La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una patología con una alta incidencia. Su diagnóstico y tratamiento son compartidos entre urólogos y médicos de atención primaria. Su manejo consume una enorme cantidad de recursos. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Asociación Española de Urología (AEU) han elaborado un documento sobre pautas de actuación y seguimiento de la HBP, presentado aquí de manera resumida, en el que se pretende actualizar las guías anteriormente publicadas, en base a las últimas evidencias.
Estas nuevas recomendaciones tienen como objetivo principal sensibilizar al médico de atención primaria y ayudarle en la evaluación diagnóstica, el tratamiento y el seguimiento, además de aportar criterios unificados y consensuados de derivación al segundo nivel asistencial.
Benign prostate hyperplasia (BPH) is a high-incidence condition. Its diagnosis and treatment is shared between urologists and Primary Care physicians. Its management uses up a significant amount of resources. The Spanish Society of Primary Care Physicians (SEMERGEN), the Spanish Society of General Practitioners and Family Doctors (SEMG), the Spanish Society of Family and Community Medicine (semFYC), and the Spanish Association of Urology (AEU) have prepared a document on the management and monitoring of BPH, in which the aim is to incorporate the latest evidence in order to update the previously published guidelines, and present them here in condensed form.
The main objective of these new recommendations is to raise the awareness of Primary Care physicians and assist them in its diagnostic evaluation, treatment and monitoring, as well as providing unified consensus criteria for referral to the secondary care level.
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una patologÃa con una elevada prevalencia1, pudiendo afectar al 50% de los varones entre 50 y 60 años. La edad es un factor importante en su aparición y desarrollo1 y afecta a la calidad de vida del paciente2.
Su manejo consume una enorme cantidad de recursos, y tanto el diagnóstico como el tratamiento son compartidos entre urólogos y médicos de atención primaria.
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Asociación Española de UrologÃa (AEU) han elaborado este documento en el que se pretende actualizar, en base a las últimas evidencias, las guÃas anteriormente publicadas: Criterios de derivación de HBP3 y Pautas de actuación y seguimiento en hiperplasia benigna de próstata4.
Estas nuevas recomendaciones tienen como objetivo principal sensibilizar al médico de atención primaria y ayudarle en la evaluación diagnóstica, el tratamiento y el seguimiento, además de aportar criterios unificados y consensuados de derivación en los casos de HBP complicada o severa, o cuando en el transcurso de la historia natural de la enfermedad aparezcan complicaciones que sean tributarias de ser valoradas en el segundo nivel asistencial.
MetodologÃaEl documento ha sido elaborado por un grupo de trabajo perteneciente a las 4 sociedades firmantes del consenso. Para la constitución del grupo de trabajo, cada sociedad ha elegido a especialistas en la materia de reconocido prestigio profesional y cientÃfico. La mayorÃa habÃan participad en las 2 ediciones previas del consenso. El comité cientÃfico, para hacer más operativo el trabajo, se ha dividido en 3 subgrupos, y a cada uno de ellos se le ha responsabilizado de uno de los 3 capÃtulos en los que se dividió el documento (diagnóstico, tratamiento y seguimiento). Los subgrupos elaboraron un material con el consenso de los integrantes de ese subgrupo, y posteriormente se ha sometido al consenso general de todo el grupo cientÃfico firmante del consenso.
Todos los integrantes del grupo de trabajo presentaron una declaración de intereses.
