La aterotrombosis es una enfermedad sistémica que puede expresarse por la afectación de diferentes territorios vasculares, siendo más frecuentemente el coronario, vasculocerebral o el arterial periférico el que lleva a su diagnóstico. La ateromatosis aórtica o de sus ramas puede ser asintomática o manifestarse clínicamente en forma de isquemia meséntérica o nefropatía isquémica. Es, por ello, una patología que afecta a diferentes especialidades médicas y ámbitos asistenciales, como la cardiología, la neurología, la nefrología, la endocrinología, la cirugía vascular, la medicina interna y la atención primaria.
La afectación simultánea de diferentes territorios, de forma sintomática o asintomática, hace necesario un abordaje global, multidisciplinar y coordinado. Adicionalmente, la actuación médica no debe limitarse al tratamiento del accidente agudo, y el pilar clave lo constituye la prevención, tanto primaria como secundaria. Es aquí donde, especialmente, las especialidades con visión global, como la medicina interna o los médicos de atención primaria, deben tener un papel coordinador y prioritario.
Esta intervención multidisciplinar afecta no solamente al personal facultativo, sino también a otro tipo de personal sanitario, como dietistas, especialistas en ejercicio físico y, muy especialmente, a la enfermería, que debe desempeñar un papel clave en el control de los factores de riesgo, en la educación sanitaria y en la monitorización de adherencia al tratamiento.
Atherothrombosis is a systemic disease that can manifest as involvement of distinct vascular territories; those most frequently leading to diagnosis being coronary, cerebrovascular and peripheral arterial vascular territories. Atheromatosis of the aorta or its branches can be asymptomatic or manifest clinically in the form of mesenteric ischemia or ischemic nephropathy. Atherothrombosis therefore involves distinct medical specialities and healthcare levels such as cardiology, neurology, nephrology, endocrinology, vascular surgery, internal medicine, and primary care.
Simultaneous involvement of more than one vascular territory, whether symptomatic or asymptomatic, requires a global, multidisciplinary and coordinated approach. Additionally, medical intervention should not be limited to treatment of the acute accident as prevention, both primary and secondary, is a key factor in the management of this disease. It is here that specialties with an overall view such as internal medicine or primary care are especially well placed to play a fundamental and coordinating role.
This multidisciplinary intervention involves not only physicians but also other health professionals such as dieticians, physical exercise specialists and, especially, nurses, who should play a key role in controlling risk factors, in health education and in monitoring treatment adherence.
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