Las enfermedades transmitidas por el agua pueden tener diferente origen; las bacterias y los parásitos son los agentes causales más importantes. En este trabajo se monitorearon muestras de agua en tres puntos próximos a una zona recreativa en la provincia de Salta (Argentina): dos en un arroyo que rodea a un complejo termal, aguas arriba y aguas abajo de donde descargan las aguas de dicho complejo; el tercero, en la zona de salida del agua proveniente del complejo. Las muestras se tomaron en cuatro meses del año. Se realizó la caracterización fisicoquímica, bacteriológica y búsqueda de parásitos y amebas de vida libre (AVL) del agua en cada punto. Las muestras de agua a la salida del complejo termal presentaron características fisicoquímicas diferentes a las del arroyo. En todos los puntos se detectaron indicadores bacterianos de contaminación, pero el agua del arroyo tuvo una concentración significativamente mayor de Pseudomonas sp. En las muestras del arroyo se encontraron, esporádicamente, huevos de Ascaris spp., quistes de Giardia sp. y huevos de ancilostomideos. En todas las muestras se encontraron AVL; se aislaron 15AVL, que se identificaron como Acanthamoeba sp., mayoritariamente pertenecientes al genotipo T4. La vigilancia de parásitos en ambientes acuáticos de uso recreativo es un complemento importante a la de los indicadores microbiológicos tradicionales para la evaluación de la calidad del agua. Los parásitos identificados representan un potencial riesgo para la salud de las personas que hacen uso de dichos ambientes.
Waterborne diseases can have different origins, micro-organisms such as bacteria and parasites being the most important ones. In this study, two recreational aquatic environments were studied in the province of Salta, Argentina. Water samples collected from three different locations, two from a creek and one from the outlet of a thermal complex, were monitored at four time points. Physicochemical and microbiological characterization of each point was conducted, as well as a search for parasites and amebae. Parasites were identified through optical microscopy observations and free-living amebae (FLA) were isolated by spiking in Petri dishes followed by subsequent molecular identification. Water samples from the outlet of the thermal complex showed different physicochemical characteristics from those of the creek. Bacterial indicators of contamination were detected at all points; however, the creek water had a significantly higher concentration of Pseudomonas sp. Sporadically, creek samples exhibited Ascaris spp. eggs, Giardia sp. cysts, and ancylostomid eggs. The presence of FLA was observed in all samples, 15 of which were isolated and identified as Acanthamoeba sp., mostly belonging to the T4 genotype. Parasite surveillance in recreational aquatic environments is an important complement to traditional microbial indicators for assessing water quality. The identified parasites represent a potential health risk for people using these environments.
Las enfermedades de transmisión hídrica ocasionadas por microorganismos representan una problemática en la salud del hombre28. Los estándares de calidad de agua, en su mayoría, comprenden la detección y la cuantificación de un grupo de bacterias indicadoras de contaminación fecal. De acuerdo al uso previsto del recurso, los valores máximos admisibles de este grupo de bacterias difieren11. En países como Estados Unidos o Canadá, los estándares de calidad también tienen en consideración la presencia de parásitos, como Cryptosporidium y Giardia14,34.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los diferentes parásitos causales de enfermedades transmitidas por el agua se destacan los parásitos gastrointestinales como Cryptosporidium, algunos helmintos y algunas especies de amebas de vida libre (AVL)36. Estas últimas son un grupo de protozoos cosmopolitas de vida libre, que comprende un pequeño número de especies con potencial de ocasionar enfermedades en el hombre, con daños en el sistema nervioso central, la dermis o los ojos17. Entre las AVL patógenas, los géneros Acanthamoeba, Balamuthia y Naegleria son los más relevantes debido a la gravedad de los casos clínicos reportados17. Cuando Balamuthia y Naegleria son diagnosticadas tardíamente, pueden causar daños letales en sus hospedadores, mientras que Acanthamoeba, de acuerdo al genotipo, está asociada a tres enfermedades: queratitis amebiana, encefalitis granulomatosa amebiana y acantamebiasis cutánea30.
El uso que se hace de los ambientes acuáticos es variado y las actividades recreativas cobran gran importancia. Los ríos, por ejemplo, tanto en zonas urbanas como en zonas rurales, se utilizan para actividades recreativas, incluidas las de baño, pesca y esparcimiento en general, sobre todo durante los meses cálidos del año5. El agua termal surgente representa otra opción de recreación, y, por su temperatura, puede ser utilizada durante todo el año; sin embargo, suele encontrarse en complejos privados. Ambos tipos de ambientes pueden ser vehículos de transmisión de parásitos capaces de comprometer la salud de las personas4,16.
