La medicina centrada en el paciente (MCP) reivindica que el esfuerzo sanitario se centre tanto en la salud de los usuarios como en la persona, individualizando su atención. Pero la MCP tiene escaso desarrollo en la reproducción asistida (RA), y no por desconocimiento de la legalidad1, sino porque los sanitarios identifican mal las amenazas contra la intimidad del sujeto en sus actuaciones, lo que reduce significativamente la satisfacción del paciente y, por tanto, la calidad percibida del centro.
Se muestra mucho de la intimidad física y emocional en las consultas de RA. Y una de las actuaciones especialmente delicada para los varones es obtener y entregar sus muestras de semen. El procedimiento de obtención de muestras seminales por masturbación (POMSM) ha transformado una actividad sexual muy personal e íntima en una prueba médica; algo inédito en el resto de la medicina.
El POMSM suele considerarse un acto sencillo y banal2. Pero no lo parece tanto para los sujetos3, que manifiestan incomodidad, dificultades, vergüenza y embarazo cuando tienen que hacerlo4,5. Suelen señalarlo como innecesariamente público y sórdido6, y es la principal causa referida de inasistencia a las revisiones seminales posvasectomía (48%)5.
Los pacientes se quejan de falta de intimidad durante el POMSM2; un 70% reclama, al menos, algún espacio privado que les proporcione esa intimidad7, como recomienda la OMS8. Pero no todos los centros lo cumplen4, reduciéndolo, con frecuencia, a los aseos comunes de los centros. Además, tienen que cargar con que el POMSM sea causa recurrente de bromas en películas, series televisivas y entre el propio personal sanitario9.
Nos hemos planteado si después de 50 años realizándose el POMSM del mismo modo, sería el momento de iniciar algunos cambios que mejorasen la calidad asistencial de estos sujetos.
Pero para que eso suceda, primero hay que saber si el personal sanitario percibe la necesidad de hacerlo. Y para ello, nada mejor que anotar cómo perciben a los sujetos sometidos al POMSM. En la medida que trivialicen la realización del POMSM, carecerán de la perspectiva necesaria para promover un cambio. Ese ha sido el objetivo de la investigación que presentamos.
Hemos pasado un cuestionario de 16 ítems que reunían los tópicos relacionados con el POMSM, extraídos de conversaciones personales y de foros de discusión sobre la RA. Con él hemos dibujado un perfil de actitudes trivializadoras del POMSM, y hemos utilizado el modelo de probabilidad condicionada bayesiana de tasa de bases10 para calcular la probabilidad de que los sanitarios acepten el perfil de banalización del POMSM (tabla 1).
Probabilidad condicionada de mantener la actitud dibujada por unperfil determinado
Perfil investigado | Tipo de personal sanitario | Probabilidad condicionada (%) |
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1)… la extracción de la muestra no intimida más que un tacto vaginal o rectal | ||
2)… la extracción de la muestra es un procedimiento sencillo | Por sexo (tasa/base): | |
3)… para la extracción de la muestra solo se requiere una simple eyaculación | Varones (34%) | 52 |
Mujeres (66%) | 48 | |
4)… la extracción de la muestra no expone la intimidad más que una exploración ginecológica | Por tipo de profesional (tasa/base): | |
5)… la extracción de la muestra carece de connotaciones sexuales | Médicos (66%) | 5 |
Enfermería (21%) | 11 | |
Laboratorio (14%) | 11 | |
6)… no es para tanto masturbarse para obtener una muestra de semen | ||
Relación con los estudios del semen (tasa/base): | ||
7)… la extracción de la muestra es una prueba médica no invasiva, sencilla, barata… que da placer | Directaa (9%) | 59 |
Intermediab (23%) | 0 | |
Indirectac (68%) | 41 | |
8)… como todos se masturban, hacerlo para el seminograma es una masturbación más | ||
9)… el POMSM no convierte una actividad sexual privada (masturbarse) en algo público |
Recogimos respuestas de una muestra de conveniencia seleccionada al azar de 117 sanitarios de diversas categorías del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, del Centro de Salud de Las Rozas de Madrid y del Centro de Salud Mental Miraflores de Alcobendas. Se seleccionaron esos centros por las facilidades de los autores para acceder a su personal. La edad media era de 41,7±12,6 años y el tiempo de ejercicio de 15,6±12,1 años. Había un predominio femenino en todos los estamentos (66%).
La probabilidad condicionada bayesiana de que los sanitarios banalicen el POMSM es alta (tabla 1). En torno al 50% de varones y mujeres consideran que obtener muestras seminales por masturbación es algo trivial. Es más propenso a minimizar esa acción el personal de enfermería y el de laboratorio. Y minimizan más los sanitarios que tienen una relación directa con estos análisis (porque los indican o porque analizan las muestras) y los que solo conocen el procedimiento de un modo teórico (la mayoría de los sanitarios). Sin embargo, aquellos sanitarios que solo conocen el procedimiento teóricamente, pero también conocen a alguien próximo que se ha sometido al POMSM, rechazan ese modelo al 100%.
Es decir, solo el contacto no profesional con personas relacionadas con el POMSM sensibiliza a los sanitarios sobre la trascendencia del procedimiento en la intimidad de los sujetos. El resto, banaliza los apuros masculinos con el mismo. Esto nos hace ser muy pesimistas sobre la posibilidad de humanizar este procedimiento en la actualidad. La mayor parte de los sanitarios no advierten ningún problema que resolver al respecto.
Será necesario hacer un gran esfuerzo pedagógico para conseguir modificar tales actitudes. No se puede esperar a que todos ellos tengan a algún conocido personal que sufra sus consecuencias.
Lo más curioso de todo es que también encontramos que el 62% de los sanitarios (varones: 57%; mujeres: 65%), no aceptarían masturbarse para una prueba médica que le indicara un colega. Lo que indica que esa minimización solo es cierta bajo la cobertura que da nuestra actividad sanitaria. Como personas, las cosas parecen ir por otro camino. Y eso es motivo para matizar el pesimismo expresado anteriormente.