La dermatomiositis es una enfermedad autoinmune sistémica de origen desconocido. Clínicamente se manifiesta con debilidad muscular y alteraciones cutáneas. La incidencia es de 5-10 casos por millón de personas y su prevalencia se encuentra entre el 10-60% por millón, siendo dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. Presenta dos picos de incidencia: uno en la infancia (menores de 10 años de edad) y otro entre los 45 y 60 años de edad1,2.
En niños, la calcificación (calcinosis) de tejidos blandos es más habitual en los sitios anatómicos expuestos a microtraumatismos, como codos y rodillas. Dependiendo de su severidad, el tratamiento temprano puede hacerla disminuir o desaparecer. En adultos, puede estar asociada a un síndrome paraneoplásico (cáncer de ovario en primer lugar, de mama y, menos comúnmente, de pulmón y páncreas).2–4 La sospecha diagnóstica se confirma con las enzimas musculares séricas (principalmente la creatincinasa), la electromiografía (fibrilaciones o descargas repetitivas anómalas) y la biopsia muscular (necrosis de fibras musculares o atrofia perifascicular). El tratamiento consiste en corticoides e inmunosupresores1,2.
Se comunica un caso de una paciente de 45 años de edad con dermatomiositis, que presentó en el estudio mamográfico de cribado múltiples calcificaciones distróficas bilaterales (fig. 1), no evidentes en el control anual anterior (BIRADS 1; fig. 2). Los ganglios axilares tenían una morfología y un tamaño de apariencia normal. En la ecografía de las mamas se describieron dos quistes simples en hora 8 en la derecha y en hora 3 en la izquierda (BIRADS 2), mientras que en la ecografía ginecológica se identificaron dos miomas intramurales como hallazgos positivos. Mediante los estudios ecográficos se descartó el compromiso ovárico y mamario (posiblemente presente en un síndrome paraneoplásico). La paciente refirió debilidad muscular proximal simétrica en los miembros y alteraciones cutáneas, con una evolución de 20 años. Al momento de la sospecha clínica, su médico reumatólogo le había indicado pruebas diagnósticas complementarias: la electromiografía constató miopatía inflamatoria y el laboratorio reveló una elevación de enzimas musculares.
En el examen físico se constató un eritema de párpados y de zona periorbitaria (eritema en heliotropo) e hiperqueratosis en los dedos de la mano (mano de mecánico). La paciente mencionó tratamiento con azatioprina, metotrexato y prednisona, por lo que los hallazgos mamográficos se interpretaron en relación con una calcinosis mamaria.
En el cribado mamográfico es importante conocer que las enfermedades del colágeno pueden afectar la glándula mamaria, como en nuestro caso que la dermatomiositis se mostró en forma de calcificaciones distróficas5. Los factores de riesgo que incrementan la aparición de calcinosis incluyen un diagnóstico a temprana edad o el retraso en el diagnóstico y tratamiento.
La bilateralidad y la simetría de las calcificaciones, el diagnóstico y el tratamiento oportuno, más la ecografía mamaria y ginecológica con hallazgos benignos, nos permiten clasificar las calcificaciones mamarias como distróficas de aspecto benigno (BIRADS 2).
Saluda a Ud. con distinguida consideración, la autora
Confidencialidad de los datosLa autora declara que ha seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes y que todos los pacientes incluidos en el estudio han recibido información suficiente y han dado su consentimiento informado por escrito para participar en dicho estudio.
Conflicto de interesesLa autora del trabajo declara no tener ningún conflicto de intereses.