Las recomendaciones que se presentan en este consenso son el resultado de la búsqueda, la evaluación crÃtica y la sÃntesis de la evidencia cientÃfica existente sobre la HBP. Siempre que ha sido posible, se ha incluido el nivel de evidencia y el grado de recomendación que sustenta cada una de las recomendaciones utilizadas en este documento, siguiendo la clasificación de la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) (tabla 1). Las recomendaciones se han llevado a cabo mediante consenso alcanzado en las reuniones del grupo elaborador. Cuando se clasifican las recomendaciones, no existe una relación automática entre nivel de evidencia disponible y grado de la recomendación. En determinadas actuaciones, especialmente procedimientos diagnósticos, no se dispone de ensayos controlados aleatorios, en muchas ocasiones por razones éticas, financieras o de otro tipo, pero el grupo considera que existe una considerable experiencia clÃnica que apoya el valor de determinada intervención considerándola imprescindible, pues permite adoptar una decisión clÃnica y un uso racional de los recursos. Las recomendaciones controvertidas o con ausencia de evidencia cientÃfica se han resuelto por consenso del grupo de trabajo. En algunas ocasiones las recomendaciones han sido adaptadas de otras guÃas y contextualizadas en nuestro medio.
Niveles de evidencia cientÃfica y grados de recomendación
Clasificación de las recomendaciones en función del nivel de evidencia disponible según la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) |
Ia. La evidencia cientÃfica procede de metaanálisis de ensayos clÃnicos controlados y aleatorizados |
Ib. La evidencia cientÃfica procede de al menos un ensayo clÃnico controlado y aleatorizado |
IIa. La evidencia cientÃfica procede de al menos un estudio prospectivo controlado, bien diseñado y sin aleatorizar |
IIb. La evidencia cientÃfica procede de al menos un estudio casi experimental, bien diseñado |
III. La evidencia cientÃfica procede de estudios descriptivos no experimentales, bien diseñados como estudios comparativos, de correlación o de casos y controles |
IV. La evidencia cientÃfica procede de documentos u opiniones de expertos y/o experiencias clÃnicas de autoridades de prestigio |
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Grados de recomendación |
A. Existe buena evidencia en base a la investigación para apoyar la recomendación. Recoge niveles de evidencia Ia y Ib |
B. Existe moderada evidencia en base a la investigación para apoyar la recomendación. Recoge niveles de evidencia IIa, IIb y III. Recoge el nivel de evidencia IV |
C. La recomendación se basa en la opinión de expertos o en un panel de consenso |
X. Existe evidencia de riesgo para esta intervención |
La HBP se manifiesta clÃnicamente mediante los sÃntomas del tracto urinario inferior (STUI), aunque la presencia de dicha sintomatologÃa no siempre se debe a la HBP.
Los STUI pueden ser de 3 tipos: sÃntomas de vaciado, posmiccionales o de llenado. La HBP suele manifestarse con sintomatologÃa mixta, por lo que la presencia de un solo tipo de sÃntomas nos hará dudar de que éstos se deban a HBP2.
Todas las guÃas de buena práctica clÃnica en HBP4 coinciden en reconocer como obligatorias las siguientes pruebas: anamnesis detallada, examen fÃsico completo que incluya la realización del tacto rectal y análisis de orina.
En atención primaria el resto de las pruebas diagnósticas se pueden clasificar en función de su prioridad como pruebas recomendadas, opcionales o no recomendadas3,4 (tabla 2). Utilizando las pruebas obligatorias y recomendadas, se obtiene un valor predictivo positivo cercano al 80%5. Desde atención primaria se puede diagnosticar la HBP no complicada sin necesidad de utilizar inicialmente en su diagnóstico pruebas de imagen y/o funcionales3 (fig. 1). Tras la evaluación inicial, se remitirán a la consulta de urologÃa aquellos pacientes que requieran ampliar el estudio diagnóstico (fig. 1).
Clasificación, según prioridad, de las pruebas diagnósticas de hiperplasia benigna de próstata en atención primaria
Obligatorias |
Historia clÃnica: general y urológica |
Examen fÃsico: general y abdominogenital |
Tacto rectal |
Urianálisis |
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Recomendadas |
IPSS y calidad de vida |
PSAÂ |
Función renal |
Medición del residuo posmiccional |
Eco abdominal (STUI moderados-graves)Â |
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Opcionales |
FlujometrÃa |
Diario miccional |
Valorar la función sexual (cuestionarios SHIM-IIFE5) |
 |
No recomendadas |
CitologÃa |
Cistoscopia |
Eco transrectal |
UrografÃa endovenosa |
TACÂ |
RMN transrectal |
Recomendadas: cuando su uso se generaliza a todos los pacientes con STUI al existir suficiente evidencia del beneficio de su empleo.
