En relación con la reciente publicación de la Carta al Director de nuestro colega toledano1, y tras felicitarle por sus acertados planteamientos y opiniones, desearía completar sus argumentos con otros datos que creo nos serán a todos de utilidad para nuestras planificaciones laborales y profesionales.
Basándonos en la dependencia casi absoluta de los profesionales de la sanidad de la industria farmacéutica internacional, a nadie se le escapa que si bien no corren buenos vientos para la sanidad, para esta industria es casi peor. Ello conlleva que el apoyo para la asistencia a congresos haya sido muy recortado, y el ir a un congreso, si se consigue que tu empresa te facilite los días de formación para la asistencia, lleve asociado otro problema como es conseguir ayudas para llevar a buen fin tu objetivo. Rara es la empresa (generalmente la sanidad pública) que destina fondos para que su personal asista a estos eventos, incluso a pesar de llevar comunicaciones aceptadas o participaciones en actividades docentes del mismo evento, punto que al principio de los «malos tiempos» se nos puso como requisito previo para la asistencia. A los «mirones» no se les facilitaba nada…
Pero si nos volvemos hacia lo que más se valora en las bolsas de contratación, los resultados son curiosos. En el caso de Andalucía, resulta interesante ver cómo en su vigente normativa2 al uso para la contratación de personal temporal, la valoración máxima para un congreso o reunión científica sería de 0,20 puntos (congresos o reuniones científicas de ámbito internacional relacionadas con la categoría y/o especialidad o área de trabajo), mientras que para una publicación en revistas incluidas en el «Journal Ranked by Impact Factor» de carácter científico relacionadas con la categoría y/o especialidad o área de trabajo sería de 0,30 puntos.
De esta forma, se ve claramente que gran parte de los colegas que comienzan su vida laboral puede que se decanten más por la opción científica de la publicación que por la de la asistencia a congresos.