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Vol. 62.
Páginas 13-34 (enero - junio 2016)
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Vol. 62.
Páginas 13-34 (enero - junio 2016)
HISTORIA INTELECTUAL Y LITERATURA
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¿Una poética del exilio? La revista y el exilio republicano español en Latinoamérica
A poetic of exile? Review and Spanish republican exile in Latin America
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Lucía Di Salvo León
Autor para correspondencia
lucia.disalvo@postgrado.uv.cl

Autor para correspondencia.
, Patricio Herrera González
Universidad de Valparaíso, Chile
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RESUMEN

El análisis comparativo, en clave literaria, histórica y estética, de dos publicaciones latinoamericanas da cuenta de dos casos diferentes del exilio republicano español y, por tanto, de dos desenlaces distintos del mismo fenómeno: Futuro (México, 1933-1946), fundada por Vicente Lombardo Toledano y Timón: síntesis de orientación político-social (Argentina, 1939-1940), publicación dirigida por Diego Abad de Santillán. En este marco, surge el interrogante acerca de la conformación de una poética del exilio caracterizada por el discurso de la acción. En este punto, la revista constituye un oasis discursivo y creativo para enunciar, denunciar y “hacer” algo frente al silencio impuesto.

Palabras clave:
Exilio
Revista poética
Latinoamérica
1939
ABSTRACT

The comparative analysis —from literary, historical and aesthetic perspectives— of two Latinoamerican publications gives an account of two different cases of Spanish republican exile and, therefore, two different outcomes of the same phenomenon: Futuro (México, 1933-1946), founded by Vicente Lombardo Toledano and Timón: síntesis de orientación político-social (Argentina, 1939-1940), publication directed by Diego Abad de Santillán. In this respect, the question which arises is that of the constitution of a poetics of exile, where the poetics is characterized by the discourse of action. In this context, the press is a discursive and creative oasis to enunciate, denounce and ‘do’ something against the imposed silence.

Keywords:
Exile
Press poetics
Latinoamerica
1939
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DERROTEROS DE ENTRADA

La investigación se focaliza en un análisis discursivo (que atiende el plano literario pero también la retórica de la imagen) del exilio republicano español en fuentes primarias originadas por intelectuales de izquierda provenientes de México y Argentina: Futuro (1933-1946) fundada por Vicente Lombardo Toledano1 (reconocido intelectual, político y dirigente de organizaciones obreras mexicanas y continentales. Colaboró activamente en formar en México una conciencia antifascista, le correspondió liderar la defensa de la República española en México y América Latina)2 y Timón: síntesis de orientación político social (1939-1940),3 dirigida por Diego Abad de Santillán4 (intelectual anarquista que participó activamente en la circulación de ideas entre Latinoamérica y Europa con el fin de generar una conciencia libertaria en el nivel internacional, también fue conocido tanto en su papel de teórico como de militante, periodista, escritor, editor y traductor.).5 En este marco, nos proponemos acentuar el análisis de ambas publicaciones en el decisivo año de 1939. Asimismo, iniciaremos la investigación preguntándonos acerca de una conformación de una poética del exilio y consideraremos las características literarias, discursivas, estéticas y la importancia documental de la revista en tanto espacio en el que emergen redes intelectuales, laboratorio performativo de ideas y proyecto cultural propiciador de una poética.

Cabe señalar que trabajaremos las publicaciones periódicas de manera comparativa y exploratoria, de modo que nos sea posible conocer dos espacios discursivos diferentes en materia del exilio español alrededor del año 1939. En este contexto y sin perder de vista que nuestra investigación tiene como eje central el fenómeno del exilio, resulta pertinente considerar la perspectiva de Emilia Zuleta.6 Ella afirma que ante el descubrimiento de un territorio —intelectual, histórica y discursivamente— nuevo, el intelectual exiliado oscila en primera instancia entre el rechazo, la aceptación y posteriormente la asimilación. Este quiebre en la vida de un intelectual exiliado produce una tensión entre su presente desconocido pero discursivamente permeable y fértil, y un pasado silenciado donde se dificulta la libertad de expresión, la producción intelectual y, en definitiva, la divulgación de ideología. La tensión entre los exiliados, comprometidos con el anarquismo de Timón (cabe destacar que desde esta revista se de fienden ideales libertarios que buscan forjar un puente entre intelectuales de Latinoamérica y Europa que promuevan el pensamiento antifascista y libertario en el nivel internacional), exige una revisión del pasado y de la propia historia que permita dar cuenta el porqué del fracaso de la Guerra Civil. Si en el campo de guerra no pudieron vencer, la revancha está en el terreno discursivo y la revista se perfila como un arma literaria, que enuncia y denuncia las causas que condujeron a este efecto triste e inesperado. Mientras que los intelectuales de Timón, sin embargo, tienen la vista puesta en desatar los nudos irremediables del terreno (político, discursivo, artístico, etc.) pasado; Futuro centra su foco de atención en la Revolución mexicana y en lo que está por hacerse. En el primer caso, para los intelectuales anarquistas España es el espejo de lo perdido, aquello que hay que recuperar del otro lado del cristal imposible, lo que está más allá; es decir, la España republicana es un reflejo con matices de un oasis que hay que salvar por medio de la lucha. La cita y el texto extraídos de un artículo de Timón, “Incitación al socialismo”, dan cuenta de esta urgencia: “A pesar de todo (hay que) intentar la renovación. […] reunirse, a eso incitamos aquí: ellos deben decir a los pueblos lo que hay que hacer, deben mostrar a los pueblos cómo se comienza”.7

