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Vol. 42. Núm. 2.
Páginas 125-130 (abril 1998)
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El estado biológico del fémur como factor predictivo de la remodelación ósea. Estudio densitométrico
Biological state of the femur as a predictive factor in bone remodeling. Densitometric study
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J J. Panisello Sebastiá, A. Herrera Rodríguez, A. Peguero Bona, A. Martínez Martín, A. Calvo Díaz, J. Domingo Cebollada
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REVISTA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA

Volumen 42, pp 125-130

© 1996 EDITORIAL GARSI

El estado biológico del fémur como factor predictivo

de la remodelación ósea. Estudio densitométrico

J. J. PANISELLO SEBASTIÁ, A. HERRERA RODRÍGUEZ, A. PEGUERO BONA, A. MARTÍNEZ MARTÍN,

A. CALVO DÍAZ y J. DOMINGO CEBOLLADA

Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica. Hospital Miguel Servet. Zaragoza.

Correspondencia:

Dr. J. J. PANISELLO SEBASTIÁ.

Gertrudis Gómez de Avellaneda, 57, portal 3, 1.° O.

50015 Zaragoza.

En Redacción: Febrero de 1997.


RESUMEN: No está bien establecido la influencia de la calidad ósea en el remodelado periprotésico tras artroplastia total no cementada de cadera. Se realiza un estudio mediante densitometría en 88 pacientes afectos de coxartrosis en quienes se implantó una prótesis de apoyo metafisario y recubrimiento de hidroxiapatita (ABG), analizando los cambios acaecidos durante el primer año. El peso, la talla y la edad demostraron ser factores no determinantes en la magnitud de estos cambios. Únicamente el sexo se muestra como un factor influyente en la medida que provoca diferencias en la masa y rigidez del fémur. Mediante el análisis estadístico se establecen las diferencias de masa ósea entre sexos y los diferentes patrones de remodelación que determinan. También se elaboran modelos matemáticos capaces de predecir entre el 60-65% de la masa ósea final conociendo los valores en el preoperatorio.

PALABRAS CLAVE: Cadera. Prótesis total. Remodelación ósea. Densitometría.

BIOLOGICAL STATE OF THE FEMUR AS A PREDICTIVE FACTOR IN BONE REMODELING. DENSITOMETRIC STUDY

ABSTRACT: The influence of bone quality on periprosthetic remodeling after uncemented total hip arthroplasty was studied. A densitometric study was made of 88 patients with coxarthrosis in whom a metaphyseal support prosthesis with hydroxyapatite covering (ABG) was implanted. The changes that occurred in the first year after implantation were analyzed. Weight, height and age were not determinant of the magnitude of these changes. Only sex was influential, conditioning differences in bone mass and patterns of remodeling. Mathematical models were developed which proved capable of predicting 60-65% of final bone mass on the basis of preoperative values.

KEY WORDS: Hip. Total prosthesis. Bone remodeling. Densitometry.


El desarrollo de las técnicas absorciométricas ha permitido cuantificar la pérdida ósea involutiva que se produce en ambos sexos a partir de la cuarta década de la vida. Así se puede disponer de una traducción numérica de los cambios estructurales observados en el fémur con la radiología simple asociados a la edad. Estos cambios incluyen redistribución y pérdida de masa ósea (MO) en forma de resorción del hueso endostal y limitada aposición periostal que produce un ensanchamiento del canal intramedular con pérdida neta del grosor cortical de distinta intensidad en función de la edad o del sexo.19

El contenido mineral de cada fémur en el momento de la artroplastia, en función de estos cambios evolutivos, influirá en la remodelación ósea periprotésica en los estadios iniciales.21 Sin embargo, no está bien establecido el papel de la masa y rigidez ósea en la cuantía de estos cambios frente a otros factores ya considerados como el peso, la edad, el material, longitud y diámetro del implante, el tipo de fijación y el revestimiento del vástago.20

La consideración de este factor biológico cobra interés al pretender explicar el motivo por el cual pacientes con edades semejantes presentan patrones diferentes de remodelación ósea frente al mismo implante.5,14 Así, en unos casos se consigue una fijación adecuada con buena conservación del capital óseo proximal, en tanto que otros presentan un anclaje distal con pérdida ósea proximal por puenteo de fuerzas. De este modo quizá deba considerarse que el factor más importante en el remodelado tras implantar una prótesis total de cadera no cementada (PTC) no sean las propiedades mecánicas del vástago, sino el estado biológico del fémur en el momento de la artroplastia.20

El análisis estadístico de estos diferentes patrones de remodelación, cuantificados mediante la absorciometría dual radiográfica (DEXA) y considerando los diferentes factores clínicos, proporciona modelos matemáticos empíricos a partir de los cuales puede calcularse un aceptable porcentaje de variación ósea. Estas expresiones tendrán carácter predictivo en función de la edad y el sexo a partir de la MO femoral conocida en el preoperatorio y deben individualizarse para cada tipo de implante.