El objetivo de este trabajo fue evaluar la calidad fisicoquímica, bacteriológica y parasitológica del agua en dos ambientes acuáticos en la provincia de Salta: 1)a la salida de un complejo termal surgente, y 2)en el arroyo donde se descarga el agua de dicho complejo (por fuera de aquel), tomando las muestras aguas arriba y aguas abajo respecto de la zona de descarga. Además, se planteó específicamente buscar e identificar AVL del género Acanthamoeba.
Materiales y métodosÁrea de estudio y muestreoLas muestras se tomaron en la periferia de un complejo de aguas termales en el paraje El Sauce (municipio El Bordo, Departamento de General Martín Miguel de Güemes), provincia de Salta, Argentina. Dicho complejo se encuentra en una zona rural, con un promedio de 22,5 habitantes/km2. Se seleccionaron tres puntos de muestreo externos al complejo termal: dos sobre el arroyo El Sauce, que rodea al complejo, con una distancia de separación entre ellos de 20m (en adelante, P1 y P3); el otro punto correspondió al agua de salida del complejo termal (en adelante, P2), que desemboca en ese mismo arroyo (fig. 1). Los puntos P1 y P3 presentan actividad recreativa al aire libre por parte de los habitantes del lugar, mientras que el agua en P2 solo proviene del complejo termal, de reconocida actividad recreativa turística. En cada punto se realizaron cuatro campañas de muestreo en los meses de septiembre (M1), octubre (M2) y noviembre (M3) de 2017 y en febrero (M4) de 2018.
Ubicación del área de estudio. A)Provincia de Salta, en Argentina. B)Departamento de General Martín Miguel de Güemes, en Salta. C)Paraje El Sauce, en el municipio El Bordo, Departamento de General Martín Miguel de Güemes. Los círculos amarillos representan los puntos de muestreo sobre el arroyo El Sauce (P1 y P3) y a la salida del complejo termal (P2).
En los puntos de muestreo se midió la temperatura (T, en °C), la conductividad (COND, en mS/cm), la turbidez (TURB, en NTU) y el pH, utilizando el equipo multiparamétrico Horiba U-10. Para la caracterización microbiológica se tomaron muestras de 1 litro de agua en botellas de vidrio estériles, las cuales se llevaron refrigeradas al laboratorio para su procesamiento. Por un lado, se usó filtración por membrana y posterior siembra en placas para determinar la cantidad de unidades formadoras de colonias en 100ml (UFC/100ml) de los siguientes grupos o microorganismos: a)aerobios mesófilos totales (AEM), en agar recuento en placa (Britania, Argentina); b)Pseudomonas sp. (PSE), en agar cetrimide (Britania, Argentina)8; c)enterococos (ENT), en agar m-Enterococcus (Difco)-agar hierro esculina33, y d)Escherichia coli (ECO), en agar mTec (Fluka)35. Por otro lado, para estimar la concentración en términos del número más probable en 100ml (NMP/100ml) de coliformes totales y coliformes termotolerantes (CTO y CTT, respectivamente), se utilizó la metodología de tubos múltiples en caldo de cultivo MacConkey (Britania, Argentina)8.
Caracterización parasitológicaLas muestras de agua se concentraron utilizando un sistema de ultrafiltración18. De manera sintética, para cada muestra se concentraron 40litros de agua utilizando un módulo de fibra hueca descartable para hemodiálisis, Polyflux® 24R (Gambro), con su posterior elución empleando una solución de Tween 80 al 0,1% (v/v) y glicina 0,05M (pH7)24; el volumen del concentrado final fue de 60-135ml.
Para posteriores análisis se tomaron alícuotas de 1ml de cada concentrado final y se les agregó un volumen igual de solución de formol al 10% (v/v) para preservar y mantener las estructuras de los elementos parasitarios. La caracterización parasitológica se realizó mediante observaciones directas bajo microscopía óptica de luz (Nikon, Eclipse E200) a 400× y a 1.000× en cámara de Neubauer modificada, con la adición de solución de Lugol para la distinción de estructuras internas.
