Sr. Director: el diagnóstico de infección urinaria se establece por el aislamiento y cultivo de un número determinado de bacterias en orina1. El método de recogida influye en la fiabilidad del diagnóstico: bolsa perineal, punción suprapúbica, cateterismo vesical limpio o micción media limpia2.
Las tiras reactivas de orina son una aproximación en los casos de sospecha clínica, siendo obligatoria la confirmación bacteriológica3.
En la infancia y especialmente en los más pequeños, el diagnóstico de infección de orina, obliga con posterioridad a una serie de pruebas diagnósticas para descartar complicaciones o malformaciones urinarias asociadas1,3,4.
La infección urinaria alta o pielonefritis aguda conlleva una morbilidad aguda y un riesgo de daño renal permanente que es mayor en menores de tres años y si hay anomalías del tracto urinario, retraso del tratamiento o recurrencias2,5.
Reconocer al niño pequeño con riesgo de infección del tracto urinario y realizar su diagnóstico correcto supone un reto, pues la clínica es inespecífica y la orina se contamina con frecuencia durante la micción con bacterias periuretrales2.
En el seguimiento posterior a un episodio de infección urinaria, a veces, nos enfrentamos con el dilema de qué hacer con aquellos casos etiquetados como infección de orina por tiras reactivas sin confirmación bacteriológica y tratados con antibióticos. Tal supuesto no debería presentarse.
El diagnóstico correcto de infección urinaria en niños permite reducir la morbilidad y secuelas asociadas a esa infección, no sólo por permitir una pauta terapéutica adecuada, sino también por guiar los estudios diagnósticos de imagen para valorar la morfología y función renal, así como la detección de una posible enfermedad urológica subyacente asociada a la infección5,6. El infradiagnóstico conlleva un mayor riesgo de daño renal y el sobrediagnóstico a un tratamiento inútil y a la realización de pruebas innecesarias, molestas y costosas6.
La masificación y presión asistencial elevada no debe hacernos olvidar los principios de una buena praxis médica. Queremos recordar la obligatoriedad de confirmación bacteriológica ante toda sospecha clínica de infección urinaria en niños, evitando el uso de antibióticos previo a la recogida de la muestra de orina.
Una vez recogido el urocultivo, de modo apropiado, el tratamiento antibiótico no debe demorarse3. Se iniciará la antibioticoterapia de modo empírico según edad y criterios clínico-biológicos de infección urinaria de vías altas o bajas, hasta que lleguen los resultados del cultivo y antibiograma7.