A finales de 2014 la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE) emprendió un proyecto que culminó con la publicación de 4 manuales basados en la evidencia, producto de un proceso sistemático de adaptación1–4. Principalmente, estos manuales buscaban servir de base para clínicas y hospitales que no contaban con dichos documentos, ni con la capacidad operativa para desarrollarlos con el fin de cumplir la normativa nacional5. El objetivo nunca fue reemplazar los documentos previamente desarrollados por otras instituciones de salud.
Ibarra et al. exponen desacuerdos con 2 recomendaciones publicadas en el manual sobre preparación del paciente para el acto quirúrgico6. Estos desacuerdos están relacionados con la valoración preoperatoria, y corresponde apenas a una de las 8 secciones del manual1.
El desarrollo y redacción del manual correspondió a un proceso de adaptación sistemática que se adhiere a lineamientos nacionales7 e internacionales8, tal y como se especifican suficientemente en la sección de métodos del manual1.
No encontramos justificación para descalificar el protocolo que sirvió para la adaptación9 con base en el («poco») reconocimiento de la institución que lo avala, la experiencia laboral o editorial de los autores, o por no contar con el apoyo de alguna sociedad científica de un país en particular. De hecho, herramientas usadas para la evaluación metodológica sobre validez y riesgo de sesgo en estudios primarios10,11 y secundarios12,13 no contemplan estos aspectos como fuente de deficiencias metodológicas.
Según nuestro conocimiento, no existe ninguna clasificación publicada que permita señalar que las guías American College of Cardiology/American Heart Association (ACC/AHA) 201414 son las de mayor «peso académico», desconociendo arbitrariamente el valor científico de otras publicaciones15,16. Aun más, cuando algunos autores con base en evidencia empírica han formulado críticas a las guías ACC/AHA17,18.
Es muy importante que la interpretación y aplicación de las recomendaciones del manual se hagan en el contexto del nivel de la evidencia y la fuerza de recomendación según la clasificación Grades of Recommendation, Assessment, Development, and Evaluation (GRADE)19.
Para el caso de la solicitud preoperatoria de electrolitos, el manual lo recomienda advirtiendo que el nivel de evidencia es muy bajo y la recomendación es débil. Sin embargo, otras publicaciones hacen recomendaciones similares16,20. Además, hay evidencia sobre la asociación independiente de trastornos electrolíticos (hipernatremia e hiponatremia) con mortalidad a 30 días en pacientes tratados mediante cirugía electiva21.
La obtención de un electrocardiograma de 12 derivaciones (EKG) preoperatorio ha sido objeto de un intenso debate20. El manual recomienda1 ajustar la solicitud de paraclínicos de evaluación cardiovascular a alguna de las guías actuales de uso internacional14,15. Aunque las guías ACC/AHA 201414 y American Society of Anesthesiologists (ASA) 201216 no contemplan la obtención de EKG preoperatorio con base en la edad, la guías European Society of Cardiology/European Society of Anaesthesiology (ESC/ESA) 2014 lo recomiendan en pacientes mayores de 65 años y, aun en ausencia de factores de riesgo, en pacientes programados para cirugías de riesgo intermedio15. Esto con base en evidencia observacional22 y en un planteamiento en el que la utilidad del EKG preoperatorio va más allá de la estratificación preoperatoria de riesgo, ya que puede ser útil tener un trazo de base para la correcta interpretación de anormalidades detectadas durante o después de la cirugía que pueden interpretarse erróneamente como nuevos hallazgos23. Por otra parte, además de la edad, un EKG preoperatorio anormal se asocia de manera independiente con complicaciones perioperatorias (OR 2,8; IC 95%: 1,4-5,8)24, y en pacientes con enfermedad coronaria la utilidad pronóstica del EKG es independiente de los hallazgos de la historia clínica25.
En consecuencia, el manual sigue estando disponible para que los servicios quirúrgicos de las instituciones prestadoras de salud que así lo requieran lo contemplen como una opción para adoptarlo o adaptarlo.
FinanciamientoLos autores no recibieron patrocinio para llevar a cabo este artículo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflicto de intereses.