Aislamiento de AVLSe prepararon placas de agar no nutritivo (ANN) al 1,5% (p/v) de agar (Britania), cubiertas con 100μl de una suspensión de Escherichia coli inactivada por calor21. Para el aislamiento de AVL, se esparció una alícuota de 300μl de cada concentrado de ultrafiltración sobre una placa de ANN, que fue incubada a 30°C. Del mismo modo, otra alícuota de igual volumen se esparció en otra placa de ANN, que fue incubada a 42°C para favorecer el crecimiento de AVL termotolerantes21. En ambos casos, el tiempo de incubación fue de 10días, con observación regular de las placas para determinar presencia de formas vegetativas o de resistencia de AVL. Una vez detectada la presencia de amebas en las placas, se seleccionó una zona con abundante crecimiento y, en condición de esterilidad, se cortó la zona seleccionada. Esta última se colocó de manera invertida en otra placa con ANN bajo las mismas condiciones de temperatura previamente descriptas, con el fin de obtener cultivos puros de amebas.
Detección de Acanthamoeba spp.A partir de los cultivos puros de AVL se realizó la extracción del material genético total utilizando el kit comercial PureLink® Genomic DNA (Invitrogen®), siguiendo las instrucciones del fabricante. Se utilizaron los cebadores JDP1 directo (5’-GGCCCAGATCGTTTACCGTGAA-3’) y JDP2 reverso (5’-TCTCACAAGCTGCTAGGGAGTCA-3’) para amplificar una región del ARNr 18S específica de Acanthamoeba spp.12. Las condiciones de amplificación fueron las siguientes: desnaturalización inicial a 95°C por 5min, 40 ciclos de 95°C por 1min, 65°C por 1min, 72°C por 1min y una extensión final a 72°C por 5min. Las reacciones se realizaron en el termociclador GeneAmp® PCR System 9600 (Applied Biosystems®). La mezcla de reacción tuvo un volumen final por muestra de 35μl: 7μl de muestra de ADN, bufferA Taq 1X (Kapa, Biosystems), 0,2mM de cada dNTP, 0,4μM de cebador directo, 0,4μM de cebador reverso, 1,5mM de MgCl2, ADN polimerasa Taq 1X (Kapa, Biosystems) y agua libre de ADN hasta completar el volumen. La amplificación de ADN se reveló por electroforesis en gel de agarosa al 1% (p/v) preparado en solución TAE 1X (tris-ácido acético-EDTA) y teñido con el colorante Syber Safe (Invitrogen). Las muestras se sembraron en paralelo con el marcador de peso molecular MilMarket B042-50 (Biodynamics) y posteriormente se observaron en transiluminador UV (Labnet U1000-230).
Identificación molecularLos productos de amplificación de las PCR positivas para el género Acanthamoeba fueron secuenciados empleando la metodología de Sanger en Macrogen® (Seúl, Corea). Luego, las secuencias se editaron usando el programa Chromas lite v2.1.1 y se alinearon con aquellas provenientes de la base de datos GenBank del NCBI (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/genbank/), con el programa MEGA v11. Las secuencias nucleotídicas de cada aislado fueron cargadas a la base de datos del GenBank. Finalmente, se infirieron las relaciones filogenéticas usando el método de Neighbor-Joining, MEGA v11. Las distancias evolutivas se calcularon con la metodología de Maximum Composite Likelihood. Para validar estadísticamente el árbol construido se realizó la prueba de bootstrap con 1.000 réplicas; el porcentaje de árboles replicados en los que los aislados fueron agrupados se muestran junto a las ramas31.
Análisis estadísticoTodas las pruebas estadísticas se realizaron con el programa Infostat versión 2017, con un nivel de significancia menor de 0,05 (p<0,05). Debido a que los datos no presentaron una distribución normal, se emplearon estadísticos no paramétricos. La variabilidad de los parámetros microbiológicos y fisicoquímicos entre puntos de muestreo se evaluó usando el test de Wilcoxon (U de Mann-Whitney) para muestras pareadas. A su vez, el estadístico Kruskal-Wallis se usó para observar la variabilidad entre muestreos y para cada punto.
