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Páginas 145-161 (enero - junio 2015)
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Páginas 145-161 (enero - junio 2015)
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DEPREDACIÓN Y ECOTURISMO. REALIDADES DE LOS PRESTADORES DE SERVICIOS EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA RÍA CELESTÚN, YUCATÁN
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Jerónimo Dickinson Castilloa,
Autor para correspondencia
jeronimodickinson@hotmail.com

Autor para correspondencia.
, Miguel Pinkus Rendónb, Manuel Pinkus Rendónc, Cristóbal Ramón Macd
a Doctorado en Ciencias Sociales, uady
b cephcis, unam
c ucs-uady
d Doctorado en Ciencias Sociales, uady
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Resumen

En este estudio se da a conocer la percepción de los prestadores de servicios ecoturísticos (lancheros) y una funcionaria pública, sobre el impacto en las condiciones de vida, a nivel social y personal, de los programas de ecoturismo implementados por el gobierno federal. Se realizó la investigación desde el enfoque de la ecología política, para lo cual se aplicaron entrevistas semiestructuradas grupales e individuales para la obtención de la información. Entre los resultados destacan ideas respecto a que en la elaboración de los programas federales enfocados al ecoturismo no se contempla y valora la participación de parte de los habitantes de Celestún, desaprovechándose de esta manera el conocimiento local; así también, existe la percepción acerca de que los programas no han impactado positivamente en las condiciones de vida de los habitantes de la Reserva y, al contrario, servidores públicos federales han participado e incentivado prácticas fuera de la ley, como la captura de pepino de mar, junto con actores del gobierno estatal y de la propia población local.

Palabras clave:
ecoturismo
programas federales
ecología política
desarrollo sustentable
depredación.
Abstract

Trough this study we make known the ecotourism services providers (boatmen) and a public officer perception towards the impact of ecotourism programs implemented by the federal government on their living conditions, on an individual and a social level. This research was made through the political ecology approach and semi-structured interviews in order to obtain information. On the results stand out the idea that local population participation is not contemplated on the elaboration of federal programs focused on ecotourism, wasting therefore local knowledge; it also stands out the perception that these programs haven’t impacted the reserve population life conditions on a positive way, and that on the contrary, public federal servers have encouraged and participated in ilegal practices such as sea cucumber fishing among state government workers and the local population.

Keywords:
ecotourism
federal programs
political ecology
sustainable development
predation.
Texto completo
Introducción

La importancia de realizar este trabajo radica en conocer y analizar el ecoturismo, entendiendo su importancia como una de las principales fuentes de empleo y de desarrollo económico y social en las comunidades de la Reserva de la Biosfera Ría Celestún. Se acentúa la dinámica de esta actividad productiva, debido a la importancia que refiere en el cuidado del ambiente y en el manejo de los recursos naturales para el logro de un desarrollo sustentable. Dicha tarea sólo puede ser lograda mediante la participación real y continua de la comunidad como conocedora de su hábitat, gracias al conocimiento histórico que posee sobre los riesgos ecológicos, factores culturales y posibles beneficios, pero suele ser una simple receptora, que no se ve involucrada como consultora primordial en las decisiones del uso y manejo de los recursos de manera sustentable (Pinkus 2014, 107). El concepto de ecoturismo en la reserva es definido como:

La modalidad turística ambientalmente responsable y de bajo impacto ambiental y cultural, consistente en viajar o visitar la Reserva de la Biosfera Ría Celestún sin alterar el entorno natural, con el fin de disfrutar, apreciar o estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres) de dicha área, así como cualquier manifestación cultural, a través de un proceso que promueva la conservación y el desarrollo sustentable, que propicie un involucramiento activo y socioeconómicamente benéfico de las poblaciones locales (semarnat 2002, 58).

Imagen 1. Entrada a Celestún

Foto Cristóbal Ramón Mac.

En el puerto de Celestún, la población se dedica mayormente a la pesca de mero, cazón, corvina, pámpano y pulpo; a la explotación de las salinas y en los últimos años, a la captura de pepino de mar y al ecoturismo.

