Determinar los factores asociados con el síndrome del impostor (IP) en estudiantes de Medicina de 6 facultades peruanas.
Material y métodosEstudio multicéntrico transversal analítico realizado en estudiantes del primer al sexto año en 6 regiones peruanas. Se incluyeron características sociodemográficas, académicas y psicológicas mediante la escala de depresión, ansiedad y estrés, la escala de autoestima de Rosenberg y la escala del Fenómeno del Impostor de Clance. Los modelos lineales generalizados se construyeron mediante razones de prevalencia estimada brutas y ajustadas.
ResultadosDe 2.231 estudiantes de Medicina, el 54,3% eran mujeres y el 30,6% padecía IP. Se encontró asociación entre el IP y la depresión (RPa = 1,51; IC95%, 1,27-1,79), la ansiedad (RPa = 2,25; IC95%, 1,75-2,90), el estrés (RPa = 1,37; IC95%, 1,19-1,57) y el sexo mujer (RPa = 1,12; IC95%, 1,01-1,26).
ConclusionesDe cada 10 estudiantes de Medicina, 3 sufren IP; tener depresión, ansiedad o estrés, ser mujer y/o cursar el cuarto año fueron los factores predisponentes.
To determine the factors associated with impostor syndrome in medical students from six regions of Peru.
Material and methodsA multicentre, cross-sectional study was conduced on students from first to the sixth year in six Peruvian regions. Sociodemographic, academic, and psychological characteristics were included through the Depression, Anxiety, and Stress Scale-21, the Rosenberg Self-Esteem Scale and the Clance Imposter Phenomenon Scale. Generalised linear models were performed using crude and adjusted estimated prevalence ratios.
ResultsOf 2,231 medical students, 54.3% were female and 30.6% had the impostor phenomenon. An association was found between the PI and those who suffered from depression (aPR=1.51; 95%CI, 1.27-1.79), anxiety (aPR=2.25; 95%CI, 1.75-2.90), stress (aPR=1.37; 95%CI, 1.19-1.57), and being female (aPR=1.12; 95%CI, 1.01-1.26).
ConclusionsThree out of 10 medical students suffer from PI; having some level of depression, anxiety, stress, being a woman, and/or attending the fourth academic year were predisposing factors for their development.
El fenómeno del impostor (IP, por sus siglas en inglés) o síndrome del impostor se caracteriza por un conjunto de sentimientos de culpa por el éxito y la incapacidad para interiorizarlos, además de un sentimiento intenso de falsedad, experimentado por personas con una apreciable historia de éxito1. Viven este fenómeno individuos que consideran que sus propias capacidades no son las más adecuadas, aunque sean objetivamente capaces y competentes2,3. Las personas con IP están convencidas de que engañan a su entorno con respecto a sus capacidades y tienen miedo de ser expuestas como un fraude o impostores3.
Se han realizado investigaciones para delimitar las causas del desarrollo del IP, y se ha evidenciado una influencia de la raza, la etnia y/o la condición de inmigrante en quienes se consideran constantemente inadecuados para su propio entorno4. Esto a su vez se delimitó particularmente para las mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas e incluso la atención médica1,4. Entre los factores culturales, se observaron altos niveles en estudiantes que eran los primeros de la familia en asistir a la universidad y/o a la facultad de Medicina, además de trabajar o estudiar en otro país4,5. Integrar cualquier programa de educación superior que incluyera un nivel de aprendiz (estudiante, interno residente, fellow), estar rodeado de individuos igualmente impulsados, sobresalientes y estar en constante evaluación (estudiantes de Medicina durante sus rotaciones clínicas) desencadenaban la aparición del IP en las diversas poblaciones de estudio1–3.
