El carcinoma basocelular es el tumor maligno más frecuente del ser humano, tiende al crecimiento lento e invasión local y tiene baja capacidad de metastatizar, lo que le confiere un buen pronóstico. Relacionado con la exposición solar, predomina generalmente en la cara (nariz, mejillas, región frontal y nasolabial) y zonas fotoexpuestas1,2.
Se manifiesta como una placa-pápula rosada, perlada con telangiectasias arboriformes y/o ulceración. En dermatoscopia es típico el hallazgo de nidos ovoides azules-grises, patrón vascular con vasos arboriformes, ulceraciones y estructuras tipo hojas de arce o rueda de carro2.
Se presentan dos casos clínicos atendidos en consulta de atención primaria donde se visualizan las características típicas que definen el carcinoma basocelular (figs. 1-4). Ambos consultaron por otras causas y las lesiones cutáneas fueron detectadas de manera incidental en la exploración física.
Tras una primera valoración macroscópica se utilizó el dermatoscopio para mejorar la precisión diagnóstica y ante la sospecha de carcinoma basocelular se realizó e-consulta con imagen al servicio de dermatología, permitiendo así un diagnóstico y tratamiento precoz de las lesiones sospechosas. En ambos casos el diagnóstico fue de carcinoma basocelular y se realizó extirpación quirúrgica con bordes libres.
ComentarioLos tumores cutáneos son un problema de salud de importancia relevante en España cuyo diagnóstico y manejo precisa un abordaje multidisciplinar, implicando tanto a profesionales de atención primaria como hospitalaria. En las últimas décadas se ha observado un incremento en su incidencia, probablemente relacionado con el aumento de la esperanza de vida, exposición solar y mejoras en el diagnóstico desde la consulta de atención primaria, entre las que se encuentra en auge el uso de la dermatoscopia1.
La dermatoscopia es una técnica de diagnóstico por imagen que mediante un sistema de lentes y luz polarizada permite visualizar estructuras de la piel que no son visibles a simple vista. Requiere de un proceso de formación y entrenamiento adecuado1–3.
Gracias al avance en sistemas informáticos cabe destacar la llamada «teledermatoscopia», que permite el envío de fotografías de forma telemática al especialista en dermatología para valoración de las lesiones sospechosas, permitiendo un diagnóstico precoz y agilizando su tratamiento en caso necesario1,4–7.
La rapidez de este sistema permite priorizar a los pacientes que requieran atención temprana y resolver rápidamente aquellos con baja sospecha de malignidad, consiguiendo como consecuencia una reducción en el número de derivaciones y por tanto de la lista de espera, mejorando así la calidad asistencial1.
Consideraciones éticasSe ha contado con el consentimiento de los pacientes para la elaboración de las fotografías y para la elaboración de este artículo.
FinanciaciónNo hemos recibido ninguna fuente de financiación para la elaboración de este artículo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.