ResultadosCaracterización fisicoquímica y bacteriológicaLos parámetros fisicoquímicos del agua proveniente del complejo termal se diferenciaron de los del arroyo (tabla 1). Tal es el caso de la temperatura, que en P2 fue 10°C más alta con respecto a los otros dos puntos de muestreo. Los puntos ubicados sobre el arroyo (P1 y P3) no mostraron diferencias significativas entre sí para ninguno de los parámetros fisicoquímicos medidos, evidenciando que la descarga del agua del complejo termal no tiene un impacto en la calidad del agua del arroyo. Sin embargo, la comparación de a pares entre los puntos P1-P2 y P2-P3 mostró diferencias significativas en cuanto a conductividad y temperatura.
Variables fisicoquímicas
Variable | Media±DE | Valor de p | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
P1 | P2 | P3 | P1-P2 | P2-P3 | P1-P3 | |
Temperatura (°C) | 21,52±2,61 | 32,90±0,40 | 21,52±2,91 | 0,03 | 0,03 | >0,99 |
Conductividad (mS/cm) | 1,11±0,53 | 14,32±0,95 | 1,23±0,96 | 0,03 | 0,03 | >0,99 |
Turbidez (NTU) | 8,00±9,80 | 1,00±2,00 | 10,25±8,65 | 0,43 | 0,08 | 0,51 |
pH | 7,15±1,05 | 7,10±0,50 | 7,20±0,96 | 0,88 | 0,68 | >0,99 |
DE: desviación estándar.
Valores de p<0,05 según el test de Wilcoxon se consideraron significativos (resaltados en negrita).
Con respecto a los valores extremos, los pH máximos se registraron en noviembre y los mínimos en febrero: 8,19/5,81, 7,60/6,49 y 8,13/5,92 para P1, P2 y P3, respectivamente. Asimismo, en noviembre se detectó la menor turbidez en todos los puntos (NTU: 0, 0 y 2). Los valores máximos de conductividad en P1 y P3 (1,78 y 2,73mS/cm) se encontraron en noviembre. En P2, el valor máximo de conductividad se registró en febrero, y el mínimo, en octubre (15,70 y 14mS/cm, respectivamente).
En la figura 2 se presentan los hallazgos microbiológicos. La concentración media de microorganismos aerobios mesófilos (AEM) totales en P1 y P3 (puntos sobre arroyo El Sauce) fue superior a 1,0×105 UFC/100ml, casi un orden de magnitud mayor que la de P2, que fue de 5,82×104 UFC/100ml y la que presentó mayor variabilidad. En todos los puntos de muestreo se detectó la presencia de bacterias indicadoras de contaminación fecal: los enterococos (ENT) superaron el límite aceptable para ambientes acuáticos recreativos de 71UFC/100ml34 en todos los puntos de monitoreo y en la mayoría de las campañas de muestreo. También la concentración de coliformes totales (CTO) superó el límite establecido de 500NMP/100ml9 en todos los puntos de muestreo en la mayoría de las campañas de monitoreo, excepto en P1 en M3, donde no se detectaron coliformes. Asimismo, la concentración de coliformes termotolerantes (CTT) superó los 100 NMP/100ml9 en todos los puntos y todas las campañas, a excepción de P2 en M2 y M4. La concentración límite aceptable de 235UFC de E. coli/100ml34 (ECO) se superó en los puntos sobre el arroyo (P1 y P3) en todas las campañas. En la comparación de a pares entre los puntos P1-P2 y P2-P3 se encontraron diferencias significativas en las concentraciones de Pseudomonas sp. (PSE). Ninguna otra variable bacteriológica presentó diferencias significativas entre los puntos de muestreo. Además, las concentraciones de los microorganismos, para cada punto, no presentaron cambios significativos en los distintos momentos de monitoreo.
Caracterización microbiológica del agua. Aerobios mesófilos totales (AEM), coliformes totales (CTO), coliformes termotolerantes (CTT), Escherichia coli (ECO), enterococos (ENT), Pseudomonas sp. (PSE).
* Valores de p<0,05 según el test de Wilcoxon se consideraron significativos. Las líneas punteadas representan los máximos permitidos: ENT, 71UFC/100ml; ECO, 235UFC/100ml30,32; CTO, 500NMP/100ml y CTT, 100NMP/100ml8.
