metricas
covid
Buscar en
Medicina de Familia. SEMERGEN
Toda la web
Inicio Medicina de Familia. SEMERGEN Respuesta de los autores
Información de la revista
Vol. 43. Núm. 8.
Páginas 596-597 (noviembre - diciembre 2017)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Vol. 43. Núm. 8.
Páginas 596-597 (noviembre - diciembre 2017)
CARTA AL DIRECTOR
Acceso a texto completo
Respuesta de los autores
Author's reply
Visitas
2466
F.J. García-Martíneza,
Autor para correspondencia
fjgarcia@aedv.es

Autor para correspondencia.
, I. López-Martínb, J.C. Pascualc
a Departamento de Dermatología, Clínica Universidad de Navarra, Madrid, España
b Grupo de Trabajo de Dermatología de la SEMERGEN, Centro de Salud Soto del Real, Soto del Real, Madrid, España
c Servicio de Dermatología, Hospital General Universitario de Alicante, Alicante, España
Contenido relacionado
Semergen. 2017;43:594-510.1016/j.semerg.2017.02.005
J.M. Eiros Bouza, M. de Frutos Serna
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Texto completo
Sr. Director:

Hemos leído con gran interés la carta de los Dres. Eirós y de Frutos Serna1 referida a nuestra revisión titulada «Actualización en hidrosadenitis supurativa en Atención Primaria», recientemente publicada en su revista2.

En primer lugar, queremos agradecer a los autores de dicha carta el interés mostrado por la revisión y, en concreto, por el papel de la microbiología y los antibióticos en la hidrosadenitis supurativa (HS).

Coincidimos con sus opiniones y reconocemos que en la actualidad desconocemos qué rol desempeña el microbioma en la patogenia de la enfermedad. No obstante, consideramos que la microbiología clínica puede contribuir sensiblemente a solucionar el complejo rompecabezas que supone la fisiopatología de la HS3. Numerosos estudios, aunque metodológicamente cuestionables, han demostrado la presencia de diferentes microorganismos en las lesiones de la HS4,5, hecho que contradice uno de los criterios diagnósticos menores propuestos por uno de los principales grupos de expertos europeos en la enfermedad6. Asimismo, se ha evidenciado la presencia de biofilm recubriendo los trayectos fistulosos7. Numerosos autores, entre los que nos incluimos, sostienen que las bacterias colonizadoras de la piel suponen un estímulo para la cascada inflamatoria8. El déficit de algunos péptidos antimicrobianos en la epidermis y el desequilibrio en la producción de determinadas citocinas facilita la colonización bacteriana de la piel y de los folículos9. Por otra parte, reputados investigadores sostienen que cambios en la composición de la microbiota pueden desencadenar la HS3.

En respuesta al tercer apartado de la carta, consideramos que la rifampicina es una de las piedras angulares del tratamiento de la HS en los estadios de Hurley I y II10. La rifampicina es tan eficaz en la HS principalmente por su efecto antibacteriano y sobre el biofilm. Adicionalmente se le atribuyen propiedades antiinflamatorias e inhibitorias en la formación de granulomas.

Sin embargo, la asociación de rifampicina y clindamicina, aunque es efectiva11,12, tal vez no deba ser empleada en pautas superiores a las 12 semanas y de forma repetida como apuntan Eirós y de Frutos Serna en su carta. La drástica disminución de los niveles plasmáticos de la clindamicina cuando se administra en combinación con la rifampicina13 nos invita a emplear otras combinaciones de antibióticos14.

Otro aspecto clave que no han abordado en su carta y que debemos resaltar es el riesgo de generación de resistencias bacterianas por el uso indiscriminado de antibióticos en la HS. Las pautas de tratamiento empírico pueden resultar eficaces en el control del brote, aunque también pueden favorecer la selección de bacterias resistentes en pautas subóptimas o incompletas15. En este sentido, recientemente se han publicado estudios retrospectivo describiendo los patrones de resistencias de las bacterias presentes en las lesiones de la HS16,17.

Las nuevas estrategias terapéuticas basadas en tratamientos antibióticos intravenosos de amplio espectro durante 4 a 6 semanas18,19 representan una interesante alternativa terapéutica que podemos emplear con prudencia en casos seleccionados. Estas pautas buscan la destrucción del biofilm bacteriano en las formas fistulizantes crónicas de la enfermedad7,18 y el cese del estímulo que suponen los microorganismos para la respuesta inflamatoria. Estas pautas de choque no están exentas de riesgos18 y requieren una estrategia de consolidación o mantenimiento posterior a su empleo19. Consideramos razonable emplear tratamientos dirigidos a partir de los antibiogramas de las bacterias aisladas en las lesiones de HS, siempre y cuando estas sean obtenidas en condiciones de esterilidad.

Por último, queremos matizar los niveles de evidencia y recomendación atribuidos a estos tratamientos antibióticos en la HS. Basándonos en los niveles establecidos por el Oxford Centre for Evidence-based Medicine, la clindamicina ha demostrado su eficacia en formas leves de la enfermedad en ensayos clínicos aleatorizados doble ciego frente a placebo y frente a tetraciclinas orales, por lo tanto, el nivel de evidencia sería ib en vez de iib como habían señalado Eirós y de Frutos Serna. Asimismo, el nivel de evidencia del uso de la rifampicina se basa exclusivamente en series de casos12 o recomendaciones de expertos6 y, por lo tanto, el nivel de evidencia sería iv.

