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Vol. 9. Núm. 3.
Páginas 131-137 (septiembre 2016)
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Vol. 9. Núm. 3.
Páginas 131-137 (septiembre 2016)
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Efectos de la suplementación con testosterona sobre el rendimiento en resistencia
Effects of doping with testosterone on endurance performance
Efeitos da suplementação com testosterona sobre o desempenho da resistência
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P. Fernández-Díaz, R. Domínguez
Autor para correspondencia
rdomiher@uax.es

Autor para correspondencia.
Departamento de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Universidad Alfonso X El Sabio, Villanueva de la Cañada, Madrid, España
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Tabla 1. Resumen de investigaciones que han estudiado la relación existente entre los parámetros sanguíneos relacionados con el metabolismo del hierro y los niveles de testosterona
Tabla 2. Función fisiológica y efecto de la administración de testosterona de distintos parámetros que podrían mejorar el rendimiento de resistencia
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Resumen

El dopaje en el deporte tiene su origen en la Grecia Clásica. Sin embargo, a lo largo del siglo pasado y hasta la actualidad, la utilización de este tipo de prácticas fraudulentas en el deporte ha ido en aumento. Entre las sustancias dopantes más utilizadas destacan la testosterona y sus derivados sintéticos, los anabolizantes sintéticos. A pesar de que estas sustancias prohibidas se han utilizado para la mejora del rendimiento en pruebas de fuerza y potencia, frecuentemente se detectan positivos en deportistas de resistencia. Los objetivos del presente estudio han sido informar acerca de los efectos ergogénicos de la suplementación con testosterona y anabolizantes sintéticos sobre el rendimiento en resistencia, a través de cambios sobre parámetros sanguíneos, así como los efectos secundarios que tienen sobre la salud. Para ello, se ha realizado una revisión en bases de datos como Elsevier, Medline, Pubmed y Web of Science incluyendo términos como testosterone, anemia, doping, endurance, erythropoietin, hepcidin e iron. La hepcidina se ha propuesto la principal reguladora de las reservas corporales de hierro y la suplementación con testosterona puede afectar a la síntesis de dicha hormona. Los efectos de la testosterona sobre la hepcidina podrían hacer mejorar tanto la capacidad de transporte como de difusión de oxígeno. De este modo, el dopaje con testosterona podría tener un potencial efecto ergogénico en modalidades de resistencia. Sin embargo, dichas mejoras pueden tener efectos negativos sobre el estado de salud del deportista, entre los que se encuentran trastornos metabólicos, orgánicos, psicológicos e inmunosupresión.

Palabras clave:
Dopaje
Esteroides anabólicos androgénicos
Hepcidina
Deportes
Testosterona
Abstract

Doping in sport has its origins in Ancient Greece. However, over the last century to the present, the use of such dishonest practices has increased. Among the most widely used performance enhancing drugs is the use of testosterone and its synthetics anabolics. Although these prohibited substances have been used to increase performance in test of strength and power, due to the ability to cause hypertrophy, very frequent it's detecting positive test doping by in endurance athletes by testosterone or synthetics anabolics. The aim of this study was to report the ergogenic effects of testosterone supplementation and synthetics anabolics on endurance performance, through changes on blood parameters. To this end, it has conducted a review in different databases such as Elsevier, Medline, Pubmed and Web of Science where terms such as testosterone, anemia, doping, endurance, erythropoietin, hepcidin and iron were included. Hepcidin has been proposed main regulator of body iron stores and testosterone supplementation may affect the synthesis of the hormone. The effects of testosterone on hepcidin could improve both transport capacity and oxygen diffusion. Thus, doping with testosterone could have a potential effect on ergogenic resistance patterns. However, such improvements can have negative effects on the health of the athlete like metabolic, organic, psychological disorders and immunosuppression.