Material y Método

Con el objetivo de valorar la remodelación ósea se diseñó un estudio prospectivo controlado sobre una población de 88 pacientes afectos de coxartrosis en quienes se implantó una prótesis total no cementada de cadera tipo ABG (Howmedica). Ésta se caracteriza por un cotilo hemiesférico, fabricado con titanio, de anclaje por press-fit y con recubrimiento de hidroxiapatita (HA); el vástago también es de titanio y de configuración anatómica. La fijación se restringe a metáfisis donde presenta un diseño en sus caras anterior y posterior en forma de escamas para aumentar la estabilidad del implante y presenta a este nivel un recubrimiento de HA. La cola de este vástago es delgada y corta, evitando el contacto con la diáfisis. El implante se colocó siempre por un abordaje posteroexterno, utilizando el tamaño que consiguiera un anclaje óptimo por relleno metafisario.

Todos los casos fueron artroplastias unilaterales; 40 eran hombres y 48 mujeres, siendo la edad media de la muestra en el momento de la intervención de 64 ± 9 años (63 en varones y 67 en mujeres).

Para la evaluación clínica se empleó la escala de Merle d''Aubigne y Postel4 comparando los resultados al sexto y duodécimo mes con los obtenidos en el preoperatorio. Las determinaciones densitométricas se efectuaron en ambas caderas (sana y enferma) en el preoperatorio y a los 12 meses, analizándose además la afecta a los 15 días y a los 6 meses de la intervención. Las zonas estudiadas fueron las siete áreas de Gruen en el fémur.7

El densitómetro utilizado fue un Hologic QDR 1000®(Hologic Inc., Waltham, Massachusets),2,8 que dispone de una fuente giratoria de rayos X que genera dos rayos de energía eficaz de 70 y 140 keV.1 El haz de fotones pasa a través de un colimador de 2,3 mm, seguido de un filtro de calibración interno en rueda que contiene materiales equivalentes a hueso y tejidos blandos. La proporción de atenuación del haz de fotones por el paciente interpuesto entre la rueda de calibración permite el cálculo píxel a píxel de la densidad mineral ósea (DMO) en cada área medida. El equipo informático adaptado al densitómetro cuenta con software que permite realizar el análisis densitométrico en presencia de metal en el campo estudiado. Las principales características operativas de este densitómetro son:1 error de precisión para el fémur (1,52%), error de exactitud (2%), radiación al paciente (menos de 3 mRem). Se consideró importante la colocación del paciente en la mesa de exploración del densitómetro para que todas las exploraciones midieran las mismas áreas de estudio en el fémur, consiguiéndose mediante la adaptación de la extremidad a un dispositivo rígido, equipado con cintas de velcro, que fijaba el miembro en posición neutra.

El análisis estadístico se efectuó mediante el paquete informático SPSS. Para la comparación de porcentajes se utilizó la Chi cuadrado, para las medias la «t» de Student- Fisher para datos libres o apareados según conviniera y el coeficiente de correlación de Pearson.

Resultados

La evolución de los parámetros clínicos utilizados en la escala de Merle d''Aubigne (dolor, capacidad de deambulación y movilidad articular) no se vio notoriamente influida por ningún factor clínico. Las puntuaciones iniciales de dolor: 2,67; deambulación: 2,95, y movilidad: 3,27, fueron al final del estudio 5,67, 5,61 y 5,63, respectivamente, sin diferencias entre sexos o subgrupos de peso, edad o talla.

