Mujer de 68 años, con antecedentes personales de cáncer de mama metastásico que siguió tratamiento con mastectomía radical izquierda, quimioterapia (doxorrubicina-ciclofosfamida) y radioterapia adyuvante, remitida para valoración de placa dolorosa en zona previamente irradiada de 8 meses de evolución. A la exploración, se observaban 2 placas blanco-nacaradas, con importante atrofia e induración y telangiectasias superficiales de localización submamaria y axilar izquierda (figs. 1A y B). El diagnóstico de liquen escleroatrófico postradioterapia se confirmó histológicamente. Las pruebas complementarias solicitadas incluyendo estudio de autoinmunidad fueron normales por lo que se decidió tratamiento con corticoides tópicos de alta potencia 2 meses e inhibidores de calcineurina de mantenimiento 6 meses más con control de la placa y sintomatología asociada.
El liquen escleroso y atrófico es una entidad cutánea infrecuente que afecta a mujeres de edad media y se localiza clásicamente en el área anogenital, si bien puede aparecer en áreas extragenitales. Su etiopatogenia es desconocida, aunque se asocia con otras enfermedades autoinmunes, especialmente con el vitíligo y la alopecia areata. En el caso del liquen inducido por radioterapia (menos incidente que la morfea), la aparición de los síntomas se produce aproximadamente un año después de la exposición a la radiación, con una primera fase inflamatoria y eritematosa que a menudo se confunde con radiodermitis o celulitis con la que presta diagnóstico diferencial. Posteriormente se produce la fibrosis progresiva de la zona con induración, retracción y deformidad. La presencia previa de una enfermedad de base autoinmune podría condicionar su aparición. La aparición de placas induradas en áreas sometidas previamente a radioterapia debe hacernos sospechar no solo en procesos tumorales sino también en entidades autoinmunes con importante repercusión cutánea.