Los virus y la toxicidad hepática por fármacos, ya sea dependiente de la dosis o idiosincrásica, son las causas más comunes de hepatitis aguda. Entre las causas infecciosas prevalecen los virus hepatotropos (A, B, C, D y E), aunque otros agentes como el virus del herpes simple, virus varicela-zóster, virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, virus del sarampión, virus de la rubéola, virus Coxsackie, virus Echo, adenovirus, Coxiella burnetii, Brucella, Leptospira, micobacterias o Fasciola, también pueden producirla. Por otra parte, las bacteriemias y fungemias, y otros agentes infecciosos también pueden afectar al hígado como parte de un proceso general.
Chlamydophila pneumoniae (C. pneumoniae) es causa frecuente de procesos respiratorios de vías altas y de neumonía adquirida en la comunidad (NAC). La hepatitis aguda clínicamente relevante, sin embargo, es excepcional (PubMed, 1969-2011, palabras clave: Chlamydophila pneumoniae and hepatitis, Chlamydophila pneumoniae and extrarespiratory infection). Presentamos 2 casos atendidos recientemente y en un escaso intervalo de tiempo, de hepatitis aguda colestásica atribuidos a C. pneumoniae. Sus características más relevantes se exponen en la tabla 1.
Características de los pacientes
Caso | Edad/Sexo | Sintomatología | ASTa/ALTb (U/l) | GGTc/FAd (U/l) | Bilirrubina total/directa | IgM Chl. pneumophila | Otras serologíase | Ecografía abdominal | Evolución (semanas) |
1 | 78/H | Febrícula, dolor abdominal y deterioro del estado general | 912/1104 | 442/167 | 1,7/1,1 | Positiva | Negativas | Normal | Favorable (2 semanas) |
2 | 51/M | Fiebre, deterioro del estado general, ictericia, coluria e hipocolia | 1315/2182 | 209/383 | 7,6/6,77 | Positiva | Negativas | Hepatomegalia | Favorable (3 semanas) |
Caso 1. Varón de 78 años con antecedentes de prostatectomía radical y posterior radioterapia local por adenocarcinoma de próstata. No tomaba alcohol, fármacos ni productos de herboristería. Consultó por molestias abdominales, febrícula y deterioro del estado general. La exploración física fue normal. Analíticamente destacaba: actividad de protrombina 100%, bilirrubina total 1,7mg/dl (fracción directa 1,1mg/dl), alanina-aminotransferasa (ALT) 1.104 UI/l (vn 5-41), aspartato-aminotransferasa (AST) 912 UI/l (vn 2-37), gammaglutamil transpeptidasa (GGT) 442 UI/l (vn 15-85), fosfatasa alcalina (FA) 167 UI/l (vn 40-129), lactato deshidrogenasa (LDH) 840 UI/l (vn 110-210) y ferritina 394 ng/ml. Todos los estudios serológicos fueron negativos excepto IgG e IgM frente a C. pneumoniae, con negativización posterior de la segunda. La radiografía de tórax y la ecografía abdominal fueron normales.
Caso 2. Mujer de 51 años, sin hábitos tóxicos ni antecedentes de toma de fármacos u otros tóxicos hepáticos. Consultó por artromialgias, deterioro del estado general, náuseas, coluria, hipocolia e ictericia. La exploración física mostró ictericia y hepatomegalia. Analíticamente destacaba: actividad de protrombina 96%; ferritina 1.998 ng/ml, bilirrubina total 7,60mg/dl, bilirrubina directa 6,77mg/dl, ALT 2.182 UI/l, AST 1315 UI/l, GGT 209 UI/l, FA 383 UI/l, LDH 342 UI/l y ferritina 1.998 ng/ml. Los estudios serológicos fueron negativos salvo para las fracciones IgG e IgM frente a C. pneumoniae. La radiografía de tórax fue normal y la ecografía abdominal constató una ligera hepatomegalia. La evolución fue favorable, con normalización clínica y analítica a los 21 días de iniciado el proceso.
Chlamydophila pneumoniae es una bacteria gramnegativa de desarrollo intracelular y transmisión aérea, causante de infecciones respiratorias de vías altas y del 5 al 10% de las NAC1. Muy ocasionalmente se ha descrito, además de su posible relación con la enfermedad aterotrombótica2 y la cirrosis biliar primaria3, derrame pleural4, síndrome de distrés respiratorio agudo, shock séptico, fracaso multiorgánico5, meningitis, hepatitis6, iritis, artritis7, vasculitis leucocitoclástica8, síndrome de Guillain-Barré, insuficiencia renal aguda, pericarditis, miocarditis o síndrome febril prolongado sin foco9.
La hepatitis aguda, en consecuencia, es una manifestación excepcional de la enfermedad. En ambos casos −el primero de los cuales ha sido comunicado por nosotros recientemente10− se trata de una hepatitis aguda colestásica, sin cuadro respiratorio añadido y de evolución favorable. La positividad de la IgM frente a C. pneumoniae y la negatividad del resto de datos serológicos hace verosímil el diagnóstico de infección aguda por esta bacteria.
Como conclusión, creemos que C. pneumoniae debe ser incluida en el diagnóstico etiológico de las hepatitis agudas, sobre todo si se han descartado las causas más habituales.