Hay publicaciones que analizan distintas afecciones neurológicas en el cine; sin embargo, no se han encontrado referencias sobre los trastornos del movimiento en dicho medio.
Metodología y resultadosSe han revisado 104 documentos, recopilados a través de la base de datos cinematográfica de internet (IMDb), entre los que predominan los relacionados con la distonía, el parkinsonismo y los tics. En su mayoría son producciones comerciales estadounidenses y el género más frecuente es el drama.
DiscusiónEl cine suele mostrar varones ancianos con enfermedad de Parkinson evolucionada; sin embargo, sólo en el 19% aparecen complicaciones motoras y en el 14%, sintomatología no motora. La imagen del distónico generalmente es la de un varón joven, con distonía discapacitante secundaria a parálisis cerebral infantil. Los tics aparecen asociados al síndrome de Tourette, con uso abusivo de expresiones coprolálicas y con escasas referencias a otros aspectos relevantes de este síndrome, como las alteraciones anímicas o conductuales. La mayor parte del temblor cinematográfico está relacionado con el parkinsonismo o no es patológico. Las mioclonías aparecen anecdóticamente y suelen ser sintomáticas.
ConclusionesLa enfermedad de Parkinson es el tipo de trastorno del movimiento que el cine aborda con mayor rigor neurológico y de una manera más digna.
There are publications in which various neurological diseases are analysed on film. However, no references have been found on movement disorders in this medium.
Methodology and resultsA total of 104 documents were collected and reviewed using the internet movie data base (IMDb). The majority were associated with dystonia, Parkinson's and tics, were American commercial productions, and the most common genre was drama.
DiscussionThe cinema usually depicts old men with developed Parkinson's disease. However, motor complications only appear in 19% and non-motor symptoms in 14%. The image of dystonia is generally that of a young man, with disabling dystonia secondary to childhood cerebral palsy. Tics appear associated with Tourette's syndrome, with the excessive use of obscene expressions and with very few references to other important aspects of this syndrome, such as mood and behavioural changes. The majority of tremors portrayed on film are associated with Parkinsonism and are not pathological. Myoclonus appears anecdotically and is normally symptomatic.
ConclusionsParkinson's disease is the type of movement disorder that the cinema portrays with greater neurological honesty and in a more dignified manner.
El cine, como espejo de la realidad social que lo genera, ha reflejado en bastantes ocasiones aspectos relacionados con el mundo de la medicina. Tanto es así que incluso hay publicaciones periódicas1 dedicadas desde hace años a divulgar dicha relación. En menor medida la neurología también está presente en un buen número de documentos cinematográficos, circunstancia que ha motivado el suficiente interés en algunos autores como para analizar, bajo una perspectiva científica, la imagen de distintas enfermedades neurológicas en el cine. Kerson et al2 concluyeron, tras la revisión de 20 films en los que aparecen crisis comiciales, que la representación de la epilepsia en la gran pantalla está generalmente distorsionada y es sensacionalista. En una extensa revisión posterior3, los mismos autores se lamentan de que el mundo del cine esté más preocupado en mostrar los detalles “espectaculares” de una crisis que la verdadera imagen de ella. Otros trabajos, como el de Baxendale4, demuestran que, aunque hay una progresiva tendencia a una buena representación cinematográfica de la epilepsia, todavía es frecuente encontrar arquetipos epilépticos clásicos, como los de la posesión divina o demoníaca, la locura o la delincuencia.
El análisis de la demencia5 y otros problemas de memoria, como la amnesia6, también ha puesto de manifiesto las discrepancias entre la ficción y la realidad: desde la existencia de momentos de pleno conocimiento de la enfermedad en estadios avanzados de la demencia tipo Alzheimer hasta la idea de que un segundo TCE es capaz de revertir la amnesia generada por un primero. Del mismo modo y tras visualizar 30 películas sobre el coma, Wijdicks et al7 llegaron a la conclusión de que su representación en el cine se alejaba bastante de la realidad sin que el espectador no médico fuera consciente de ello.
Afortunadamente, el trabajo de Karenberg8 nos demuestra que también hay enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple cuya imagen cinematográfica no difiere sustancialmente de la real, no obstante se hace un llamamiento para que se intente evitar el error, promovido por alguno de estos films, de que esta enfermedad conduce rápidamente a la muerte o inexorablemente a una silla de ruedas.
También hay publicaciones que analizan problemas neurológicos como las alteraciones del sueño en las películas de animación de Disney9 o la parálisis cerebral infantil10.