Según el inegi (2010), esta población cuenta con 6 831 habitantes, de los cuales el 25% se encuentra en pobreza extrema, lo cual fomenta que exista una depredación del ambiente, entendida ésta como la explotación de la naturaleza sin procurar la renovación de lo que se ha destruido, sean plantas o animales; o recursos ambientales para la obtención de bienes materiales, como lo indica Greenpeace (2009, 11).

Según Vázquez-Lule, Ríos-Saís y Adame (2009, 11), la importancia de fomentar la conservación de Celestún radica en la diversidad de ambientes que presenta en un espacio reducido, donde se incluyen los manglares, petenes, dunas costeras, sabanas y selvas bajas inundables, todos considerados en un excelente grado de conservación. Debido a la diversidad de ecosistemas interdependientes que se presentan en el área, el sitio implica tanto la conservación del hábitat como el mantenimiento de los procesos ecológicos y la protección del patrimonio genético. No obstante, Andrade, Morales y Hernández (1999, 27) reportan el análisis realizado por diversas instituciones acerca de los principales impactos negativos en la Reserva de la Biosfera Ría Celestún. Citan, en orden de importancia, los siguientes:

  • Tala de la vegetación nativa.

  • Disminución de las poblaciones de especies acuáticas.

  • Modificación del flujo de agua.

  • Fragmentación del hábitat.

  • Contaminación orgánica y de desechos sólidos.

  • Impactos derivados del turismo.

  • Gestión ambiental deficiente.

De ahí que el presente trabajo tenga como objetivo dar cuenta de la percepción de los pobladores de la Ría Celestún, Yucatán, sobre cómo han impactado en sus condiciones de vida, tanto individuales como sociales, las políticas públicas encaminadas a la conservación ambiental y los programas de ecoturismo implementados por el gobierno federal, como el Programa de Manejo de la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, bien sea en sentido positivo o negativo; y si esto ha permitido un desarrollo sustentable. Es decir, una subsistencia armónica entre el ser humano y la naturaleza.

Para ello, se parte de la definición de desarrollo sustentable como aquel “que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (semarnat 2000, 5). Visto así, este desarrollo implicaría los aspectos social, económico y el cuidado del medio, en donde el papel de los actores sociales es fundamental, y donde los objetivos del desarrollo económico y social deben ser establecidos en función de qué tanto coadyuvan a la conservación.

El Programa de Manejo Reserva de la Biosfera Ría Celestún, elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat), define las Áreas Naturales Protegidas –entre las que se encuentra Ría Celestún– como “el instrumento básico en la conservación de la biodiversidad y de los bienes y servicios ecológicos…” a través del “manejo integral del territorio, considerando la estructura jurídica administrativa, económica y social” (semarnat 2002, 4). A partir de dichas premisas y considerando que el Programa de Manejo Reserva de la Biosfera Ría Celestún fue creado a partir de la participación de instituciones federales, estatales y municipales, así como de los grupos comunitarios, instituciones del sector académico y organizaciones no gubernamentales, uno de los propósitos del estudio es identificar cómo han sido integrados los habitantes en el desarrollo de los proyectos ecoturísticos realizados por el gobierno federal en la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, así como el impacto que dichos programas han tenido en su calidad de vida.

Imagen 2. Paseo en lancha

Foto: Cristóbal Ramón Mac.

También es importante destacar que en el programa de manejo se establece como necesaria la búsqueda de integración de los pobladores en los esfuerzos por diversificar las opciones para el desarrollo local, destacando la realización de actividades encaminadas al turismo, con lo cual se pretende la mejora de la calidad de vida de los habitantes, así como en la infraestructura empleada en la prestación de los servicios turísticos. A su vez, esto tendría beneficios para la reserva, tales como la promoción de su conservación y la educación ambiental.

Metodología

Uno de los estudios que fomenta el análisis de las interacciones entre los habitantes de esta población y la biosfera, y en el cual se enmarcó la presente investigación, es el proyecto “Impacto del desarrollo ecoturístico en la economía, sociedad, cultura y medio ambiente de los pobladores mayas de la Reserva de la Biosfera Ría Celestún”, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (conacyt). Dicho proyecto tiene como objetivo principal estudiar si los programas federales encaminados a la sustentabilidad han contribuido en la reducción de la pobreza de los pueblos mayas o, por el contrario, si han creado condiciones de vida más precarias, afectando en uno u otro sentido la conservación de los recursos del entorno, la flora, la fauna y el paisaje natural.

