Un varón de 16 años, propuesto para cirugía por fractura de radio y cóndilo mandibular tras caída de moto presentó, en el electrocardiograma preoperatorio, signos de isquemia miocárdica como hallazgo casual. La coronariografía detectó una obstrucción completa de la rama descendente anterior y se confirmó el diagnóstico de síndrome coronario agudo con elevación de ST, sin viabilidad miocárdica. Dado que el paciente mantenía un aceptable estado general, y con el fin de evitar secuelas funcionales graves, se intervino en el 17° día de evolución, bajo bloqueo axilar, con buena tolerancia.
Aunque la solicitud indiscriminada de pruebas preoperatorias no está recomendada por la literatura médica, se sigue realizando en muchos centros, posiblemente por motivos organizativos y de cobertura legal. En el caso presentado, el electrocardiograma permitió el diagnóstico de una lesión grave y el ajuste de la técnica anestésica a esta condición, lo que posiblemente evitó consecuencias devastadoras.
Como conclusión, se sugiere la conveniencia de realizar un control electrocardiográfico a cualquier paciente con sospecha de haber sufrido un traumatismo torácico cerrado, independientemente de la gravedad de las lesiones, especialmente si va a ser sometido a intervención quirúrgica.
A preoperative electrocardiogram in a 16-year-old boy scheduled for surgery for a fractured radius and mandibular condyle after a motorcycle accident showed signs of myocardial ischemia as an incidental finding. Coronary arteriography revealed complete occlusion of the anterior descending artery, confirming a diagnosis of acute coronary syndrome with ST elevation, with no myocardial viability. As the patient’s general condition was acceptable, to prevent severe functional sequelae, surgery was rescheduled for 17 days later. An axillary block was well tolerated at that time. While indiscriminate ordering of preoperative tests is not recommended in the literature, such testing continues to be practiced in many hospitals, possibly for reasons of organization and legal cover. In our case, the electrocardiogram made it possible to diagnose a severe lesion and adjust the anesthetic technique to suit this situation, thereby possibly preventing devastating consequences. We recommend performing an electrocardiogram on all patients with suspected blunt chest trauma, regardless of the severity of the lesions, particularly in patients scheduled for surgery.
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