Los drenajes ventriculares externos (DVE) constituyen una herramienta diagnóstica y terapéutica muy importante en los pacientes con problemas neurológicos severos, de tal forma que a la vez que sirven para la monitorización de la presión intracraneal (PIC), son una opción terapéutica en casos de hipertensión intracraneal e hidrocefalias de distintas causas, al permitir el drenaje del líquido cefalorraquídeo (LCR).
Con el fin de minimizar las complicaciones derivadas de una manipulación incorrecta de los mismos es necesario estandarizar los cuidados, siendo una forma de llegar a ello a través de intervenciones educativas dirigidas al personal implicado1,2.
El objetivo de nuestro estudio fue evaluar el impacto de una intervención educativa sobre el conocimiento y los cuidados de enfermería del DVE.
Para ello llevamos a cabo un estudio longitudinal realizado entre el personal de enfermería de un servicio de medicina intensiva polivalente de un hospital de tercer nivel con una capacidad de 24 camas. Se realizó una intervención educativa que consistió en un taller teórico práctico dirigido a todo el personal de enfermería, con un cuestionario previo sobre el conocimiento y los cuidados del DVE. Se valoraron de nuevo los conocimientos adquiridos tras la intervención con otro cuestionario un año tras la realización del taller.
Se impartieron talleres a 45 enfermeros/as (65,2% del total), 62,2% mujeres, con un tiempo trabajado en la unidad de 5,36 años, con una media de edad de 33,1 años, a los cuales se les distribuyó un cuestionario antes de comenzar con el mismo. Al año se encuestó a un muestreo de 20 (44,4%) de los que habían participado en la formación.
Pudimos comprobar que tras la intervención educativa se mejora significativamente en el conocimiento de la técnica correcta para la extracción de muestras de LCR del DVE, de un 68,9% a un 100%. Asimismo se consigue una mejora en la aplicación de la técnica de medición de la PIC, del 51,1% al 75%.
Sin embargo, pudimos comprobar que tras un año de recibir el taller el 50% los enfermeros/as aún desconoce la técnica para una correcta administración de medicación intratecal, o reconocer los signos de alarma en cuanto a la cantidad y el color adecuado del LCR.
En conclusión, la intervención educativa, aunque globalmente consigue mejorar en el conocimiento del manejo del DVE, se debería realizar de forma más continuada ya que, en ciertos aspectos, no ha supuesto un cambio significativo en la adquisición de habilidades con el paso del tiempo, tales como son la administración de tratamiento intratecal o el reconocimiento de los signos de alarma en el drenado de LCR a través de un DVE.
Por tanto, recomendamos además de las intervenciones educativas la introducción de protocolos simples basados en la evidencia actual sobre el manejo de esta técnica, lo cual está demostrado que mejora los resultados3–5.