El objetivo de la medicina intensiva es ofrecer a los pacientes críticos una asistencia sanitaria ajustada a sus necesidades de calidad y lo más segura posible1. En nuestra unidad de cuidados intensivos (UCI) trabajamos para ofrecer una atención de calidad y eficaz, en los distintos aspectos de nuestro quehacer diario2,3.
Esto se complica durante la pandemia de COVID-19, donde las UCI sufren una sobrecarga asistencial importante, con un manejo de los aspectos respiratorios peculiar, teniendo que adaptar su funcionamiento para evitar el contagio entre los profesionales y otros pacientes no afectados por esta enfermedad, lo que puede repercutir en la adherencia a los indicadores de calidad respiratorios que se pudieran ofrecer en otras circunstancias.
Por tanto, nos planteamos como objetivo monitorizar diferentes indicadores de calidad en el cuidado respiratorio, en una UCI, durante la época COVID.
Se analizaron indicadores de calidad, avalados por la SEMICYUC, en relación con procesos asociados a la actividad asistencial, relacionados con la seguridad y de las buenas prácticas clínicas4. En una UCI de 32 camas perteneciente a un hospital de tercer nivel. Durante el período abril a junio de 2020, coincidiendo con la primera ola pandémica por COVID-19 en nuestro entorno, de acuerdo con la evolución de la incidencia acumulada por 100.000 habitantes en los últimos 14 días en nuestra comunidad autónoma.
Durante dicho período, ingresaron en nuestra UCI 236 pacientes, donde 26 (11%) fueron pacientes con afección por la COVID, y una máxima ocupación por esta enfermedad del 56,25%. Se objetivó una tasa de neumonía asociada a ventilación mecánica (VM) de 8,49 (número de episodios/1.000 días de VM) algo superior al estándar. En cuanto a las tasas de reintubaciones dobla el estándar, siendo 15 de 64 extubaciones programadas (23,4%). Sin embargo, las extubaciones no programadas fueron 29, cifras que se ajustan al criterio de aceptación con solo 3,9 episodios por 1.000 días de intubación; aunque de estas, se recogieron 19 extubaciones por obstrucciones del tubo endotraqueal por traqueobronquitis necrosante, complicación muy frecuente en pacientes COVID.
Por tanto, podemos concluir que las complicaciones respiratorias derivadas de la enfermedad COVID-19, y las dificultades en el manejo de estos pacientes debido al alto riesgo de contagio, conduce a una modificación en la adherencia a los indicadores de calidad, y provoca el que no se alcancen los criterios establecidos en el servicio. Se han establecido medidas para mejorar e introducir cambios con el fin de alcanzar los criterios que garanticen la misma calidad asistencial que previo al período COVID. De todas formas, habría que valorar, en adelante, si hubiera que modificar el rango del criterio de aceptación para estos Indicadores durante las fases de incremento de la presión asistencial por patologías de este tipo.
FinanciaciónLos autores declaran que el presente estudio no ha sido financiado.