Los cambios de DMO mostraron a los 6 meses un patrón de pérdida ósea generalizada en torno al implante, pero con un gradiente de proximal a distal, donde las zonas más afectas fueron la uno con un descenso del 19% y la siete con pérdida del 30%. A los 12 meses se observó que prácticamente no había modificaciones respecto a las determinaciones previas. La zona 1 presentaba una pérdida del 22% y la zona 7 mostraba un descenso del 30,5% respecto a las cifras del preoperatorio. Las zonas metafisodiafisarias (2 y 6) presentaron pérdidas a los 6 meses entre el 8,7 y 9,1%, que fueron entre 8,9 y 9,3% a los 12 meses. En las zonas distales (3, 4 y 5) se observó a los 6 meses pérdidas entre el 5,2 y 10%, que fueron entre 6 y 10,6% a los 12 meses (Tabla 1 y Fig. 1).

Tabla 1. Evolución de los cambios de remodelación a lo largo del año de seguimiento.
FémurDMO

preop.

(mg

Ca/cm2)
6.°

mes

% var.
6.°

mes

media
6.°

mes

DS
6.°

mes

95% CI
12.°

mes

% var.
12.°

mes

media
12.°

mes

DS
12.°

mes

95% CI
1 744­18,7%

p = 0,0001
­141,6161,62­186,6; ­96,6­21,6%

p = 0,1306
­161,5121,73­189,4; ­133,7
2 1.195­8,7%

p = 0,0001
­106,2197,47­161,2; ­51,2­9,3%

p = 0,3238
­113,3192,62­157,4; ­69,3
3 1.495­10,0%

p < 0,0001
­151,1217,3­211,6; ­90,5­10,6%

p = 0,6874
­162,4208,15­210,3; ­114,5
4 1.581­10,0%

p = 0,0004
­161,1196,52­220,1; ­102,0­7,8%

p = 0,4881
­125,8182,39­170,0; ­81,6
5 1.569­5,2%

p < 0,0001
­80,4230,65­144,6; ­16,1­6,0%

p = 0,2954
­94,1199,22­140,0; ­48,3
6 1.339­9,1%

p < 0,0001
­123,5303,09­207,9; ­39,0­8,9%

p = 0,2330
­119,0297,82­188,0; ­51,9
7 1.250­30,2%

p < 0,0001
­381,5272,49­457,4; ­305,7­30,5%

p = 0,1669
­383,5273,31­446,0; ­321,1
DMO preop.: Cifras medias de masa ósea obtenidas en el preoperatorio. % var.: Variación observada al sexto y duodécimo mes con respecto a las cifras iniciales. Se muestra también la media de la variación, su SD, así como el intervalo de confianza al 95%. Igualmente, la significación de los cambios en estos períodos respecto a la MO inicial. DMO: Densidad mineral ósea. DS: Desviación estándar. CI: intervalo de confianza.

Figura 1. Secuencia de imágenes densitométricas: Preoperatoria, 15 días, 6 y 12 meses tras la intervención. El metal del implante aparece de color blanco; la densidad calcio aparece más blanca cuanto mayor es la masa ósea capaz de atenuar los haces de fotones, con una gradación de grises hacia el negro, color que toman las partes blandas. Se muestra la evolución de la masa ósea con atrofia progresiva del cálcar y de la zona 1 al quedar desfuncionalizadas. En las zonas metafisodiafisarias hay una pérdida más lenta, generalizada, con tendencia a estabilizarse el capital óseo cortical a partir del primer semestre.

Al estudiar el comportamiento de la remodelación ósea en función de los factores clínicos se comprobó que el peso, la talla y la edad no establecían diferencias significativas entre subgrupos. Únicamente el sexo demostró ser un factor influyente en la evolución de la remodelación. A las diferencias significativas encontradas en todas las áreas femorales en el preoperatorio, donde las mujeres tenían de forma constante menor masa ósea que los hombres, se añadió una pérdida remodelativa más intensa en las áreas 1 y 7 (p < 0,02) en el grupo femenino. Así, las mujeres mostraban una pérdida del 24 y del 35% frente a descensos del 15,5 y del 27% en varones. En las restantes áreas femorales los descensos observados no mostraron diferencias estadísticas entre sexos (Tabla 2).

Tabla 2. Evolución comparativa entre sexos.
  

