La obesidad es un diagnóstico cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Existe una relación ampliamente documentada entre la existencia de obesidad en infancia, adolescencia y edad adulta y la presencia de factores de riesgo cardiovascular (FRCV). Es objetivo de este estudio describir las características en cuanto a datos antropométricos y analíticos de la población nacida en 1989 y en seguimiento desde los 2 años en un centro de salud; y la relación entre el exceso de peso y la presencia de FRCV en el momento actual y en los pacientes que ya tenían exceso de peso en la infancia.
Pacientes y métodosSe realiza un estudio longitudinal retrospectivo de cohorte. De los 277 pacientes de la muestra inicial, se logra contactar telefónicamente con 153 que participan en el estudio actual y a los que se realiza analítica, medición de parámetros antropométricos y toma de tensión arterial.
ResultadosLa prevalencia de obesidad en los sujetos del estudio fue del 7,18% y la de sobrepeso del 18,3%. En cuanto a la presencia de FRCV (hipertensión, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, colesterol HDL bajo, diabetes), el 72,72% de los participantes obesos presentó alteración de uno o más de ellos, existiendo una relación estadísticamente significativa entre la obesidad y la presencia de hipertensión, hipertrigliceridemia y HDL bajo.
ConclusiónLa obesidad y el sobrepeso son frecuentes en adultos jóvenes. Tanto el diagnóstico de obesidad en edad adulta, como su diagnóstico en la infancia, se relacionan con una mayor frecuencia de aparición de FRCV.
The diagnosis of obesity is becoming increasingly common in our society. The relationship between obesity in children, young and adult populations and cardiovascular risk factors (CVRF) have been extensively documented. The aim of the present study is to describe the anthropometric and analytical characteristics of a population born in 1989, and being followed-up from two years of age. They all attended the same health care centre. The relationship between previous and current weight excess and the presence of CVRF was also studied.
Patients and methodsA retrospective longitudinal cohort study has been performed. Of the 277 patients from the initial sample, 153 were invited to participate in the study. Anthropometrics measurements, blood tests and blood pressure data were collected.
ResultsThe prevalence of weight disorders in the sample were 7.18% (obesity) and 18.3% (overweight). As regards the presence of CVRF (hypertension, hypercholesterolemia, hypertriglyceridemia, low HDL cholesterol, diabetes), 72.72% of the sample have at least one CVRF, showing a strong statistical relationship between obesity and some CVRF.
ConclusionObesity and overweight are becoming common in the young adult population. An obesity diagnosis at adult age, as well as in childhood, is strongly associated with the presence of CVRF.
La obesidad infantil y adolescente constituye un importante problema de salud cuyo diagnóstico es cada vez más frecuente, no sólo en las sociedades occidentales, sino también en los países en desarrollo1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera uno de los problemas de salud pública más importantes y la define como una acumulación excesiva o anómala de grasa corporal que puede afectar negativamente a la salud2.
Según datos del año 2005, aproximadamente 1,6 miles de millones de personas mayores de 15 años y unos 20 millones de niños de edad inferior a los 5 años presentaban sobrepeso y, al menos, 400 millones de adultos presentaban obesidad2. En España, en adultos entre 25 y 64 años la cifra de obesidad es de 15,5%3. Por encima de esa edad las cifras son incluso superiores. Se ha registrado también un incremento del 34,5% en la prevalencia de obesidad en 14 años, pasando de un 17,4% en 1992 a un 24% en 20064–6.
La asociación en la edad adulta de sobrepeso y obesidad con enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2 está claramente demostrada7. Del mismo modo, diversos estudios demuestran cómo la obesidad en la infancia y en la adolescencia supone un aumento de morbilidad y mortalidad en la edad adulta8, en particular relacionada con la enfermedad cardiovascular.
Ya en estudios clásicos se aprecia una correlación entre obesidad y factores de riesgo cardiovascular (FRCV) en infancia, adolescencia y edad adulta, más atribuible a la persistencia del estado ponderal desde la adolescencia a la edad adulta9–11. La obesidad se ha convertido así en factor de riesgo por sí misma.
La atención primaria es el nivel asistencial adecuado para realizar una valoración integral del paciente y controlar todos los FRCV. Es objetivo de este estudio describir las características en cuanto a datos antropométricos y analíticos al llegar a la edad adulta de la población de pacientes nacidos en 1989 y que han sido seguidos en un centro de salud, así como la asociación entre la existencia de FRCV con el exceso de peso. Analizamos también el riesgo de presentar FRCV en adultos jóvenes que presentaban obesidad en edades previas.
Material y métodosRealizamos un estudio de cohortes retrospectivo con la totalidad de los nacidos en 1989 y de los que se recogen datos desde los 2 años; y descriptivo transversal para la misma muestra a los 18-19 años de edad, pertenecientes a una población total de 26.000 personas atendidas en el Centro de Salud de Cuzco de Fuenlabrada, Madrid, según datos de tarjeta sanitaria a 31-12-2007. La muestra la constituyen 153 participantes.
Se consideró criterio de exclusión la existencia de embarazo, trastornos graves del comportamiento alimentario e hipotiroidismo no controlado.
Los datos fueron recogidos durante el año 2008.
Las variables analizadas fueron: edad, sexo, origen étnico; peso y talla a los 18 o 19 años, medidos con básculas SECA con tallímetro incorporado, precisión de 100g y hasta el milímetro más próximo, con el paciente descalzo, vestido con ropa interior, en bipedestación, haciendo coincidir su línea media sagital con la línea media del tallímetro y con la cabeza en plano horizontal nariz-trago; peso y talla a los 2, 3, 4, 6, 8, 11 y 14 años recogidos de las historias clínicas, índice de masa corporal (IMC) según la fórmula de Quetelet (peso/talla2) considerando obesidad un IMC ≥ 30 y sobrepeso un IMC ≥ 25 y < 30 a partir de los 18 años de edad. Para las edades inferiores se consideró obesidad el valor correspondiente al percentil 95 y superiores de las tablas del CDC 2000 y sobrepeso los valores iguales o superiores al percentil 85 e inferiores al percentil 9512.
A los 18-19 años se realizó la medición de perímetro de cintura, a nivel de borde superior de crestas ilíacas (PCCI) y el perímetro de cadera (PC), a nivel de los trocánteres mayores, con el sujeto en bipedestación y los pies juntos, brazos caídos a lo largo del cuerpo, con cinta métrica inextensible de 2 m de largo, brazos caídos a lo largo del cuerpo y expresando el resultado en centímetros. Se calculó el índice cintura/cadera (PCCI/PC). Hemos considerado los valores recomendados por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)13.
Se realizó también toma de tensión arterial (TA) en mmHg, medida con esfigmógrafo homologado disponible en las consultas, y en las condiciones especificadas en el Programa del Adulto seguido en el Área 9. Se consideraron como hipertensión cifras de tensión arterial sistólica (TAS) ≥ 140 y/o cifras de tensión arterial diastólica (TAD) ≥ 90 mmHg.
Los parámetros bioquímicos analizados fueron los siguientes: glucemia basal, colesterol total (CT), y unido a lipoproteínas de baja (LDL) y alta densidad (HDL), triglicéridos (TGD) y tirotropina (TSH). Se consideró como hipercolesterolemia cifras de colesterol superiores a 250mg/dl y colesterol límite cifras entre 200 y 250mg/dl. Se consideró hipertrigliceridemia cifras mayores o iguales a 150mg/dl y como HDL disminuido en mujeres valores inferiores a 50mg/dl y en hombres inferiores a 40mg/dl. Los criterios diagnósticos de diabetes fueron: una cifra de glucosa obtenida aleatoriamente de 200mg/dl con síntomas adicionales o 2 cifras de glucosa en ayunas igual o mayores a 126 en 2 lecturas en días diferentes (criterios diagnósticos del Programa del Adulto del área 9). Para TSH el límite superior fue 5,5 mcU/ml. Para determinar la resistencia a insulina se determinaron insulina e índice homeostatic model assessment (HOMA) o producto de las concentraciones de insulina en ayunas (mU/ml) y la glucosa plasmática en ayunas (mmol/l), dividido por 22,5. Se consideró como hiperinsulinemia cifras superiores a 20 mcU/ml14 y como HOMA elevado se consideraron 2 puntos de corte, 315 y 3,816.
Las analíticas, los parámetros antropométricos y la tensión arterial se recogieron en el centro de salud por personal entrenado, miembros del equipo investigador. La extracción de sangre se realizó con el sujeto en ayunas de 12h. Las determinaciones se analizaron en el laboratorio de referencia, el Hospital Severo Ochoa, Leganés, Madrid.