En el segundo caso, la España republicana se constituye como un espejo quebrado, aquello destruido, perdido y que es mejor olvidar para atender la historia urgente y presente del territorio latinoamericano, de muestra vale el ejemplo citado que refiere a la importancia de centrar las fuerzas en la Revolución mexicana: “México, la Revolución Mexicana, muy mexicana, nacida de la entraña de México es, sin embargo, una aspiración universal porque se toca con otros anhelos revolucionarios de hombres de otras partes del mundo que tratan de hacer de la tierra la patria de los hombres libres”.8

Es importante reconocer que las dos miradas (la retrospectiva de Timón y la prospectiva de Futuro) responden a dos desembarcos diferentes. En el caso de la revista fundada por Abad de Santillán, la edición es quebrada por el exilio, por lo tanto, hay una primera parte de la revista que se inicia en Barcelona y la segunda, por motivos de fuerza mayor, continúa en Buenos Aires. No es entonces extraño que el desembarco intelectual de los escritores de Timón esté impregnado por la sensación de lo urgente y lo necesario. El desembarco, en primera instancia, produce sorpresa9 en el intelectual y eso se traduce en la sintaxis de la revista10 y en la narrativa, sin embargo esa sorpresa no opaca la necesidad urgente por explicar los motivos de la Guerra Civil y lograr una revancha, al menos en el plano discursivo. Lo señalado anteriormente acerca de la revista se explicita en el número fundacional de Timón, en la pluma del mismísimo Diego Abad de Santillán: “Estas son las aspiraciones fundamentales del núcleo de militantes antifascistas que se agrupan en Timón: luchar por la Humanidad entera, impulsando la única ideología de tipo internacional capaz por ahora de cerrar paso definitivamente a toda veleidad imperialista”.11

En el caso de Futuro, si bien no se constituyó como una revista de exiliados, predominó el rechazo a los regímenes dictatoriales. La figura de Lombardo Toledano, además, fue una bisagra entre la Europa de posguerra y el México de la Revolución. Por lo tanto, podemos afirmar que el caso de Futuro, responde a un momento discursivo diferente más allá de la coincidencia cronológica, puesto que se haya inserta en una instancia reflexiva sobre el exilio y pone su foco principalmente en las transformaciones políticas y socioculturales que experimentaba México, en lo que se consideraba una fase de modernización como resultado del gobierno de Lázaro Cárdenas. De hecho, en el número fundacional de la revista y puntualmente en la primera página, Vicente Lombardo Toledano señala: “Futuro se propone discutir a México, para el conocimiento exacto de México dentro y lejos de nuestras propias fronteras políticas. Y hará lo posible por construir un México digno de las seculares privaciones de nuestra […] resignada población”.12

Si tenemos en cuenta el impacto cultural que tuvo la incidencia de la Guerra Civil española se vislumbra la presencia de una poética propia del exilio (presente tanto en las imágenes como en el discurso) en las dos publicaciones periódicas, fuente de nuestro análisis. El aporte del corpus permite realizar un análisis del estudio de las publicaciones que se concentran alrededor de 1939. Ese año marca un parteaguas, pues la Guerra Civil se inclina en favor del falangismo, se restauran los valores monárquicos en la Península y las posiciones ideológicas del franquismo se aproximan al fascismo y nazismo. Tanto Timón como Futuro se hacen parte del debate ideológico y definen sus posiciones frente al nuevo escenario, la derrota republicana y el inminente exilio de miles de partidarios republicanos y opositores al franquismo. Alrededor de ese periodo la historiografía reconoce que se estableció la figura del exiliado político, cuando las esperanzas del regreso a España se desvanecen. En este sentido, las manifestaciones discursivas por parte de un narrador exiliado (en tanto sujeto excluido y sin protección) iluminan las fracturas del orden político13 y, en consecuencia, exhiben las tensiones de una España en crisis. Es en este marco en que pensamos el interrogante acerca de cómo abordar un objeto-género tan comprometido con el presente y tan inmediato como lo es la revista y, en consecuencia, surge nuestra primera aproximación acerca de la presencia de una poética del exilio, en tanto medio que permite visibilizar el conflicto en el contexto de “permiso” de diálogo que supone Latinoamérica frente a la censura de la España franquista.