Las personas con IP manifiestan cierto grado de incapacidad para delegar funciones y tomar decisiones importantes y tienden a procrastinar la entrega de proyectos, lo cual les impide liderar grupos de trabajo, o establecerse metas imposibles que terminan por reducir la moral de otros empleados que se ven afectados por un liderazgo deficiente4,6,7. Esto desencadena que quienes padecen IP se encuentren más propensos a la incapacidad de tomar decisiones o liderar grupos, además de contraer enfermedades crónicas, trastornos de la adaptación (depresión, ansiedad) y, en ciertos casos, hasta tendencias suicidas8,9.
Actualmente el IP se ha observado en ambos sexos3–5,8–11 y en diversos profesionales; sin embargo, los profesionales médicos son los que en mayor proporción padecen esta condición4,5, lo cual también se describe en estudiantes universitarios8,11 que cursan la carrera de Medicina humana8,9.
Con lo anteriormente expuesto, a pesar de que el IP se considera un constructo psicológico que se encuentra en quienes subestiman sus habilidades y destrezas, aún no está muy estudiado ni reportado4. A pesar de ello, se ha podido demostrar que las personas afectadas por el IP son incapaces de internalizar sus éxitos y al mismo tiempo pueden magnificar los fracasos1,2,4, por lo que la presente investigación busca cuantificar la prevalencia del IP y determinar los principales factores que se asocian en los estudiantes de Medicina de 6 facultades de Medicina de Perú.
Material y métodosDiseño de estudio y poblaciónEste es un estudio transversal analítico llevado a cabo en estudiantes de 6 facultades de Medicina; 3 de ellas, públicas, ubicadas en las regiones de Ica (Universidad Nacional San Luis Gonzaga), Ancash (Universidad Nacional del Santa) y Ucayali (Universidad Nacional de Ucayali) y 3 privadas, ubicadas en las regiones de Lambayeque (Universidad San Martin de Porres Filial Norte), Junín (Universidad Continental) y Tacna (Universidad Privada de Tacna).
Se contó con una muestra inicial de 2.819 estudiantes de Medicina. El tamaño de muestra se calculó con un nivel de confianza del 97% y un margen de error del 3%, lo que resultó en un tamaño muestral de 2.348, que posteriormente se ajustó por unas posibles pérdidas del 20%. Durante la ejecución, se descartaron 100 encuestas (4,3%) porque no presentaban el consentimiento informado firmado y 17 (0,7%) por datos incompletos que imposibilitaban su análisis, lo cual llevó a un tamaño muestral final de 2.231 estudiantes (fig. 1).
Para la lista de seleccionados mediante el muestreo estratificado, se consideró a todos los participantes que estaban matriculados durante el semestre académico 2019-I correspondientes al primer y el sexto año de Medicina que no tenían algún problema para la comunicación escrita y brindaron su consentimiento informado. Se excluyeron las encuestas incompletas o que contuvieran más de 2 datos que imposibilitaran su análisis.
El presente estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Ucayali (Ucayali, Perú). Se obtuvo la autorización de cada una de las escuelas de Medicina participantes en este estudio para su ejecución; durante la recolección de datos, cada encuestador procedió a explicar detalladamente a los estudiantes seleccionados sobre el propósito y el objetivo principal de la investigación, recalcando su confiabilidad y anonimato.
Instrumento y variablesEl instrumento constó de una encuesta autoaplicable que se entregó a cada participante; la primera sección delimita la información principal sobre el estudio y su consentimiento informado; la segunda sección corresponde a las características sociodemográficas de los participantes: edad, sexo, estado civil, convivientes actuales y métodos para solventar dinero, así como el promedio de horas dedicadas a trabajar. Entre las características académicas evaluadas, se consideró el año académico, el año de ingreso, las horas aproximadas de estudio diario y las actividades extracurriculares y su tipo.