En todos los puntos de muestreo se detectó al menos un elemento parasitario correspondiente a protozoario o helminto (fig. 3). El mayor porcentaje de elementos parasitarios se detectó en el punto P1, seguido de P3 y P2 (fig. 3A). En todos los puntos, los elementos parasitarios con mayor frecuencia relativa porcentual fueron las AVL: más del 90% (fig. 3B). En el agua de salida del complejo termal, las AVL fueron la única forma parasitaria encontrada, y el aislamiento de Acanthamoeba spp. en medio ANN se logró a partir de una única muestra. Además, solo se encontraron parásitos diferentes de protozoos amebianos en los puntos sobre el arroyo El Sauce. La presencia de Ascaris spp. (ASC) y Giardia sp. (GIA) en P1 fue esporádica, con una frecuencia relativa del 1,5% y del 2,2%, respectivamente. De igual manera, solo en uno de los cuatro muestreos se detectó la presencia de huevos de ancilostomideos (ANC) en P3 (fig. 3B).
A)Porcentaje de elementos parasitarios detectados. B)Frecuencia relativa porcentual de cada especie identificada en cada punto considerando las cuatro campañas de muestreo.
AVL: amebas de vida libre; ACAN: Acanthamoeba spp.; ASC: Ascaris spp.; ANC: ancilostomideo; GIA: Giardia sp.
Cuando la condición de incubación fue de 30°C, en todos los sitios se logró el aislamiento de AVL cultivables en ANN en al menos una muestra, pero no se observó crecimiento amebiano cuando la temperatura de incubación fue de 42°C. Únicamente en el punto P3 se aislaron AVL en las cuatro campañas de monitoreo (M1, M2, M3 y M4), el cual aportó 12 aislados (fig. 4). En P1 se aislaron AVL en las campañas M3 y M4 (5 aislados en cada campaña, 10 en total) y en P2 solo se aislaron AVL en M3 en dos ocasiones, lo que sumó 2 aislados. De esta manera, se reunió un total de 24 aislados de AVL. De ellos, 15 (62,5%) fueron identificados como Acanthamoeba spp.: 8 se obtuvieron del sitio P1, 6 del sitio P3 y solo uno del sitio P2 (fig. 4). El mayor número de aislamientos, tanto de AVL como de Acanthamoeba spp., se obtuvo en las dos últimas campañas de muestreo, M3 y M4 (fig. 4).
El análisis de las secuencias de ADN mostró una relación mayoritaria con el genotipo T4 (11/15; 73,3%), de las cuales 9 se encuentran estrechamente relacionadas entre sí (fig. 5). La secuencia del único aislado correspondiente al punto P2 se encuentra estrechamente relacionada con la de un aislado del punto P1. Por otro lado, es notorio que la secuencia del aislado obtenido en M1 se aleja filogenéticamente del resto de las secuencias. Las secuencias MN071400, MN071408, MN071410 y MN071412 se encontraron alejadas del genotipo T4. De estos últimos, MN071412 se encontró próximo al genotipo T2, mientras que MN071408 y MN071410 no mostraron una relación filogenética concluyente.
DiscusiónLa mayoría de los estudios parasitológicos ambientales están enfocados en la búsqueda de patógenos, sin otorgar suficiente importancia a su entorno. Este incluye las variables fisicoquímicas, meteorológicas, socioeconómicas, entre otras, que podrían favorecer su prevalencia6,26.
En este trabajo observamos características fisicoquímicas diferentes entre el agua proveniente del complejo termal y el agua del arroyo, propias del origen de cada ambiente acuático. La elevada temperatura, al igual que la alta conductividad, son características de aguas provenientes de ambientes termales10; sin embargo, debido al bajo volumen de descarga del complejo termal en el arroyo, no se observaron cambios significativos en estos parámetros entre el punto anterior y el posterior a la zona de descarga.
En el arroyo El Sauce, las concentraciones de las bacterias indicadoras de contaminación fecal superaron, en su mayoría, los límites aceptados. Esto podría relacionarse con la presencia de animales en las cercanías del arroyo y con el uso del agua por los bañistas. Gutiérrez-Cacciabue et al.13 también informaron para la provincia de Salta elevadas concentraciones de bacterias indicadoras de contaminación fecal en aguas de río con actividad recreativa en una zona rural, y, de manera similar, esto coincidió con la época de mayor actividad recreativa, en los meses cálidos del año (entre octubre y marzo).