El planteamiento del presente trabajo se hace desde el enfoque de la ecología política, misma que estudia cómo las líneas de poder se articulan, afectando las relaciones entre los seres humanos, y de estos con la naturaleza que les rodea (Leff, 2003, 18). Desde esta óptica, resulta importante identificar cómo se construyen los procesos de toma de decisiones sobre el cuidado de la naturaleza y los recursos locales. La ecología política parte de la base de que en estos asuntos debe escucharse la voz de todos; sin embargo, las estructuras administrativas desde el gobierno federal, estatal, municipal y las propias cooperativas no suelen promover dicha horizontalidad.

Imagen 3. Servicios ecoturísticos: embarcadero

Foto: Cristóbal Ramón Mac.

Imagen 4. Servicios ecoturísticos de playa

Foto: Cristóbal Ramón Mac.

Para llevar a cabo este estudio, se realizaron entrevistas semiestructuradas a prestadores de servicios ecoturísticos en Celestún, específicamente a lancheros organizados en cooperativas que realizan recorridos por la ría y el manglar, y que se agrupan en dos puntos: el embarcadero en la entrada del puerto de Celestún y en la playa. Una de las estrategias empleadas para facilitar el flujo de información fue no registrar los nombres de los participantes de las cooperativas, de tal manera que al citarse referencias textuales de la entrevista sólo se especifica el sitio donde se ubica el grupo de las cooperativas a las que pertenecen, sea el embarcadero, o bien, la playa; la totalidad de los participantes fueron hombres. Se entrevistó también a una funcionaria pública municipal, cuyos comentarios aparecen en las citas textuales como “funcionaria pública”.

Según sedesol (2010) e inegi (2010), Celestún, que etimológicamente significa en maya “espanto de piedra”, fue fundado en 1718. Se ubica en el litoral oeste del estado de Yucatán, a 109km de la ciudad de Mérida. Tiene una superficie de 604,543 km2. Fue declarado oficialmente refugio faunístico desde 1979 y el 27 de noviembre del año 2000 fue decretado como Reserva de la Biosfera Ría Celestún (semarnat 2002, 29). En ella se localizan cerca de 234 especies de mamíferos como el ocelote, jaguar, tigrillo y mono araña, considerados especies en peligro de extinción.

La Reserva de la Biosfera Ría Celestún es una de las más importantes reservas ecológicas a nivel nacional y un lugar ideal para la práctica del ecoturismo, pues por su ecosistema de manglares presenta la migración de distintas especies estacionales como el flamenco rosa o caribeño, uno de los principales atractivos del lugar (Gobierno del Estado de Yucatán 2013, 1).

Instrumento

El guión de entrevista constó de dos bloques principales, cada uno con seis preguntas; uno orientado a conocer las opiniones acerca del “Programa de Manejo Reserva de la Biosfera Ría Celestún” en el que se exploró cómo influyen las disposiciones y apoyos federales destinados a la promoción del ecoturismo en los pobladores dedicados a dicha actividad. El segundo bloque de preguntas se diseñó para conocer la percepción que dichos prestadores de servicios tienen acerca de las reglamentaciones acerca del uso de los recursos naturales existentes en la reserva, así como del uso real que dan a los mismos.

Análisis

Las entrevistas fueron audiograbadas y transcritas; la información fue organizada por categorías temáticas, y posteriormente, analizada con base en los planteamientos del círculo hermenéutico. Anderson (2005, 3) plantea que desde la perspectiva de la hermenéutica, entender es un proceso que está influenciado por los entendimientos previos, el lenguaje y la historia. Nos encontramos siempre en el proceso de tratar de entender, y esto crea a su paso significados. El lenguaje es el vehículo mediante el cual tratamos de entender y creamos conocimiento sobre el mundo y nosotros mismos.