Keywords:
Doping
Anabolics androgenics steroids
Hepcidin
Sports
Testosterone
Resumo

O doping no esporte tem suas origens na Grécia Antiga. No entanto, do último século para o presente, a utilização de tais práticas desonestas aumentou. Entre as drogas que melhoram o desempenho mais amplamente utilizadas são o uso de testosterona e seus anabolizantes sintéticos. Embora estas substâncias proibidas têm sido usados para aumentar o desempenho em testes de força e potência, devido à capacidade de causar hipertrofia, é muito frequentes detecção de doping por testosterona ou anabolizantes sintéticos no teste de atletas de endurance. O objetivo deste estudo foi relatar os efeitos ergogênicos da suplementação de testosterona e anabolizantes sintéticos sobre o desempenho de resistência, através de mudanças nos parâmetros sanguíneos. Para este efeito, procedeu a uma revisão em diferentes bancos de dados, tais como Elsevier, Medline, Pubmed e Web of Science, onde termos como a testosterona, anemia, doping, resistência, eritropoietina, hepcidina e ferro foram incluídos. Hepcidina foi proposto como principal regulador das reservas de ferro do corpo e a suplementação de testosterona pode afetar a síntese do hormonio. Os efeitos da testosterona sobre hepcidina poderia melhorar tanto a capacidade de transporte e difusão de oxigênio. Assim, a dopagem com testosterona pode ter um efeito potencial sobre padrões de resistência ergogênicos. No entanto, essas melhorias podem ter efeitos negativos sobre a saúde do atleta como metabolismo, distúrbios psicológicos orgânicos e imunossupressão.

Palavras-chave:
Doping
Anabolizantes androgenicos esteróides
Hepcidina
Esportes
Testosterona
Texto completo
Introducción

El dopaje, entendido como la administración de sustancias prohibidas con objeto de mejorar el rendimiento deportivo, tiene su origen en los Juegos Olímpicos (JJOO) de la antigüedad1. A lo largo del siglo XX, el número de deportistas que han recurrido a este tipo de prácticas ha ido en aumento. La presencia de estimulantes en varios ciclistas encontrados fallecidos mientras dormían y la trágica muerte del ciclista danés Knud Enemark Jensen durante los JJOO de Roma en 1960, que conmocionó al mundo, llevó a que la Unión Ciclista Internacional y el Comité Olímpico Internacional creasen una comisión médica y las primeras normas en materia de dopaje2. El problema de salud pública y el daño que supuso para la mayoría de las modalidades deportivas el dopaje fueron los principales motivos que impulsaron a la creación en 1999 de la Agencia Mundial Antidopaje o World Anti-Doping Agency.

Los JJOO de Moscú en 1980 fueron los primeros en los que los deportistas se sometieron a controles antidopaje3, aunque los primeros positivos no se detectaron hasta los JJOO de Los Ángeles en 1984. Los primeros positivos por dopaje se asociaron al uso de testosterona o de derivados sintéticos de la testosterona (AS), como la nandrolona4. La utilización de este tipo de sustancias en el deporte era muy anterior, si bien hasta la década de los ochenta no se dispuso de métodos de detección de dichas sustancias dopantes5.

Los efectos principales, por los que se ha utilizado la testosterona en el deporte, han sido su capacidad de mejorar los niveles de hipertrofia, fuerza máxima y potencia6. Storer et al.6 encontraron que las mejoras en los niveles de fuerza, tras el dopaje con testosterona, se debían al efecto sobre la hipertrofia muscular y no a cambios en la capacidad contráctil del músculo. El mecanismo de dicha hipertrofia tiene su origen en que el dopaje con testosterona incrementa la retención de nitrógeno7 y disminuye la degradación de compuestos nitrógenados8, aumentando el balance nitrogenado. En cuanto a la velocidad, se ha comprobado que tras un programa de entrenamiento de fuerza, el dopaje con testosterona produce mejoras significativas en la velocidad en cicloergómetro9. Además, es posible que el dopaje con testosterona muestre efectos positivos debido a mejoras en la capacidad de recuperación del organismo10.

