Queremos agradecer el interés despertado y los comentarios emitidos sobre el artículo «Isquemia mesentérica: actualización de nuevas técnicas diagnósticas para una vieja enfermedad y revisión de signos radiológicos»1, que han tenido la amabilidad de enviar a su revista.
El trabajo presentado pretende revisar las pruebas de imagen y los hallazgos radiológicos más habituales de la isquemia mesentérica aguda.
Ante cualquier paciente, siempre es necesaria la valoración del binomio beneficio-riesgo, y si bien la tomografía computarizada (TC) presenta el inconveniente de la radiación y la toxicidad por contraste, la sospecha clínica de una isquemia mesentérica aguda en un contexto urgente, con una mortalidad superior al 60%, como se muestra en el artículo, debe plantear siempre la realización de esta prueba salvo contraindicaciones.
Los estudios revisados proponen la TC multidetector como prueba de elección para detectar isquemia mesentérica en situaciones urgentes, con una sensibilidad del 89% y una especificidad del 85%2–4. Las reconstrucciones multiplanares y volumétricas constituyen una importante aportación de esta técnica4.
Estamos de acuerdo en que existen otras técnicas de imagen que están implicadas en el diagnóstico de la isquemia mesentérica, como la resonancia magnética (RM), que aportan ciertas ventajas, que son comentadas en la Carta al Director, pero tienen un inconveniente muy importante, que es el largo tiempo de exploración, que en una situación urgente, en un paciente habitualmente con unas malas condiciones clínicas, constituye una limitación muy importante. Por otro lado, la disponibilidad de la RM en los servicios de urgencias es baja; además, las RM de alta intensidad (>3T), que se proponen, no están disponibles en la mayoría de los hospitales de este país. La RM tiene menor resolución espacial y mucho mayor coste. La RM sin contraste no es una herramienta adecuada para el diagnóstico de la isquemia mesentérica5. Es posible que en un futuro se desarrollen aparatos que permitan mejorar estos inconvenientes, pero a día de hoy la TC multidetector sigue siendo de elección, como primera aproximación.
La arteriografía efectivamente constituye el «gold standard» para el diagnóstico y permite el tratamiento endovascular de alguna de estas lesiones, pero tiene el inconveniente de ser invasiva5 y, por lo tanto, debe reservarse para un segundo tiempo, una vez confirmado el diagnóstico clínico mediante pruebas no invasivas.
La TC multidetector permite localizar las formas de isquemia mesentérica primaria, así como la isquemia no oclusiva, que obligaría a evaluar causas secundarias. Además, es capaz de valorar la perfusión intestinal en prácticamente toda su extensión, y permite excluir otros procesos también urgentes, que formarían parte del diagnóstico diferencial.