Dice Alcalá (2002, 51) “la hermenéutica rescata al sujeto, que en la versión estructuralista había desaparecido prácticamente, debido a la neutralidad defendida por positivistas y estructuralistas”, es una aproximación al arte de establecer y profundizar, entender el diálogo.

Resultados y discusión

El total de personas entrevistadas fue de 27: 26 lancheros hombres, entre los 20 y 60 años de edad, de los cuales 23 pertenecen a las cooperativas que operan en el embarcadero y tres a las de la playa. Participó también una persona en su calidad de funcionario público municipal.

La información fue agrupada por su contenido en 4 categorías principales:

  • 1.

    Depredación del pepino de mar y el manglar.

  • 2.

    Interacción de las cooperativas de lancheros con autoridades estatales y federales.

  • 3.

    Relaciones de las cooperativas de lancheros con otras organizaciones.

  • 4.

    Percepción acerca del entorno y el ecoturismo.

Esta información configura un panorama donde cada uno de los temas contenidos en las categorías tiene un peso específico en la constitución de intrincadas dinámicas sociales y ambientales. Se reportan ampliamente las dos primeras categorías por la extensión y profundidad de la información que proporcionaron las personas entrevistadas. Respecto a las dos últimas categorías, se hizo una breve mención en la discusión de los resultados.

Dice el dicho popular “pueblo chico, infierno grande”; el instrumento planteó preguntas concretas sobre el conocimiento de las reglamentaciones y apoyos federales en torno al ecoturismo y el manejo de la reserva, pero se acabaron abordando e ilustrando complejas pautas de interacción entre funcionarios federales, pobladores, turistas, gente de otras poblaciones cercanas e instituciones no gubernamentales, así como lo concerniente al uso y abuso del ambiente, su flora y fauna:

De repente, un día llegó un japonés con una foto en la mano preguntándonos si habíamos visto eso, era un pepino de mar, así que mandamos a los buzos y sí efectivamente había (Informante del embarcadero).

Estas personas estaban dispuestas a pagar exorbitantes cifras de dinero por la tonelada de una especie que no estaba regulada por legislación alguna, cuya posterior (y en muchos casos ilegal) explotación transformó las realidades físicas y sociales del puerto.

Como metáfora de lo que sucede en torno al ecoturismo, las calles del primer cuadro de la población están bien pavimentadas y las fachadas de las casas, recién pintadas, pero cuatro manzanas hacia el puerto de abrigo se llega a un entramado que comunica todo menos armonía: baches en las calles, desorden, pobreza, alcoholismo y marginación. El visitante lo primero que ve al llegar a Celestún es el paradero con sus paseos ecoturísticos, pero basta contratar a un guía alterno que se desvíe de las rutas tradicionales para ver manchas de mangle muerto que ha sido cortado para ser usado como leña en el procesamiento (cocción) del pepino de mar.

En la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, la destrucción de la naturaleza es un secreto a voces y se plasma de manera evidente en el tejido social. Resulta sorprendente que una entrevista originalmente orientada a conocer las percepciones de los prestadores de servicios ecoturísticos sobre los efectos de los programas de apoyo al ecoturismo y sus reglamentaciones, acabe arrojando datos consistentes que indican que muchos de estos programas no sólo no promueven la conservación, educación y manejo responsable de los recursos naturales, sino que indirectamente promueven su destrucción y el deterioro de las condiciones de vida de los pobladores.

1. Depredación del pepino de mar y el manglar

La pesca y procesamiento ilegales y furtivos del pepino de mar se relacionan intrincadamente con los supuestos y realidades en torno al uso de la reserva con fines ecoturísticos.

El complejo de especies denominado pepino de mar (Isostichopus badionotus, Astichopus multifidus y Holothuria floridana) (Tuz y Aguilar 2011), era considerado inútil por los pescadores en lo que concierne al uso de la Reserva con fines ecoturísticos, pero la captura y comercialización de dicha especie lo convirtió en una “mina de oro” .