¿POR QUÉ UNA POÉTICA DEL EXILIO?

A lo largo de nuestra investigación hemos seleccionado diversos autores y sus perspectivas que nos permiten analizar el objeto de estudio. Existe, por una parte, una dificultad por reconocer una problemática que atienda las necesidades de las producciones intelectuales en el exilio y, por otra, que no desestime la impronta estética y literaria a este tipo particular de prensa. En este marco, hemos recorrido cinco posibilidades de tratar la temática de la poética del exilio en las dos publicaciones materia de nuestro análisis. En primer lugar, nos hemos centrado en el concepto de representación política y cultural adoptado por Chartier14 y Cordobés.15 La definición nos fue propicia hasta que tuvimos que reconocer que la aplicación del concepto de representación en clave chartiana se centraba más bien en el plano discursivo, y esto suponía el abandono de las producciones paratextuales que predominan principalmente en la revista Futuro. Por otro lado, el hallazgo de numerosos poemas a lo largo de las publicaciones (particularmente en Timón) hizo modificar esa primera elección, puesto que la poesía no puede leerse como representación de algo. La poesía es creación pura e impulso y eso es percibido desde su etimología: la poesía (del griego ποι¿ω) está estrechamente ligada no sólo al acto creativo sino con el verbo hacer.

En segundo término, y casi simultáneamente, optamos por incluir el trabajo de Peter Burke, Visto y no visto, 16 de manera de saldar la deuda con las producciones paratextuales, puesto que nos introduce en el tratamiento de la imagen en tanto documento histórico y testimonio visual del pasado. Sin embargo, el tratamiento de la imagen pasó a un plano central y esto nos obligó a desatender el plano discursivo-literario, cuestión central en nuestra propuesta de investigación.

En nuestra intención por indagar perspectivas que atendieran de manera simultánea y sin asimetrías tanto el plano de la imagen como el del texto, encontramos que en “La retórica de la imagen”,17 se hacía justicia a ambas partes del estudio puesto que según el autor, la imagen entrega de inmediato un primer mensaje cuya sustancia es lingüística. Debemos reconocer que en este postulado no se atiende con profundidad el plano histórico de la imagen y el texto, pero para llenar ese vacío sirven los trabajos mencionados con anterioridad. En este punto cabe destacar que ningún enfoque se desechó en su totalidad, todos han contribuido en el intento por responder a la interrogante planteada en el título.

Posteriormente, y vista la urgencia por no descuidar el plano de la estética (recordemos que el trabajo de Barthes se centra más bien en el plano lingüístico de la imagen), hemos incluido el aporte de Agamben,18 autor que se ocupa de la cuestión del exilio y realiza un interesante recorrido lingüístico, político e histórico del fenómeno, al tiempo que sugiere implícitamente una aproximación a una estética. También ha sido revelador el trabajo de Marcelo Burello, “El exilio como poética”,19 puesto que nos ha permitido anudar los tres vértices que atañen a nuestra pregunta de investigación, y acaso reformular nuestros primeros supuestos. Esto se debe a que el aporte de Burello atiende no sólo la urgencia que decanta del exilio, sino que lo relaciona con el concepto de epifanía (en tanto acceso a una verdad desnuda revelada) y este último término se identifica con una poética de la ausencia, propia del exiliado. Tampoco se puede relegar el artículo de Beatriz Sarlo, “Intelectuales y revistas: razones de una práctica”,20 al afirmar que una revista es un laboratorio de ensayo de propuestas estéticas y de posiciones ideológicas. Cada revista pone en su núcleo (siguiendo la metáfora y el supuesto que utiliza la teórica acerca de la sintaxis en una revista) la batalla que quiere combatir o la idea que quiere defender, y al mismo tiempo en sus omisiones o silencio se puede leer también cuáles son los temas que no conciernen al núcleo de la revista.

LA REVISTA DEL EXILIO EN TANTO PROYECTO CULTURAL

Si bien existen estudios sobre la figura del exiliado —Agamben,21 Zuleta22—, que consideran las variables históricas —Clara Lida y Pablo Yankelevich— y los esfuerzos de proporcionar corpus testimoniales con nuevas aproximaciones acerca del exilio, que van desde trabajos que abordan el fenómeno a partir de documentos escritos23 y orales,24 pasando por la literatura,25 nos resulta sugerente retomar el fenómeno por otra arista: aquella que concierne a la insistencia en la configuración de una poética, a partir del análisis del discurso de la imagen y de la palabra en publicaciones periódicas.