Las características psicológicas evaluadas en la tercera sección fueron los trastornos de la adaptación, con el objetivo de determinar la presencia de efectos negativos de ansiedad, depresión y estrés, que incluyen síntomas esenciales que dificultan la relajación, tensión nerviosa, hiporexia, irritabilidad y agitación12. Para ello se usó la escala de Depresión, Ansiedad y Estrés (DASS) en su versión corta13 denominada DASS-21, la cual presenta una adaptación validada al español en una población universitaria similar14, con coeficientes alfa de Cronbach de 0,85, 0,73 y 0,83 para las subescalas depresión, ansiedad y estrés respectivamente; sin embargo, en conjunto los ítems que componen el DASS-21 obtuvieron α=0,9114.
La escala presenta 21 ítems con 4 alternativas en una escala Likert de 0 (rara vez), 1 (algunas veces), 2 (muchas veces) y 3 (casi siempre) para evaluar 3 parámetros, entre ellos la depresión (ítems 3, 5, 10, 13, 16, 17 y 21), ansiedad (ítems 2, 4, 7, 9, 15, 19 y 20) y estrés (ítems 1, 6, 8, 11, 12, 14 y 18). Los valores para la escala en depresión fluctúa entre normal (0-4 puntos), depresión leve (5-6 puntos), moderada (7-10 puntos), grave (11-13 puntos) y extremadamente grave (más de 14 puntos); los niveles ansiedad fluctúan entre normal (0-3 puntos), ansiedad leve (4-5 puntos), moderada (6-7 puntos), grave (8-9 puntos) y extremadamente grave (más de 10 puntos) y los niveles de estrés fluctúan de normal (0-7 puntos) a estrés leve (8-9 puntos), moderado (10-12 puntos), grave (13-16 puntos) y extremadamente grave (más de 17 puntos)14.
Además, se evaluó la autoestima a través de la Escala de Rosenberg para Autoestima (EAR)15, que aborda aspectos relacionados con sentirse competente en varios aspectos de la vida; la dimensión sobre autodesprecio emplea términos peyorativos asociados con la simpatía con uno mismo16 en su versión adaptada al castellano15–17 (α=0,75)17. La escala consta de 10 ítems sobre los sentimientos de la persona sobre sí misma con las primeras 5 afirmaciones positivas (ítems 1, 2, 3, 4 y 5), en una escala tipo Likert de 4 puntos: 1 (muy en desacuerdo), 2 (en desacuerdo), 3 (de acuerdo) y 4 (muy de acuerdo). La puntución se invierte en las afirmaciones negativas (ítems 6, 7, 8, 9 y 10). Los valores de la escala fluctúan de autoestima baja (< 25 puntos), normal (25-35 puntos) y alta (> 35 puntos)17.
El IP se evaluó a través de la Escala del Fenómeno del Impostor de Clance (CIPS, por sus siglas en inglés)1,18, que determina la claridad del autoconcepto, componentes de la autoestima social y la preocupación por haber logrado los éxitos por casualidad18. Su versión original cuenta con α=0,9618; la versión adaptada del CIPS al español19 presentó un test de esfericidad y un índice de adecuación muestral significativo (0,89); la confiabilidad del instrumento mostró α=0,92. Sin embargo, debido a que la escala no estaba adaptada a una población similar a la de nuestro estudio, los autores realizamos una prueba piloto conformada por 280 estudiantes de una de las sedes del estudio en la región de Ucayali durante el año académico 2018; de esta forma se pudo determinar una consistencia interna con α=0,91, además de la permanencia de todos los ítems del instrumento debido a que estas no modificaban el constructo final.
Por lo que la CIPS se compone de 20 ítems que se puntúan a través de una escala tipo Likert de 5 puntos: 1 (nunca), 2 (rara vez), 3 (a veces), 4 (con frecuencia) y 5 (es muy cierto). La suma de los 20 ítems brinda la puntuación; los valores < 62 muestran ausencia de IP y los ≥ 62 puntos determinan IP19,20.