Opcionales: su elección dependerá de los resultados obtenidos en las pruebas iniciales, recomendadas y del profesional que las solicita.
No recomendadas: no existe suficiente evidencia de beneficio con su uso rutinario; se utilizarán únicamente en circunstancias especiales o en ensayos clÃnicos.
IPSS: International Prostate Symptoms Score; PSA: antÃgeno prostático especÃfico; RMN: resonancia magnética nuclear; SHIM-IIFE5: Sexual Health Inventory for Men; STUI: sÃntomas del tracto urinario superior; TAC: tomografÃa axial computarizada.
Es un procedimiento fundamental que permite descartar otro tipo de patologÃas distintas de la HBP que cursen con STUI. Se deberá recoger la siguiente información:
- •
Antecedentes patológicos médicos y quirúrgicos.
- •
Tratamientos actuales con fármacos que pueden favorecer la presencia de STUI1,3,4,6.
- •
Presencia de enfermedades que causen STUI.
- •
Hábitos higiénico-dietéticos que favorecen la presencia de STUI.
- •
Presencia de disfunciones sexuales por su asociación con otros trastornos urológicos.
- •
Presencia de alteraciones de la función vesical.
- •
Antecedentes de infecciones de transmisión sexual.
Se recomienda emplear el cuestionario International Prostate Symptoms Score (IPSS)3,4,6, validado y traducido al castellano7.
Exploración fÃsica general, abdomino-pélvico-genital y tacto rectal (nivel de evidencia III, grado de recomendación A-B)6Se deberá explorar toda el área abdomino-pélvico-genital para descartar alteración de la puñopercusión en ambas fosas renales, presencia de globo vesical o masas pélvicas, patologÃas testiculares o del epidÃdimo (epididimitis, hidrocele, varicocele y masas induradas), valoración del meato uretral para descubrir posibles obstrucciones al flujo (estenosis, hipospadias) o la presencia de supuraciones del glande2,6.
En la valoración inicial de todos los varones con STUI se debe realizar además un tacto rectal (nivel de evidencia III, grado de recomendación A). Cualquier hallazgo sospechoso en la exploración del tacto rectal debe remitirse a urologÃa para descartar la presencia de un cáncer de próstata. Ante la sospecha de neuropatÃa/vejiga neurógena, la integridad neurológica de la metámera S2-4 se comprueba mediante la valoración del reflejo bulbocavernoso2. Próstatas >40cc pueden aumentar el riesgo de complicaciones como retención aguda de orina (RAO) y necesitar tratamiento quirúrgico8.
Urinoanálisis (nivel de evidencia III, grado de recomendación A)6Es una prueba sencilla que permite realizar un diagnóstico diferencial1,3,4,9. Sirve para detectar la presencia de nitritos, glucosuria, leucocituria, hematuria y proteinuria2,6,9. La hematuria en pacientes con HBP suele ser consecuencia de la congestión glandular, carcinoma vesical o litiasis, por lo que debe confirmase mediante sistemático de orina, sedimento y anormales6. La leucocituria puede ser indicativa de infección, por lo que se deberá realizar un urocultivo. Si resultara negativo, solicitaremos una citologÃa de orina para descartar neoplasia y un cultivo de orina especÃfico de micobacterias para descartar tuberculosis genitourinaria2.
Función renal (nivel de evidencia III, grado de recomendación A)6Se aconseja la determinación de creatinina en la evaluación inicial de paciente con HBP si hubiese sospecha de un proceso obstructivo que genere insuficiencia renal o ante la presencia de hidronefrosis6. En la actualidad se consideran más indicativos de fallo renal los valores de filtrado glomerular4,6,9.
AntÃgeno prostático especÃfico (Nivel de evidencia Ib, grado recomendación A)Es un marcador especÃfico de crecimiento prostático. De manera aislada el antÃgeno prostático especÃfico (PSA) carece de sensibilidad como marcador de carcinoma prostático3. El valor del PSA es de gran utilidad para ayudar a predecir la evolución natural de la HBP10 y para evaluar el riesgo de cirugÃa relacionado con la HBP y/o desarrollo de RAO6. Valores de PSA >1,4ng/ml triplican el riesgo de RAO11.
Los valores de PSA establecidos para detectar volúmenes prostáticos mayores de 30cc según la edad serÃan:
- •
3 1,4 ng/ml en hombres de 50-59 años.
- •
3 1,5 ng/ml en hombres de 60-69 años.
- •
3 1,7 ng/ml en hombres de 70-79 años
En la figura 2 se muestra la actuación clÃnica recomendada según los niveles de PSA detectados en la valoración inicial. Valores de PSA>4ng/ml deben confirmarse en 4-6 semanas, tras lo cual valores de PSA>10ng/ml serÃan indicativos de derivación al urólogo para la realización de una biopsia guiada por ecografÃa3,4. Ante valores confirmados de PSA entre 4-10 ng/ml se aconseja determinar PSA libre y PSA libre/PSA total.
Medición del residuo posmiccional mediante ecografÃa abdominal (nivel de evidencia III, grado de recomendación B)6Se aconsejan la determinación basal del residuo posmiccional en los pacientes con mayor riesgo de progresión (sintomatologÃa moderada a grave)6. La ecografÃa es el método de elección para la medida semicuantitativa del residuo posmiccional. Un nivel basal elevado de volumen posmiccional se asocia con un mayor riesgo de deterioro de los sÃntomas6. Se consideran potencialmente patológicos los residuos superiores a 50ml.
La ecografÃa abdominal determina, con mayor exactitud que el tacto rectal, el volumen y la forma de la próstata y permite objetivar las anomalÃas que se generan sobre el tracto urinario inducidas por la HBP12. Se recomienda la realización de ecografÃa abdominal en pacientes con STUI/HBP en los que se sospeche la presencia de complicaciones3,4 (sospecha de residuo posmiccional patológico, sospecha de uropatÃa obstructiva, sospecha de patologÃa neuropática, sintomatologÃa grave, macro o microhematuria, globo vesical, antecedentes de urolitiasis).
TratamientoLos objetivos del tratamiento de los varones con STUI/HBP son mejorar los sÃntomas y la calidad de vida, evitar la progresión clÃnica de la enfermedad y disminuir el riesgo de complicaciones y/o la necesidad de cirugÃa por la enfermedad4,6,9.
La decisión sobre el tratamiento de los pacientes con STUI/HBP se debe adoptar tras su estratificación en función de riesgo de progresión clÃnica, con el objetivo de identificar e intensificar el tratamiento en aquellos pacientes con mayor riesgo de progresión (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A). Existen una serie de factores de riesgo de progresión de la HBP validados en diferentes estudios13,14. La estratificación se debe realizar en función de la edad (mayores de 50años), de la gravedad de la sintomatologÃa (moderada a grave), del volumen prostático (≥30cc o gradoii/iv en tacto rectal) y nivel de PSA (≥1,5ng/ml) (nivel de evidencia 1b, grado de recomendación A) (fig. 3).
Se recomienda realizar una vigilancia activa periódica (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A) en los pacientes asintomáticos o con sÃntomas leves, con buena calidad de vida y sin un aumento del tamaño de la próstata. En este grupo de pacientes se puede retrasar la aparición de los sÃntomas o su progresión realizando cambios en el estilo de vida y reforzando una serie las medidas higiénico-dietéticas (nivel de evidencia Ib, grado de recomendación A)15-17. Factores como la obesidad, el sÃndrome metabólico, la diabetes o el sedentarismo aumentan el riesgo de progresión/empeoramiento de los STUI/HBP.
Tratamiento farmacológicoEstá indicado en pacientes con sÃntomas de intensidad moderada a grave que repercuten en la calidad de vida, en ausencia de complicaciones y sin una indicación absoluta de cirugÃa (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A). La tabla 3 muestra las caracterÃsticas de los tratamientos farmacológicos disponibles.
CaracterÃsticas de los tratamientos farmacológicos disponibles
Tipo tratamiento | Rapidez de inicio | MejorÃa STUI | Cambio flujometrÃa (Qmax) | Tamaño prostático | Volumen residual posmiccional | Progresión clÃnica y/o complicaciones | Evidencia recomendación |
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Espera vigilada | Meses | + |  |  |  | ? | 1b/A |
Alfabloqueantes | DÃas | ++ | ++ |  | −/+ | +++ SÃntomas | Ia/A |
5-ARI | Meses | + | ++ | +/++ | − | +++ SÃntomas ++ RAO CirugÃa | Iab/A |
Alfabloqueantes + 5-ARI | DÃas | ++ | ++ | +/++ | −/+ |  | 1b/A |
IPDE-5 Tadalafilo | DÃas | ++ | −/+ |  | −/+ | ? | Ia/A |
AntimuscarÃnicos | Semanas. | ++ STUI vaciado |  |  | + | ? | − |
Alfabloqueantes + antimuscarÃnicos | DÃas | ++ | ++ |  |  | ? | 1b/B |
5 ARI: inhibidores de la 5-α-reductasa; IPDE5: inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5; PSA: antÃgeno prostático especÃfico; RAO: retención aguda de orina; STUI: sÃntomas del tracto urinario inferior.
Los agentes fitoterapéuticos más empleados tradicionalmente son Serenoa repens y Pygeum africanum.
Estudios publicados han mostrado resultados que oscilan desde una eficacia moderada, similar a placebo, hasta una mejorÃa significativa en el control de los sÃntomas (nicturia) y medidas del flujo urinario, similares a tamsulosina18,19. En ningún estudio los agentes fitoterapéuticos han demostrado mejoras significativas en el tamaño de la próstata, en la obstrucción del tracto urinario inferior o en la progresión de la enfermedad20.
Actualmente no existen datos basados en estudios clÃnicos aleatorizados que permitan recomendar los extractos de fitoterapia como un tratamiento especÃfico de los STUI/HBP.
Bloqueantes de los receptores alfa-1-adrenérgicosLos alfabloqueantes, preferentemente uroselectivos y de acción prolongada, son fármacos de primera lÃnea en pacientes con STUI/HBP moderada a grave y próstatas de menor tamaño (<40cc). Además son útiles para el uso intermitente en pacientes con intensidad fluctuante de los sÃntomas que no necesitan tratamiento a largo plazo (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A).
Son fármacos que actúan sobre el componente dinámico de la obstrucción al flujo de salida de la orina en HBP.
Los alfabloqueantes autorizados para el tratamiento de los STUI/HBP muestran diferente afinidad por los receptores alfa-1: terazosina, doxazosina y alfuzosina son menos selectivos al actuar sobre los receptores alfa-1A, 1B, y 1D. La tamsulosina —con una selectividad predominante sobre los receptores alfa-1A y 1D— y la silodosina —antagonista muy potente y selectivo de los receptores alfa-1A— son considerados uroselectivos. La eficacia clÃnica global de todos los alfabloquentes es muy similar21, y en general no depende del tamaño de la próstata o de la edad.
Los principales efectos secundarios son cardiovasculares (hipotensión postural, mareos, palpitaciones, edema periférico, sÃncope), sobre el sistema nervioso central (fatiga, astenia, cefalea, somnolencia), rinitis y trastornos eyaculatorios6,9,22. Los uroselectivos son en general mejor tolerados. Todos deben evitarse si existen antecedentes de hipotensión ortostática. Terazosina y doxazosina están contraindicados en el uso conjunto con inhibidores de la fosfodiesterasa tipo5, y el resto deberÃan usarse con precaución. Los menos uroselectivos deberÃan administrarse en dosis nocturnas, titulando la dosis.
