482/133 - UNA CAÍDA DE OTRO NIVEL
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud V Centenario. San Sebastián de los Reyes. Madrid.
Descripción del caso: Paciente de 88 años, que acudió a consulta por un gran hematoma en muslo derecho tras un traumatismo directo en una caída hace 10 días. Se derivó a Urgencias hospitalarias para valoración por Cirugía Vascular, realizándose infiltración local de etoxisclerol y pautando amoxicilina/ácido clavulánico, dexketoprofeno, metamizol y una media de compresión. A los 3 meses, vuelve a acudir a consulta por aumento progresivo de la tumefacción, volviéndose a derivar a Urgencias hospitalarias para nueva valoración por Cirugía Vascular.
Exploración y pruebas complementarias: En la primera exploración física presenta un hematoma sobreelevado de partes blandas, de unos 11 x 7 cm, en la cara anteromedial del muslo derecho, con discreto empastamiento medial, sin tensión, doloroso a la palpación, sin aumento de temperatura, sin eritema y con movilidad del miembro inferior y neurovascular distal conservados. Se hace angioTC visualizándose hematoma sin signos de sangrado activo arterial o venoso. En la segunda exploración física, presentaba una gran tumefacción de unos 20 × 8 cm, de consistencia blanda, no dolorosa a la palpación y sin signos de infección local. Se realizó una analítica de sangre sin elevación de reactantes de fase aguda ni anemización. Se efectuó un drenaje quirúrgico de 6 litros de líquido de origen linfático.
Orientación diagnóstica: Linfocele postraumático o síndrome de Morell Lavallée en el miembro inferior derecho.
Diagnóstico diferencial: Una tumefacción tras un traumatismo directo puede deberse a una fractura ósea, un hematoma, una necrosis cutánea o un linfocele. El linfocele es una colección de linfa sin revestimiento, poco frecuente, formada tras la rotura de vasos linfáticos a los 7-10 días de una cirugía o de un traumatismo con cizallamiento de piel y región subcutánea sobre el plano músculo-aponeurótico (síndrome de Morell Lavallée). Su diagnóstico es clínico, por pruebas de imagen (ecografía de partes blandas, TC, RM) y punción-aspiración con examen del líquido extraído. Sus posibles tratamientos son punción-aspiración, instilación de sustancias esclerosantes, drenaje quirúrgico o resección.
Comentario final: En una tumefacción secundaria a un traumatismo que presenta un crecimiento progresivo hay que descartar que se trate de un linfocele.
Bibliografía
- Ceballos, R. Linfocele y drenaje de quistes y esclerosis. Vol 1. Jaén: Formación Alcalá; 2017.
Palabras clave: Linfocele. Hematoma. Traumatismo.