Varón de 58 años con antecedente de linfoma de células del manto en recaída. El paciente recibió quimioterapia de rescate y posteriormente trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos. Tres meses después del trasplante consultó por odinofagia y molestias retroesternales. Se realizó panendoscopia oral (fig. 1) en la que se objetivaron úlceras de gran tamaño en el tercio medio esofágico. El estudio histológico de las úlceras (fig. 2) demostró la presencia de colonias de Actinomyces (bacilos grampositivos, filamentosos, ramificados) formando «gránulos de azufre» (fig. 2A) con positividad para la tinción de plata metenamina (fig. 2B). El estudio microbiológico de las lesiones resultó negativo. El paciente recibió antibioterapia intravenosa con ceftriaxona durante un mes y posteriormente amoxicilina oral 6 meses, con resolución completa de las úlceras.
La enfermedad esofágica por Actinomyces es muy infrecuente, incluso en pacientes inmunodeprimidos. La presentación clínica es variable y el retraso diagnóstico puede acarrear complicaciones graves, como la perforación esofágica. El gold-standard diagnóstico es el estudio histológico, siendo el cultivo microbiológico negativo hasta en la mitad de los casos. El tratamiento antibiótico debe ser prolongado en el tiempo y en ocasiones es necesario tratamiento quirúrgico para controlar el foco infeccioso.