Los trastornos del movimiento constituyen uno de los pilares en los que se sustenta la práctica clínica neurológica; sin embargo, no se ha hallado ninguna referencia sobre el tema en la revisión bibliográfica realizada, salvo el trabajo de Koren11 que demuestra la utilidad de la película Awakenings para divulgar conceptos de farmacología clínica. El objetivo pues de este artículo es buscar los films en que aparezca algún tipo de trastorno del movimiento y analizar sus características desde una perspectiva neurológica.
MetodologíaLa búsqueda se ha realizado, fundamentalmente, mediante la base de datos cinematográfica de internet IMDb (http://www.imdb.com), una página web que se actualiza diariamente, en la que se recogen casi todos los documentos cinematográficos producidos en el mundo y que es utilizada por la industria del cine para lanzamientos y promociones. Otros instrumentos de búsqueda han sido PubMed, Google y el rastreo de películas en las que aparecen personajes históricos o socialmente relevantes con trastornos del movimiento contrastados, como El hundimiento12 o Buen viaje su excelencia13, en las que puede verse el parkinsonismo que ambos militares padecían. Desgraciadamente, esta última metodología no ha resultado útil con personajes como Marco Aurelio, Mozart o Alejandro Magno. Están documentados el temblor del emperador romano14, el tourettismo del famoso compositor15 y la distonía del conquistador macedonio16; sin embargo, ni en Gladiator17 ni en el Amadeus18 de Milos Forman ni en las adaptaciones cinematográficas de la vida del gran Alejandro (Alexander the great19 y Alexander20) se observan estos trastornos en los respectivos personajes. Finalmente, también se han incluido en la búsqueda los últimos trabajos de actores con enfermedad de Parkinson como Michael J. Fox, Katherine Hepburn, Vincent Price, Debora Kerr o César Romero, pero sólo Katherine Hepburn y Vincent Price aparecen con signos inequívocos de parkinsonismo en Un asunto de amor21 la primera y en Eduardo Manostijeras22 el segundo.
IMDb cuenta con un sistema que permite realizar la búsqueda con las opciones: palabra, título y plots. En cada una de ellas se han introducido los términos: “neurology”, “movement disorders”, "Parkinson's disease”, “parkinsonism”, “dystonia”, “tremor”, “mioclonus”, “tic”, "Tourette's syndrome”, “espasticity” y “cerebral palsy”. De los resultados obtenidos se han descartado los episodios de series televisivas por considerarse este género demasiado amplio y heterogéneo como para poder realizar un análisis sistemático. De los demás documentos obtenidos, se han consultado las referencias ofrecidas en la sinopsis que muestra la propia página o en otras halladas a mediante Google. Si dichas referencias corroboraban la presencia de trastornos del movimiento en el documento, éste se incluía en la compilación. Finalmente, se han visualizado, en su totalidad o parcialmente, todos los documentos disponibles para ello (76), y en los que no ha sido posible hacerlo (28), se han extraído todos los datos útiles para el estudio de las referencias escritas encontradas. Concretamente, se han tenido en cuenta los datos epidemiológicos y los aspectos etiológicos para todos los tipos de trastornos del movimiento. En el temblor y las distonías, se ha delimitado el segmento corporal afectado. Se ha prestado especial atención a las características clínicas de los parkinsonismos (síntomas motores y no motores, estadificación, complicaciones) y los tics (tipos de tics y sintomatología conductual asociada). También se han valorado las referencias terapéuticas.
ResultadosLa búsqueda ha generado 104 documentos cinematográficos: 65 películas de distribución comercial, 23 documentales, 10 cortometrajes y 6 producciones para televisión.
Treinta y cinco están relacionados con las distonías23–57, 34 con el parkinsonismo12,13,21–23,58–86 , 26 con los tics87–112, 10 con el temblor82,113–121 y 3 con las mioclonías82,121,122. El sumatorio de todas ellas supera los 104 documentos totales debido a que hay algunos films en los que aparece más de un tipo de trastorno del movimiento.
Por lo que respecta al género cinematográfico, se han obtenido 39 dramas, 26 comedias, 8 biografías, 2 thriller y 1 documento para cada uno de los siguientes: bélico, acción, romance, historia, westerm y terror. En total 81 documentos; los 23 restantes hasta completar el total de 104 son documentales, producto realizado con eventos reales y, por lo tanto, no catalogables desde el punto de vista de género.
