Hemos leído con interés la carta clínica de Fernandez-Nieto et al.1, en la que describen las características clínicas y epidemiológicas de tres casos de sarampión en adultos acaecidos en la Comunidad Autónoma de Madrid, y donde ponen de manifiesto el cambio epidemiológico de la enfermedad, quisiéramos en ese mismo sentido aportar nuestra visión desde Castilla y León.
En las últimas décadas del pasado siglo y en lo trascurrido del presente hemos asistido a la reducción de la morbimortalidad asociada al sarampión motivado por la introducción de una vacuna efectiva, económica y que además genera una inmunidad duradera2. Son varias las razones por las que todavía no se ha podido erradicar por completo el sarampión3 y no se ha cumplido con el objetivo marcado por la OMS para su erradicación en el año 20154. A pesar de que en España y en Castilla y León se registran coberturas vacunales muy elevadas, en los últimos años se han producido diversos brotes que tienen su origen en los problemas de la efectividad de las vacunas y con pacientes no vacunados, emigrados de países donde el sarampión es una enfermedad endémica.
La vacunación en Castilla y León, en consonancia con las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría5 se incluye a todos los niños con 2 dosis de vacuna triple vírica, a los 12 meses de edad es administrada la primera dosis y a los 3 años de edad la segunda dosis. El calendario oficial de vacunaciones de Castilla y León ha sido actualizado en el año 2019, y como novedad se ha introducido, entre los 15 y los 64 años, el refuerzo de la vacunación de sarampión, rubéola, parotiditis y/o varicela en aquellas personas que no hayan pasado estas enfermedades y no estén correctamente vacunadas.
En nuestra Comunidad, el protocolo de actuación ante la sospecha de un caso de sarampión, señala que ante todo caso que cumpla la definición clínica de caso por exantema maculopapular (generalizado), fiebre alta y alguno de los síntomas tos, coriza o conjuntivitis debe ser notificado a la Secciones de Epidemiología de los Servicios Territoriales, o bien al Sistema de Alertas Epidemiológicas.
Desde el año 2013 no se había notificado ningún caso en Castilla y León y que además fueron descartados, pero en el último informe epidemiológico publicado6, se señala la confirmación de 6 casos (0,25 casos por 100.000 habitantes), todos formaban parte de un brote familiar con 13 personas expuestas, y cuyo primer caso había sido exportado de Rumanía, y ninguno estaba vacunado. El diagnóstico del laboratorio identificó el virus del sarampión en 3 casos como Genotipo B3 y variante MVS/Dublin.IRL/08.16/variant.
Nuestra contribución pretende reforzar la realizada por Fernandez-Nieto1 en Madrid y efectuar una llamada a la identificación activa de casos en primer término en inmigrantes no vacunados y en segundo lugar en el ámbito autóctono, habida cuenta del desprestigio que imprimen colectivos críticos con la vacunación7.