Inhibidores de la 5-alfa-reductasaLos inhibidores de la 5-alfa-reductasa (5-ARI) son la opción terapéutica recomendada para tratamiento a largo plazo en pacientes con sintomatologÃa moderada a grave, especialmente en aquellos con próstatas de mayor tamaño (>40cc) (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A).
Actúan sobre el crecimiento glandular reduciendo el volumen prostático y mejorando el componente obstructivo estático al flujo de salida vesical de la HBP.
Los principales 5-ARI comercializados son finasterida y dutasterida. En tratamientos superiores a un año, además de reducir el riesgo de progresión de los sÃntomas, reducen en un 50% el riesgo de complicaciones como la RAO y la necesidad de intervención quirúrgica23,24. Además, los 5-ARI reducen las cifras de PSA al menos un 50% de su valor inicial a los 6 meses de tratamiento25.
La incidencia de eventos adversos es baja y disminuyen con el uso. El perfil de efectos adversos a largo plazo es similar en ambos fármacos: disfunción eréctil (5-8%), disminución de la libido (2-6%), reducción del volumen eyaculatorio (5%) o trastornos en la eyaculación (1,5-2%) y ginecomastia (1,3-3%)24.
Inhibidores de la fosfodiesterasa 5El tadalafilo, un inhibidor de la fosfodiesterasa5 (IPDE-5), a 5mg/dÃa podrÃa ser una opción en pacientes con STUI/HBP moderados a graves seleccionados, especialmente los que padecen disfunción eréctil (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A)26,27. También se podrÃan emplearse como monoterapia en pacientes que no toleran los alfabloqueantes o asociados a 5-ARI en varones que empeoraron la función eréctil durante el tratamiento con 5-ARI (nivel de evidencia IIA, grado de recomendación B).
Los efectos adversos más frecuentes son cefalea, dolor de espalda, rubor facial y dispepsia. Están contraindicados en pacientes isquémicos recientes (IAM, ACVA), con hipotensión, presión arterial mal controlada, insuficiencia renal y/o hepática significativa, neuropatÃa óptica isquémica anterior tratados con nitratos y en tratados con los alfabloqueantes menos uroselectivos (doxazosina o terazosina).
Combinación de alfabloqueantes y 5-ARILa terapia combinada de un alfabloqueante y un 5-ARI se recomienda como tratamiento a largo plazo (4-7años) en pacientes con STUI/HBP moderados a graves con otros factores de riesgo de progresión clÃnica: volumen prostático moderado (≥ 30cc medido por ecografÃa o ≥ii/iv por tacto rectal) o grande (≥40cc medido por ecografÃa) y PSA ≥1,5ng/dl (nivel de evidencia Ia, grado de recomendación A)28–30.
Las 2 únicas asociaciones que han demostrado su eficacia en ensayos clÃnicos a largo plazo son dutasterida/tamsulosina y finasterida/doxazosina. Al no existir datos de seguridad y eficacia con otras asociaciones, se recomienda no emplear otras combinaciones diferentes.
En general los efectos adversos son significativamente más frecuentes durante el tratamiento combinado que en cualquier monoterapia, aunque son consistentes con los descritos en monoterapia28,29,31.
Combinación de alfabloqueantes y antimuscarÃnicosLa combinación antimuscarÃnicos asociados a alfabloqueantes se podrÃa reservar como segunda lÃnea de tratamiento en varones con sÃntomas moderados a graves, en los que persisten los sÃntomas de almacenamiento, a pesar del tratamiento con alfabloqueantes (nivel de evidencia 1b, grado de recomendación B). En estos casos se recomienda usar en pacientes seleccionados, descartando situaciones que indiquen alto riesgo de obstrucción del tracto urinario inferior (Qmax< 0ml/s, residuo posmiccional >200ml, sÃntomas graves, volumen prostático >50cc o historia de RAO)30 y realizar un control preciso y periódico del residuo posmiccional cada 4-6meses.
