INTRODUCCIÓN
La manifestación mamográfica del galactocele normalmente suele corresponder a una lesión nodular, que presenta un nivel de densidad líquido-grasa, aunque se pueden presentar también como nódulos de densidad uniforme indistinguible de una neoplasia1-3. Por el contrario, el aspecto mamográfico típico que presenta el hamartoma dista del que ofrecen los galactoceles, que algunos autores lo definieron como una "loncha de salami"4; es una imagen lucente con grasa, tejido fibroso y elementos adenomatosos, de borde nítido y a veces cápsula fina; en definitiva, una gran variedad de densidades heterogéneas encapsuladas.
Se presenta el caso de una paciente cuya mamografía era claramente compatible con un hamartoma, en el que la histología dio el diagnóstico definitivo de galactocele secundario a un papiloma intraductal, y se encontró una presentación radiológica atípica del galactocele o cuanto menos una imagen curiosa de él.
CASO CLÍNICO
Paciente de 32 años de edad, sin antecedentes de interés, que consulta en febrero de 2004 por nódulo de mama derecha, que coincide con la terminación de la lactancia materna de su primer hijo, que finalizó en diciembre de 2003, y que no asociaba otra sintomatología.
En los antecedentes ginecoobstétricos destacaban: menarquia a los 13 años, fórmula menstrual 5/30-31, fecha de la última regla (FUR): 12-1-04. Una gestación y parto eutócico el 9-3-2003, con lactancia materna hasta diciembre de 2003. En la exploración se objetivó, en la unión de cuadrantes externos de la mama derecha, un nódulo de 4 cm, de consistencia media y móvil, no adherido a planos profundos ni superficiales, no presentaba adenopatías axilares ni supraclaviculares. En la mamografía (figs. 1 y 2), el nódulo palpable correspondía a una formación nodular, de cápsula nítida y de forma esférica de 4 cm, que presentaba en su interior zonas de densidad grasa y nódulos densos de diverso tamaño y distribución anárquica, cuyo aspecto parecía corresponder a un hamartoma.
Figura 1. Mamografía. Proyección axilar de la mama derecha.
Figura 2. Mamografía. Proyección craneocaudal de la mama derecha.
Durante su exéresis, realizada en abril de 2004, se produce apertura accidental de la tumoración que drenó una sustancia de aspecto cremoso y coloración blanquecina, sin objetivarse ningún componente sólido en el interior de dicha tumoración.
El estudio anatomopatológico dio como resultado alteraciones histológicas concordantes con una lesión quística, que en su luz mostraba un material proteínico con histiocitos o macrófagos espumosos (galactocele) y una lesión proliferativa con morfología papilar (fig. 3), con ausencia de signos de malignidad.
Figura 3.Imagen histológica. Se aprecian proyecciones papilares hacia la luz de un quiste cuyo contenido estaba constituido por material proteínico.
DISCUSIÓN
La forma más frecuente de presentación del galactocele suele ser la aparición de una tumoración en una mujer joven durante la lactancia o coincidiendo con su terminación, aunque también se han descrito en niños5 y varones6.
Desde el punto de vista mamográfico, la aparición de un nivel que separa 2 densidades radiológicas distintas, grasa y agua, se considera prácticamente como patognomónico del galactocele, de manera que la densidad grasa quedaría en la porción superior y la densidad agua en la inferior2. Frecuentemente, las densidades grasa-agua aparecen entremezcladas sin un nivel que las divida claramente, dando una imagen que emula una tumoración benigna, como puede ser un hamartoma2, como es el caso que nos ocupa.
En la mamografía (figs. 1 y 2) se observa una masa bien delimitada, de opacidad mixta y rodeada de una fina cápsula que no invade el tejido estromal mamario, lo que habla a favor de un hamartoma. Radiológicamente, este tumor requiere a veces diagnóstico diferencial con el tumor phyllodes, el adenoma tubular, el adenolipoma y la hiperplasia seudoangiomatosa5. Paradójicamente, el resultado obtenido de la histología, que informó de un galactocele secundario a un papiloma intraductal, nada tenía que ver con el radiológico; la existencia de un papiloma era prácticamente impensable, ya que clínicamente la paciente no presentaba telorrea, ya que ésta es la manifestación más frecuente de dicha patología, y está presente en un 64-68% de los pacientes7. En el caso de los papilomas intraquísticos, que sí pueden iniciarse como una tumoración mamaria, aparecerían como masas redondeadas de densidades homogéneas, debido a su contenido puramente líquido y bordes nítidos, pero no como una densidad mixta o heterogénea. En el caso de que este contenido fuera rico en lípidos (galactocele) sí que se podría encontrar esta imagen.
Mayoritariamente, los factores que se requieren para la formación de un galactocele son 38: estimulación presente o previa por la prolactina; epitelio secretor mamario, y alguna causa, normalmente desconocida, de obstrucción ductal1. En nuestro caso todos los factores estaban presentes y la etiología de la obstrucción fue esclarecida gracias a la histología.