Acepto coninterés el ofrecimiento de sugerir algo por mi parte alcomentario muy bien documentado del Dr. Saló Orfila. Enprimer lugar, es de justicia referirme a mis colaboradores en eltrabajo y especialmente la aportación, en los inicios delmismo, de las Tesis Doctorales de Lazo-Zbikowski Jr. y M.Álvarez. Son dos excelentes trabajos biomecánicosexperimentales, creo que los primeros en España de estanaturaleza (estensometría), que hay que destacar en lahistoria de la Biocompresión y compartir con sus autorescualquier distinción.
La amplia ydocumentada relación de aportaciones de nuevos conceptos ytrabajos innominados la mayoría que enriquecen el comentariodel Dr. Saló, demuestran la preparación yconocimientos sobre el tema del comentarista. Lo quiero felicitar.A mi juicio, todos estos trabajos y otros han ido, «aposteriori», confirmando aspectos de la Teoría yConcepto de la Biocompresión. De mi base de datosbibliográfica, (programa Erid Note Plus), podría irponiéndole numeritos a casi cada línea de lo escritopor el Dr. Saló. Me alegra que el Dr. Saló estime queel nombre de Biocompresión fue acertado (muy pocos lo hanentendido así), ya que la DINAMIZACIÓN, pretendidosinónimo sin serlo, es en Física el estudio de lasfuerzas y sus efectos. Por tanto, una expresión amplia, queconduce a errores, como dice Perren. Recomiendo a los interesadosen el tema la lectura meditada y consultando la bibliografíade nuestro Editorial: «Osteosíntesis Estáticasy Dinámicas», que espero publicar algúndía, como Tema de Actualización.
Elpenúltimo párrafo del comentario del Dr. SalóOrfila atribuye a la fecha de Junio de 1999, ladefinición de la BIOCOMPRESION como «lastensodeformaciones localmente consideradas del hueso sano ofracturado, incluido el foco de fractura y el callo, bajo lascargas de la actividad funcional». Esa definicióntiene plena vigencia, pero también casi veinte años,pues es la primera frase del trabajo de nuestra escuela«Biocompression External Fixation» que publicamos enClinical Orthopaedics and R.R. en 1986, aceptado en 1984, (perocuya primera sumisión, antes de las correcciones ycríticas del comité editorial, fue en1982).
Lacolaboración del Prof. Cañadell, querido y admirado,ha sido valiosísima en el diseño y uso del MonotuboLC y Triax, especialmente en alargamientos, pero noparticipó en la elaboración del concepto yTeoría de la Biocompresión, netamente sevillana.Sé que José María, por su humanidad yhonestidad, sabrá apreciar este matiz de devoción,debida a mis colaboradores en el tema.
El Dr.Saló deja al tiempo, el juicio definitivo. No sólo loacepto, sino que repito una vez más que si alguien demuestraque los fundamentos de la Teoría de la Biocompresiónson falsos, yo seré el primero en pregonar mi error. Peromientras, permítanme al menos que, como Unamuno, diga:«El tiempo y yo contra otros dos».
J. Lazo Zbikowski
Dpto. de Traumatología y CirugíaOrtopédica
Hospital U. Virgen del Rocío. Sevilla.