La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad compleja, que frecuentemente se asocia a una constelación de factores de riesgo que contribuyen a empeorar la morbimortalidad de la enfermedad. Para conseguir mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen es necesario abordar no solo la hiperglucemia, sino también el resto de factores de riesgo.
El primer paso probablemente será fijar los objetivos de control deseables para cada paciente en cada momento de la evolución de la enfermedad. Actualmente, las guías de práctica clínica recomiendan individualizar los objetivos de control con valores de la HbA1c que varían entre el 6–8,5% según las características del paciente.
Disponemos de 9 familias diferentes de fármacos antidiabéticos con sus características diferenciales, que permiten múltiples posibilidades de combinación para facilitar el abordaje individual de la hiperglucemia en cada paciente y en cada momento. Hay numerosos algoritmos de tratamiento que intentan simplificar y resumir las distintas posibilidades terapéuticas, pero que, salvo excepciones, no tienen en cuenta las características individuales de cada paciente y son excesivamente globalizadores.
Deben valorarse de forma preferencial las comorbilidades presentes como la insuficiencia renal, la insuficiencia cardíaca, la fragilidad o el riesgo de hipoglucemias para seleccionar el fármaco más adecuado para cada persona en cada momento.
Type 2 diabetes mellitus is a complex disease that is frequently associated with a constellation of risk factors that contribute to worsening morbidity and mortality in affected individuals. To increase quality of life in these persons, both hyperglycemia and other risk factors need to be considered.
The first step is probably to establish the glycemic targets for each patient at each stage of the disease. Currently, clinical practice guidelines recommend individualizing glycemic targets with HbA1c values that range from 6–8.5%, depending on the patient's characteristics.
Nine different antidiabetic drug families are available, each with distinct characteristics, thus allowing multiple combinations to aid the individual approach to hyperglycemia in each patient at each time point. There are numerous treatment algorithms that aim to simplify and summarize the various therapeutic possibilities. However, with some exceptions, these algorithms do not take into account the individual characteristics of each patient and are excessively general.
To select the most appropriate drug for each patient at distinct moments, it is essential to evaluate the patient's comorbidities, such as heart failure, frailty, and the risk of hypoglycemias.