Para seleccionar a los participantes, se contactó por teléfono con los sujetos pertenecientes a la cohorte, se les proporcionó información por escrito y debieron firmar un consentimiento informado. El proyecto contó con la aprobación y autorización de la Comisión de Investigación y del Comité Ético del Área 9 del Servicio Madrileño de Salud.
Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el programa SPSS 15.0. Se realizó estadística descriptiva de todos los datos (tanto cuantitativos como cualitativos) con un intervalo de confianza del 95% y pruebas de asociación estadística (chi cuadrado, test exacto de Fisher, t de Student, ANOVA y tests no paramétricos). Para la magnitud de la asociación entre variables en la cohorte se utilizó el riesgo relativo (odds ratio).
ResultadosDe la muestra inicial de 277 participantes de los que se recogen datos desde 1991, se perdieron 124 casos porque rechazaran participar en el estudio actual, por problemas para contactar con ellos o por no cumplir los criterios de inclusión. La muestra final queda constituida por las 153 personas que aceptaron formar parte del estudio en 2008 (fig. 1).
Se trata de 64 hombres (41,83%) y 89 mujeres (58,16%), 148 (96,73%) de origen español, 3 personas (2%) de origen sudamericano y 2 (1,3%) de origen subsahariano.
A todos se les realizó medida de peso, talla, cálculo de IMC, perímetro de cintura y cadera y determinación de tensión arterial según protocolo establecido. Los parámetros analíticos fueron obtenidos sólo en los 121 pacientes que aceptaron la realización de analítica. La siguiente tabla resume los datos antropométricos y analíticos obtenidos (tabla 1).
Resultados de los valores de las distintas variables cuantitativas en la población estudiada a los 18-19 años.
X (DS) | X (DS) | X (DS) | |
Total N=153 | Hombres N=64 | Mujeres N=89 | |
Peso (kg) | 64,43 (14,42) | 72,27 (13,33) | 58,80 (12,45) |
Talla (cm) | 167,19 (8,89) | 174,44 (6,84) | 161,97 (6,10) |
IMC | 22,91 (4,16) | 23,66 (3,66) | 22,37 (4,43) |
TAS (mmHg) | 111,27 (14,05) | 118,98 (13,62) | 105,73 (11,57) |
TAD (mmHg) | 69,33 (10,05) | 72,50 (9,27) | 67,06 (10,03) |
PCCI (cm) | 81,72 (11,50) | 84,16 (10,39) | 80,00 (11,98) |
PC (cm) | 95,24 (9,51) | 96,09 (9,16) | 94,64 (9,77) |
ICCCI (cm) | 0,85 (0,054) | 0,87 (0,4) | 0,84 (0,05) |
Total N=121 | Hombres N=50 | Mujeres N=71 | |
TSH (mcU/ml) | 2,73 (1,36) | 2,55 (1,30) | 2,76 (1,39) |
GL (mg/dl) | 79,6 (7,08) | 80,24 (7,06) | 79,18 (7,13) |
CT (mg/dl) | 150 (25,06) | 142,5 (23,49) | 155,39 (24,91) |
HDL (mg/dl) | 55,61 (13,13) | 50,82 (12,51) | 59,03 (12,55) |
LDL (mg/dl) | 77,65 (22,19) | 75,12 (23,05) | 79,46 (21,54) |
TGD (mg/dl) | 83,84 (41,58) | 82,92 (46,50) | 84,49 (38,06) |
Insulinemia (mcU/ml) | 9,9 (6,49) | 9,25 (6,72) | 10,34 (6,33) |
HOMA (mU/ml x mmol/l) | 1,94 (1,40) | 1,86 (1,48) | 2,01 (1,35) |
CT: colesterol total; DS: desviación estándar 95%; HDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; HOMA: homeostatic model assessment; ICCCI: índice cintura cadera a nivel de cresta ilíaca; IMC: índice de masa corporal; LDL: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; N: tamaño de la muestra; PC: perímetro cadera; PCCI: perímetro de cintura a nivel de crestas ilíacas; TAS: tensión arterial sistólica; TAD: tensión arterial diastólica; TGD: triglicéridos; TSH: tirotropina; X: media.
Los datos de prevalencia de obesidad y sobrepeso en la población en estudio pueden verse en la tabla 2. Un 25,49% de la población presentaba un IMC ≥ 25 con predominio en el grupo de hombres (tabla 2).
Cifras de prevalencia de obesidad y sobrepeso, según índice de masa corporal y perímetro de cintura para el total de la muestra y por sexos.
Total población N=153 (%) | Hombres N=64 (%) | Mujeres N=89 (%) | |
Sobrepeso | 28 (18,3) | 17 (26,56) | 11 (12,35) |
Obesidad | 11 (7,18) | 4 (6,25) | 7 (7,86) |
Obesidad PCCIa | 24 (15,78) | 3 (4,76) | 21 (23,59) |
Normopeso | 114 (74,5) | 43 (67,18) | 71 (79,77) |
N: tamaño de la muestra; PCCI: perímetro de cintura a nivel de crestas ilíacas.
En cuanto a los FRCV de la población estudiada, un 7,84% presentó hipertensión arterial (HTA), sólo un 2,47% presentó un colesterol por encima de 200, y ningún paciente presentó glucemia elevada (tabla 3).
Factores de riesgo cardiovascular en la totalidad de la muestra y por sexos.
N (H/M) | Total (%) | Hombres(%) | Mujeres (%) | |
HTA | 153 (64/89) | 12 (7,84) | 9 (14,06) | 3 (3,37) |
Colesterol elevado ( ≥ 200 mg/dl) | 121 (50/71) | 3 (2,47) | 0 | 3 (4,22) |
Hipertrigliceridemia (> 150 mg/dl) | 121 (50/71) | 8 (6,61) | 2 (4) | 6 (8,45) |
HDL bajo (< 40 mg/dl en hombres y < 50 en mujeres) | 121 (50/71) | 26 (21,48) | 8 (16) | 18 (25,35) |
Glucemia elevada (2 basales ≥ 126 o uno no basal > 200 con síntomas) | 121 (50/71) | 0 | 0 | 0 |
H: hombres; HDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; HTA: hipertensión arterial; M: mujeres; N: tamaño de la muestra.
La prevalencia de todos los FRCV considerados según categoría de IMC está representada en la tabla 4. Considerados en conjunto, un 72,7% de las personas obesas presentan algún FRCV. Al analizar los datos se obtiene una asociación en el límite de la significación para HTA entre los grupos de normo y sobrepeso (p=0,054) mientras que existe una asociación estadísticamente significativa entre hipertensión arterial (p=0,023), disminución de cifras de HDL (p<0,0001) y aumento de cifras de TGD (p<0,0001) y la presencia de IMC ≥ 30. Si comparamos sólo los grupos de sobrepeso y obesidad se encuentra también asociación estadísticamente significativa para hipertrigliceridemia (p=0,038) y disminución de cifras de HDL (p<0,0001) (tabla 4).
Existencia de factores de riesgo cardiovascular según los grupos: normopeso, sobrepeso y obesidad según índice de masa corporal.
Normopeso N=114 | Sobrepeso N=28 | Obesidad N=11 | |
Pacientes con analítica | 89 | 23 | 9 |
FRCV alterados (uno o más) | 22 (19,29) | 9 (32,14) | 8 (72,72) |
HTA | 5 (4,38) | 4 (14,28) | 3 (27,27) |
Colesterol elevado (≥ 200 mg/dl) | 1 (1,12) | 1 (4,34) | 1 (11,11) |
HDL bajo (< 40 mg/dl en hombres y < 50 en mujeres) | 16 (17,97) | 3 (13,04) | 7 (77,77) |
Hipertrigliceridemia (> 150 mg/dl) | 2 (2,24) | 2 (8,69) | 4 (44,44) |
Glucemia elevada (2 basales ≥ 126 o uno no basal > 200 con síntomas) | 0 | 0 | 0 |
FRCV: factores de riesgo cardiovascular; HDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; HTA: hipertensión arterial; N: tamaño de la muestra.
Cuando el criterio de obesidad considerado es el PCCI, hay asociación estadísticamente significativa entre obesidad y disminución de cifras de HDL (p=0,02) e hipertrigliceridemia (p=0,003).
A continuación y a modo de resumen, presentamos una tabla de los valores antropométricos y analíticos según grupos de IMC (tabla 5).
Comparación entre las medias (x) de las distintas variables consideradas en cada uno de los 3 grupos según índice de masa corporal.