Es bien conocida la potencialidad patogénica de Pseudomonas sp., así como su persistencia en el ambiente2,3. Dicho microorganismo fue detectado en todos los puntos de muestreo y en mayores concentraciones en el agua del arroyo, del mismo modo que el resto de las bacterias analizadas. Por otro lado, la carga bacteriana en el agua proveniente del complejo termal se encuentra en concordancia con la informada en los trabajos de Mohd Hussain et al.20 y Reyes-Betlla et al.26, quienes señalaron que las concentraciones de bacterias indicadoras de contaminación fueron uniformes en el tiempo. Por lo tanto, la descarga del complejo termal no tiene un efecto directo en la contaminación microbiológica general del agua del arroyo con actividad recreativa.
Debido a la problemática de las parasitosis en la salud humana, existe la necesidad de conocer el rango de distribución y las posibles fuentes de contaminación de las especies patógenas15. Los protozoos y helmintos encontrados en el presente trabajo son considerados amenazas para la salud, especialmente en niños y personas con el sistema inmunitario comprometido6,15. Tanto Ascaris como los ancilostomideos son reconocidos por la OMS como helmintos transmitidos por el suelo (HTS) y agentes causales de enfermedades tropicales desatendidas25. La sintomatología clínica de mayor relevancia asociada a Ascaris es la malabsorción en el intestino, y la asociada a ancilostomideos, el desarrollo de anemia23,25. El protozoo no amebiano Giardia es reconocido como uno de los agentes causales de enfermedades gastrointestinales transmitidas por el agua de mayor prevalencia en Argentina27. La forma de contraer una enfermedad por alguno de estos parásitos varía según la especie: puede ser por la ingesta involuntaria (Ascaris, Giardia) o por la penetración cutánea (ancilostomideos). Considerando que los sitios de monitoreo elegidos en este trabajo son ambientes de uso recreativo, donde el tipo de actividades desarrolladas puede llevar a la ingesta o al contacto cutáneo con los parásitos, se puede inferir que existe probabilidad de infestación por parte de las personas que utilicen esta clase de ambientes.
Aramayo et al.3 realizaron un análisis epidemiológico exhaustivo de los casos de diarreas y parasitosis correspondientes al año 2005 en una zona de la ciudad de Salta atravesada por el río Arenales, altamente contaminado. En ese estudio se concluyó que, a diferencia de las diarreas, que tenían un patrón estacional, las parasitosis eran constantes a lo largo del año. Algunos años más tarde se realizó un monitoreo intensivo en el río Arenales y se verificó la presencia constante de parásitos diversos23. Aunque es esperable que la exposición al agua de este río impacte sobre la salud de la población, aún no se ha podido establecer fehacientemente esta relación, principalmente porque se suelen notificar diagnósticos de «posibles parasitosis», pero no se realiza el seguimiento individual de los casos. Esto es una clara deficiencia del sistema de salud.
En otro trabajo también realizado en la provincia de Salta, en el que se investigaron distintos cuerpos de agua usados con fines recreativos, Gutiérrez Cacciabue et al.13 detectaron protozoos y helmintos que afectan al hombre, como Giardia y Ascaris. Particularmente, Giardia no presentó marcada estacionalidad en el seguimiento, a diferencia de Ascaris, que solo se detectó en los meses cálidos.
Es sabido que la prevalencia de los parásitos Ascaris, Giardia y ancilostomideos está asociada a ambientes tropicales y subtropicales. En este sentido, Alvarez di Fino et al.1 realizaron un mapa de riesgo de HTS en Argentina, teniendo en cuenta las características ambientales, del suelo y socioeconómicas, y señalaron una elevada probabilidad de que alguno de los helmintos, Ascaris o ancilostomideos ocasionen infestación en personas de la provincia de Salta. Asimismo, Rivero et al.27 observaron una asociación positiva entre la incidencia de HTS con la del protozoo Giardia en análisis parasitológicos clínicos de la República Argentina.
