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Revista Colombiana de Cardiología
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Inicio Revista Colombiana de Cardiología Profesor Hein J. J. Wellens (Henrick Joan Joost Wellens), 1935-2020
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Vol. 27. Núm. 4.
Páginas 207-208 (julio - agosto 2020)
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Profesor Hein J. J. Wellens (Henrick Joan Joost Wellens), 1935-2020
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Mauricio Duque R.
Electrofisiología y Cardiología, Universidad CES, Medellín, Colombia
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Hein J. J. Wellens, profesor de profesores, mi mentor en el área de electrofisiología y cardiología, ha muerto, pero ha dejado un legado muy importante para Colombia.

Tuve el honor de ser uno de los pioneros de la electrofisiología en Colombia, y, además, su primer alumno colombiano. Recuerdo que el 1.° de julio de 1988 me presenté en su oficina en el Hospital Universitario de Limburg (Maastricht). Me saludó cariñosamente y me dijo que era un honor para él formar al primer alumno colombiano y que yo asumía, a partir de ese momento, un reto muy grande para desarrollar la electrofisiología en el país.

Volviendo un poco atrás en la historia, cuando le hice la petición de ingreso (en ese momento no existía como tal la subespecialización de electrofisiología en el mundo), me respondió que ya tenía los fellows listos para los años 88 y 89, pero que si me podía recibir antes lo haría, pues quería formar algún electrofisiólogo de Colombia. Días después recibí su comunicación de que me esperaba en el servicio, puesto que uno de los fellows que iba a Maastricht había cancelado su viaje; por tanto, empaqué maletas y allí llegué. Él personalmente me llevó hasta la oficina de su jefe de electrofisiología, que era el Profesor Pedro Brugada. Luego me presentó a cada uno de los fellows que serían mis compañeros de entrenamiento, entre ellos estaban Josep Brugada, Jacob Atié, Louis Mont, Luz María Morales (+), entre otros. Estos dos monstruos de la electrofisiología fueron, junto con el doctor Joep Smeets, mis profesores.

El profesor Wellens siempre estaba pendiente de todos sus fellows; nos ayudaba no solo en lo académico, sino en lo personal.

Todos los días teníamos la reunión de la mañana y él la dirigía personalmente, siempre enfocado en la clínica y en el análisis del ECG. Sus cualidades docentes eran impresionantes. Con sencillez explicaba los temas más complejos de la electrofisiología; realmente, era un maestro; además, respetuoso, modesto y muy inteligente.

Estudió Medicina en la Universidad de Leiden. Fue discípulo del Doctor Dick Durrer en Amsterdam, y juntos publicaron, en 1970 en Circulation: «Total excitation of the isolated human heart». En los setenta fue el primero en demostrar que las taquicardias podrían iniciarse y terminarse por estimulación eléctrica programada (EEP). Publicó en ese tiempo también múltiples artículos de EEP en el flutter atrial, en la reentrada intranodal y las vías accesorias. Describió el mecanismo de las taquicardias por movimiento circular en las vías accesorias y fue el pionero en EEP en taquicardia ventricular, demostrando que la reentrada era uno de los mecanismos arritmogénicos en esta patología. Posteriormente, en 1977, se mudó a la naciente Universidad de Limburg, en Maastricht, donde inició el servicio de electrofisiología y desde allí le dio brillo. Fue pionero en la EEP a través de test seriados con los diferentes antiarrítmicos para determinar cuál le funcionaba al paciente. Allí demostró el mecanismo de la reentrada en fase 2, como mecanismo arritmogénico. Posteriormente, hizo EEP en las vías accesorias, las mapeaba en el laboratorio y luego las llevaba a tratamiento quirúrgico (en ese tiempo no existía la ablación por radiofrecuencia). En su servicio se operaban, en promedio, 250 pacientes al año, tanto de Wolff-Parkinson-White, como de reentrada nodal y de taquicardia ventricular. Se les realizaba mapeo intraoperatorio, aneurismectomía y resección endocárdica, con crioablación para su manejo.

Su forma de desglosar los electrocardiogramas era impresionante; en ellos veía cosas que nadie veía y con ellos nos enseñaba el tipo arritmia, su etiología, localización y manejo. Fue un conferencista ejemplar, pausado en su hablar; sus diapositivas eran elegantes, de fondo verde oscuro, no recargadas, y las acompañaba de unos diagramas didácticos que facilitaban su comprensión. Fue un verdadero profesor; lo vi revisar los trazados de un estudio electrofisiológico con su «cáliper» por más de 4 horas, haciendo mediciones y realizando dibujos para comprender lo que le ocurría al paciente. Fue un profesor de la parte clínica de las arritmias y su correlación con el ECG, como nadie. En compañía con el doctor Mark Josephson dictaron un curso, por más de veinte años, acerca de cómo abordar las arritmias complejas. Era un curso que ningún fellow de electrofisiología en el mundo podía perderse; recuerdo que lo hice tres veces y en todos aprendí cosas nuevas y novedosas.

Durante mi estadía en Holanda lo visitaban grandes electrofisiólogos, vienen a mi mente los doctores Josephson (+), su gran amigo, y Coumel, Puech, Schwartz, Priori, Rosenbaun, Waldo, Allesie, Kulbertus, Zipes, Elizari, entre otros.

Fueron unos de sus primeros fellows los doctores Jerónimo Farré, Pedro Brugada y Karl Heinz Kuck. En 1971 publicó el primer libro sobre estimulación programada del corazón en pacientes con taquicardias. Escribió más de 700 artículos científicos y 14 libros. En 1982 describió, junto a Zwaan, el síndrome que lleva su nombre. Formó a más de 150 electrofisiólogos del extranjero, los cuales nos entrenamos entre 1976, hasta su jubilación en 2002. Se le conoció como el «Gigante de Maastricht».

Gracias profesor por el legado que nos ha dejado en Colombia y en el mundo de la electrofisiología. Extrañaremos su presencia en los congresos, su sonrisa amable, su honestidad, respeto, humildad. Su docencia y academia fueron sus estandartes de vida. Fue un honor haberlo conocido.

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