Preoperatorio

Hombres

Mujeres

6 meses12 mesesPreoperatorio6 meses12 meses
Fémur 1818­13,6%­15,5%692­19,3%­24,1%
-- Media  ­141,7­156,5 ­141,6­165,6
* DE  145,95130,70 173,78115,41
* 95% CI  ­208,2; ­75,3­202,1; ­110,8 ­205,4; ­77,8­201,6; ­129,7
Fémur 21.300­7,6%­7,0%1.131­9,6%­10,8%
-- Media  ­123,8­108,7 ­94,2­117,1
* DE  190,51205,92 204,27183,60
* 95% CI  ­216,6; ­37,1­180,5; ­36,8 ­169,2; ­19,3­174,4; ­59,9
Fémur 31.664­8,4%­8,8%1.392­11,3%­12,7%
-- Media  191,6­160,0 ­123,6­164,4
* DE  246,20217,01 194,80203,21
* 95% CI  ­303,7; ­79,5­235,8; ­84,3 ­195,1; ­52,1­228,5; ­100,2
Fémur 41.736­2,0%­2,6%1.516­12,5%­12,2%
-- Media  ­79,7­42,1 ­197,9­181,0
* DE  117,55160,26 214,86176,56
* 95% CI  ­140,6; ­11,8­105,5; 21,3 ­276,7; ­119,0­236,7; ­125,2
Fémur 51.765­7,8%­8,8%1.370­6,9%­10,3%
-- Media  ­101,5­112,9 ­66,0­78,5
* DE  281,06213,16 193,01188,12
* 95% CI  ­229,4; 26,4­187,3; ­38,5 ­136,9; 4,7­137,9; ­19,1
Fémur 61.457­8,75­12,1%1.253­10,4%­9,4%
-- Media  ­155,5­144,2 ­101,8­100,3
* DE  322,16359,91 292,88238,96
* 95% CI  ­302,2; ­8,8­269,8; ­18,5 ­209,2; 5,6­174,8; ­25,8
Fémur 71.343­23,7%­27,0%1.207­36,7%­35,2%
-- Media  ­340,9­363,2 ­409,1­400,0
* DE  225,53301,19 300,62251,03
* 95% CI  ­443,6; ­238,2­468,4; ­258,1 ­519,4; ­298,8­478,2; ­321,7
Se expresan las cifras iniciales de masa ósea, el porcentaje de variación por sexos a los 6 y 12 meses, la media de la variación, su DE, así como los intervalos de confianza al 95%. DE: Desviación estándar. CI: Intervalo de confianza.

Para completar el estudio se buscó establecer la relación entre la variación de DMO en cada zona (variable dependiente) en función de la DMO inicial de cada zona (variable independiente o explicativa) mediante modelos de regresión lineal. Se consideró que las expresiones matemáticas tenían valor predictivo cuando el coeficiente de determinación (R2) era mayor de 0,60. Del análisis efectuado se obtuvo que en los hombres la MO femoral metafisaria al final del estudio se correlacionaba notablemente con las cifras observadas en el preoperatorio (R2 = 0,671). Sin embargo, en mujeres fueron las zonas diafisa-rias las que mostraron una correlación más elevada de la MO final respecto a la inicial (R2 = 0,650). A partir de los datos obtenidos se elaboraron expresiones matemáticas empíricas para aquellas zonas que presentaran un coeficiente de determinación capaz de predecir por encima del 60% de la MO final, conocida la MO inicial (Tabla 3).

Tabla 3. Modelos matemáticos obtenidos a partir del análisis de la regresión lineal para calcular la masa ósea en las zonas con un coeficiente de determinación > 0,60.
Hombres
-- Variación ósea en la zona 1 del fémur:

DMO final en F1 = 170,06 + 0,644 * DMO inicial en F1.

-- Variación ósea en la zona 2 del fémur:

DMO final en F2 = 200,17 + 0,755 * DMO inicial en F2.

-- Variación ósea en la zona 5 del fémur:

DMO final en F5 = 605,52 + 0,589 * DMO inicial en F5.

-- Variación ósea en la zona 7 del fémur:

DMO final en F7 = 202,63 + 0,622 * DMO inicial en F7.
Mujeres
-- Variación ósea en la zona 3 del fémur:

DMO final en F3= 461,35 + 0,638 * DMO inicial en F3.
-- Variación ósea en la zona 4 del fémur:

DMO final en F4 = 186,85 + 0,857 * DMO inicial en F4.
-- Variación ósea en la zona 5 del fémur:

DMO final en F5 = 308,56 + 0,681 * DMO inicial en F5.
La capacidad predictiva de estas rectas varía en cada zona. Así, en hombres, para la zona 1 es de 60,7%; en la zona 2, 60,6%; en la zona 5, 67,1%, y en la zona 7, 61,2%. En mujeres, para la zona 3 es de 64,5%; en la zona 4, 63,6%, y en la zona 5, 65,0%. DMO: Densidad mineral ósea.