Como conclusión, queremos resaltar la importancia de establecer una comunicación fluida entre los servicios de Microbiología y Dermatología en relación con el manejo de la HS.

Conflicto de intereses

Los autores F. J. García-Martínez y J. C. Pascual han participado como consultores para los laboratorios AbbVie. I. López-Martín declara no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
[1]
J.M. Eirós, M. de Frutos Serna.
Hidrosadenitis supurativa: visión desde la Microbiología.
[2]
F.J. García-Martínez, J.C. Pascual, I. López-Martín, J.J. Pereyra-Rodríguez, A. Martorell Calatayud, L. Salgado-Boquete, et al.
Actualización en hidrosadenitis supurativa en Atención Primaria.
[3]
E. Prens, I. Deckers.
Pathophysiology of hidradenitis suppurativa: An update.
J Am Acad Dermatol, 73 (2015), pp. S8-S11
[4]
A.C. Jahns, H. Killasli, D. Nosek, B. Lundskog, A. Lenngren, Z. Muratova, et al.
Microbiology of hidradenitis suppurativa (acne inversa): A histological study of 27 patients.
APMIS, 122 (2014), pp. 804-809
[5]
H.C. Ring, P. Riis Mikkelsen, I.M. Miller, H. Jenssen, K. Fuursted, D.M. Saunte, et al.
The bacteriology of hidradenitis suppurativa: A systematic review.
Exp Dermatol, 24 (2015), pp. 727-731
[6]
C.C. Zouboulis, N. Desai, L. Emtestam, R.E. Hunger, D. Ioannides, I. Juhász, et al.
European S1 guideline for the treatment of hidradenitis suppurativa/acne inversa.
J Eur Acad Dermatol Venereol, 29 (2015), pp. 619-644
[7]
S. Kathju, L.A. Lasko, P. Stoodley.
Considering hidradenitis suppurativa as a bacterial biofilm disease.
FEMS Immunol Med Microbiol, 65 (2012), pp. 385-389
[8]
A. Martorell, F.J. García-Martínez, D. Jiménez-Gallo, J.C. Pascual, J. Pereyra-Rodriguez, L. Salgado, et al.
Actualización en hidradenitis supurativa (I): epidemiología, aspectos clínicos y definición de severidad de la enfermedad.
Actas Dermosifiliogr, 106 (2015), pp. 703-715
[9]
L. Gill, M. Williams, I. Hamzavi.
Update on hidradenitis suppurativa: Connecting the tracts.
F1000Prime Rep., 6 (2014), pp. 112
[10]
N. Scheinfeld.
Why rifampin (rifampicin) is a key component in the antibiotic treatment of hidradenitis suppurativa: a review of rifampin's effects on bacteria, bacterial biofilms, and the human immune system.
Dermatol Online J, 22 (2016),
doj_31313
[11]
H.H. van der Zee, J. Boer, E.P. Prens, G.B. Jemec.
The effect of combined treatment with oral clindamycin and oral rifampicin in patients with hidradenitis suppurativa.
Dermatology, 219 (2009), pp. 143-147
[12]
G. Gener, F. Canoui-Poitrine, J.E. Revuz, O. Faye, F. Poli, G. Gabison, et al.
Combination therapy with clindamycin and rifampicin for hidradenitis suppurativa: A series of 116 consecutive patients.
Dermatology, 219 (2009), pp. 148-154
[13]
O. Join-Lambert, F. Ribadeau-Dumas, V. Jullien, M.D. Kitzis, J.P. Jais, H. Coignard-Biehler, et al.
Dramatic reduction of clindamycin plasma concentration in hidradenitis suppurativa patients treated with the rifampin-clindamycin combination.
Eur J Dermatol, 24 (2014), pp. 94-95
[14]
O. Join-Lambert, H. Coignard, J.P. Jais, H. Guet-Revillet, S. Poirée, S. Fraitag, et al.
Efficacy of rifampin-moxifloxacin-metronidazole combination therapy in hidradenitis suppurativa.
Dermatology, 222 (2011), pp. 49-58
[15]
L. Matusiak, A. Bieniek, J.C. Szepietowski.
Bacteriology of hidradenitis suppurativa - Which antibiotics are the treatment of choice?.
Acta Derm Venereol, 94 (2014), pp. 699-702
[16]
S. Hessam, M. Sand, D. Georgas, A. Anders, F.G. Bechara.
Microbial profile and antimicrobial susceptibility of bacteria found in inflammatory hidradenitis suppurativa lesions.
Skin Pharmacol Physiol, 29 (2016), pp. 161-167
[17]
A.H. Fischer, A. Haskin, G.A. Okoye.
Patterns of antimicrobial resistance in lesions of hidradenitis suppurativa.
J Am Acad Dermatol, 76 (2017), pp. 309-313
[18]
N. Scheinfeld.
Extensive hidradenitis suppurativa (HS) Hurley stage iii disease treated with intravenous (IV) linezolid and meropenem with rapid remission.
Dermatol Online J., 21 (2015),
doj_25709
[19]
O. Join-Lambert, H. Coignard-Biehler, J.P. Jais, M. Delage, H. Guet-Revillet, S. Poirée, et al.
Efficacy of ertapenem in severe hidradenitis suppurativa: A pilot study in a cohort of 30 consecutive patients.
J Antimicrob Chemother, 71 (2016), pp. 513-520
Copyright © 2017. Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)
Descargar PDF
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos