La infección genital por Chlamydia trachomatis es considerada en la actualidad una de las causas más frecuentes de infecciones transmisibles sexualmente (ITS) a nivel mundial y afecta principalmente al grupo de jóvenes menores de 25 años. El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia de la infección por C. trachomatis en alumnos ingresantes a la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina) y evaluar los factores de riesgo para la adquisición de ITS. Participaron en el estudio 204 jóvenes de edad media de 19 años, que remitieron una muestra de orina de primera micción y respondieron a una encuesta anónima. La investigación de C. trachomatis se realizó sobre 114 muestras válidas mediante una técnica de amplificación génica, cuyo blanco molecular es el gen ompA. Se detectaron 4 casos de infección por C. trachomatis, lo que implicó una prevalencia del 3,5%. Los factores de riesgo que demostraron estar asociados con la adquisición de esta ITS fueron un historial de 7 o más parejas desde el comienzo de las relaciones sexuales y el contacto con una nueva pareja sexual en los últimos 4 meses. La prevalencia de infección por C. trachomatis reflejó una moderada circulación de este microorganismo en la población estudiada. Si bien algunos aspectos revelados en las encuestas sugieren una población de bajo riesgo para la adquisición de ITS en general, otros datos evidencian lo contrario y alertan sobre la necesidad de incrementar la vigilancia y desarrollar acciones de concienciación y prevención en esta población.
Chlamydia trachomatis genital infection is nowadays considered one of the most frequent causes of sexually transmitted infections (STI) in the world, mainly affecting the group of young people under 25 years old. The aim of this study was to determine the prevalence of C. trachomatis infection in newly admitted students to Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina, and to evaluate the risk factors to acquire STI. For that purpose, 204 young college students with a mean age of 19 were involved in this study. Each participant delivered a sample of first-void urine and completed a questionnaire which was then submitted anonymously. The research for C. trachomatis was done on 114 valid samples through a technique of DNA amplification, whose molecular target was the gene ompA. Four cases of infection by C. trachomatis were detected with a prevalence of 3.5%. The risks factors associated to the infection were a history of 7 or more partners since the start of sexual activity and contact with a new sexual partner in the last 4 months. The prevalence of such infection reflects a moderate circulation of this microorganism in the studied population. This fact, along with some aspects shown by the questionnaire results, would characterize a population having a low risk profile for acquiring STIs. However, some other information obtained from the questionnaires gave some opposite evidence, which would alert us on the need of keeping watch, raising awareness and implementing preventive actions in this population.
La infección genital por Chlamydia trachomatis es considerada en la actualidad una de las causas más frecuentes de infecciones transmisibles sexualmente (ITS) a nivel mundial5,6.
C. trachomatis puede producir uretritis en los varones, y cervicitis, acompañada o no de uretritis, en las mujeres. La primoinfección es asintomática en aproximadamente el 50% de los varones y el 75% de las mujeres, lo que puede ocasionar la aparición de complicaciones; las más frecuentes son la epididimitis y la salpingitis, y ambas pueden llevar a la infertilidad. La endometritis, la enfermedad inflamatoria pélvica y el embarazo ectópico pueden tener origen en una inflamación crónica por C. trachomatis. En mujeres embarazadas, la infección por C. trachomatis aumenta la probabilidad de parto pretérmino, rotura prematura de membranas y niños con bajo peso al nacer38. Además, las embarazadas infectadas pueden transmitir la infección a sus bebés durante el parto y causarles conjuntivitis o neumonía34. En el oeste del conurbano bonaerense, di Bartolomeo et al.11,12 detectaron C. trachomatis en el 8% de las conjuntivitis neonatales.
Como otras ITS, esta infección incrementa el riesgo de transmitir el virus de la inmunodeficiencia humana y de adquirir dicha infección18,23,40.
Las adolescentes y las mujeres jóvenes se infectan con mayor frecuencia por este microorganismo. Contribuyen a ello el hecho de encontrarse dentro del rango etario de mayor actividad sexual, a menudo con patrones de comportamiento sexual de alto riesgo, y de existir una mayor susceptibilidad de su epitelio endocervical17,22. La mayor prevalencia de ITS entre los adolescentes y adultos jóvenes también refleja las dificultades para acceder a los servicios de prevención de ITS, incluyendo falta de obra social o capacidad de pago, servicios diseñados para adultos y preocupaciones sobre confidencialidad21.
En EE. UU. fueron informados 1.412.791 casos de infecciones por C. trachomatis durante 2011, y fueron más frecuentes en la población de jóvenes menores de 25 años y mujeres en edad reproductiva6. En América Latina, la información epidemiológica sobre la magnitud del problema de las ITS y, en particular, de la infección por C. trachomatis en adolescentes y adultos jóvenes está limitada a un pequeño número de estudios y a datos oficiales incompletos de los países de la región10,13,21,27,36.
Varios países centrales, incluyendo Inglaterra y EE. UU., han implementado rigurosos programas de prevención y control con cribados al menos una vez por año, para la detección de clamidia en todas las mujeres sexualmente activas, asintomáticas y menores de 25 años9,29.
Estudios europeos sobre poblaciones de estudiantes que asisten a la educación superior han encontrado prevalencias de infección por C. trachomatis que oscilan del 0-12%3,20,28,30,31,35,42,43. En EE. UU., las tasas de prevalencia halladas, también en estudiantes que asisten a la educación superior, van desde el 2,3% hasta el 10%8,24,32,39,41.
En Argentina, los estudios sobre poblaciones de estudiantes universitarios o de educación terciaria son escasos y los valores de prevalencia de infección por C. trachomatis informados oscilan entre el 0% y el 4,5%14,16,33.
El objetivo del presente trabajo fue determinar la prevalencia de la infección por C. trachomatis en alumnos ingresantes a la Universidad Nacional del Sur (UNS), Bahía Blanca, Argentina, y evaluar los factores de riego para la adquisición de ITS en la población estudiada.
Materiales y métodosPoblación en estudioSe realizó un estudio transversal durante 2010 entre los alumnos ingresantes a la UNS. Con el objetivo de concienciar a los estudiantes se brindaron charlas informativas y talleres sobre ITS en general y sobre las producidas por C. trachomatis en particular; en estas charlas se presentó el estudio y se detallaron sus alcances. Posteriormente, cuando los alumnos asistieron a su control médico para ingresar a la universidad, se los invitó a participar en el estudio. A cada estudiante que accedió a intervenir en el estudio se le entregó un recipiente estéril para la recolección de la orina, una encuesta anónima, el formulario de consentimiento informado y una hoja con explicaciones y el resumen del proyecto. Tanto las muestras de orina como las encuestas se identificaron de manera tal que se garantizara el anonimato del participante.
Consentimiento informadoLos alumnos fueron informados oralmente y por escrito sobre todos los aspectos del proyecto. Para participar debieron completar y firmar el formulario de aceptación, que fue entregado antes de la recepción de las muestras y de las encuestas.
Encuesta anónimaLas encuestas se recibieron acompañando la entrega de la muestra de orina. Además de los datos sociodemográficos, en la encuesta se indagó sobre factores y conductas de riesgo para adquirir ITS y sobre la presencia de síntomas o patologías del tracto genital previas o actuales. De manera opcional, los participantes podían suministrar una dirección de correo electrónico a fin de que se les pudiera comunicar los resultados.
MaterialSe analizaron muestras de primera micción (no más de 15ml de la primera orina de la mañana) remitidas en recipientes estériles. A cada muestra de orina se le realizó un examen microscópico del sedimento antes de ser fraccionadas y almacenadas a −20°C hasta su procesamiento.
Detección de Chlamydia trachomatisSe utilizó una técnica de amplificación génica (heminested PCR) cuyo blanco molecular es el gen ompA26. Como control positivo se utilizó la cepa de C. trachomatis LGV II agregada a una orina y procesada como muestra para alcanzar una concentración final de 3 × 103UFC/ml. Para la realización de este estudio, a cada una de las fracciones de las muestras de orina se le realizó previamente la extracción de ADN mediante un equipo comercial (Quick-ADNg™, MiniPrep Quick, Zymo Research Corporation). La calidad de la muestra y la integridad del ADN se evaluaron mediante la amplificación de los genes humanos TNFα y β-globina. Las muestras que dieron negativo fueron descartadas.
Genotipificación de cepas de Chlamydia trachomatisLas muestras de orina que resultaron positivas tras la reacción de amplificación del gen ompA se sometieron a un proceso de genotipificación por la técnica de detección del polimorfismo de longitud de los fragmentos de restricción, RFLP-PCR37.
Análisis estadísticoPara el análisis de los datos se utilizó el programa Epi Info versión 3.3.2 (CDC, Atlanta). Para el análisis de las variables se aplicó el test de Chi cuadrado y el método binomial exacto. Se consideraron como estadísticamente significativos valores de p<0,05 y se calculó la odds ratio (OR) con un 95% de índice de confianza (IC95%) como medida de asociación o efecto.
ResultadosSe recibieron 204 orinas de estudiantes que firmaron el consentimiento y contestaron la encuesta anónima. De estas fueron consideradas válidas solo 114, debido a que 90 muestras (37 de mujeres y 53 de varones) resultaron negativas para la amplificación de los genes humanos TNFα y β-globina.
Así, los sujetos evaluados fueron en total 114, distribuidos en 51 mujeres (44,7%) y 63 varones (55,3%) y con un rango etario de 18-39 años, edad media: 19,3±3,1 años. La mayoría de ellos eran solteros (96,5%). Al momento del estudio, el 62,7% de las mujeres y el 38,7% de los varones tenían una pareja sexual estable.
La edad de inicio de las relaciones sexuales en el grupo estudiado fue de 16,5±1,1 años, con un rango de 14-19 años. El 52,9% de las mujeres y el 38,1% de los varones iniciaron sus relaciones sexuales antes de los 17 años.
Con respecto al número de parejas sexuales desde el inicio de las relaciones sexuales, el 76,5% de las mujeres y el 68,3% de los varones tuvieron entre una y 3 parejas sexuales hasta el momento del estudio. El 82,4% de las mujeres y el 66,7% de los varones refirieron una única pareja sexual en los últimos 12 meses.
Entre las mujeres, 4 de ellas (7,8%) relataron haber padecido infecciones urinarias previamente. Los varones no informaron antecedentes de infecciones urogenitales.
Los resultados de la descripción de la última relación sexual en cuanto a prácticas realizadas y utilización del preservativo se presentan en la figura 1 para las mujeres y en la figura 2 para los varones. En ellos se puede observar que tanto entre las mujeres como entre los varones encuestados, las relaciones sexuales vaginales se refieren como las prácticas más frecuentes (el 96,1% y el 95,2% respectivamente), seguido por relaciones sexuales orales (el 19,6% y el 39,7%) y anales (el 7,8% y el 5%). El sexo oral aparece como la práctica sexual donde es mayor la proporción de participantes que no se protegen con preservativo frente a los que sí lo hacen.
El 65,1% (41/63) de los varones presentó al menos un factor de riesgo para la adquisición de ITS, principalmente la edad de inicio de las relaciones sexuales menor de 17 años (38,1%), la no utilización de preservativo en la última relación sexual (36,5%) y una nueva pareja sexual dentro de los 4 meses previos al estudio (20,6%) (tabla 1). Con menor frecuencia aparecen las parejas múltiples, definidas como 4 o más parejas sexuales en los últimos 12 meses (7,9%) (tabla 1).
Factores de riesgo para la adquisición de infecciones de trasmisión sexual en ingresantes a la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), año 2010
Factor de riesgo | Varones (n=63) | Mujeres (n=51) | ||
---|---|---|---|---|
n | % | n | % | |
Edad de inicio de las relaciones sexuales (≤16 años) | 24 | 38,1 | 27 | 52,9 |
No utilización de preservativo en la última relación sexual (vaginal, oral o anal) | 23 | 36,5 | 24 | 47,1 |
Nueva pareja sexual (4 meses previos al estudio) | 13 | 20,6 | 10 | 19,6 |
Parejas múltiples (4 o más parejas sexuales en los últimos 12 meses) | 5 | 7,9 | 1 | 2 |
Infecciones genitales previas | 0 | 0 | 4 | 7,8 |
Entre las mujeres, el 82,4% (42/51) presentaba al menos un factor de riesgo. En primer lugar, la edad de inicio de las relaciones sexuales antes de los 17 años (52,9%). Luego se destacan la falta de utilización de preservativo en la última relación sexual (47,1%) y una nueva pareja sexual dentro de los 4 meses previos al estudio (19,6%). Con baja frecuencia aparecen las infecciones genitales previas (7,8%) y las parejas múltiples (2%) (tabla 1).
En relación con la pregunta de cuándo fue su última visita al ginecólogo, 32 mujeres (62,7%) manifestaron haber concurrido dentro de los últimos 12 meses, mientras que 10 de ellas (19,6%) afirmaron que había pasado más de un año desde su última consulta y 9 (17,6%) no contestaron la pregunta.
Las encuestas también revelaron que 9 participantes (7,9%), 8 mujeres y un varón, manifestaron haber tenido síntomas o molestias genitales. Las mujeres detallaron ardor al orinar y picazón; el varón refirió dolor testicular. En la orina de ninguno de estos participantes sintomáticos se detectó C. trachomatis.
El análisis de las orinas remitidas mostró que el 81% de las muestras de varones y el 76,5% de las de mujeres presentó un pH entre 5 y 6. En el estudio del sedimento urinario, se detectaron 3 participantes (2 mujeres y un varón) con reacción inflamatoria, definida como más de 10 leucocitos por campo de 400X. También, 5 estudiantes (4 varones y una mujer) presentaron más de 4 hematíes por campo. Los otros parámetros observados (células, mucus, cristales y cilindros) fueron normales.
Entre los 114 estudiantes se detectaron 4 casos de infección por C. trachomatis, con una prevalencia del 3,5% (IC95% 1-8,7%). Entre las mujeres, la prevalencia fue de 5,9% (IC95% 1,2-16,2%), y entre los varones, del 1,6% (IC95% 0-8,5%), sin diferencia estadísticamente significativa entre estos grupos (p=0,234). Tampoco se observaron diferencias significativas al considerar en el análisis la edad de los participantes, la presencia de síntomas genitales, el número de parejas sexuales en el último año, las infecciones genitales previas, el uso de preservativo ni el tipo de prácticas sexuales realizadas (tabla 2).
Evaluación de los factores de riesgo relacionados con infección por C. trachomatis
Factor de riesgo | Total población | % Positivos (n) | OR |
---|---|---|---|
Sexo | |||
Femenino | 51 | 5,9 (3) | ------ |
Masculino | 63 | 1,6 (1) | |
Edad | |||
<20 años | 88 | 3,4 (3) | ------ |
≥20 años | 26 | 3,8 (1) | |
Edad de inicio de relaciones sexuales (IRS) | |||
≤16 años | 50 | 6 (3) | ------ |
>16 años | 64 | 1,6 (1) | |
Número de parejas sexuales desde el IRS | |||
1 a 6 | 105 | 1,9 (2) | 14,71 (1,23<OR<183,31) |
7 o más | 9 | 22,2 (2)a | |
Síntomas o molestias genitales | |||
Sí | 9 | 0 (0) | ----- |
No | 105 | 3,8 (4) | |
Número de parejas sexuales en el último año | |||
0 a 3 | 108 | 3,7 (4) | |
4 o más | 6 | 0 (0) | |
Infecciones genitales previas | |||
Sí | 4 | 0 (0) | ------ |
No | 110 | 3,6 (4) | |
Práctica realizada en última relación sexual | |||
Sexo oral | |||
Sí | 35 | 5,7 (2) | ------ |
No | 79 | 2,5 (2) | |
Sexo vaginal | |||
Sí | 109 | 3,6 (4) | |
No | 5 | 0 (0) | |
Sexo anal | |||
Sí | 7 | 0 (0) | |
No | 107 | 3,7 (4) | |
Uso de preservativo en la última relación sexual (sexo vaginal) | |||
Sí | 78 | 1,3 (1) | ------ |
No | 31 | 9,7 (3) | |
Última visita al ginecólogo (solo mujeres) | |||
Últimos 12 meses | 33 | 6,1 (2) | ------ |
Más de un año o no contesta | 18 | 5,5 (1) | |
Nueva pareja sexual en los últimos 4 meses | |||
Sí | 24 | 12,5 (3)a | 12,71 (1,09<OR<334,56) |
No | 90 | 1,1 (1) |
OR: odds ratio.
Con respecto a la edad de inicio de las relaciones sexuales, se consideró a los 16 años o menos como inicio precoz, y aunque se observó una mayor tendencia a adquirir la infección en el grupo que inició su vida sexual antes de los 17 años (6 vs. 1,6%), este hallazgo no fue estadísticamente significativo.
Los genotipos de C. trachomatis de las 4 muestras positivas halladas en los ingresantes universitarios resultaron corresponder, en un caso, al genotipo D, en otro, al genotipo I, en tanto que en las 2 restantes esto no se pudo establecer, posiblemente debido a una baja cantidad de ADN de C. trachomatis.
La prevalencia de infección por C. trachomatis en los estudiantes que informaron haber tenido 7 o más parejas sexuales desde el inicio de su vida sexual (2/9) fue significativamente mayor que en aquellos que tuvieron 1-6 parejas sexuales (2/105), (p<0,03; OR=14,71; 1,23<OR<183,31) (tabla 2).
Otro factor de riesgo significativamente asociado a la presencia de C. trachomatis fue haber tenido una nueva pareja sexual dentro de los últimos 4 meses previos al estudio (p<0,03; OR=12,71; 1,09<OR<334,56) (tabla 2).
DiscusiónLa prevalencia de infección por C. trachomatis entre alumnos ingresantes a la UNS fue en el presente estudio del 3,5%, esta se encuentra en el rango de los valores hallados por otros autores en poblaciones similares. En nuestro país, Rodríguez Fermepín et al.33 hallaron una prevalencia del 0,89%, y Entrocassi et al.14 informaron el 0%, ambos en estudiantes de la Universidad de Buenos Aires. Por su parte, Farinati et al.16 observaron una prevalencia del 4,5% en alumnos de la Universidad de Córdoba. En México, Dorantes Peña et al.13 informaron el 1,04% de prevalencia en estudiantes de la Universidad Autónoma de Morelos. En la literatura se observan prevalencias mayores, sin embargo, esos datos se obtuvieron en estudios realizados entre adolescentes y jóvenes de la población general9,10,16,21. Los resultados antes referidos situarían a los estudiantes universitarios como un grupo con comportamientos sexuales posiblemente de menor riesgo.
Un alto porcentaje de las muestras recibidas no pudo ser incorporado al estudio, ya que resultaron negativas para la amplificación de los genes humanos TNFα y β-globina. Estos resultados negativos podrían ser consecuencia de una cantidad insuficiente de ADN (por falta de retención urinaria o recolección de volumen de orina mayor del requerido) o por causas inherentes a la técnica de detección.
Los factores de riesgo asociados a la infección por C. trachomatis encontrados en este trabajo fueron un historial de 7 o más parejas desde el comienzo de las relaciones sexuales y el contacto con una nueva pareja sexual en los últimos 4 meses.
A los efectos de la encuesta, el término pareja no implicaba la existencia de una relación afectiva sino que aludía a pareja sexual, es decir, a aquella persona con la que se ha mantenido al menos una relación sexual.
Se ha demostrado que existe una fuerte asociación entre el número de parejas sexuales y el riesgo de adquirir alguna ITS. Joffe et al.25 encontraron que haber tenido 5 o más parejas incrementa 8 veces el riesgo de infectarse en relación con aquel individuo que solo ha tenido una pareja13. En la población de ingresantes universitarios aquí estudiada, los estudiantes con 7 o más parejas tuvieron casi 15 veces más probabilidad de infección por C. trachomatis (OR=14,71; 1,23<OR<183,31).
Por otro lado, la significativa asociación que se verificó entre tener una nueva pareja sexual en los últimos 4 meses (factor de riesgo) y la infección con C. trachomatis reafirma las conclusiones de las guías publicadas por el Centers for Disease Control and Prevention y el European Centre for Disease Prevention and Control2,4,7,9,15,46.
El control ginecológico es fundamental para la prevención de distintas dolencias, en especial aquellas relacionadas con el cuello de útero. En nuestro trabajo, la consulta sobre la última visita al ginecólogo reveló que el 62,7% de las mujeres participantes habían concurrido en los últimos 12 meses, sin embargo, el 19,6% hacía más de un año que no lo hacía, y el 17,7% no contestó la pregunta. Este último porcentaje de mujeres representa un grupo de riesgo, que debería recibir mayor información sobre la necesidad del control ginecológico, no solo para detectar en etapas tempranas enfermedades como el cáncer de cuello uterino o de mama, sino también y dado su inicio de la vida sexual, para el diagnóstico y tratamiento oportuno de ITS, o para resolver dudas sobre su desarrollo y sexualidad.
En varias publicaciones aparecen como factores de riesgo asociados a la infección por C. trachomatis las infecciones genitales previas y un inicio más temprano a la vida sexual16,22. En el presente trabajo estos factores no se asociaron a la infección por C. trachomatis. Esto puede deberse a que solo el 7,8% de los participantes refirieron haber tenido una enfermedad genital previa. Por otro lado, si consideramos que la media de la edad de inicio de las relaciones sexuales fue 16,5 años, la diferencia entre esta edad y la que tenían al momento de participar en el estudio fue de casi 3 años.
Es evidente que estos hallazgos tienen un sesgo relacionado con las características sociodemográficas de los estudiantes de la UNS respecto de la población joven en general. Estudios previos han determinado que el alumno ingresante en la UNS es un estudiante de entre 17 y 19 años, que comienza sus estudios de nivel superior al concluir la escuela media y que su lugar de procedencia es la ciudad de Bahía Blanca y su zona de influencia. Desde una perspectiva socioeconómica y cultural, es un alumno/a que no trabaja, cuyos padres están relacionados con actividades propias de la zona como la agricultura y la ganadería, así como con el área de servicios1.
La muestra estudiada se compone de adolescentes que completaron la escuela secundaria, por lo que no se está considerando a otros que pudieran estar en riesgo, como por ejemplo, aquellos que han abandonado los estudios o que presentan un alto ausentismo escolar. De igual modo, la relación familiar y el nivel socioeconómico son factores que podrían producir un sesgo de selección en la población estudiada e influir en los conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con las ITS, como ha sido publicado por otros autores19,44,45.
La prevalencia de infección por C. trachomatis reflejó una moderada circulación de este microorganismo en la población estudiada, similar a la observada por otros autores en universitarios de EE. UU. y Europa3,8,30,35,41.
Los escasos antecedentes de infecciones genitales y de parejas múltiples en este grupo de ingresantes universitarios podrían mostrar una población de bajo riesgo para la adquisición de ITS. Sin embargo, el inicio temprano de las relaciones sexuales, la baja utilización de métodos anticonceptivos de barrera, los cambios frecuentes de pareja sexual y la falta de consulta a los profesionales especializados alertan sobre la necesidad de incrementar la vigilancia y desarrollar acciones de concienciación y prevención en esta población.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que los procedimientos seguidos se conformaron a las normas éticas del comité de experimentación humana responsable y de acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.
FinanciaciónSecretaría General de Ciencia y Tecnología, Universidad Nacional del Sur (PGI 24/ZB46).
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Agradecemos la colaboración de la Secretaría General de Bienestar Universitario y del Departamento de Sanidad de la Universidad Nacional del Sur.