Un interesante artículo que aparece en este número de Revista Neurología Argentina1, describe la tasa de diagnóstico incorrecto en esclerosis múltiple (EM) en nuestro país, a pesar de los grandes avances en las últimas 2 décadas en relación al conocimiento y comprensión de la fisiopatología, herramientas diagnósticas y tratamiento de la EM.
Una limitación del trabajo que hay que señalar del presente artículo, que hace a su validez externa/capacidad de generalizar y extender a la práctica diaria, es poder comparar las características de nuestro paciente con las de las tablas del estudio, es decir «pacientes elegidos y aleatorizados versus pacientes del día a día»2. Y quizás por esto, en la práctica diaria, la tasa de diagnóstico erróneo puede llegar a ser superior a la descrita.
El diagnóstico erróneo en EM, como bien lo describe el trabajo, tiene graves consecuencias para los pacientes y su familia, se agrava al establecer un tratamiento, y afecta a los sistemas de salud que la financian, generando un impacto económico en ellos, debido a los altos costos que tiene el tratamiento de esta enfermedad.
En la Argentina estos costos son comparativamente mayores a los de EE.UU. y Gran Bretaña3, con un promedio anual por paciente con EM de USD 36,0254,5 para los pacientes con un EDSS entre 0-3; USD 40,705 para los pacientes con EDSS>3 y <7 y USD 50,712 para los pacientes con EDSS≥75.
La tasa de diagnóstico incorrecto en EM es similar a la descrita en otras series en nuestro país, todas superiores al 30%6,7, pero significativamente más elevadas a cohortes previas de los años ochenta (<13%)8–10.
Con estas cifras actuales, aproximadamente uno de cada 3 pacientes fue mal diagnosticado con EM, inicialmente.
Por todo lo expresado, surge la pregunta si en relación al diagnóstico erróneo en EM, ha habido un avance o un retroceso.