Un varón de 59 años con antecedentes de diabetes mellitus tipo 2 y nefropatía hipertensiva consultó por hiperplasia gingival (fig. 1) de evolución incierta.
La anamnesis reveló que el paciente se encontraba en tratamiento con nifedipino para su hipertensión arterial desde hacía 8 años.
Está bien documentado que los antagonistas de canales de calcio pueden inducir hiperplasia gingival. El nifedipino potencia la vía de señalización del factor de crecimiento transformante beta (TGF-β), lo que conduce a una mayor expresión de periostina. La periostina es una proteína de matriz extracelular que media en el remodelado tisular, por lo que su sobreexpresión contribuye a la fibrosis.
La fenitoína, la ciclosporina y el nifedipino son los fármacos más frecuentemente asociados a hipertrofia gingival.
No obstante, la establecida causalidad farmacológica, no está claro que se trate de un efecto dosis-dependiente. Lo que sí está constatado es que la higiene oral deficitaria es necesaria para el desarrollo de dicha hiperplasia.
Los tratamientos más efectivos son una higiene oral apropiada y la discontinuación del fármaco causal. Si lo anterior falla, se puede realizar una escisión quirúrgica del tejido redundante.