Una vez analizada la pieza se observaron imágenes histológicas compatibles con un osteoma.
Se realizó una segunda intervención para extirpar la lesión, optando por acceder al seno maxilar mediante una osteotomía de tipo LeFort I e incidiendo en la mucosa sinusal. De esta manera conseguimos un adecuado acceso quirúrgico con el que abordar el osteoma. La extirpación se realizó de forma progresiva mediante diversas osteotomías que fragmentaron la tumoración (fig. 1). Para el control de las paredes orbitarias utilizamos un abordaje subpalpebral a través del cual pudimos completar la resección de la porción intraorbitaria (fig. 2) y reconstruir el suelo de la órbita mediante la adaptación de una malla de titanio que se fijó con tornillos monocorticales.
Se solicitó una nueva TC de control con reconstrucción en 3D donde no se visualizan restos de la tumoración y comprobamos la correcta reconstrucción de la cavidad orbitaria consiguiendo restituir la posición del globo ocular derecho y mantener la simetría con respecto a la órbita contralateral (fig. 3). A nivel funcional, se observa una desaparición de la distopia ocular y la exploración no evidencia alteraciones en la agudeza visual. En el estudio anatomopatológico de la pieza quirúrgica se confirma el diagnóstico de osteoma al observarse tejido óseo denso, compacto y con pequeños espacios intertrabeculares (fig. 4).
El osteoma es el tumor benigno más frecuente de los senos paranasales1,2, de crecimiento lento, que se caracterizan por la proliferación de hueso compacto o esponjoso3. La incidencia varía entre un 1-3%, siendo el patrón de edad variable y con cierta predisposición por el sexo masculino en una relación 1,5-2:12. La etiología sigue siendo desconocida, aunque se postulan 3 teorías: osteogénica, infecciosa o traumática. También puede ocurrir en pacientes con enfermedades genéticas como el síndrome de Gardner o la poliposis adenomatosa familiar. En cuanto a la localización, aparecen en la superficie de la bóveda craneal, la mandíbula, los senos paranasales y la órbita4. Dentro de las cavidades sinusales, la mayoría se encuentran en el seno frontal (58-68%), seguidos del etmoidal, maxilar y esfenoidal2.
La mayoría de los osteomas son asintomáticos, siendo diagnosticados de forma casual tras el estudio radiológico1,3, de los cuales de un 4 a un 10% van a generar clínica, que dependerá de la localización, pudiendo causar inflamación, asimetría facial y obstrucción del tracto nasofrontal o a nivel nasal. Si la lesión se encuentra en la cavidad orbitaria o en la vecindad puede generar desplazamiento del globo ocular, incluso compresión del nervio óptico, siendo excepcional que crezca intracranealmente y cause complicaciones neurológicas1. En las pruebas radiológicas se observa una imagen radiopaca que en la TAC se muestra como un tejido hiperdenso, homogéneo y de márgenes bien definidos sin captación de contraste5. El diagnóstico diferencial debe realizarse fundamentalmente con el osteosarcoma.
Aunque existe consenso acerca del tratamiento quirúrgico de los osteomas sintomáticos, hay ciertas controversias con respecto al seguimiento de los casos asintomáticos1,3. En nuestra paciente la indicación quirúrgica fue establecida con base en los síntomas oftalmológicos. Por eso, el principal objetivo planteado era eliminar la porción intraorbitaria del osteoma que ocasionaba la alteración en la posición ocular y los síntomas visuales. La mayoría de los autores suelen defender la utilización de sistemas endoscópicos para la exéresis de osteomas en los senos paranasales6. En nuestro caso descartamos esa opción dado el gran tamaño de la lesión y la afectación orbitaria. Decidimos realizar un abordaje abierto que nos permitiera extirpar la tumoración en su totalidad mediante un adecuado acceso quirúrgico y mantener un control exhaustivo de la situación del contenido intraorbitario, especialmente en el momento de proceder a la resección de la porción del osteoma que penetraba en la órbita. El abordaje empleado a nivel orbitario también nos permitiría colocar la malla de titanio preformada para reconstruir el suelo de la órbita.
La utilización de la osteotomía de tipo LeFort I es una opción útil para abordar lesiones localizadas en el seno maxilar mediante incisiones intraorales que permiten un adecuado acceso a la cavidad sinusal y pueden ser asistidas por endoscopio en todo momento.
ConclusiónEl tratamiento quirúrgico de los osteomas en senos paranasales debe ser individualizado. Aunque la vía endoscópica suele ser la primera opción terapéutica, en algunas ocasiones debemos emplear otro tipo de abordajes en función de la localización, el tamaño del tumor y las posibles complicaciones.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNo.
No.