En la actualidad, el dopaje con testosterona no es exclusivo del deporte de élite10, convirtiéndose en una práctica frecuente entre deportistas amateur o recreacionales que buscan mejorar sus niveles de hipertrofia y/o fuerza muscular11. De este modo, un 6.1% de los hombres y un 1.6% de las mujeres podrían estar abusando de este tipo de sustancias, convirtiéndose en un problema de salud pública12.

En el deporte de resistencia se ha propuesto que los métodos y sustancias dopantes más específicos son los relacionados con el denominado dopaje sanguíneo, que hace referencia a las transfusiones de sangre y al empleo de agentes estimuladores de la eritropoyesis13. Esto se debe a que los principales factores limitantes del rendimiento se relacionan con los procesos de transporte o de captación y utilización del oxígeno en el músculo14. Sin embargo, no son pocos los ejemplos de deportistas de resistencia que han dado positivo por testosterona o AS en controles antidopaje, entre los que podríamos destacar los de la campeona en la prueba de ciclismo en los JJOO de Londres 2012 –Victoria Baránova– o ciclistas que han vestido el maillot de líder del Tour de Francia como Floyd Landis o Alexandre Vinokourov.

Como medida preventiva en materia de dopaje, desde el año 2008, la UCI implementó el pasaporte biológico que consiste en un test que monitoriza los biomarcadores de doping (a nivel sanguíneo, endocrinológico y esteroidal) de cada deportista15. A pesar del gran avance que ha supuesto la implantación del pasaporte biológico y de las represalias en los casos positivos de dopaje, estos deberían de complementarse mediante programas pedagógicos de carácter informativo11. Por tanto, los objetivos del presente trabajo didáctico en materia de lucha contra el dopaje han sido: i) explicar los posibles mecanismos por los que la administración de testosterona exógena o de AS podría mejorar el rendimiento en modalidades de resistencia, debido a adaptaciones de parámetros hematológicos relacionados con la transferencia de oxígeno; ii) informar de aquellos efectos secundarios que puede tener este tipo de práctica dopante en el estado de salud del deportista.

Método

El presente estudio de revisión bibliográfica ha incluido trabajos científicos publicados en las bases de datos Elsevier, Medline, Pubmed y Web of Science que estudiaban la relación de la testosterona con parámetros sanguíneos y hematológicos. La estrategia de búsqueda, que estaba comprendida en un período de publicación que abarcaba de 2005 a 2014, empleada incluyó al término testosterone en combinación con otros como anemia, doping, endurance, erythropoietin, hepcidin e iron. Se incluyeron tanto estudios transversales como experimentales, siendo los criterios de exclusión el idioma (diferente a inglés o español), temática diferente y aquellos centrados exclusivamente en el diseño o comparativa de nuevos métodos de detección de biomarcadores. Además, en cuanto a los estudios de intervención se refiere, únicamente se consideraron aquellos que incluyeron la hepcidina como variable de estudio.

Relación entre los parámetros sanguíneos y los niveles de testosterona

Como se observa en la tabla 1, distintos estudios han analizado la relación entre los niveles de testosterona y parámetros sanguíneos relacionados con el metabolismo del hierro, evidenciándose una relación directa entre los niveles de testosterona y los de ferritina16, hemoglobina17 y hematocrito18 en población masculina adulta sana, así como en población de edad avanzada19. De este modo, entre los efectos secundarios del hipogonadismo destaca la aparición de anemias ferropénicas20. También, debido a que los niveles corporales de masa grasa se acompañan de bajos niveles de testosterona21 y a que, las personas con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) presentan en la mayoría de los casos sobrepeso u obesidad22, se explica la relación existente entre bajos niveles de testosterona y bajos niveles de hemoglobina23 y hematocrito24 en personas con DM2. Por el contrario, se ha comprobado que el incremento de los mayores niveles de hemoglobina y de hematocrito, como respuesta a condiciones de hipoxia, se debe a los incrementos de los niveles de testosterona25–27 que, mediante su efecto hipoventilador28 favorece la eritropoyesis para compensar la saturación arterial de oxígeno en condiciones de menor presión parcial de oxígeno29.