Discusión

El remodelado óseo adaptativo tras la inserción de una PTC no cementada se debe fundamentalmente a factores mecánicos. En el fémur proximal normal la carga se transmite de la cabeza a la diáfisis a través del hueso cortical y esponjoso del cuello. Cuando se retira el cuello femoral y se inserta una PTC ésta se fija al fémur por el crecimiento óseo y la transferencia de cargas se afecta notoriamente.20 En estudios previos se ha mostrado que la mayoría de estos cambios adaptativos son más intensos en los dos primeros años,3,13,20,23produciéndose a partir del cuarto año fenómenos de osteolisis relacionados con las partículas de desgaste.1,6,11,21

Son numerosos los trabajos que tratan sobre los fenómenos de remodelación ósea tras la implantación de una prótesis de recubrimiento poroso, aunque la mayoría no se plantean de forma prospectiva. En estos trabajos se han utilizado diversos métodos para cuantificar estos cambios, pero no fue hasta la incorporación de la DEXA cuando se dispuso de un método preciso y fiable para determinar variaciones mínimas de MO.

Cabe recordar el estudio de Kilgus y cols.10presentando la evolución de 72 implantes no cementados usando la DEXA, quienes encontraron una pérdida del 20-25% de MO en la zona 6 del fémur y del 34,8% en la zona 7 en pacientes entre 1 y 7 años de evolución. Pritchett y cols.17 compararon 50 vástagos con cinco diseños diferentes a los 3 años de su implantación utilizando la DEXA. Se observó una variación de MO global que osciló entre el 8 y 57% de pérdida, según el tipo de implante, pero siempre de predominio proximal. Martini y cols.12 han aportado un interesante estudio con vástagos no cementados de apoyo proximal hechos a medida utilizando la DEXA para detectar una pérdida entre el 5 y 21% de MO a los 21,1 meses, siendo el cálcar la zona más afectada. Viladain y cols.23 realizaron un análisis cuantitativo sobre vástagos recubiertos de HA usando la DEXA, encontrando una pérdida temprana, ya apreciada al tercer mes, que afectaba predominantemente la zona 7 de Gruen, con descensos del 22% al tercer mes y del 41% al año. En nuestro país Vidal y cols.22 realizaron un estudio prospectivo con 31 pacientes afectos de coxartrosis, encontrando una pérdida de hasta el 31% de MO en cálcar a los 6 meses, 20,5% en trocánter mayor y 17% en trocánter menor.

En el contexto de la bibliografía revisada los resultados evolutivos de MO periprotésica obtenidos en el presente estudio coinciden con los presentados para otros implantes de apoyo metafisario. Sin embargo, únicamente el trabajo de Viladain y cols.23 utiliza vástagos recubiertos de HA controlados densitométricamente. En referencia a sus 39 pacientes, se aporta la experiencia de este trabajo con 88 enfermos afectos de la misma coxopatía, en quienes tras la colocación del implante se apreció una pérdida semejante de MO a los 6 meses (5,2-30,2%) de predominio proximal que prácticamente no se modificaba en los 6 meses siguientes. Esta observación sugiere que el recubrimiento de HA proporciona un integración ósea y una fijación precoz del implante capaz de permitir el desarrollo de los cambios remodelativos en los primeros meses --tras los que se alcanza una situación de equilibrio-- y que dependerán, en esencia, de la geometría y el diseño del implante.

El diferente patrón de remodelación apreciado entre sexos a lo largo del primer año sugiere que el primer semestre es un período crítico en el que el reposo relativo por la descarga parcial inicial hacen especial mella en las mujeres, con cifras ya inferiores de MO por su proceso involutivo particular.16 El hueso postmenopáusico presenta una osteopenia por desequilibrio biológico entre resorción y formación que afecta fundamentalmente al hueso esponjoso,15,16 y se cree que el remodelado precoz tras la colocación de una endoprótesis en mujeres puede acentuar localmente y de modo temporal este desequilibrio,20 en especial en la zona trocantérea, rica en hueso trabecular.