Normopeso N=114 | Sobrepeso N=28 | Obesidad N=11 | p | ||||
x | IC | x | IC | x | IC | ||
Peso (kg) | 58,14 | 56,54-59,74 | 78,55 | 74,93-82,17 | 93,75 | 86,16-101,34 | |
Talla (cm) | 166,24 | 164,66-167,83 | 170,8 | 167,19-174,40 | 167,88 | 161,62-174,13 | |
IMC | 20,95 | 20,59-21,31 | 26,85 | 26,27-27,42 | 33,27 | 31,16-35,37 | |
TAS (mmHg) | 108,61 | 106,41-110,80 | 116,36 | 109,45-123,26 | 126 | 117,00-135,00 | < 0,0001 |
TAD (mmHg) | 68,35 | 66,64-70,07 | 69,36 | 65,01-73,71 | 79,45 | 72,47-86,44 | 0,002 |
Normopeso N=89 | Sobrepeso N=23 | Obesidad N=9 | p | ||||
x | IC | x | IC | x | IC | ||
TSH (mcU/ml) | 2,81 | 2,52-3,10 | 2,22 | 1,73-2,72 | 3,15 | 1,89-4,40 | 0,122 |
GL (mg/dl) | 79,36 | 77,80-80,91 | 80,65 | 78,32-82,98 | 79,56 | 73,18-85,93 | 0,74 |
CT (mg/dl) | 148,52 | 143,61-153,42 | 153,7 | 141,55-165,85 | 156,11 | 129,62-182,60 | 0,514 |
HDL (mg/dl) | 57,38 | 54,61-60,16 | 53,39 | 48,46-58,32 | 42,25 | 34,72-49,78 | 0,004 |
LDL (mg/dl) | 75,12 | 70,67-79,57 | 85,17 | 74,64-95,71 | 84,13 | 68,85-104,40 | 0,106 |
TGD (mg/dl) | 80,17 | 71,89-88,44 | 83,74 | 65,96-101,51 | 120,11 | 80,79-160,10 | 0,02 |
Insulinemia (mcU/ml) | 8,65 | 7,48-9,83 | 11,52 | 8,64-14,40 | 19,61 | 13,09-26,12 | < 0,0001 |
HOMA (mU/ml x mmol/l) | 1,69 | 1,44-1,95 | 2,28 | 1,68-2,88 | 3,86 | 2,17-5,54 | < 0,0001 |
Nota: Los niveles de significación hacen referencia al test global ANOVA.
CT: colesterol total; HDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; HOMA: homeostatic model assessment; IC: intervalo de confianza; LDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; N: tamaño de la muestra; TAD: tensión arterial diastólica; TAS: tensión arterial sistólica; TGD: triglicéridos; TSH: tirotropina.
En cuanto a insulinemia y HOMA, se ha encontrado una asociación estadísticamente significativa (p<0,0001) entre la elevación de ambos parámetros y presentar IMC ≥ 30.
La prevalencia de obesidad en edades previas fue la siguiente (tabla 6): el riesgo de presentar alteración en uno o más FRCV a los 18 años cuando se ha registrado obesidad a edades previas se demuestra también en el conjunto de la muestra para obesidades detectadas desde los 6 años (tabla 7).
Prevalencia de sobrepeso y obesidad en edades previas.
Edad años | N | Obesidad N (%) | Sobrepeso N (%) |
2 | 96 | 2 (2,1) | 6 (6,3) |
3 | 89 | 4 (4,5) | 9 (10,1) |
4 | 98 | 9 (9,2) | 2 (12,2) |
6 | 136 | 19 (14,0) | 17 (12,5) |
8 | 111 | 24 (21,6) | 14 (12,6) |
11 | 145 | 23 (15,9) | 23 (15,9) |
14 | 142 | 18 (12,7) | 25 (17,6) |
N: tamaño de la muestra.
Riesgo de presentar alteración de factores de riesgo cardiovascular a los 18-19 años, para sujetos que presentaron obesidad en edades previas para cada edad, para el total de la muestra y para cada sexo.
Total | Mujeres | Hombres | ||||
Edad | RR | IC 95% | RR | IC 95% | RR | IC 95% |
2 | ||||||
3 | 0,966 | 0,170-5,476 | 0,825 | 0,140-4,865 | ||
4 | 1,884 | 0,829-4,279 | 2 | 0,465-8,597 | 2,02 | 0,687-5,943 |
6 | 2,217 | 1,232-3,990 | 2,604 | 1,331-5,094 | 2,182 | 0,776-6,134 |
8 | 1,908 | 1,028-3,540 | 1,262 | 0,504-3,159 | 3,4 | 1,266-9,129 |
11 | 2,244 | 1,300-3,875 | 2,273 | 1,159-4,456 | 2,448 | 0,975-6,143 |
14 | 1,968 | 1,069-3,625 | 1,461 | 0,551-3,872 | 2,778 | 1,179-6,544 |
IC: intervalo de confianza; RR: riesgo relativo.