Tabla 1.

Resumen de investigaciones que han estudiado la relación existente entre los parámetros sanguíneos relacionados con el metabolismo del hierro y los niveles de testosterona

Número referencia  Sujetos  Principales resultados 
16  Hombres adultos (n: 492)  Correlación positiva entre los niveles de testosterona libre y total, con los de hemoglobina 
17  Hombres adultos>17 (n: 1999)  Correlación positiva entre niveles testosterona libre y total con los de ferritina 
18  Hombres >20 años (n: 1273)  Los sujetos con menores niveles de testosterona libre presentaron hematocrito más bajo 
19  Hombres (n: 396) y mujeres (n: 509) mayores de 65 años  Los niveles de testosterona libre se correlacionaron linealmente con los de hemoglobina 
20  Hombres que asisten a hemodiálisis (n: 126)  Correlación negativa entre niveles de testosterona total y hemoglobina 
23  Hombres con DM2 (n: 222)  Correlación positiva entre la testosterona biodisponible y los niveles de hemoglobina 
24  Hombres con DM2 (n: 70)  El 40.6% de la muestra presenta hipogonadismo (definido como concentraciones de testosterona libre inferiores a 6.5 ng·ml−1)
Asociación positiva entre niveles de testosterona libre y hematocrito 
25  Peruanos nativos residentes a nivel del mar (n: 117) y en altitud (>3000m) (n: 103)  Residentes en altitud presentan mayores niveles de testosterona libre y hemoglobina
Asociación positiva entre los niveles de testosterona libre y de hemoglobina 
26  Peruanos nativos residentes a nivel del mar (n: 30) y en altitud (>3000m) (n: 62)  Asociación positiva entre los niveles de testosterona libre y total, con los de hemoglobina 

DM2: diabetes mellitus tipo 2.

Se ha propuesto que la regulación de la eritropoyesis viene limitada por la cantidad de hierro disponible para tal fin30. Por esta razón, la hepcidina es la principal responsable de regular el estado ferropénico y los parámetros sanguíneos relacionados con el metabolismo del hierro31. La hepcidina es una hormona peptídica de reciente descubrimiento. Secretada en el hígado, regula negativamente los procesos de absorción y reutilización del hierro32. Niveles elevados de hepcidina conducen a ferropenia33, mientras que reducciones en la síntesis de hepcidina se asocian con sobrecargas de hierro (hemocromatosis)34 (tabla 2).

Tabla 2.

Función fisiológica y efecto de la administración de testosterona de distintos parámetros que podrían mejorar el rendimiento de resistencia

Parámetro  Efecto de la testosterona  Función fisiológica 
Hepcidina  Disminuye: menor ARNm a nivel hepático  Regulador negativo de la absorción y reutilización del hierro para la síntesis de nuevos glóbulos rojos 
Ferroportina  Mayor disponibilidad de ferroportina en los enterocitos y macrófagos  Transportador celular del hierro, tanto de los enterocitos como de los macrófagos, a la transferrina para la formación de nuevos glóbulos rojos 
EPO  Aumento: mayor ARNm a nivel hepático  Hormona precursora de la eritropoyesis en la médula ósea 
Hemoglobina  Aumento de las concentraciones de hemoglobina  Proteína encargada de transportar oxígeno a través del sistema sanguíneo 
Hematocrito  Aumento del hematocrito  Porcentaje del volumen eritrocitario en relación con el volumen sanguíneo total 
VCM  Aumento del VCM  Volumen corpuscular medio de los glóbulos rojos 
HCM  Aumento del HCM  Cantidad media de hemoglobina contenida en los glóbulos rojos 
2-3 DPG  Aumento del 2-3 DPG  Componente de los glóbulos rojos que le confiere mayor o menor afinidad por el oxígeno 

2-3 DPG: 2-3 difosfoglicerato; ARNm: ácido ribonucleico mensajero; EPO: eritropoyetina; HCM: hemoglobina corpuscular media; VCM: volumen corpuscular medio.