Análisis de los datosLos datos recolectados en la encuesta se registraron en una hoja de cálculo del programa Excel 2013, digitados en 2 oportunidades de manera independiente por diferentes personas para comprobar la calidad de los datos. Se analizaron los datos con el paquete estadístico STATA versión 14; las variables cualitativas se presentaron en frecuencia y porcentaje y las cuantitativas, en mediana [intervalo intercuartílico] en caso de distribución no normal, después de comprobarlo mediante la prueba skewness kurtosis con un valor de p < 0,05.
Con respecto a las estadísticas inferenciales para las variables cualitativas, se procedió a dicotomizar las variables del DASS-21 considerando como afectados por la condición a quienes presentaran algún grado de depresión, ansiedad y estrés según cada una de las subescalas; finalmente, esta recodificación se empleó para utilizar modelos generalizados aplicando regresión logística tanto para el análisis en bruto (razones de prevalencia bruta [RP]) como ajustado (RP ajustada [RPa]); se consideró significativo un valor de p < 0,05.
ResultadosConformaron la población de estudio 2.231 estudiantes de Medicina humana de 6 universidades peruanas; la mediana de edad fue 21 [19-23] años; el 96% de los participantes (2.140) manifestaron estar solteros (tabla 1).
Características generales de la población estudiada
Edad (años) | 21 [19-23] |
Sexo | |
Mujeres | 1.211 (54,3) |
Varones | 1.020 (45,7) |
Estado civil | |
Soltero | 2.141 (96) |
Conviviente/casado | 87 (3,9) |
Separado/divorciado | 3 (0,1) |
Año académico | |
Primer año | 475 (21,3) |
Segundo año | 515 (23,1) |
Tercer año | 414 (18,6) |
Cuarto año | 278 (12,4) |
Quinto año | 232 (10,4) |
Sexto año | 317 (14,2) |
Universidad | |
Universidad Continental | 522 (23,4) |
Universidad de San Martín de Porres (Filial Norte) | 393 (17,6) |
Universidad Nacional de Ucayali | 298 (13,4) |
Universidad San Luis Gonzaga | 558 (25) |
Universidad Privada de Tacna | 274 (12,3) |
Universidad Nacional de Santa | 186 (8,3) |
Ingresos económicos | |
Recibe dinero de sus padres | 1.815 (81,9) |
Trabaja | 114 (5,2) |
Recibe dinero y trabaja | 286 (12,9) |
Horas de trabajos semanales | 10 [5-24] |
Horas de estudio semanales | 8 [5-19] |
Los valores expresan n (%) o mediana [intervalo intercuartílico].
El 72,8% (1.496) indicó que vivía con alguien de su familia (padres, hermanos y/o tíos); el 19,2% (394) vivía solo y el 3,2% (66), con su pareja. Asimismo, el 12,9% (286) manifestó recibir dinero de sus familiares y trabajar. El 56,4% (1.244) indicó no estar conforme con su rendimiento académico, y solo el 43,6% (960) realizaba algún tipo de actividad extracurricular dentro de su vida universitaria: el 43% (480), cualquier tipo de deporte; el 24,4% (239), alguna afinidad por arte y/o música, y el 21% (234) y el 15,7% (176) pertenecían al centro de estudiantes o una sociedad científica respectivamente (tabla 1).
Según el DASS-21, el 60,7% (1.355) no tenía ningún grado de estrés; sin embargo, el 17,8% (398), el 14,2% (316), el 5,6% (125) y el 1,7% (37) indicaron niveles de estrés leve, moderado, grave y extremadamente grave respectivamente. Se encontró que el 32,9% (735) no tenía ningún grado de ansiedad, pero el 15,8% (352), el 18,9% (422), el 13,8% (307) y el 18,6% (415) mostraron niveles de ansiedad leve, moderada, grave y extremadamente grave. Por último, el 50,8% (1.133) mostró algún grado de depresión, a diferencia del 14,7% (327), el 23,2% (518), el 7,8% (174) y el 3,5% (79) con depresión leve, moderada, grave y extremadamente grave (fig. 2).