Los antimuscarÃnicos reducen la hiperactividad vesical y aumentan la capacidad funcional de la vejiga, mejorando preferentemente los sÃntomas de llenado.
La monoterapia con antimuscarÃnicos tiene usos muy limitados. PodrÃa estar indicada en varones con STUI/HBP exclusivamente de llenado y vejiga hiperactiva, tras descartar suficientemente obstrucción del tracto urinario inferior (tabla 4).
Recomendaciones para el uso de antimuscarÃnicos
AntimuscarÃnico | AntimuscarÃnico + α-Bloqueantes |
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Recomendado STUI de llenado sin STUI de vaciado con sospecha de vejiga hiperactivaa | Recomendado HBP y sÃntomas de llenado que no han respondido a tratamiento con alfabloqueantesb |
No recomendado STUI de vaciado Riesgo de RAO como resultado de: • Aumento del volumen prostático (> 50 cc) • Valores PSA sérico > 1,4 ng/ml • Disminución del flujo miccional (Qmax < 8 ml/s) • IPSS > 19 puntos • Volumen residual > 200 ml | No recomendado STUI de llenado con historia muy significativa de STUI de vaciado o en los hombres con importante clÃnica obstructiva por HBP y aumento del residuo miccional |
El seguimiento clÃnico en los casos de STUI/HBP que no requieren tratamiento quirúrgico debe realizarse por el médico de familia en atención primaria6. En la tabla 5 se muestran las situaciones en las que se recomienda la derivación a urologÃa. La figura 3 describe el manejo del paciente ante diferentes situaciones durante su seguimiento.
Criterios de derivación de atención primaria a atención urológica hospitalaria durante el seguimiento
Situaciones en las que se recomienda derivación a urologÃa |
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1. Pacientes que, tras iniciar el tratamiento farmacológico de la HBP, no responden al tratamiento (no modificación de IPSS) o presentan una respuesta clÃnica insuficiente, que definimos como un descenso inferior a 4 puntos en el cuestionario IPSS, respecto al resultado basal antes del tratamiento: • Después de 3 meses de tratamiento con alfa-bloqueantes • Después de 3 meses de tratamiento con IPDE-5 • Después de 3 meses de tratamiento combinado de alfa-bloqueantes con antimuscarÃnicos • Después de 6 meses de tratamiento combinado de alfa-bloqueantes con 5-ARI • Después de 6 a 12 meses de tratamiento con 5-ARI en monoterapia 2. Cuando durante el seguimiento de la enfermedad, en pacientes que habÃan respondido al tratamiento farmacológico de la HBP, se agraven los sÃntomas y presenten un aumento de la puntuación del IPSS igual o superior a 4 puntos Signos de carcinoma de próstata: tacto rectal patológico, PSA > 10 ng/ml o PSA > 4 ng/ml y PSA libre <20%. 3. Retención aguda de orina 4. Elevación de la creatinina sérica por encima de 1,5 mg/dl secundaria a uropatÃa obstructiva 5. Vejiga neurógena por enfermedad neurológica concomitante 6. Agravamiento de su patologÃa con residuos posmiccionales altos (> 150 cc), divertÃculos vesicales, litiasis vesicales, hematuria de repetición o infecciones urinarias de repetición 7. En pacientes tratados con 5-ARI, una elevación del PSA mayor o igual a 0,3 ng/ml respecto al nivel más bajo obtenido durante el tratamiento, confirmada y mantenida a las 4-6 semanas |
5-ARI: inhibidores de la 5-α-reductasa; HBP: hiperplasia benigna de próstata; PSA: antÃgeno prostático especÃfico; STUI: sÃntomas del tracto urinario inferior.