El mecanismo por el que la hepcidina regula las reservas de hierro corporal es indirecto, por mediación de la ferroportina32. La ferroportina es el único exportador celular de hierro33. La ferroportina actúa como un canal, tanto en la membrana de los enterocitos como en los macrófagos, que capta hierro y lo libera a la transferrina34. La ferroportina es la única molécula diana de la hepcidina33, siendo ésta internalizada y sometida a procesos de endocitosis y proteólisis. Como se describe en la figura 1, la disminución de la ferroportina hace imposible captar y reutilizar el hierro, disminuyendo la tasa eritropoyética y las reservas corporales de hierro. Por su contra, unos mayores niveles de hepcidina crean las condiciones idóneas para incrementar la eritrocitosis y las reservas férricas35.

Figura 1.

Mecanismo de acción por el que la hepcidina inhibe la absorción y reutilización del hierro, conduciendo a estados ferropénicos.

(0.17MB).

De este modo, el eje hepcidina-ferroportina es el encargado del mantenimiento de los niveles corporales de hierro y de la actividad eritropoyética de la médula ósea36, explicando la relación inversa existente entre los niveles de hepcidina y las reservas corporales de hierro37. Al tiempo que, también explica, el motivo por el que la administración de agentes estimuladores de la eritropoyesis (EPO), para llevar a cabo su función de estimular la síntesis de eritrocitos en la médula ósea, reduce los niveles de hepcidina en suero38.

Evidencias acerca de la administración de testosterona sobre los parámetros sanguíneos

El único estudio realizado en humanos que ha evaluado la respuesta de la hepcidina a la administración con testosterona ha sido el realizado por Bachman et al.39. En dicha investigación, que tuvo una duración de 20 semanas, se suplementó, tanto a jóvenes como a personas de edad avanzada, distintas dosis de testosterona, desde dosis fisiológicas (25 mgdía−1) hasta los 600 mgdía−1. Los principales resultados encontrados fueron una relación dosis-dependiente entre los niveles de testosterona y la reducción de los niveles de hepcidina. De este modo, incrementos de 100 ngdl−1 en los niveles de testosterona se asociaron con una disminución del 14.9% de los niveles de hepcidina en suero, llegando a una meseta en la respuesta de la hepcidina con dosis de 300mg de testosterona. La supresión de los niveles de hepcidina se asoció con aumentos en los niveles de hemoglobina y hematocrito39.

Recientemente se ha estudiado en ratas la respuesta de la hepcidina y otras variables sanguíneas tras la administración de testosterona40. En dicho estudio se ha comprobado que la administración de testosterona disminuye un 70% el ARNm de la hepcidina en el hígado. La disminución de los niveles séricos de hepcidina se acompañó, como cabría esperar, con unos mayores niveles de ferroportina y de saturación de la transferrina. Este efecto positivo, mediado por la inhibición de la síntesis de hepcidina, sobre la capacidad de absorber y reciclar hierro se acompañó de un incremento del ARNm de EPO a nivel renal40.

Esta investigación corrobora que la administración de testosterona afecta directamente al eje hepcidina-ferroportina, favoreciendo la disponibilidad de hierro para la eritropoyesis, al tiempo que actúa positivamente sobre los precursores de la síntesis de nuevos glóbulos rojos. Ello explica el aumento producido en los niveles de hemoglobina y de hematocrito. Sin embargo, el efecto positivo sobre la síntesis de glóbulos rojos, también, incrementó otra serie de índices relacionados con la capacidad de transporte de oxígeno por parte de los eritrocitos, como fue el aumento en el volumen corpuscular medio (VCM), hemoglobina corpuscular media (HCM) y capacidad de fijación del hierro. Así como a un efecto positivo en el intercambio de oxígeno, al incrementar los niveles de 2-3 difosfoglicerato (2-3 DPG).

