Ante todo, felicitar a los autores del artículo recientemente publicado en nuestra revista «Análisis coste-eficacia de los antihipertensivos en dosis fija»1. Demuestran de forma científica algo que ya es bien conocido por los clínicos que manejamos en el día a día la hipertensión y sus consecuencias: el uso de asociaciones de fármacos facilita el cumplimiento terapéutico y, por ende, los resultados en salud.
De todas formas, he echado en falta un concepto de digna mención: la aplicación más frecuente de los costes del tratamiento para el paciente. Dado que el grueso de los pacientes es atendido bajo el sistema sanitario público (en la forma especial y específica de cada uno de los «reinos de taifas» que cada comunidad autónoma tiene a bien facilitar por sus servicios sanitarios), se debería de haber realizado la anotación que a continuación detallo.
El coste final del tratamiento indicado es valorado y decidido finalmente por nuestro paciente. Todos sabemos que desde la prescripción al cumplimiento terapéutico efectivo se pasa por la farmacia y el pago de una cantidad por parte del paciente. Este dato es digno de conocerse y tenido en cuenta, pues todos conocemos que la gran parte de los pacientes en situación activa pagan el 40% del coste del producto prescrito, excepto (entre otros) los antihipertensivos en presentaciones farmacéuticas con un único principio activo que al portar el cícero, se benefician de precios más bajos (10% del precio de venta al público [PVP]) con un tope máximo fijado por envase de 2,64 €. De esta forma, las asociaciones quedan apartadas de este beneficio y son «penadas» con ese 40%.
En el caso de la asociación manidipino/delapril, que ha resultado ser mejor en cuanto a su coste-efectividad, podemos ver que la prescripción de la asociación en una presentación farmacéutica podría resultar gravada con un precio a pagar por buena parte de nuestros pacientes con 8,42 €, el mismo tratamiento en forma de 2 recetas con 2 comprimidos con las mismas dosis le costaría al paciente 5,28 €.
En mi práctica diaria, les informo a los pacientes de esta realidad y les doy a elegir una prescripción u otra. Sobra decir que en nuestras circunstancias económicas, la gran mayoría de ellos opta por 2 comprimidos y un coste real final menor (tabla 1) Estimo que estas connotaciones no son tenidas en cuenta por parte de nuestro plantel administrativo estatal central, ya que si se equipararan estos beneficios a las asociaciones de principios activos se mejoraría seguro el cumplimiento terapéutico y creo por ende los objetivos económicos en ahorros de envases y embalajes, tan solo con una visión simple de lo que nos acontece.