En este punto es de relevancia hacer un breve recorrido por algunas de las propuestas que ha suscitado el estudio de las publicaciones intelectuales. En primer lugar se ha reconocido que la revista, en tanto proyecto cultural, constituye un mirador privilegiado que permite ver los avatares de la vida intelectual26 y, en el marco de la guerra y la posguerra civil republicana española, las revistas además conforman un espacio de reflexión y expresión sobre la realidad del narrador exiliado. La revista, asimismo, se constituye como un soporte material de las ideas, los intelectuales piensan a través de ellas y el surgimiento de una revista implica la necesidad de intervenir en el presente.27 En cuanto a las revistas de raigambre político (tal es el caso de Timón y Futuro) fueron propensas a la utilización de la prensa como vehículo de ideas,28 pero cabe agregar que abordaremos las publicaciones como artefactos autónomos y no como soporte de ideas.29 Nos arriesgamos a sugerir además que la revista, en tanto puerta de entrada al presente permite un ensayo de revolución (Futuro) o una posibilidad de revancha (Timón) puesto que, al tratarse de una obra en movimiento, la revista se erige también como un taller abierto, un lugar de experimentación donde el escrito se moldea, se ofrece a la discusión, se testea.30 En el caso de Timón hay una victoria soñada y perdida que es la victoria del pueblo, del bando republicano y también hay un vacío semántico (la censura y el silencio) que admite la creación y la invención que surgen con la esperanza:

La guerra no podría tener una salida victoriosa con los procedimientos empleados en el terreno militar y con la dirección dada al ejército. […] Nosotros proclamábamos por todos los medios a nuestro alcance, y esos medios no eran muchos, pues con la prensa no podíamos contar, tanto a causa de la censura oficial como por el tono a que había descendido. […] Y en la revista Timón (publicación mensual a partir de 1938) hemos intentado decir a la luz pública algo que veníamos sosteniendo por caminos más íntimos […].31

En este punto proponemos la insistencia en un “¡viva perder!” por parte de los intelectuales de Timón que radica en un rechazo a lo nuevo, un reconocimiento del fracaso y un sentimiento de ganancia en la pérdida, puesto que en el vacío de la derrota hay posibilidad de inventar otras victorias.

De lo anterior decanta la idea acerca de la revista en tanto proyecto cultural propiciador de una poética que pone el énfasis en tres puntos: 1. Interviene en el presente; 2. Habilita la reflexión sobre el pasado y 3. Posibilita una proyección a futuro. Entonces la revista no es un vehículo de una idea, ni sólo un documento de algo más, ni una ventana para ver los avatares de la vida intelectual y la política. Seamos justos: la revista no es definición de otra cosa, por tal motivo es importante cambiar el verbo ser por el verbo hacer puesto que la revista hace historia, hace proyectos culturales, hace revisiones del pasado y proyecciones a futuro. Entonces la revista hace (constituye, crea) un proyecto posibilitador del cambio ante la derrota y el exilio, en tanto articula el discurso y la acción. La revista (y esto nos obliga a retomar el término poiesis y el discurso de la acción) crea el presente, recrea el pasado e imagina la creación del futuro.

Podemos afirmar que la revista interviene en el presente (en este sentido hay numerosos ejemplos que hacen un guiño a las intenciones performativas y poéticas de las ilustraciones y el discurso que veremos posteriormente), permite reflexionar sobre el pasado y habilita la creación de proyectos a futuro. La revista es la hacedora del proyecto cultural posibilitador del cambio ante la derrota y el exilio. Ambas pérdidas son asumidas con nostalgia por parte de los anarquistas de Timón, que tuvieron una mirada retrospectiva de las pérdidas (asumieron la pérdida como fin y al mismo tiempo como experiencia enriquecedora para seguir haciendo historia a través de la palabra) y con esperanza por parte de los intelectuales de Futuro (la esperanza ya no está en España sino en la Revolución mexicana, esta última se erigió como un espacio discursivo fértil para la creación de estrategias intelectuales y políticas). En este último caso, la ganancia radica en la creación de lo nuevo; la palabra (alentada por el viento de la esperanza) habilita la proyección en el porvenir, que se hace con la vista crítica puesta en Europa y con los pies en Latinoamérica:

[…] la Revolución se crea a cada minuto, cada hora, cada día, cada año en la entraña misma de las masas que no han alcanzado su liberación definitiva […] seguiremos adelante. Las personas físicas nada importamos, lo que interesa es que el pueblo se mantenga en pie […] permanente de lucha al lado de todos los sectores que han ayudado a construir la revolución.32

El ansia renovadora que suscita también se crea y re-crea en los paratextos ilustrados, que en cierto modo también sugieren una performatividad discursiva aplicada a la realidad convulsa de México en la revista Futuro, que puede observarse en la imagen y que se ha titulado, “Defensores del orden”.

