Mujer de 62años, sin antecedentes médicos de interés, ingresada por neumonía bilateral secundaria a infección por SARS-CoV-2, con ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) durante 16 días por insuficiencia respiratoria grave requiriendo intubación orotraqueal de urgencia por desaturación y mejoría paulatina posterior. Se realizó una interconsulta al servicio de dermatología por aparición de lesiones violáceas con áreas centrales de atrofia blanca y morfología livedoide en cara anterior de tobillo y dorso de pie derecho de 48h de evolución parcialmente doloroso al tacto (fig. 1A). Dos días antes, la paciente presentó episodios de taquicardia e hipotensión asociados a un cuadro confusional autolimitado, por lo que se realizó un ecocardiograma transtorácico que fue normal, una TC craneal sin evidenciar lesiones agudas, y una angio-TC torácica donde se evidenciaba una obstrucción de la arteria segmentaria apical derecha (fig. 1B).
Se realizaron analíticas sanguíneas completas, con resultados similares a los previos, salvo elevación de dímeros D a 3.571ng/ml, serologías, urianálisis y pruebas de autoinmunidad con marcadores de síndrome antifosfolípido, así como ampliación del estudio de vasculopatía trombótica con crioglobulinas y crioaglutininas, que fueron negativas. También se realizaron dos biopsias tipo punch de las lesiones retiformes donde se evidenciaba únicamente lesiones tipo lívedo reticular, desafortunadamente sin ver el trombo vascular debido a la localización profunda del mismo.
Se inició anticoagulación con enoxaparina a dosis terapéuticas e hidratación con emolientes tópicos con mejoría progresiva de las lesiones, siendo dada de alta y con seguimiento posterior en consultas ambulatorias.