Geográficamente predominan las producciones americanas (63), la mayoría estadounidenses (59), aunque también aparecen en la serie producciones canadienses (8), mexicanas (2), portorriqueñas (1) y de Bahamas (1). Europa aporta 35 documentos cinematográficos: 17 del Reino Unido, 9 alemanes, 6 franceses, 3 españoles, 2 de Suecia e Irlanda y 1 de Polonia, Dinamarca, Italia, Islandia, República Checa, Grecia y Turquía. Muy por detrás de estos dos continentes se encuentra Oceanía con 6 producciones (5 australianas y 1 neozelandesa) y Asia con 4 (2 de Filipinas, 1 de Corea del Sur y 1 de India). Una vez más el sumatorio supera el total, hecho que se debe a que el 15% son coproducciones.
La figura 1 muestra cómo se distribuyen los distintos tipos de trastornos del movimiento según el tipo de producción, mientras que en la figura 2 es en función del género cinematográfico.
No cabe duda de que en la serie obtenida no están todos los documentos cinematográficos que muestran trastornos del movimiento, pero parece lo suficientemente amplia como para resultar representativa. En ella predominan las películas comerciales, algo lógico si se tiene en cuenta que sus mecanismos de promoción facilitan el acceso a ellas. No obstante, es necesario puntualizar que sólo el 19% están producidas por las grandes compañías del sector por lo que el término “comercial” puede resultar ficticio, ya que muchas veces es necesario recurrir a circuitos marginales e independientes de distribución para ver este tipo de enfermedad en la gran pantalla. El porcentaje de documentales (22%) es significativo, probablemente porque este formato es el que se suele utilizar para la divulgación de contenidos científicos, en este caso médicos. De hecho, la figura 1 evidencia que la mayoría de las realizaciones sobre parkinsonismo son documentales y, como se verá más adelante, esta enfermedad es la que mejor se aborda desde una perspectiva médica.
En general, el género que más se repite es el drama, es decir aquel que no tiene un final feliz. Considerando la enfermedad como un evento dramático para el paciente y su entorno es comprensible que si se buscan enfermedades, se encuentren dramas. En la figura 2, se observa que las distonías se ajustan a este modelo; sin embargo, la tendencia se iguala en el parkinsonismo y se invierte, con predominio de la comedia, en los tics. El gran número de documentales explicaría la paridad observada en el parkinsonismo, mientras que el mayor número de comedias en los tics viene dado por el uso humorístico que, en el cine, se les da, sobre todo, a los tics vocales.
No debe sorprender que el género biográfico aparezca tras el drama y la comedia ya que, como se ha comentado, uno de los métodos de búsqueda ha sido el rastreo de personajes históricos o socialmente relevantes con trastornos del movimiento.
El cine requiere dinero para su financiación y difusión por lo que la mayoría de las realizaciones están producidas por países del considerado primer mundo, principalmente Norteamérica y Europa. Es lógico que continentes tan pobres como África no aporten ningún documento a la serie. Sorprende no encontrar ninguna producción japonesa y tan solo una hindú, cuando ambos son países con una importante industria cinematográfica. El motivo, tal vez, radique en que un considerable número de estas películas se realizan para consumo interno, con escasa o nula distribución internacional y, en consecuencia, difícilmente localizables.
Parkinsonismo: la enfermedad de Parkinson idiopática (EPI) es la afección que más páginas ocupa en los tratados de trastornos del movimiento y, en conjunto, también es la más frecuente de la serie, concretamente 28 documentos abordan esta enfermedad12,13,21,22,58–76,79,80,84–86. El resto de los parkinsonismos se corresponden con 3 atípicos (2 atrofias multisitémicas78,83 y 1 demencia por cuerpos de Lewy81) y 3 sintomáticos (1 postencefalítico23, 1 secundario a degeneración hepatocerebral adquirida82 y 1 tóxico77). En la vida real los parkinsonismos tóxicos, sobre todo iatrogénicos, son los más frecuentes123 y, sin embargo, en esta muestra sólo están representados, de forma testimonial, por un documental danés77 que narra las vicisitudes cotidianas de 100 trabajadores de una planta industrial intoxicados de forma crónica por manganeso.
El 76% de los personajes con parkinsonismo interpretan un papel relevante en el film, lo cual demuestra que la enfermedad es un elemento destacado en la trama argumental.
Casi todos los documentos con parkinsonismo se ocupan de la sintomatología; el temblor es el signo más reconocible al aparecer en el 91% de los personajes. En menor medida, también se abordan otros aspectos de la enfermedad como el tratamiento, tanto médico como quirúrgico (incluidas terapias con células madre84 y medicinas alternativas tipo acupuntura o kinesioterapia72) o la epidemiología (el ya comentado documental danés sobre el efecto tóxico del manganeso y la película Gracias por fumar58, en la que se hace referencia al posible efecto protector del tabaco en la EPI).