Al regularse la pesca del pepino de mar y decretarse vedas, en vez de disminuir la actividad, se dispararon los precios, motivando que se volviera sumamente atractiva por sus beneficios económicos. El pepino incrementa en diez veces su valor si se encuentra procesado, para lo que se requiere cocerlo durante varias horas. Al prohibirse la pesca, los pescadores comienzan a sacarlo a mayores profundidades sin equipos de seguridad, lo que ocasiona severos daños al cuerpo humano, incluso la muerte.

Una vez obtenido el producto, se procesa cociéndolo, actividad en la que participan familiares de los pescadores, y que al realizarse clandestinamente, implica no pocas veces, esconderse en los manglares de la reserva, cuya madera es cortada y convertida en leña. Una vez cocido se envía de contrabando al puerto de altura de Progreso, para su exportación. En todo el proceso se generan relaciones de contubernio y extorsión con autoridades de distintos niveles e incluso con narcotraficantes.

El agua salobre y caliente, usada para cocer el pepino, es descargada directamente al manglar, afectando el equilibrio del ecosistema y causando que especies como el flamenco no encuentren alimento en el mismo, por lo que se van a otros sitios, lo que perjudica directamente las actividades ecoturísticas, pues el avistamiento del ave es quizá el atractivo principal del paseo.

Las consecuencias de la pesca ilegal del pepino no terminan aquí, sino que dicha actividad daña directamente la pesca ribereña. El pepino limpia el sustrato del fondo del mar y, al reducirse su número, se generan amplias áreas lodosas que posteriormente se transforman en desiertos marinos; las especies de escama y otras relacionadas se alejan por lo tanto de la costa y del manglar, donde debido a los procesos clandestinos de cocción del pepino de mar, mueren sus crías. Se genera entonces un gran desierto con dos caras, la del manglar y la de la costa, relacionados a una misma actividad.

Las fuertes sumas de dinero que se obtienen de las actividades ilegales relacionadas con el pepino de mar no se traducen en mayores índices educativos, de salud o desarrollo, ni se invierten en beneficio de la población; se gastan, como dinero no planeado y “extra” en aparatos electrónicos, vehículos, cerveza, droga y prostitución. Entonces, de los beneficios económicos producto de procesos que implican la destrucción de un área natural protegida, los pobladores están obteniendo un deterioro directo de la salud física y comunitaria y poniéndose en el camino de un callejón sin salida en términos de sustentabilidad ecológica.

La significación del pepino de mar como un producto inesperadamente valioso, pudo al principio parecer una bendición “sólo los chinos lo saben preparar. Venían los japoneses y te mostraban la foto… lo compran porque es afrodisiaco” (Informante del embarcadero).

Procesos de significación al otro lado del mundo promueven realidades distintas en el Golfo de México, “antes para nosotros era basura, algo que se enredaba en las redes y perjudicaba la pesca, lo tirábamos, ahora todo mundo lo saca” (Informante de la playa).

El pepino de mar se encuentra legalmente protegido por una veda permanente decretada por la sagarpa que entró en vigor el 25 de noviembre de 2013 (Diario de Yucatán, 2013), justo en el periodo en que se realizaron las entrevistas de la presente investigación. Pero el hecho de que esté en veda no quiere decir que no se extraiga, de hecho “es mejor pescarlo cuando está en veda porque sube más el precio” (Informante del embarcadero).

Uno de los relatos más ricos de las entrevistas realizadas fue el de la funcionaria pública municipal, que concuerda con las narrativas de los lancheros de ambas cooperativas acerca de lo que sucede con el pepino de mar, pero desde un punto de vista mucho más amplio que el de los hombres entrevistados y con una sincera conciencia de las dinámicas implicadas; la información recabada de dicha informante y los cooperativistas versa en torno a cuatro aspectos principales:

  • Impactos a nivel macro en los equilibrios ecológicos en la reserva de la biosfera.

  • Percepciones identitarias de competencia con los puertos vecinos respecto a la explotación de la especie.

  • Relaciones de corrupción con las autoridades que vigilan que se cumplan las reglamentaciones de pesca.

  • Impactos sociocomunitarios y generación o acentuación de problemáticas de salud y fricciones sociales.