Respecto a la EAR, se pudo determinar que el 22,3% (497) de los participantes tenían niveles normales de autoestima; el 75,3% (1.681), autoestima baja y solo el 2,4% (53), autoestima alta (fig. 2). Además, se encontró que el 22,1% (372) y el 19,5% (328) de quienes tenían autoestima baja se encontraban en el segundo y el primer año de Medicina respectivamente, a diferencia de los estudiantes de quinto año, que tuvieron los niveles más altos de autoestima, el 28,3% (15). Se pudo determinar una asociación estadísticamente significativa (p < 0,05) mediante la prueba de la χ2 con respecto al año académico y la EAR.
En el CIPS, se encontró que solo el 30,6% (682) de los estudiantes padecían IP (fig. 3). Además, se encontró que durante el segundo, el cuarto y el tercer año sufrían un IP el 20,8% (142), el 19,9% (136) y el 19,7% (134) respectivamente (asociación respecto al año académico y el CIPS mediante χ2, p < 0,05).
En el análisis bivariado se encontró que ser mujer, cursar el cuarto año de Medicina y padecer algún grado de depresión, ansiedad o estrés tuvieron una probabilidad 1,14 (RP=1,14; intervalo de confianza del 95% [IC95%], 1,01-1,29), 1,83 (RP=1,83; IC95%, 1,51-2,22), 2,67 (RP=2,67; IC95%, 2,31-3,09), 3,80 (RP = 3,80; IC95%, 3,06-4,73) y 2,29 (RP = 2,29; IC95%, 2,02-2,60) mayor de sufrir un IP que quienes no padecían ninguna de estas condiciones. Asimismo, se encontró que quienes tenían niveles altos de autoestima cursaban con menos probabilidad de IP (tabla 2).
Análisis bivariado y multivariado de los factores asociados con el fenómeno del impostor en estudiantes de Medicina
RP | IC95% | p | RPa | IC95% | p | |
---|---|---|---|---|---|---|
Sexo | ||||||
Varones | Ref. | Ref. | ||||
Mujeres | 1,14 | 1,01-1,29 | 0,045 | 1,12 | 1,01-1,26 | 0,047 |
Depresión | ||||||
Sin depresión | Ref. | Ref. | ||||
Con depresión | 2,67 | 2,31-3,09 | <0,001 | 1,51 | 1,27-1,79 | <0,001 |
Ansiedad | ||||||
Sin ansiedad | Ref. | Ref. | ||||
Con ansiedad | 3,80 | 3,06-4,73 | <0,001 | 2,25 | 1,75-2,90 | <0,001 |
Estrés | ||||||
Sin estrés | Ref. | Ref. | ||||
Con estrés | 2,29 | 2,02-2,60 | <0,001 | 1,37 | 1,19-1,57 | <0,001 |
Autoestima | ||||||
Baja | Ref. | Ref. | ||||
Normal | 0,92 | 0,79-1,07 | 0,300 | 0,84 | 0,72-0,97 | 0,023 |
Alta | 0,30 | 0,13-0,69 | 0,005 | 0,42 | 0,19-0,88 | 0,023 |
Año académico | ||||||
Primer año | Ref. | Ref. | ||||
Segundo año | 1,03 | 0,84-1,27 | 0,768 | 0,92 | 0,76-1,11 | 0,397 |
Tercer año | 1,21 | 0,99-1,48 | 0,066 | 1,02 | 0,85-1,24 | 0,805 |
Cuarto año | 1,83 | 1,51-2,22 | <0,001 | 1,44 | 1,20-1,73 | <0,001 |
Quinto año | 0,76 | 0,56-1,02 | 0,066 | 0,79 | 0,59-1,04 | 0,089 |
Sexto año | 1,13 | 0,91-1,42 | 0,275 | 1,03 | 0,82-1,29 | 0,823 |
Conforme con el rendimiento académico | 0,61 | 0,53-0,70 | <0,001 | 0,73 | 0,64-0,84 | <0,001 |
IC95%: intervalo de confianza del 95%; RP: razón de prevalencia bruta; RPa: RP ajustada.