Por último, cabe destacar que cumplen criterios de síndrome metabólico según los criterios de la American Heart Association (AHA) y el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI)17, 5 pacientes y todos ellos presentan obesidad (IMC ≥ 30), representando el 55,5% de las 11 personas a las que siendo obesas se ha realizado analítica.
DiscusiónLas cifras encontradas en nuestro estudio, prevalencia de obesidad a los 18-19 años en el 7,18% de la muestra (6,25% de los hombres y 7,86% de las mujeres) y sobrepeso en el 18,3% (26,56% de los hombres y 12,35% de las mujeres), muestran una disminución de prevalencia de obesidad con respecto a la existente en edades previas en esta misma cohorte18,19, y un ligero aumento del sobrepeso. Esto mismo ocurre en otras series estudiadas20, si bien es cierto que los criterios para definir obesidad en el actual estudio son diferentes a los previos dado que ahora se trata ya de población adulta.
En resumen, podemos decir que el 25,5% de la muestra (32,8% de los hombres y el 20,22% de las mujeres) presenta un IMC superior al normal, lo que supone que 1 de cada 4 jóvenes de la muestra, a los 18-19 años, presenta un IMC ≥ 25 con mayor prevalencia en los hombres que en las mujeres.
No es fácil establecer comparaciones con los diferentes estudios publicados ya que los criterios para definir obesidad y sobrepeso no son iguales en todos ellos. En cualquier caso, la Encuesta Nacional de Salud 2006 para el grupo edad de 18-24 años publica una prevalencia de sobrepeso del 18% y de obesidad del 5,5%, muy similares a las encontradas en la Encuesta Europea de Salud de 2009 del Instituto Nacional de Estadística para el mismo grupo de edad y bastante aproximadas a las prevalencias obtenidas en este estudio21. Las prevalencias encontradas en otros publicados por autores españoles en muestras más grandes de población y para grupos de edades comparables, tampoco difieren de los encontrados en este trabajo13,20,22,23. Así pues, se puede concluir que en España la prevalencia de obesidad y sobrepeso es alta aunque, considerando cifras globales, aún no se sitúa en los niveles de las más elevadas del mundo, que se registran en EE.UU.
Respecto a la prevalencia de FRCV y a su relación con el sobrepeso y la obesidad, no existen en la literatura médica muchos estudios referidos a este rango concreto de edad, por lo que, una vez más, es difícil realizar una comparativa. Es muy importante tener en cuenta que, al tratarse de una población sin percepción de enfermedad (la presencia de FRCV no implica existencia de síntomas) y que acude poco al centro de salud, no es fácil, en la mayoría de ocasiones, contactar con ella y que accedan a participar en los estudios. Además hay que considerar, como siempre, los diferentes valores de corte establecidos en los distintos trabajos.
En nuestra serie presentan HTA un 7,84% de los casos (14,06% de los hombres, 3,37% mujeres). Las cifras referidas a la edad infantil y adolescentes (3 a 18 años) suelen oscilar entre el 2 y el 5%. En un estudio español realizado en atención primaria en mayores de 15 años y para la franja de edad de 15 a 24 años se encuentra HTA en 2,6% de la muestra24. En otros estudios podemos encontrar prevalencias de hasta 33-34%25 en edades superiores.
En cuanto a los datos del perfil lipídico, sólo contamos con 3 casos en los que se observa una cifra de colesterol superior a 200mg/dl (2,47% de la muestra) y todos corresponden a mujeres. La hipertrigliceridemia sin embargo aparece en el 6,61% de los participantes (4% en hombres y 8,45% en mujeres), y hay disminución de cifras de colesterol HDL en un 21,7% (16% hombres, 25,7% mujeres). Sabemos que los niños españoles de edad escolar presentan unos altos valores de colesterol26, pero algunos estudios españoles realizados con sujetos de 15 a 24 años hablan de prevalencia de 2,6%, y no observan cifras de TGD elevados24. A mayor edad de los participantes, se encuentran prevalencias mayores27.