Los lancheros, en su rol de pescadores, se muestran conscientes de que la sobrepesca que hacen del pepino amenaza la especie: “lo vamos a acabar, no a lo lejos, pero sí, acá en Celestún, ya no hay” (Informante de la playa). Conocen la importancia de la especie en su función biótica: “son los pulmones del mar, limpian el lodo de la arena” (Informante del embarcadero), y ligan la actividad ilícita de cocinar furtivamente el pepino en el manglar con un evidente deterioro del ecosistema, pero después dicen que no importa, porque; “cuando se acabe eso habrá otra cosa, el erizo u otra cosa que hacer, porque Celestún está bendito, es un puerto de riqueza, siempre hay algo que hacer” (Informante del embarcadero).

La funcionaria pública explicó que en tiempos de veda:

Se sancocha el pepino de manera escondida en el manglar, con la misma madera de mangle, que tarda mucho tiempo en crecer, y se vierten los residuos directamente a la ría, el agua caliente, salobre y babosa que queda después de cocinar el pepino mata las larvas de las cuales se alimenta el flamenco, también daña las raíces del mangle, le está dando en la torre. De repente los flamencos se encuentran ya no en la Ría sino en las charcas que están dentro de la población pues están desesperados buscando su alimento y en la Ría donde antes habían 2 000 o 3 000 flamencos ya no hay ni uno, eso daña el turismo.

Mucho de lo que explica la funcionaria municipal lo saben los lancheros y lo dicen, pero argumentan que si ellos no explotan el pepino de mar, gente de fuera de Celestún, que además es menos hábil para pescar que ellos, se va a acabar la especie. Se tiene la idea de que pueden ganarse grandes cantidades de dinero, pero también se sabe que mucho de este se queda en las altas esferas de la corrupción y no llegan al pescador:

  • Un pescador en tres días puede hacer 40 000 pesos pero si te lo pagaran todo así que digamos, está mi dinero. Hay coyotes que, si es mañoso, te paga hasta a los 15 días, ya prestaste acá ya cuando vayas a dar tu dinero solo a devolver. Allá está el detalle, como dice Cantinflas.

  • […] es dinero grande, pero se lo llevan otros. El pescador te estoy diciendo cuánto gana, dos mil pesos por una jornada de buceo, y no te lo pagan hasta que venden el producto. Los pescadores son subcontratados por gente que luego los venadea y les acaba pagando cantidades irrisorias ante lo que realmente se obtiene, les miente y les dicen que les confiscaron la mercancía, que solo pueden darles entre 2 000 y 5 000 pesos, cuando ellos sacan millones (funcionaria pública).

Además, queda clara la idea a nivel colectivo de que no hay una inversión del dinero para mejorar el nivel de vida, ya no se diga de la población, sino ni siquiera a nivel personal o familiar:

La gente de aquí no, la gente de Celestún está acostumbrada a que, si hay [dinero en] abundancia, lo bota, y cuando no hay, a comer tortillas nada más […] vive al día […] para en la cantina aunque no haya lana, pero ve las cantinas, están hasta la madre de llenas, hasta revientan… (Informante de la playa).

Esta percepción de acceder a dinero fácil promueve, junto con otros factores, la prostitución, el alcoholismo y la drogadicción, en detrimento de la salud, no sólo de la persona sino a nivel sociocomunitario. Además, el buceo que se hace para pescar el pepino no cuenta con las normas de seguridad mínimas, y “la gente que va a sacar pepino se daña el corazón, los pulmones, la columna y los riñones pues bajan a profundidades mucho mayores, porque ahora se saca mucho más adentro que antes” (Funcionaria pública).

La percepción acerca de las autoridades federales como permisivas y corruptas, el sentido de identidad local por la competencia con otros puertos, y la concepción de Celestún como un lugar de recursos inagotables, son los factores que según las personas entrevistadas, coadyuvan al frenesí depredador y la consecuente destrucción del entorno.

