La historia de la empresa familiar goza en España de una relativa buena salud. Disponemos de una amplia relación de obras dedicadas a grupos y dinastías empresariales familiares y en la elaboración de nuestra historia empresarial se tienen habitualmente en cuenta los problemas relacionados con el carácter familiar de las empresas, sobre todo los referidos a la profesionalización de su gestión y al proceso del traspaso generacional, cuyas dificultades constituyen ya un lugar común en la historiografía, como debe ser. Investigadores españoles publican artículos y libros influyentes en revistas y editoriales internacionales de prestigio, organizan sesiones de congresos, forman parte de consejos editoriales y asociaciones y dirigen grupos de investigación.
El libro que aquí reseño se enmarca en estas prometedoras líneas de trabajo y está escrito para entender mejor las características esenciales de la empresa familiar desde el largo plazo. La «Introducción» de la obra explica sus objetivos con claridad. Los autores buscan ante todo aportar ejemplos numerosos y diversos de historias de empresas familiares del mundo de la industria de las cuales puedan los lectores obtener información e inspiración. Realizan una síntesis meritoria —y didáctica— sobre la industrialización y también sobre el debate acerca del papel de la empresa familiar a partir de la tradicional comparación chandleriana con la empresa gerencial.
La «Introducción» explica con sinceridad y sencillez, de manera atractiva y dinámica —lo cual es de agradecer—, todo lo que el lector necesita saber sobre el libro que tiene en sus manos, empezando por los criterios empleados para seleccionar las biografías. Dado que lo que se pretende es entender mejor el proceso de industrialización a través del estudio de las empresas familiares que lo protagonizaron, las empresas escogidas permanecen activas hoy en día y han nacido antes de 1914. De esta forma se asegura, como mínimo, una longevidad de 100 años, «desmontando —dicen los autores— el tópico de que las empresas familiares son un fenómeno del pasado».
Las 100 biografías son cortas. De hecho, muy cortas: de 3 o 4 páginas la mayor parte. Las fuentes son limitadas: se reducen a algún libro o a unos pocos artículos y a la página web corporativa cuando está disponible. Téngase en cuenta que se trata de una obra de síntesis cuyo objetivo no consiste en profundizar en cada una de las historias que lo conforman, sino en ofrecer numerosos ejemplos relacionados con la industrialización europea y norteamericana. Son 14 los países representados, aunque 6 de ellos ofrecen el grueso de los ejemplos: Alemania, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia y España, que con sus 17 biografías obtiene un plus de representación muy por encima de su papel en el proceso histórico de industrialización, una decisión que los autores justifican acertadamente por tratarse de un libro de edición española. No hay espacio en esta reseña para hablar de las familias que protagonizan el libro, aunque, dado que los autores insisten en que su objetivo principal a la hora de escribirlo ha sido el de ofrecer historias que sirvan de inspiración a los lectores, me permitiré, simplemente, apuntar mi breve selección personal como forma de subrayar la originalidad, diversidad y riqueza de actores, sectores, momentos históricos y lugares: el grupo alemán Haniel (activo desde el siglo XVIII), los italianos Amarelli (desde 1731), la francesa Hachette Livres (1826), la holandesa C&A (1841), los relojeros suizos Chopard (1860), el grupo portugués Amorim (1870), la austriaca Swarovski (1895) y la danesa Maersk (1904). Y muchos más.
Un epílogo que hace las veces de conclusiones y una bibliografía no exhaustiva cierran el libro. Los autores defienden que en la empresa familiar prevalece siempre una visión a largo plazo del negocio debido al deseo de preservarlo para las generaciones posteriores. Pero este objetivo de las empresas familiares no puede lograrse sin innovación, y he aquí la propuesta de mayor calado de la obra: las empresas familiares que han perdurado lo han logrado porque han innovado, pues no hacerlo implicaba quedarse atrás y desaparecer. Existe una ligazón causal entre longevidad e innovación que debe ser tenida en cuenta, porque a través de ella se puede afirmar que el deseo de conservación de la empresa a largo plazo sirvió para potenciar el espíritu innovador y, por consiguiente, impulsar la industrialización.
Una última palabra sobre la multidisciplinariedad. Es este un libro militante. Llama de nuevo a que los investigadores del management empleen lo mucho que la historia de las empresas familiares les ofrece. Invade al lector una cierta sensación melancólica de déjà vu que conviene superar. Los autores constituyen precisamente una amalgama de historia y management esperanzadora, y el hecho de que uno de ellos, Josep Tàpies, sea titular de una Cátedra de Empresa Familiar, invita a confiar en el papel cada vez mayor que este tipo de instituciones han de tener en el impulso de los estudios conjuntos entre investigadores de diversas ramas de conocimiento.