Imagen 1. “Defensores del orden”, en Futuro, núm. 43, septiembre, 1939, p. 31.

¿Y qué ejemplo más próximo a la performatividad que la misma poesía? en este punto en particular, resulta interesante observar de qué manera la literatura crea una identidad intelectual derrotada. El poema de Walt Whitman (“Del canto de mi propio ser”) traducido por León Felipe justifica y sustenta la ideología del poeta, que en definitiva (y no casual mente) concuerda con las intenciones de una corriente representativa de intelectuales anarquistas presentes en Timón, que hacen manifiestas sus posiciones políticas a través de la revista. La poesía no sólo dice que “es glorioso ganar batallas”; la poesía crea otras batallas a través de la revista y otros héroes tan o más victoriosos que los vencedores encumbrados por la historia como tales:

Mis marchas no suenan sólo para los victoriosos, sino también para los derrotados y para los muertos también.

Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.

Pues yo digo que es tan glorioso perderla. Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan.

¡Hurra por los muertos! […]

¡Hurra por los generales que perdieron combate y por los héroes vencidos!

Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes más grandes de la historia.33

¿Hay acaso un ejemplo más claro para justificar la necesidad de decir en un plano discursivo en donde no se puede sino callar? León Felipe a través de Whitman da voz a esos héroes desconocidos que no sólo murieron en la guerra, sino que continúan trabajando en pos de reconstruir la identidad de la República. Nuevamente, la idea del “¡viva perder!” se replica constantemente como ventana y páramo abierto para la creación y el cambio. En este punto es iluminadora la cita de Walter Benjamin: “la esperanza sólo nos ha sido dada a los desesperanzados”;34 en tanto que ilustra la posibilidad del vacío como instancia creativa y la palabra (impulsada a través de la revista) hace (y aquí hay un reconocimiento al carácter performativo de Gabriel Celaya)35 futuro.

¿POR QUÉ 1939?

Como ya es sabido, el fin de la Guerra Civil significó el éxodo a Latinoamérica de una enorme cantidad de intelectuales vencidos. Según el aporte de Dolores Plá Brugat36 y Serra Puche, Mejía Flores y Sola Ayape37 sobre el exilio, se sabe que México se constituyó como el segundo país receptor de exiliados luego de Francia, y allí se crearon redes intelectuales que decantaron en producciones culturales tales como publicaciones periódicas. En el caso del exilio de republicanos en Argentina, no ha sido tan amplio numéricamente —Suriano38, Yankelevich39— en comparación con México, pero también ha sido cualitativamente importante en lo relativo a la fundación de espacios de debate cultural. En este punto, el análisis de la revista en tanto artefacto cultural generador de una poética da cuenta de la emergencia por decir y hacer,40 y la insistencia de fondo por el precepto de res, non verba. La urgencia por decir y hacer, alentada por censurar la libertad de expresión que supuso la instauración del régimen franquista, deviene en una necesidad por la creación de estrategias que nacen del fondo profundo de la palabra, el espacio donde ésta misma no puede separarse del “acto compromiso” por modificar una realidad tensa y, por tanto, de apremiante solución: la injusticia por la derrota en la Guerra (relatada en Timón) y la necesidad por atender los hechos emergentes de la Revolución mexicana (muy presentes en Futuro). En este punto surge una poética propia del intelectual de izquierda sensibilizado por el fenómeno del exilio y la realidad circundante en Latinoamérica. En este momento la palabra y la imagen no son un medio de lucha sino que hacen la lucha en sí. De ejemplo vale esta cita extraída de Timón:

Desde el día siguiente al comienzo de la guerra de España venimos oyendo la misma monserga; no es cuestión de hablar. ¿Quiénes lo dicen? Precisamente los que no hacen ni hicieron más que hablar del acontecimiento. De modo que el “no es cuestión de hablar” tiene en boca de ellos esta significación: “no es ocasión de que hablen otros que nosotros”. Y “nosotros” ya se saben quiénes son, los que tienen interés en que persista la mentira.41

O paratextos que también son performativos en tanto que discursiva mente intervienen en el presente y tienen la intención de modificarlo, como por ejemplo el epígrafe que acompaña a la imagen de la revista Futuro:

Imagen 2. Futuro, núm. 4, enero, 1934, p. 30.

fermín revueltases de los pintores nuevos y de personalidad evidente con que cuenta México. Emoción de pie, intuición firme, imaginación a toda hora. Por lo que lo estimamos y esperamos de sus facultades apenas puestas a la obra, lo desearíamos con mayor disciplina, con tenacidad de obrero que sabe el valor de lo que crea.42

En este aspecto, el abordaje de la revista en tanto fuente documental43 ha servido para conocer y contextualizar las redes intelectuales propiciadas por el exilio. Sin embargo, en este contexto la revista más que un documento que exhibe las tensiones sociales y políticas es el agente tensionador; crea otra lucha. Si tenemos en cuenta el impacto cultural que tuvo la incidencia de la Guerra Civil española fue esperable que surgiera la necesidad de decir y con ella la intención de hacer y es en este punto que emerge la poética del exilio en las publicaciones periódicas que son fuente de nuestro análisis.