El efecto de la administración de testosterona sobre la síntesis de hepcidina permite comprender mejor el mecanismo por el que dicha práctica induce a eritrocitosis. De este modo, se explicaría el motivo por el que las inyecciones de testosterona han sido efectivas a la hora de aumentar los niveles de hemoglobina y hematocrito en personas mayores con hipogonadismo y bajos niveles de los parámetros sanguíneos41, en pacientes con cáncer42 o en mujeres que se someten a un tratamiento hormonal para cambiar de sexo43. Otros estudios que han incluido el estudio de EPO, también, han podido comprobar un efecto de la testosterona para inducir a incrementos en los niveles de EPO44.

Efectos de la testosterona sobre el rendimiento de resistencia

En la figura 2 se resumen todas aquellas respuestas que se ha demostrado que tienen lugar, en relación con los parámetros sanguíneos implicados en el transporte de oxígeno, tras la administración de testosterona exógena. El aspecto más importante es el incremento que tiene lugar en los niveles de hemoglobina y hematocrito. Incrementos de estos parámetros se ha demostrado que se relacionan con incrementos del rendimiento de resistencia, al aumentar la capacidad de transporte de oxígeno. En este sentido, se considera el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) como la máxima capacidad de captar, transportar y utilizar oxígeno en unidad de tiempo45, como uno de los principales parámetros del rendimiento en resistencia. El aumento de los niveles de hemoglobina y hematocrito estará íntimamente ligado a la máxima capacidad de transporte de oxígeno46. Así, en deportistas entrenados, se ha cuantificado en 4 mlkg−1min−1 las mejoras que se producen en el VO2máx por cada incremento de 1 gdl−1 en los niveles de hemoglobina47.

Figura 2.

Respuestas que tienen lugar, como consecuencia del dopaje con testosterona, relacionadas con la capacidad de transporte de oxígeno.

2-3 DPG: 2-3 difosfoglicerato; EPO: eritropoyetina; HCM: hemoglobina corpuscular media; SAO: saturación arterial de oxígeno; TIBC: capacidad total de fijación del hierro; VCM: volumen corpuscular medio.

(0.12MB).

Los menores niveles de hepcidina, fruto de la administración de testosterona39,40 incrementan los niveles de ferroportina, lo que conlleva a una mayor saturación de la transferrina, que aumenta la disponibilidad de hierro, para la síntesis de glóbulos rojos48. Además del aumento de los niveles de glóbulos rojos, esta práctica de doping incrementará el VCM, la HCM y la capacidad de fijación del hierro.

Por último, el dopaje con testosterona, además de mejorar la capacidad de transporte de oxígeno, afectará positivamente a la capacidad de difusión del oxígeno, evidenciado en mejoras sobre los niveles de 2-3 DPG40. Gracias a dicha adaptación, se reduce la afinidad del oxígeno por la hemoglobina, favoreciendo la utilización de éste por parte de la musculatura activa47.

Efectos secundarios de la suplementación con testosterona

Al tiempo que hemos informado de las mejoras que puede inducir el dopaje con testosterona sobre el rendimiento, debemos considerar que dicha práctica, además de violar las normas en materia de dopaje, tiene numerosos efectos secundarios sobre la salud, afectando a distintos sistemas, órganos y variables psicológicas.