La mayoría de los personajes con EPI son varones mayores de 55 años. Los distintos estudios poblacionales124–126 confirman que esta enfermedad es más frecuente en ancianos, pero parece no haber diferencias en cuanto al sexo127,128, por lo que esta prevalencia masculina que nos muestra el cine no se ajusta a la realidad.
La figura 3 muestra la distribución en función de los estadios Hoehn y Yahr. La mitad de los personajes se encuentran en un estadio avanzado (IV o V), algo lógico si se considera que cuanto peor esté el individuo más dramática será su situación y, en consecuencia, más explotable desde el punto de vista cinematográfico.
En definitiva, el cine nos suele mostrar varones ancianos con EPI evolucionada. Fuera de la pantalla, este perfil clínico se asociaría frecuentemente con complicaciones motoras y sintomatología no motora; sin embargo, sólo en el 19% de los documentos analizados aparecen las primeras y en el 14%, síntomas como la demencia o los problemas conductuales.
Distonías: Se define distonía como el mantenimiento de una postura o actitud de torsión secundaria a una contracción muscular anormal. Habitualmente, se clasifican en función del segmento corporal afectado o en función de su origen.
En la práctica clínica real, son mucho más frecuentes las distonías focales129,130; sin embargo, en esta serie predominan las generalizadas: el 49% frente al 23% de las focales, el 17% multifocales y el 11% de hemidistonías. Cuanto más abigarrados son los síntomas, más dramáticos resultan y, por lo tanto, pueden escenificarse mejor; esto explicaría el predominio de las primeras. Por lo que respecta a la etiología, también hay discordancia, ya que sólo un tercio de las distonías reales son sintomáticas131, mientras que el resto se corresponde con distonías primarias132. En esta serie abundan las sintomáticas (94%) e incluso tienen una pequeña representación las simuladas (6%), pero no se ha logrado identificar ninguna distonía primaria. Casi todas las distonías sintomáticas son secundarias a espasticidad; de forma anecdótica se han encontrado otras etiologías: una secundaria a lesión radicular traumática (El Dorado56) y otra postencefalítica (Despertares23). En la figura 4 se representan los porcentajes de distonías secundarias a espasticidad según la enfermedad subyacente. La mayoría se asocia a parálisis cerebral infantil (PCI) y entre las desmielinizantes hay un claro predominio de esclerosis múltiple, salvo el caso de adrenoleucodistrofia en la que está basada la producción Lorenzo's oil43. El fenotipo de PCI que más se repite es el tetrapléjico (41%); un 27% son PCI atetoides; el 18%, dipléjicas; el 5%, hemipléjicas, y el 9% restante resulta inclasificable.
Si a todos los datos obtenidos se añade que el 79% de los personajes son menores de 30 años, el 64% varones y que el 58% está seriamente discapacitado, la imagen del distónico en el cine es la de un individuo varón joven con distonía discapacitante y frecuentemente secundaria a PCI. Un modelo con indudable sensibilidad dramática y atractivo publicitario.
Tics: en la serie obtenida este tipo de trastorno del movimiento aparece casi siempre en relación con el síndrome de Tourette (ST). Sólo dos films están al margen: en Los impostores112 aparece un personaje con múltiples tics secundarios a un trastorno obsesivo-compulsivo sin ST; en The story of Bob110 ni siquiera aparecen tics, ya que se trata de un individuo con un trastorno compulsivo por la compra de objetos de la empresa sueca Ikea, que precisa atención médica y a cuyo problema se le llega a denominar Ikea tourette like syndrome.
El ST es un cuadro que cursa con tics motores múltiples y uno o más tics vocales que aparecen muchas veces al día y no necesariamente al mismo tiempo. Comienzan siempre antes de los 21 años, no deben explicarse por ninguna otra alteración médica y deben ser observados por un examinador fiable o grabados en vídeo.
Cuando los tics vocales se corresponden con expresiones malsonantes, se denomina coprolalia y puede llegar a estar hasta en el 44%133 de los pacientes afectos de ST. Esta cifra es variable ya que parece verse influida por el entorno cultural; alcanza casi el 50% en los americanos con ST134, el 26% en los pacientes daneses y sólo un 4% en las series japonesas135. El 100% de los personajes de esta serie presentan, en algún momento, coprolalia y en el 58% es el tipo de tic que más se repite. El uso de la coprolalia generalmente aparece asociado a situaciones cómicas, hecho que explicaría el alto porcentaje de comedias. En ocasiones (The big white87, Gigoló92, No es otra estúpida película americana111 y Passe-Passe98) el uso se transforma en abuso, lo que conforma una imagen distorsionada de este síndrome en aras del espectáculo humorístico.