Finalmente, respecto al análisis multivariado, se realizó el ajuste por las variables descritas, y se pudo determinar que los participantes que tenían depresión, ansiedad o estrés tenían una probabilidad hasta el 51% (RPa = 1,51; IC95%, 1,27-1,79), el 125% (RPa = 2,25; IC95%, 1,75-2,90) y el 37% (RPa = 1,37; IC95%, 1,19-1,57) mayor de sufrir un IP. Las mujeres mostraron una predisposición al IP hasta un 12% (RPa = 1,12; IC95%, 1,01-1,26) mayor que los varones. Además, los estudiantes con alta autoestima y conformes con su rendimiento académico mostraron un 58% (RPa = 0,42; IC95%, 0,19-0,88) y un 27% (RPa = 0,73; IC95%, 0,64-0,84) menos probabilidad de un IP (tabla 2).
DiscusiónLa prevalencia de IP mostró una mayor frecuencia en mujeres. Se ha visto que la población masculina suele confiar más en su capacidad intelectual, a diferencia de las mujeres. Sin embargo, actuar bajo este concepto social permite considerar incapaces a las mujeres y, de no hacerlo, considerar que pierden su feminidad, con lo que se devalúa su propio éxito al buscar disminuir esta polaridad12. Por ello, el «éxito» para ellas es más difícil de valorar y conseguir por diversas expectativas sociales; las mujeres tienden a mostrar la necesidad de explicar sus logros imputando su inteligencia y/o dando crédito a factores externos ajenos a su propia capacidad2.
Estudios previos han logrado delimitar cierta diferencia en las prevalencias del IP por sexo, y los varones muestran mayor tendencia a estos sentimientos21–23. Incluso estas investigaciones nos han permitido determinar que los varones no suelen reconocer abiertamente el IP, ya que suelen protegerse de este tipo de emociones24. De esta manera, ellos suelen adoptar por miedo a presentar un rol masculino atípico o una posición que podría cuestionar su sexualidad, por lo cual muestran una apariencia indiferente para no sentirse inadaptados ante la sociedad que los rodea24. Eso explicaría por qué el IP, observado en un inicio en mujeres, hoy admite tendencias mixtas con respecto a su distribución por sexos3–5,9–11,25–27. Sin embargo, aún se considera al IP como uno de los desafíos más grandes que afrontan las mujeres dentro de la carrera médica28, en coincidencia con investigaciones que demuestran la asociación entre el IP y una menor planificación de la carrera y el esfuerzo profesional, además de la motivación para perseguir y asumir el liderazgo29.
En nuestra investigación se encontró que solo 3 de cada 10 estudiantes padecían IP, además de la asociación entre los estudiantes que cursan el cuarto año y una mayor tendencia al IP. Diversos estudios1–5,8,9 nos han permitido concluir que una transición en el desarrollo académico de cualquier estudiante, la asignación de nuevos deberes, la intención de sobresalir, formar parte de cualquier programa que signifique un aprendizaje continuo y escalado y estar en evaluación son también determinantes del desarrollo de IP1. En nuestro país, la mayoría de las escuelas de Medicina humana comienzan sus prácticas hospitalarias durante el cuarto año, lo cual representa un cambio en la metodología, la enseñanza y las constantes evaluaciones para los estudiantes del pregrado ante los pacientes, lo que explicaría el desarrollo desmedido de IP en la población inmersa en este año académico.
