La sospecha diagnóstica fue una cavidad de Stafne, pero la localización atípica (normalmente se encuentra en la región posterior del cuerpo mandibular) nos obligó a descartar otras posibilidades. La resonancia magnética (fig. 1) describió una señal hiperintensa erosionando la cortical lingual mandibular en la región parasinfisaria izquierda, en la localización de las glándulas sublinguales accesorias, y adenopatías hiperintensas menores de un centímetro en las regiones submandibular y submental bilateralmente. Se realizó una exploración quirúrgica bajo anestesia general y los hallazgos consistieron en una glándula sublingual izquierda hipertrófica (fig. 2); se tomó una muestra de la misma para análisis histológico. Intraoperatoriamente, el hueso tenía un aspecto totalmente normal. La anatomía patológica definitiva fue de tejido de glándula salival con cambios inflamatorios crónicos y sin otras alteraciones, con lo que se confirmó el diagnóstico de cavidad de Stafne. Un año y medio tras la intervención, el paciente permanece asintomático.
La cavidad de Stafne fue descrita por Stafne en el año 19421 como una imagen radiolúcida bien definida, unilocular, redonda u ovoide, en la región posterior del cuerpo mandibular, entre el primer molar y el ángulo mandibular, normalmente asintomática y diagnosticada como un hallazgo casual en una radiografía de rutina. Su incidencia se estima entre un 0,09 y un 0,3%2,3. En muy pocos pacientes, se presenta de forma bilateral. En la mayor parte de los casos, esta lesión es asintomática, como en nuestro paciente; pero en algunos pacientes puede darse dolor local4. Este tipo de lesión aparece de forma muy rara en la región anterior mandibular5 y hay muy pocos casos descritos en la literatura en esta localización6. Cuando se localiza en la mandíbula anterior, normalmente lo hace entre el canino y el primer molar, por encima del músculo milohioideo y bajo los ápices de los dientes5,7, mientras que la localización en la región incisal es mucho menos frecuente8. En nuestro paciente, la imagen radiolúcida estaba situada en la parasínfisis izquierda, bajo los incisivos inferiores. Esta localización inusual hace más difícil el diagnóstico; muchas veces, la cavidad ósea puede verse en relación con los ápices dentales, confundiendo esta entidad con otras alteraciones, como el quiste radicular, el queratoquiste odontogénico y otras. Debido a esto, algunas veces es necesario realizar una exploración quirúrgica y tomar una biopsia para confirmar el diagnóstico y descartar otras enfermedades, fundamentalmente cuando los síntomas persisten o cuando se sospecha otra etiología. Si este no es el caso, el manejo consiste únicamente en seguimiento radiográfico. Con respecto al origen de esta lesión, no está muy claro. Stafne y otros autores defienden el origen congénito de esta entidad, pero otros creen que es debido a una alteración del desarrollo. Stafne por ejemplo sugirió que estas cavidades aparecían en la mandíbula por un proceso anormal de osificación1. La teoría del desarrollo defiende que la presión constante producida en el hueso por estructuras anatómicas como las glándulas salivares2,4 o incluso la arteria facial9 son la razón del desarrollo de cavidades en el hueso mandibular. Hay algunos casos descritos en la literatura que muestran cavidades óseas en la mandíbula con radiografías previas normales10, una prueba más a favor del origen no congénito de esta entidad.
ConclusiónLas cavidades de Stafne normalmente se encuentran en la región posterior del cuerpo mandibular. Son muy infrecuentes en la región anterior. Normalmente son asintomáticas y solo necesitan seguimiento radiográfico. La localización en la región anterior mandibular supone un problema diagnóstico, que hace a veces necesario llevar a cabo una cirugía exploratoria y biopsia para confirmar el diagnóstico, sobre todo cuando persisten los síntomas o cuando se sospechan otras enfermedades.
Conflicto de interesesLos autores declaran que no existe ningún tipo de conflicto de intereses en este trabajo.