El ST es más frecuente en varones y alcanza proporciones de 10:1 en algunos estudios poblacionales136. En esta serie cinematográfica también predominan los varones y, como era de esperar, teniendo en cuenta los criterios diagnósticos, la mayor parte de los personajes son jóvenes menores de 35 años.
En el 85% de los documentos se observa el cortejo sintomático típico con tics motores y vocales. Un 11% sólo muestra tics vocales y, curiosamente, se corresponden con las 3 películas mencionadas92,98,111 en las que hay un abuso de la coprolalia. El 4% restante se corresponde con el corto The story of Bob, anteriormente comentado.
En el ST es frecuente la asociación de trastornos del comportamiento. El síndrome de hiperactividad por déficit de atención (SHDA) suele ser el más frecuente, que alcanza hasta el 60% en algunas series137,138. Le sigue el trastorno obsesivo-compulsivo que puede llegar a presentarse hasta en un 50% de los pacientes con ST139. En esta serie sólo se han observado comportamientos obsesivo-compulsivos en el 23%, mientras que el SHDA como tal no se constata en ninguno.
Las alusiones al tratamiento son escasas. Sólo en dos películas97,107 se hace referencia a este tema. En Crazy Jones107 se aborda de forma exhaustiva, ya que el paciente llega incluso a someterse a terapia electroconvulsiva para intentar paliar su enfermedad.
El ST está sobradamente representado en el cine (el 25% en esta serie frente al 0,03-1,6% de prevalencia real140,141) y excesivamente centrado en determinados tics como la coprolalia. Por desgracia, aporta poco respecto a otros aspectos relevantes de este síndrome, como las alteraciones anímico-conductuales.
Temblor: es el tipo de trastorno del movimiento más frecuente142; sin embargo, sólo representa el 10% de la serie. El motivo de esta paradoja es que se ha excluido del análisis el asociado a parkinsonismo por haber sido ya tratado en la revisión de dicho subgrupo. También se han descartado los temblores no patológicos, salvo algunas excepciones ilustrativas, ya que resulta imposible establecer un sistema de búsqueda que compile todas las películas en las que aparece temblor fisiológico exacerbado.
El 50% de los documentos obtenidos se corresponden con la muestra seleccionada de temblor fisiológico exacerbado (situaciones de miedo118, emoción116 o de privación de tóxicos82,119), el 30% son temblores esenciales y el 20% tiene un origen distónico.
El segmento corporal más afectado son las manos (60%). El 20% es cefálico; el 10%, hemicorporal y el 10% restante, generalizado
Mioclonías: escasamente mostradas por el cine. Sólo se han identificado tres películas en las que se aprecie este tipo de trastorno del movimiento: La mome82, una biografía sobre Edith Piaf en la que aparecen sacudidas mioclónicas secundarias a la degeneración hepatocerebral adquirida que lastró la vida de esta cantante francesa. En Blancanieves y los 7 enanitos121 el personaje de Mudito presenta un cortejo sintomático compatible con síndrome de Angelman143: cara de felicidad, ojos claros, deterioro cognitivo con ausencia de lenguaje, crisis comiciales, temblor y mioclonías. En la comedia policiaca Donde esté el dinero122 Paul Newman simula un ictus y, en algún momento del film, sufre sacudidas mioclónicas en ambas manos, obviamente también simuladas.
ConclusionesEn cuanto al aspecto cuantitativo la distonía aparece como triunfadora en la revisión realizada; sin embargo, se trata de una actuación engañosa ya que sólo desempeña un papel secundario, generalmente a la sombra de la “dramática” PCI.
La principal protagonista de esta serie es la EPI, ya que se trata de una afección abordada con el suficiente rigor neurológico y generalmente de forma digna.
Mención especial para los tics, que focalizados en el ST, irrumpen en las salas con frecuentes connotaciones humorísticas y a veces desvirtuados por la verborrea coprolálica.
Las mioclonías son sólo una anécdota y el temblor, aunque presente, no tiene la suficiente categoría cinematográfica como para dejar de ser un simple extra.
ConsideracionesEste trabajo se ha presentado como comunicación oral a la reunión anual de la SEN 2009, y en la actualidad está pendiente su aceptación.
El trabajo se complementa con material audiovisual que queda a disposición de la revista si ésta lo desea.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.