La presencia y la actividad de los bañistas en las zonas recreativas aumentan a medida que las temperaturas se tornan cálidas; sin embargo, la presencia de animales domésticos y de ganado bovino y porcino es independiente de las temperaturas y se verifica durante todo el año13. Esta observación, junto con la detección de otros parásitos (como Ascaris, ancilostomideos y Giardia, además de amebas), lleva a la hipótesis de que son los animales circundantes y las personas que hacen uso del recurso los responsables de la contaminación parasitaria del arroyo El Sauce. En ese sentido, es probable que parte de la contaminación de las aguas recreativas en zonas rurales sea de origen humano. Menghi et al.19 estudiaron una comunidad de 112 pobladores originarios de 1 a 49años del Departamento de San Martín, también en la provincia de Salta, y observaron que 106 (94,6%) fueron positivos para algún enteroparásito. De estos últimos, Giardia fue el más frecuente (27,7%). Si bien no detectaron Ascaris ni ancilostomideos, sí encontraron otras especies de helmintos, como Enterobius vermicularis, Strongyloides stercoralis, Hymenolepis nana, Trichuris trichiura y uncinarias.
En otro estudio que abarcó nueve provincias de Argentina, Navone et al.22 hicieron un relevamiento para conocer la prevalencia de individuos parasitados y su distribución regional. En ese contexto se analizaron muestras fecales de 66 menores de 14años del Departamento de Molinos, en la provincia de Salta. De estos, 40 mostraron parasitosis, y el porcentaje más elevado de infestación correspondió a Giardia, con el 27,3% de los casos. A diferencia de lo informado por Menghi et al.19, en los individuos estudiados en el Departamento de Molinos la única especie de helminto encontrada fue Enterobius vermicularis, con una frecuencia de infestación del 13%.
Otros microorganismos con potencial patogénico oportunista son algunas especies de AVL. El método de aislamiento en placa empleado en este trabajo favorece el desarrollo de todas aquellas amebas resistentes al proceso de concentración, lo que explica el mayor número de aislados de AVL con capacidad de desarrollar un estado de resistencia, como el de quiste21,29. Algunos trabajos muestran la conveniencia de aislar AVL a diferentes temperaturas (30 y 42°C), con la premisa de que aislar AVL a una sola temperatura puede indicar una menor tolerancia a cambios térmicos21. De hecho, la termotolerancia en el crecimiento de estas amebas se ha propuesto como factor de virulencia, dado que las amebas con mayor plasticidad para crecer a diferentes temperaturas y osmolaridades se asocian con un mayor grado de virulencia21.
Todos los aislados identificados en este trabajo correspondieron al género Acanthamoeba, y la mayoría mostraron relación filogenética con el genotipo T4. Las secuencias nucleotídicas de los aislados usadas como referencia en el árbol filogenético pertenecen al genotipo T4 y provienen de diferentes matrices: GU586221 de agua potable32; KY751413 de agua de río; KX018028 de un perro, y KT892806 de suelo, lo que confirma el carácter cosmopolita y la mayor prevalencia del genotipo T4 dentro de Acanthamoeba12. El genotipo T4 es conocido por su gran diversidad genética, con siete subtipos, A-G7, y por su asociación con tres enfermedades oportunistas para el hombre: queratitis amebiana, en la córnea; encefalitis granulosa, como afección del sistema nervioso central, y acantamebiasis cutánea, como afección nasofaríngea y de la piel7. Si bien no se pudo determinar el potencial patogénico de los aislados en el presente trabajo, su identificación molecular da indicios del riesgo para la salud del genotipo presente.
ConclusionesA la luz de lo expuesto, podemos concluir que es necesario monitorear el agua de uso recreativo para evitar enfermedades transmitidas por este recurso. Los indicadores bacterianos representan una herramienta históricamente fiable en la evaluación de la contaminación de origen fecal, y en este trabajo, eso queda bien reflejado. Si bien ya existía contaminación bacteriológica en el arroyo El Sauce, el aporte del agua del complejo termal suma una nueva fuente de contaminación sobre el cuerpo de agua. Las diferentes maneras de transmisión de las formas infectantes de los parásitos detectados nos sugieren que no existe una sola fuente de contaminación parasitaria, y que estas podrían ser propias del ambiente, deberse a la actividad humana o asociarse a la presencia de animales del lugar. Los aislamientos amebianos del género Acanthamoeba ponen de manifiesto un potencial riesgo para los usuarios de estos ambientes. En suma, la calidad del agua con uso recreativo debe ser estudiada de manera integral y continua, considerando variables fisicoquímicas y microbiológicas, incluyendo los elementos parasitarios, es decir, helmintos y protozoos.
FinanciaciónEl presente trabajo ha sido financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y por el Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Salta (CIUNSa) mediante los proyectos PICT 2017-1909 y N.° 2254, respectivamente. DGSJ es becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET).
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflicto de interés alguno.