun). Todo lo cual ocupa las restantes 186 páginas del volumen (excluidas la bibliografía del profesor Hernández Andreu y la tábula gratulatoria).
En conclusión, un sentido homenaje de gran interés que no tiene más defecto que las restricciones editoriales ya mencionadas, que han limitado severamente la participación de colegas de fuera.