Es importante subrayar que el recorte del corpus circunscrito al año 1939 también tiene su sustento historiográfico, es sabido que a partir de este momento se establece la figura del exiliado político. Asimismo, terminada la Guerra Civil española y habiéndose decretado la victoria del franquismo, se registra que el flujo de republicanos que abandonó España no fue menor, puesto que en torno al año 1939 más de medio millón de personas se encontraba fuera de España44 y gran parte de ese éxodo (motivado por causas políticas en su mayoría) incluía como protagonistas a españoles que tejieron redes científicas e intelectuales al desembarcar en Latinoamérica.45 Al respecto, resulta pertinente observar y señalar de qué modo las publicaciones de los intelectuales exiliados dan cuenta no sólo de la realidad de España en la posderrota de la facción republicana, sino también las poéticas que se producen como consecuencia del fenómeno del exilio. Estas poéticas de la imagen y la palabra tienen asidero en el exilio, puesto que la distancia espacial y discursiva de los exiliados habilita la posibilidad de analizar —no sin una cuota de nostalgia o rechazo— y buscar explicación (o alternativas) a la derrota de quienes lucharon por y soñaron con la República. En este punto, en concordancia con Emilia Zuleta, creemos que el exilio-exiliado supone la pérdida del propio espacio y tiempo, y el temor a la pérdida de la propia historia. Las pérdidas acontecen de manera simultánea y es apremiante la necesidad de aceptar una realidad nueva y diferente. Estudiar las publicaciones periódicas en el año 1939 nos permitió abordar los documentos primarios —motores de una poética— ya asentados en una etapa de asimilación del destierro y no en la etapa inicial de asombro y primer descubrimiento de la realidad latinoamericana.

En el caso de Futuro, la preeminencia de las ideas revolucionarias suscitadas con el gobierno de Cárdenas tuvo enorme resonancia a lo largo de varios números de la revista correspondientes al año 1939. Y es en este mismo año que surge incluso un número especial dirigido a los acontecimientos desencadenados como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, se percibe el apremio de los intelectuales por dar cuenta hic et nunc de la tragedia y denunciar inmediatamente al gobierno autoritario de Alemania. Esta posición se reafirma en la cita expuesta a continuación y que da cuenta de la creación de una atmósfera horrorosa (que se asimila mucho al recurso literario del género del terror), que tiene como intención transmitir por medio de imágenes sensoriales (recurso muy utilizado por la poesía) cómo se vivencia el tránsito humano por el terreno de la guerra, en este punto se lleva el experimento (en tanto evento que no puede disociar la palabra de la acción) desde la literatura al laboratorio de ideas (continuando con la metáfora de Puet-Despatin): “[...] Cortinas de humo, espesísima niebla envuelve la lucha española, el terrorismo religioso de los rebeldes. Al amparo de las humaredas expresamente provocadas a tal efecto se oscurece la vista de los espectadores inquietos para convencerles mejor por la picazón en los ojos [...]”.46 Dos páginas más adelante, el espacio aterrador tiene como protagonista a la institución eclesiástica, como suscitadora del miedo y el horror. En este marco surge una poética que insiste en lo emotivo (y movilizante) de la palabra y la imagen desde la revista (a la izquierda). En este caso, se replica nuevamente la metáfora horrorosa pero esta vez atañe al demonio encarnado en un sacerdote que, desde el infierno y cubierto con una máscara que tiene una esvástica, condena a los inocentes en nombre del catolicismo. Las imágenes performativas y el discurso cargado de imágenes sensoriales contribuyen en la creación (poiesis) de una atmósfera terrible.

Imagen 3. Guerrero, X. “Paz con paz, guerra con guerra”, en Futuro, núm 44, octubre, 1939, p. 16.

LA REVISTA COMO ARTEFACTO CULTURAL PROPICIADOR DE UNA POÉTICA

Según Alejandra Pita y Aimer Granados, las revistas culturales han sido redescubiertas por los historiadores como fuente de enorme valor para el estudio de grupos y redes intelectuales, y en este aspecto se han constituido como objeto de estudio autónomo. Sin embargo, como hemos señalado anteriormente, no se ha reparado en la importancia del discurso (textual y plástico) en las revistas por su capacidad performativa. Son numerosos y recurrentes los casos de tropos literarios rastreados a lo largo de Timón, que se vinculan de algún modo con el exilio de los intelectuales de izquierda y esto es lo que nos permite arriesgar la existencia de una poética del exilio. Retomaremos algunos ejemplos a modo de ilustración:

  • 1.

