Está demostrado que mejorar la calidad que se presta en un servicio de planificación familiar mejora la calidad asistencial en otros ámbitos de la prestación de servicios de salud1. Esta calidad en los servicios de planificación familiar a nivel internacional se mide en torno al marco de Bruce-Jein, que establece 6 elementos: la capacidad de elegir entre diversos métodos anticonceptivos, la entrega de información a los pacientes, el conocimiento técnico, la relación interpersonal con el proveedor del servicio, el seguimiento del paciente y la continuidad de la atención y una adecuada variedad de servicios. Asimismo se ha valorado que los test de autoevaluación mejoran la resolución de problemas y consiguen una mayor implicación del personal en este cometido2. A su vez, existen varios estudios que mediante encuestas describen la satisfacción de las usuarias de los servicios de planificación familiar, detectan áreas de mejora y concluyen la necesidad de realizar más estudios para valorar la calidad que se ofrece en las consultas de planificación familiar3–10.
El objetivo del presente estudio fue evaluar el grado de satisfacción global de las usuarias del servicio de planificación familiar de un medio rural y otras variables que pudieran influir (demora en la citación, adecuación física de la consulta donde se presta el servicio, trato recibido por parte del personal sanitario, adecuación de la información que se suministra, horario y duración de la consulta), y al mismo tiempo determinar si existía relación entre estas y otras variables independientes (edad, municipio de procedencia, situación laboral y motivo de consulta).
Se diseñó un estudio observacional descriptivo transversal para analizar las consultas realizadas. Para ello se administró una encuesta telefónica estructurada y validada previamente mediante prueba de jueces y pilotaje a 197 mujeres usuarias del servicio de planificación familiar desde octubre de 2011 a octubre de 2012.
Los resultados obtenidos indicaron un alto grado de satisfacción global (puntuación media 8,9; desviación típica 1,0) y de satisfacción en las distintas dimensiones evaluadas, excepto en el tiempo de demora para ser atendida en la consulta. No se encontró relación entre la satisfacción de las usuarias con el servicio de planificación familiar y las distintas variables independientes (edad p=0,392, municipio de procedencia p=0,791, situación laboral p=0,237, motivo consulta p=0,613). Las usuarias que acudían a consulta para métodos anticonceptivos o métodos anticonceptivos y diagnóstico precoz de cáncer de cérvix tenían menor edad que las que acudieron para el diagnóstico precoz de cáncer de cérvix (p<0,001).
A diferencia de otras publicaciones7 no se encontraron diferencias significativas entre el grado de satisfacción y las diferentes variables independientes (edad, municipio de procedencia, situación laboral y motivo de consulta), lo cual valoramos positivamente, ya que refleja un trato igualitario a todas las usuarias que acuden a la consulta.
Como conclusiones creemos que globalmente la satisfacción de las usuarias con el servicio de planificación familiar es elevada. La ausencia de relación entre la satisfacción y otras variables la interpretamos como que el trato que se dispensa a las usuarias es bastante igualitario. La baja puntuación en cuanto al tiempo de demora podría ser mejorada incrementando la implicación de todos los profesionales sanitarios en la provisión de información y atención anticonceptiva desde sus distintos ámbitos de trabajo.
Conflicto de interesesLos autores declaran que no tienen ningún potencial conflicto de intereses.