Las recomendaciones respecto al seguimiento para todas las modalidades de tratamiento conservador o quirúrgico se basan en datos empÃricos o en consideraciones teóricas, pero no en estudios basados en evidencias (nivel de evidencia III-IV, grado de recomendación C).
Podemos concretar las siguientes situaciones:
Pacientes con sÃntomas leves (IPSS 0-7) en tratamiento no farmacológico.Requieren únicamente un seguimiento anual mientras el aumento del IPSS sea menor de 4 puntos en cada revisión. Si por el contrario hay empeoramiento de la sintomatologÃa acompañado de aumento del IPSS≥4 puntos en dicha revisión, se revaluará al paciente solicitando las mismas pruebas que en la primera valoración.
Pacientes con sÃntomas moderados (IPSS 8-19) o graves (IPSS>20) con tratamiento farmacológicoPacientes tratados con alfabloqueantes, IPDE-5 y/o antimuscarÃnicos- •
Seguimiento al primer mes para valorar posibles efectos adversos (anamnesis). En caso de intolerancia, se cambiará de tratamiento.
- •
Seguimiento al tercer mes para valorar la eficacia de la medicación (anamnesis con IPSS y valoración del cumplimiento). Si no hay mejorÃa (disminución del IPSS<4 puntos), se valorará cambio de tratamiento o derivación a urologÃa; si hay mejorÃa (disminución del IPSS≥4 puntos), revisión anual.
- •
Seguimiento anual (anamnesis con IPSS, valoración del cumplimiento y PSA cada 4años). Si presenta empeoramiento de los sÃntomas con aumento de la puntuación del IPSS≥4 puntos o el valor del PSA≥1,5ng/ml, se deberá revaluar al paciente: exploración fÃsica con tacto rectal, tira reactiva de orina/sedimento de orina, bioquÃmica (glucemia, creatinina y PSA) y ecografÃa urológico-abdominal para descartar uropatÃa obstructiva, valorar el tamaño de la glándula prostática y el residuo posmiccional.
Si se cumplen los criterios de progresión, se cambiará a la combinación de alfabloqueante con 5-ARI.
Pacientes tratados con 5-ARI en monoterapia o combinado con alfabloqueantes- •
Seguimiento al primer mes para valorar posibles efectos adversos (anamnesis). En caso de intolerancia, se cambiará de tratamiento.
- •
Seguimiento al sexto mes para valorar la eficacia de la medicación (anamnesis, IPSS, valoración del cumplimiento y PSA). Si no hay mejorÃa (disminución del IPSS<4 puntos) se derivarán a urologÃa; si hay mejorÃa (disminución del IPSS≥4 puntos), revisión anual. Se solicitará la PSA para confirmar una reducción del 50% respecto del valor antes de iniciar tratamiento.
- •
Seguimiento anual (anamnesis, IPSS, valoración del cumplimiento y PSA). Elevación del PSA mayor o igual a 0,3ng/ml respecto al nivel más bajo obtenido durante el tratamiento, confirmada y mantenida a las 4-6 semanas, indicará derivación a urologÃa para descartar un cáncer de próstata. Si presentan empeoramiento de los sÃntomas con aumento de la puntuación del IPSS≥4 puntos o el valor del PSA≥1,5 ng/ml, se deberá revaluar al paciente.
Son pacientes monitorizados habitualmente por urologÃa, por lo que cualquier recidiva de los sÃntomas deberá ser valorada por el urólogo.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artÃculo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artÃculo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
El trabajo ha sido corporativo, con un nivel similar de responsabilidad, de distribución y elaboración del trabajo. Por este motivo hemos decidido una ordenación alfabética de los autores atendiendo al primer apellido, sin que en ningún momento signifique diferente nivel de participación en la elaboración del artículo. El artículo ha sido publicado en la Revista Medicina General y de Familia: med gen y fam. 2016;5(3):97–106.