Estar conformes con el rendimiento académico y/o tener niveles altos de autoestima brindan una correlación negativa con el IP debido a que los individuos con alta autoestima atribuyen sus logros a sus propias capacidades, por su propia inteligencia y/o competencia30–32. Algunos autores31,32 recomiendan y hasta creen necesario contar con niveles altos de autoestima pero, a su vez, poseer ciertas características del IP para que el futuro médico cuente con una práctica médica adecuada, sostenible y hasta cierto punto saludable, ya que le podría brindar las herramientas necesarias para diagnosticar y tratar al paciente con cautela y cuidado.
Los niveles de depresión aumentaron un 56% la probabilidad de padecer IP. Sin embargo, estos síntomas no siempre son concomitantes, ya que varios autores declararon que se puede experimentar síntomas similares a trastornos depresivos leves33,34. Los pacientes con IP y algún grado de depresión suelen ser más críticos y duros consigo mismos, enmascarando síntomas depresivos, disminuyendo su rendimiento, su capacidad para lograr sus metas y una mayor productividad38,39 sin la capacidad de percibir el éxito en sus logros34.
Las personas con IP pueden no alcanzar sus objetivos porque estos se ven envueltos en un círculo vicioso con estados de ansiedad presentes diariamente. Del mismo modo, el estrés aumentó en un 39% la probabilidad de sufrir IP. Esto se debe a una lucha persistente en demostrar que deben ser los mejores en su clase, descartando sus propios talentos y menospreciando su propia capacidad. Finalmente, los síntomas relacionados con la ansiedad presentan asociación con el IP35; las evaluaciones constantes, el miedo al fracaso, las dudas generadas, la aprehensión, la falta de confianza y el temor a ser expuestos como un fraude36,37 provocan e incentivan una preparación intensa hacia el éxito y el perfeccionismo, pero en el transcurso terminan deslegitimando sus logros, y esto se convierte en un ciclo repetitivo constante35–37.
Nuestra investigación presenta ciertas limitaciones, como el acceso a los diferentes horarios de todos los participantes seleccionados en las universidades, y su compromiso para brindar su consentimiento informado, además de no poder ejecutar un estudio de casos y controldes y/o longitudinal para poder determinar la causalidad del IP presente en los estudiantes de Medicina.
ConclusionesTres de cada 10 estudiantes de Medicina padecen IP. Sufrir algún grado de depresión, ansiedad o estrés, ser mujer y/o cursar el cuarto año académico son factores que predisponen al IP. Asimismo se identificó que estar conforme con el rendimiento académico y tener alta autoestima son factores protectores contra el IP en estudiantes de Medicina.
Se recomienda ampliar el estudio a escala nacional, con todos los estudiantes de ciencias de la salud, dado el ambiente hostil al que estos se enfrentan en los hospitales, aplicando técnicas de muestreo que permitan extrapolar los datos a la realidad de los estudiantes de ciencias de la salud peruanos.
Se propone ampliar la investigación a un estudio de casos y controles para determinar con mayor exactitud los factores de riesgo de IP, así como un estudio longitudinal de pueda determinar si existe causalidad entre otras variables, además de una relación con los años de estancia en la universidad.
Nuestra investigación recomienda brindar consejo, asesoría y acompañamiento psicológico al estudiante a lo largo de su carrera universitaria para poder detectar a tiempo condiciones psicológicas que le impidan desempeñarse adecuadamente dentro de sus actividades académicas y terminen repercutiendo en el desarrollo de IP.
FinanciaciónLa presente investigación fue autofinanciada por todos los autores.
Conflicto de interesesEl piloto del presente estudio formó parte de la tesis de la médico cirujana Jennifer Vilchez-Cornejo titulada «Factores asociados al síndrome del impostor en estudiantes de medicina de la Universidad Nacional de Ucayali, 2018», sustentada durante el 2019 en la Universidad Nacional de Ucayali.
Los autores desean agradecer a la estudiante universitaria Julia García Gutiérrez, quién contribuyó en las versiones iniciales del artículo y la recolección de los datos.