Es importante tener en cuenta la variación fisiológica que experimentan las cifras de colesterol durante la infancia y la adolescencia28. Hay estudios que determinan que la más alta sensibilidad, al menos en lo que a las cifras de colesterol LDL se refiere, para que los valores obtenidos en edades previas guarden correlación con los presentados en la edad adulta se encuentra en los valores determinados en 2 franjas de edad, entre los 5 y 10 años y de los 17 a los 19 años29.
En nuestra serie no hay ningún paciente con glucemia elevada. En los últimos años se refiere en la literatura médica un aumento muy importante de prevalencia de diabetes tipo 2 en jóvenes, paralelo al aumento en las cifras de obesidad registrado en esta edad y fundamentalmente en relación con el estado de resistencia a la acción de insulina que en ella existe. Nosotros decidimos incorporar la determinación de insulina y del índice HOMA, dado que en la literatura especializada se establece claramente la relación existente entre estados de resistencia a la insulina y elevación de estos parámetros, sin embargo en ambos casos no existe una cifra unánimemente reconocida como punto de corte para establecer un diagnóstico30. Si bien, como hemos dicho antes, en nuestra serie no se detectó ningún caso de hiperglucemia, sí se observó una asociación estadísticamente significativa entre las cifras elevadas de insulinemia y HOMA y obesidad, existiendo asociación en el límite de la significación entre estos parámetros y el sobrepeso. Es decir, en el grupo de sobrepeso y más aún en el de obesidad se objetivan datos indicativos de un estado de resistencia a la insulina, a pesar de que los valores de glucemia basal de todos los sujetos de la cohorte son normales.
En lo que existe unanimidad reconocida y documentada es en observar la presencia de FRCV con distinta frecuencia entre los grupos de normopeso, sobrepeso y obesidad, de tal manera que hay una asociación clara, ampliamente descrita en la literatura médica, entre aumento de peso y existencia de alteración en estos factores de riesgo31–33.
En nuestra serie un 72,72% de las personas obesas presenta algún FRCV, cifra que sólo es de un 19,29% entre las personas con normopeso, y de un 31,14% en el grupo de sobrepeso.
Encontramos además una asociación estadísticamente significativa entre la presencia de obesidad y frecuencia de estos 3 factores de riesgo: hipertensión, aumento de cifras de triglicéridos y disminución de las cifras de colesterol HDL, y en el límite de la significación para HTA al comparar los grupos de normopeso y sobrepeso. Probablemente en una muestra más amplia se ampliaría el grado de significación.
Un dato que puede resultar de interés en la práctica clínica es la posibilidad de predecir si un estado de obesidad durante la infancia, a distintas edades, se asocia con una alteración de los distintos FRCV en edades posteriores y particularmente al inicio de la edad adulta. Esta posibilidad está ampliamente descrita en la literatura médica34–36. En nuestra serie observamos ese riesgo en el total de la muestra para niños con obesidades detectadas a partir de los 6 años.
En conclusión podemos decir que la obesidad y el sobrepeso son enfermedades frecuentes en nuestro medio al inicio de la edad adulta y que el diagnóstico de obesidad en nuestros jóvenes adultos se asocia con una mayor frecuencia de factores de riesgo cardiovascular (HTA, hipertrigliceridemia, HDL bajo, y existencia de estado de resistencia a la insulina). Además los niños con diagnóstico de obesidad a partir de los 6 años de edad muestran un riesgo claro de presentar, al inicio de la edad adulta, existencia de factores de riesgo cardiovascular.
La principal limitación del estudio se debe al tamaño de la muestra. El prolongado seguimiento (16 años) y la baja sensación de enfermedad del grupo de edad al que va dirigido favorece las pérdidas. De todos modos, es muy interesante comprobar cómo, a pesar de esta limitación, los resultados alcanzados guardan relación con los obtenidos recientemente en muestras españolas más amplias y de características similares. Sería bueno ampliar el estudio a una muestra mayor y con un porcentaje más amplio de población inmigrante que fuera más similar a la que existe actualmente. También podría incluirse la variable consumo de tabaco como FRCV en un futuro estudio dado que al inicio de la edad adulta es frecuente iniciar su consumo.
A pesar de las limitaciones, este trabajo aborda un problema de salud de especial importancia en la actualidad, particularmente en el ámbito de la atención primaria, que es el más adecuado para la prevención y detección precoz de esta enfermedad y de sus riesgos asociados.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.