Este distinto patrón de remodelado periprotésico entre sexos ya fue descrito por Sychterz y cols.,20 quienes encontaron un promedio de pérdida ósea significativamente mayor en mujeres que en hombres, con la misma distribución de pérdida de proximal a distal. Estos autores encuentran que el sexo es el único factor clínico que se correlaciona con la cuantía de la pérdida ósea en relación a una DMO menor en mujeres y a un módulo óseo femoral también menor. Los resultados de Reigstad y cols.18 son semejantes, encontrando una mayor atrofia ósea en mujeres con vástagos no cementados, respecto a varones, en un estudio radiográfico. McGovern y cols.14observaron igualmente que en mujeres con una peor MO inicial y un hueso más porótico se producían mayores cambios resortivos a nivel proximal, medial y distal en relación a varones usando el mismo implante. Con anterioridad, autores como Engh y cols.5, y más tarde Roberson19 y d''Antonio,3 ya encontraron una alta correlación entre el contenido mineral del fémur y la extensión de la pérdida ósea periprotésica, indicando la importancia de la reserva ósea inicial en la extensión de la remodelación ósea.

Las observaciones de este trabajo coinciden con las de estos autores en la medida que se aprecia una menor MO preoperatoria en todas las áreas femorales en mujeres. Sin embargo, la evolución de la MO sugirió que en varones este implante conseguía una fijación sólida en una zona metafisaria suficientemente rígida donde transmitía adecuadamente las fuerzas. No obstante, en mujeres debido a la menor calidad y rigidez ósea del fémur proximal no se conseguía un anclaje metafisario sólido del vástago, ajuntándose éste en la zona de transición metafisodiafisaria donde conseguía transmitir las fuerzas adecuadamente. Este hecho dejaba la zona proximal más desfuncionalizada y expuesta a resorción por atrofia relativa por desuso. El análisis de la regresión lineal reforzó estas observaciones, sugiriendo una notable correlación de la MO final respecto a la inicial en aquellas zonas en que la carga y la transmisión de fuerzas representaba un estímulo fisiológico suficiente para la conservación ósea.

Aceptando que la remodelación ósea es un proceso multifactorial que depende de aspectos tales como la intervención quirúrgica, tipo de implante en cuanto a material, tamaño y diseño, tiempo de descarga, coxopatía de base y tipo de recubrimiento de vástago, se considera que la masa ósea inicial es un factor importante con capacidad predictiva de los cambios de remodelación.

En varones, con fémures ricos en MO y, por tanto, más rígidos, la transmisión de fuerzas en vástagos de apoyo metafisario se produce a nivel proximal, con conservación local del capital óseo. Así, la DMO inicial explica un elevado porcentaje de DMO final, con menor influencia de los restantes factores a ese nivel. Sin embargo, en mujeres, tras producirse el anclaje en la zona metafisodiafisaria, el fémur proximal se ve expuesto a una atrofia por puenteo de fuerzas, lo que confiere menor valor predictivo a las cifras de MO inicial. Es en la zona de anclaje donde se producirá la adecuada transmisión de las fuerzas y una conservación ósea en respuesta a este estímulo fisiológico, cuyo resultado dependerá al menos en dos tercios del capital óseo inicial.

Discrepamos de Sychterz y cols.,20 quienes en su estudio sobre 11 fémures confieren un elevado valor predictivo a la MO inicial respecto a la cantidad absoluta de pérdida ósea (R2 = 0,84) y al porcentaje de pérdida ósea (R2 = 0,94). En nuestra experiencia el valor predictivo es diferente en cada zona en la medida que reciba un adecuado estímulo fisiológico para la conservación ósea. De todos modos se considera que la capacidad predictiva para estas zonas estaría en torno al 60-65% de la masa ósea al final del año, dependiendo el resto de los cambios de los otros factores mencionados.

En conclusión, la calidad ósea del fémur es un factor de primer orden en los cambios de remodelación tras una PTC. Conocer el estado biológico del fémur puede ayudar al cirujano a decidir el tipo de implante y tipo de fijación a utilizar en cada paciente. De este modo son deseables todos aquellos recursos que ayuden a preveer estos cambios. A pesar de la brevedad del seguimiento del presente estudio se considera de interés los estudios prospectivos longitudinales dirigidos a conocer el papel que cada factor clínico desempeña en la remodelación ósea a lo largo del tiempo.


Bibliografía

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