    La presencia de preguntas retóricas con intención de incitar a la reflexión: “¿podía tener la guerra otro desenlace que el que ha tenido? ¿no había que deplorar, como deplorábamos nosotros, la sangre derramada, las ruinas originadas por la guerra?”.47

  • 2.

    El uso recurrente de la metáfora como medio de denuncia, en este caso aparece la presencia de “perros sarnosos” para referirse a los trabajadores españoles:

    Había un país que tenía la obligación moral y los medios materiales para albergar a la totalidad de la emigración española: la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, también conocida por otra denominación no menos falsa, esto es, “La Patria de los Trabajadores”. ¡Cómo suena a sarcasmo uno y otro nombre en los oídos de los trabajadores españoles abandonados como perros sarnosos a la policía de los Estados Burgueses por los “Compatriotas” del Kremlin! […].48

  • 3.

    La insistencia en el uso de verbos performativos que vuelven indisoluble la enunciación del acto. Este punto es relevante puesto que, tal como afirma Emilia Zuleta el exilio supone la pérdida del propio espacio, del propio tiempo y el temor a la pérdida de la propia historia. Las pérdidas acontecen de manera simultánea y es apremiante la necesidad de aceptar y conocer una realidad nueva. En el caso de los exiliados republicanos de Timón, que producen material cultural en 1939, la necesidad no sólo pasa por conocer la nueva realidad sino por utilizar la pérdida como posibilitadora de ganancia. Una ganancia teórica (contrapuesta a la pérdida material de la guerra), que se vincula con el enriquecimiento de una visión crítica no sólo para atender las injusticias de España y de Latinoamérica sino para el mundo entero. En la siguiente cita reconocemos el uso de la hipérbole para destacar y exagerar los alcances de la lucha de los exiliados que editan y producen las revistas y, nuevamente, la presencia del tropo poético nos da otra muestra de esta disociación entre acto y palabra encarnada en un hecho poético:

    Estas son las aspiraciones fundamentales del núcleo de militantes antifascistas que se agrupan en Timón: (luchar) por la Humanidad entera, impulsando la única ideología de tipo internacional capaz por ahora de cerrar paso definitivamente a toda veleidad imperialista.49

  • 4.

    La presencia de verbos performativos. Hay numerosos ejemplos, pero sólo a muestra de ilustración tomamos la siguiente cita del artículo titulado “La nueva guerra imperialista” en la que aparecen dos verbos judicativos:50Futuro condena una vez más el fascismo del eje HitlerMussoliniHirohito, responsable directo del nuevo conflicto, pero con mayor énfasis que nunca denuncia las maniobras de Chamberlain y Daladier […].”51

  • 5.

    La construcción de un locus horridus (espacio de desventura) del exilio y la guerra en contraposición al locus amoenus (espacio de victoria y paz) de la España posderrota del frente republicano que puede notarse en la imagen de la tapa de Futuro y en la siguiente cita de Timón:

    Medio millón de antifascistas españoles —en números redondos— logró escapar a la barbarie franquista, refugiándose en el Estranjero, ora través de la frontera pirenaica, ora partiendo de los puertos mediterráneos leales, rumbo a Francia o al N. de África. ¿Cuál ha sido la suerte de estos desventurados, cuyo único delito fue defender la independencia de su patria, al tiempo que luchaban por la libertad del mundo?52

  • 6.

    La impronta poética es visible también en la creación de mundos distópicos como el que aparece en la tapa del núm. 44 de Futuro del año 1939 como alusión a la guerra, pero también como creación de un espacio de ficción desesperanzador y temible.

Imagen 4. Portada en Futuro, núm. 42, agosto, 1939.

Imagen 5. Portada en Futuro, núm. 44, octubre, 1939

A MODO DE CONCLUSIÓN

En síntesis, se puede afirmar que la presencia de alusiones discursivas y paratextuales acerca del exilio y sus consecuencias nos conduce a pensar si acaso no constituyen una poética del fenómeno del exilio, entendido no sólo en el plano literal que supone la expulsión territorial de los intelectuales por causas políticas, sino en el plano de lo metafórico. En este último caso, se puede entender el fenómeno no sólo como un traslado territorial, sino como un éxodo metafórico que va desde la esperanza de victoria por parte de los republicanos hacia la inminente derrota; del campo de batalla y la trinchera al campo y a la trinchera del pensamiento, la teoría y el discurso. En este punto, la palabra se vuelve indisociable del acto y la poesía es portadora en potencia del verbo hacer. La palabra anteriormente mencionada encarna las dos publicaciones fuentes de nuestro análisis, y constituye casi un lema en las configuraciones poéticas que movilizan, conmueven y mueven los engranajes de las intenciones intelectuales en el contexto complejo y ambiguo de la Guerra Civil española y el exilio.