2. Interacción de las cooperativas de lancheros con autoridades estatales y federales

La interacción con autoridades estatales y municipales no tiene el mismo peso que con las federales. Por ejemplo, en el embarcadero dicen que existe desinterés por parte del gobierno del estado, mientras que los cooperativistas de la playa dicen que el gobernador está pendiente de ellos y los recibe cuando piden audiencia, no solo a ellos los recibe, sino a todos los integrantes de la federación de cooperativas, y agregan:, “los del embarcadero todo quieren de papá gobierno, pero ellos igual no ponen de su parte, no pagan sus créditos” (Informante de la playa).

Sin embargo, existe en todos los cooperativistas entrevistados una sólida impresión acerca de las autoridades federales como corruptas en su actuar en al menos tres aspectos. A continuación se trata desde su propia experiencia y tal como lo relatan:

a. Los apoyos al ecoturismollegan incompletos:

Cuando llega acá [el apoyo] no llega nada. El gobierno agarra su tajada.La corrupción empieza desde arriba, cuando sale el dinero ya se dio la mochada, luego el secretario, luego el secretario del secretario, cuando quiera llegar ese recurso ya no llega nada, si ibas a agarrar 10 pesos sólo agarras un centavo…[Además cuando llegan los apoyos, para poder recibir los recursos] tienes que mocharte con los de la reserva… 2 000 para ellos y 3 000 para uno (Informante del embarcadero).

b. Simulación de proyectos ecoturísticos:

Éstos son elaborados por familiares, amigos o gente afín a los funcionarios. Desde el principio parecen condenados a ser un rotundo fracaso y aun así son realizados con recursos millonarios a fondo perdido: “acaban siendo comida de termitas, mientras que los dueños se llevan su parte” (Informante del embarcadero).

Pero vale decir que los representantes federales son partícipes del negocio: hay una corrupción tremenda y una gran derrama de dinero. “El pescador se está matando tantos metros bajo el agua, las autoridades se llevan la tajada más grande, porque sin arriesgar ni nada, agarran su buena lana” (Informante de la playa).

Los lancheros, por su parte, acaban participando en este esquema bajo el supuesto de que así funcionan las cosas y conciben a las autoridades federales como instituciones que no sólo no ayudan en el desarrollo de la comunidad en materia de ecoturismo, sino que estorban y promueven la corrupción en ciertas actividades: “como tú dices, no tenemos que vivir con eso, sino luchar en contra de eso” (Informante del embarcadero).

Añaden los informantes que “la ley es la ley, pero la ley está para el pobre, no para el rico”…“Entonces mi compadre y yo somos de la misma línea, tú eres el diputado y yo soy tu compadre, tienes dinero, no te vigilo” (Informante del embarcadero).

Las autoridades que los cooperativistas identifican participando en esto son las de la sagarpa, la Marina Armada de México, la Policía Federal y ocasionalmente la Policía Estatal:

La gente ahorita no le tiene miedo a la gente, le tiene miedo a los policías y a los mismos federales, porque son más corruptos que la misma gente, ya México se volvió una bola de corrupción más que de trabajo y los pocos que quieren hacer su trabajo los matan, esa es la diferencia, entonces qué hace la gente pues se cansa. Y lo hacen porque son por lo general gente desvinculada de la comunidad y que están por periodos en el gobierno, no sabemos si va a durar los 6 años allá o lo van a sacar, nosotros podemos durar 20 años, esos cabrones tienen sus empresas, mientras a él ya lo cambiaron tú te quedas, esa es la diferencia, tú tienes que cuidar lo tuyo (Informante del embarcadero).

Algo que llama la atención es que en esta vorágine de la pesca del pepino de mar, que lleva poco más de cuatro años, la Marina Armada se mantuvo incorruptible, pero llegó un momento a los dos años:

en que venían, veían, apuntaban y se llevaban la lana. Y los soldados todo el tiempo, matando moscos, que pasando el sol, qué pasó la noche. Se molestó el ejército, entonces el ejército, pues tardó […] después de dos años empezó a agarrar mordida, ¿por qué no?… el ejército fue el más difícil. Pero es que también ya estaban ellos cansados de que sólo veían […] pa sagarpa, y para ellos y para ellos ¿Y nosotros qué? Si todo el día en el sol, haciendo batidas a ver dónde vas a pegar para sancochar […] y en la noche ya que te caía ahí, después viene con la pesca y presta pa acá (Informante del embarcadero).

