Objetivo docente: Describir las principales manifestaciones radiológicas de los tumores fibrosos solitarios del tórax, tanto benignos como malignos.

Revisión del tema: Los tumores fibrosos solitarios son neoplasias benignas o malignas de origen fibroblástico o miofibroblástico que pueden estar originados en cualquier parte del cuerpo, incluido el tórax. En el tórax se clasifican según la localización en pleurales, mediastínicos y pulmonares, siendo los pleurales los más frecuentes. Radiológicamente se manifiestan como masas homogéneas y bien definidas, levemente hiperdensas. Las lesiones de mayor tamaño suelen ser más heterogéneas pudiendo presentar también áreas de degeneración quística, hemorragia, necrosis o calcificación. Hay algunas características como el aumento progresivo en el tamaño, la invasión de la pared pleural o la aparición de derrame pleural que sugieren malignidad. El diagnóstico diferencial es amplio y se debe establecer con el resto de tumores, en función de la localización. El análisis inmunohistoquímico es muy importante en el diagnóstico y manejo de estos tumores. La mayoría de los tumores benignos presentan expresión para CD34, Bcl-2 y vimentina, mientras que los tumores malignos presentan pérdida de expresión para CD34 y muestran expresión para citoqueratina, S-100 y p53.

Conclusiones: Los tumores fibrosos solitarios en el tórax presentan unas características de imagen que a veces son diagnósticas, aunque pueden solaparse con otras lesiones intratorácicas, y no hay hallazgos definitivos que permitan diferenciar un tumor benigno de uno maligno, por lo que es necesario su estudio histológico e inmunohistoquímico.