Este artículo se inscribe en el marco del proyecto fondecyt Iniciación 11140839, patrocinado por conicyt y la Universidad de Valparaíso.

Vicente Lombardo Toledano (1894-1968) mexicano, abogado de profesión. Fue uno de los intelectuales más preclaros del país. Lideró el plano sindical mexicano, latinoamericano y mundial: fue unos de los dirigentes destacados de la Confederación Regional Obrera Mexicana (crom) y Secretario General de las siguientes confederaciones obreras mexicanas: Confederación General Obrera y Campesina de México (cgocm) y Confederación de Trabajadores de México (ctm). En el continente presidió la Confederación de Trabajadores de América Latina (ctal). En 1945 participó en París en el Congreso Obrero Mundial, donde fue elegido en forma unánime como primer vicepresidente de la recién creada Federación Sindical Mundial (fsm). Sus esfuerzos siempre estuvieron encaminados a establecer un internacionalismo obrero. Como intelectual escribió casi un centenar de libros, estudios, ensayos y folletos sobre diversas materias. Fundó numerosas publicaciones periódicas, tales como Futuro o El Popular.

Patricio Herrera, “La cuestión franquista y la posición obrera latinoamericana: las acciones de Vicente Lombardo Toledano”, en Mari Carmen Serra Puche, José Francisco Mejía Flores y Carlos Sola Ayape [eds.], 1945, entre la euforia y la esperanza: el México posrevolucionario y el exilio republicano español, México, fce, 2014, pp. 213-230.

En adelante Timón. Es importante agregar que esta revista tuvo dos instancias de publicación, la primera se inició en 1938 en Barcelona y, posteriormente, en Buenos Aires entre 1939 y 1940. En 1978, el director intentó sin éxito refundar la revista en España; su tirada era mensual y no abundaban en ella las ilustraciones ni en el interior ni en las tapas. Entre los participantes de los ensayos (en su mayoría esa es la naturaleza de los textos) aparecen Carlos Baraibar (periodista y político socialista español exiliado en Chile), interviene también el poeta León Felipe, hay incluso un poema de Walt Whitman y aparecen autores con pseudónimo o ensayos sin marca de autor. La revista Futuro, publicada en Ciudad de México, tuvo una periodicidad mensual, iniciando en 1933 hasta 1946. Su director fue Vicente Lombardo Toledano, acompa ñado por un comité editorial que fue variando en el tiempo. Entre otros figuraron los nombres de Manuel Villaseñor, Alejandro Carrillo, Luis Fernández del Campo, César Ortiz, José Alvarado, Guillermo Ibarra, Alfonso Guillén, Manuel Parra, José Revueltas, Enrique Ramírez y Ramírez. Entre los columnistas podemos encontrar a Pablo Neruda, Octavio Paz y Rafael Alberti.

Diego Abad de Santillán (Reyero, 20 de mayo de 1897-Barcelona, 18 de octubre de 1983). Intelectual que padeció el exilio a lo largo de su vida y participó como activista de la Federación Obrera Regional Argentina (fora). Asimismo, fue conocido por su incidencia en el plano político e intelectual en el nivel internacional por su papel en la militancia, el periodismo, la edición como una pieza fundamental para el engranaje intelectual libertario en el exilio desplegado entre Europa y América Latina (María Fernanda de la Rosa, “Diego Abad de Santillán y su actuación en el anarquismo argentino”, en Temas de historia argentina y americana, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras-Universidad Católica Argentina, julio-diciembre, 2002). Participó en revistas como La Protesta (1897) y comprendió que todo tipo de publicación permitía un espacio de diálogo entre las diversas agrupaciones anarquistas, asimismo, comprendió que las publicaciones constituían un instrumento de militancia para cohesionar al movimiento anarquista en el nivel internacional y para dar cuenta de las injusticias de la guerra y los padecimientos del exiliado. Además de haber colaborado en Acción libertaria, reconstruir y Comunidad ibérica, entre otras publicaciones, fue fundador de Timón. Hasta el momento no hemos hallado trabajos centrados en esta última publicación como puerta de entrada al fenómeno del exilio.

De la Rosa, op. cit., pp. 187-227.

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Zuleta, op. cit.

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Diego Abad Santillán, Timón, núm. 2, diciembre de 1939, p. 2.

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Plá Brugat, op. cit.

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