Varón de 45 años, natural de China en España desde hace 10 años, sin otros antecedentes médicos de interés. Trabajaba en un jardín particular desde hace un año y consulta por presentar múltiples nódulos eritematosos dolorosos, algunos ulcerados y otros fluctuantes, en su antebrazo (fig. 1) de un mes de evolución, sin recordar traumatismo previo. Negaba toma de fármacos, fiebre ni sensación distérmica. No había realizado ninguna salida al campo ni viajes fuera de España. La combinación de la presentación clínica y el antecedente laboral epidemiológico fue compatible con el diagnóstico clínico de esporotricosis cutánea. Se realizó una biopsia cutánea cuyo resultado corroboró el planteamiento inicial, con positividad para el cultivo de Sporothrix schenckii, y la evolución fue favorable con tratamiento antifúngico (terbinafina 250mg/día) durante 6 meses. Tras finalizar el tratamiento, el paciente presentó una curación de la totalidad de sus lesiones y no presentó efectos adversos reseñables al régimen utilizado.
La esporotricosis es una micosis profunda causada por Sporothrix schenckii. Se suele presentar como infección cutánea o subcutánea con evolución aguda-subaguda. La inoculación del hongo es frecuente a través de traumatismos con materiales vegetales y por mordedura o arañazo de diversos animales. Es la forma más frecuente de afectación en la práctica clínica1. Se caracteriza por la presencia de gomas que afectan el tejido cutáneo, subcutáneo y linfático. Algunos diagnósticos diferenciales pueden ser tuberculosis, micobacterias atípicas, lepra, leishmaniasis, lúes y otras micosis geográficas2. Atendiendo del estado inmunológico del individuo puede presentarse como una infección local o diseminada a otros niveles, simulando un cuadro séptico. El diagnóstico suele ser clínico ante un antecedente epidemiológico claro y una clínica altamente sugestiva3. El cultivo de la muestra suele ser bastante rentable y el medio idóneo es en agar dextrosa-Sabouraud. La histología presenta características de enfermedad granulomatosa, y ocasionalmente es posible observar al hongo.
La respuesta a itraconazol suele ser favorable. El tratamiento con yoduro potásico puede acelerar la mejoría de las lesiones cutáneas, aunque a costa de mayores efectos adversos4 y sin una gran evidencia contrastada a favor de su uso5. Estudios recientes indican que la terbinafina (250mg/día) ofrece como resultado hasta un 92% de curación6.
Es importante una alta sospecha diagnóstica, y para ello una buena historia clínica, con el objetivo de establecer un tratamiento adecuado y así conseguir una recuperación precoz.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.