c. Se han desarrollado tolerancias mutuas y simulaciones entre los pescadores y las autoridades municipales, estatales y federales

Un pescador les tiró el arpón a los de sagarpa, se encabronó el de la interceptora y así le dio, le pegó a un lado (a la lancha de los pescadores) y se asustó el de la patrulla, porque desapareció la lancha y esa cosa les pasó encima. Los llevó a Progreso y los reportó como náufragos. Ellos tampoco se iban a quejar, “para que no me reportes como pepinero, yo tampoco digo nada suéltame, y ya” […] cada quien con su pellejo (Informante del embarcadero).

Uno de los aspectos en el que aparentemente fluye mejor la relación es el que tiene que ver con las capacitaciones que facilitan las autoridades estatales y federales, y que tienen peso curricular. Los lancheros manifiestan tener la disposición a aprender inglés, primeros auxilios y cosas sobre ecoturismo que puedan ayudar a su trabajo, “pero eso sí, que traigan buenos instructores, porque a veces sabemos más nosotros” (Informante de la playa).

Sobre la forma en la que creen que funcionaría el trabajo entre autoridades y cooperativistas, dicen que las autoridades tendrían que trabajar más, simular menos y “escuchar, así como vienen ustedes, hacer que se respeten las leyes, pero parejo, porque entonces si no ellos sacan y tú no, y eso no es parejo” (Informante del embarcadero).

Conclusiones

El discurso recogido en las entrevistas realizadas a los lancheros acerca del ecoturismo se compone de reclamos a las autoridades federales y su aparente sordera e insensibilidad ante las necesidades de las cooperativas. Los lancheros reportaron una amplia vinculación en actividades contrarias a las supuestas funciones, tanto de autoridades federales como de prestadores de servicios ecoturísticos organizados en cooperativas, como en el caso de la pesca y comercialización del pepino de mar. No existe, en los prestadores de servicios ecoturísticos, una percepción de que los programas federales de apoyo destinados a dicha actividad tengan impacto en la mejora de la calidad de vida de la comunidad.

Es indudable que los lancheros tienen un conocimiento del ambiente muchas veces mayor y más integrado que el que tienen autoridades e investigadores que acuden al lugar a realizar proyectos y establecer reglamentaciones; sin embargo, eso no implica que tengan una visión del medio como algo que al ser preservado pueda rendir los mismos frutos que aparentemente se obtienen de su depredación.

Hay por tanto una simulación general de que se hacen ciertas cosas, y si bien el ecoturismo en su modalidad de paseos por la ría se aprecia como una actividad económica estable, no cumple satisfactoriamente las funciones de educación, conservación y protección que se supone debería tener. Asimismo, las reglamentaciones sobre la biosfera son conocidas por la gente y han tenido algún impacto en cohibir la explotación abierta de los recursos naturales, sin embargo los lancheros manifiestan que en la clandestinidad y la simulación se realizan actividades de manera consistente que dañan el ecosistema de la Reserva y ponen en entredicho dichas reglamentaciones.

A fin de enriquecer el conocimiento de las dinámicas sociales que intervienen en el uso, depredación y conservación de la Reserva de la Biosfera Ría Celestún podrían realizarse investigaciones en torno a:

  • Percepción identitaria en el litoral del Golfo de México entre Campeche y Yucatán, y su influencia en el actuar sobre el medio ambiente común.

  • Procesos de comunicación, organización y construcción del poder entre autoridades federales y pobladores de Celestún.

  • Dinámica de los saberes populares y su integración en los diversos programas encaminados a mejorar las condiciones sociales y a la conservación del ambiente.

Estas investigaciones permitirían generar más espacios para la discusión, a la vez que dotarían de información que podría guiar la realización de procesos más efectivos para la planeación, implementación y valoración de políticas y programas que realmente incidan en el desarrollo sustentable de la Ría Celestún y de sus pobladores.

Further reading (with label)
[Alcalá Campos, 2002]
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Hermenéutica, teoría e interpretación.
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