A nivel metabólico, la administración de testosterona exógena puede reducir los niveles de lipoproteínas de alta densidad e incrementar los de lipoproteínas de baja densidad11. La combinación de bajos niveles de lipoproteínas de alta densidad junto a altos niveles de lipoproteínas de baja densidad se considera un factor de riesgo cardiovascular49. La alteración en el metabolismo de los ácidos grasos se acompaña de una resistencia a la acción de la insulina predisponiendo a padecer diabetes50. La función tiroidea, también, se altera51, al tiempo que se producen alteraciones del sistema inmunológico que conducen a inmunosupresión52.

A nivel del sistema cardiovascular tiene lugar un proceso aterioesclerótico en el que se reduce la luz de los vasos sanguíneos, al tiempo que aumenta el riesgo de padecer una trombosis53. De este modo, en personas que han abusado de este tipo de sustancias, se ha observado una mayor prevalencia de cardiopatías, fibrilación, accidentes cardiovasculares, descompensaciones en el sistema sanguíneo, trombosis ventricular y embolia sistémica, con el correspondiente fallo cardíaco, así como un mayor riesgo de muerte súbita11.

A nivel orgánico, debemos considerar las graves alteraciones hepáticas y renales que tienen lugar53, así como la alteración del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal que conduce a una alteración de la síntesis de testosterona endógena. Las alteraciones gonadales se acompañarán de esterilidad y ginecomastia, en hombres, y amenorrea, hipertrofia del clítoris, aumento del vello y cambios en el timbre de la voz, en mujeres54. Además, tanto hombres como mujeres dopados con testosterona, pueden presentar síntomas psicológicos tales como agresividad, depresión, hipomanía y psicosis55.

Limitaciones del estudio

La principal limitación del presente estudio es la ausencia de estudios específicos que hayan estudiado la respuesta de la hepcidina como respuesta a la administración de testosterona en población deportista.

Conclusiones

El dopaje con testosterona y AS, además de mejorar el rendimiento en disciplinas de fuerza y potencia, gracias a su efecto positivo sobre las ganancias en fuerza, hipertrofia, velocidad y capacidad de recuperación, mejora el rendimiento específico en modalidades de resistencia. Además de este tipo de ganancias sobre los niveles de fuerza y la capacidad de recuperación, se producirán mejoras específicas en la capacidad de transporte de oxígeno, por mediación del efecto de la testosterona sobre la síntesis de hepcidina. La disminución de los niveles de hepcidina, como respuesta a la administración de testosterona exógena, producirá incrementos en los niveles de hemoglobina, así como mejoras en la capacidad de transporte y difusión del oxígeno por parte de la hemoglobina. Sin embargo, debemos recordar que la utilización de este tipo de práctica dopante, además de violar la normativa antidopaje actual, puede poner en grave peligro el estado de salud del deportista. Así, entre los cambios que tienen lugar tras la administración exógena de testosterona o AS destacan alteraciones en el metabolismo de los ácidos grasos y de los hidratos de carbono (dando lugar a un proceso ateroesclerótico y predisponiendo al individuo a sufrir diabetes), daños orgánicos, inmunosupresión, afección del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal y desórdenes psicológicos.

Futuras líneas de investigación

El estudio de sustancias y de métodos que potencialmente pueden tener un efecto positivo sobre el rendimiento deportivo que conlleven a la competencia desleal, así como a posibles efectos de salud en el deportista, deberían de ser una prioridad en el campo de la Medicina del Deporte. Sin duda alguna, el posible uso fraudulento del dopaje con testosterona o AS en deportistas de resistencia, en base al efecto de los andrógenos sobre la síntesis de hepcidina para la mejora del rendimiento, requiere especial atención. Es por ello que debería de plantearse la posibilidad de incorporar a la hepcidina dentro de los parámetros analizados en el pasaporte biológico e incluso considerar la posible utilización actual de otros fármacos de reciente descubrimiento, que tienen por objeto inhibir la síntesis de hepcidina, en el ámbito de tratamientos pioneros en cierto tipo de anemias, en los listados de sustancias dopantes.

Responsabilidades éticasProtección de personas y animales

Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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