El desarrollo tecnológico de los dispositivos de análisis baropodométrico permite avanzar en el estudio del pie sano y patológico. La baropodometría electrónica permite conocer la distribución de presiones en la huella plantar y cuantificar la transmisión de cargas en el pie. Es un método complementario a la exploración clínica, muy útil para ayudar a un mejor conocimiento de la patología del pie. La baropodometría se ha empleado para el análisis de la distribución de presiones en el pie sano, estudio de las presiones con diferentes calzados, prevención de las deformidades del pie, diseño y comprobación de tratamientos ortésicos, prevención y tratamiento de alteraciones en el pie diabético, estudio de las presiones plantares en medicina deportiva y de rehabilitación, diseño de calzado, así como para la evaluación de diversos tratamientos quirúrgicos1-13.
El análisis y la cuantificación numérica de las presiones plantares permite conocer el comportamiento del pie y comprobar los resultados clínicos y funcionales tras el tratamiento efectuado, quirúrgico, rehabilitador u ortésico. Este artículo tiene como objetivo medir las presiones que soporta el antepié en pies con hallux valgus y compararlas con un grupo control de pies no patológicos.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realiza un estudio prospectivo con una muestra de 60 personas (n = 60), a los que se efectúa una medición baropodométrica, tras la obtención del consentimiento informado. Los procedimientos seguidos están aprobados por la comisión ética del centro de acuerdo con la declaración de Helsinki.
Sesenta pies (30 personas) corresponden al grupo control. Para su inclusión en este grupo no deben existir alteraciones morfológicas, ni desviaciones evidentes entre retropié-antepié ni signos de dolor. Sesenta pies (30 personas) corresponden al grupo hallux valgus. Para su inclusión en el grupo de hallux valgus éstos deben ser leves o moderados, sin grandes deformidades y con una sintomatología moderada.
Para el estudio se emplea el sistema BioFoot de plantillas instrumentadas (IBV, Valencia, España). Cada plantilla consta de 64 sensores piezoeléctricos distribuidos selectivamente y con un espesor total de 0, 7 mm (fig. 1). Las plantillas van unidas a dos amplificadores conectados por un cable al módulo de transmisión que se coloca en la cintura del paciente. Este módulo envía los datos captados por telemetría a un ordenador con tarjeta de recepción de datos y software que permite registrar y analizar los datos recibidos. Este sistema tiene un alcance de 200 m y una autonomía de hasta 3 horas, lo que permite hacer pruebas de campo. El sistema permite captar mapas numéricos de presión con frecuencias entre 50 y 250 mHz (fig. 2). La unidad de medida es el kilopascal (1 kpa = 1/98kg · cm2).
Figura 1. Plantilla con 64 sensores piezoeléctricos de presión.
Figura 2. Gráfica numérica en la que se representa la presión obtenida en cada sensor.
Se hace caminar a todos los sujetos en un pasillo de 40 metros, en el mismo sentido de la marcha y con las mismas condiciones de calor y humedad. Se pide a los sujetos que acudan con calzado confortable, de tacón no superior a 4 cm. Se procede a conectar el equipo al sujeto, adaptando las plantillas de su talla al calzado (fig. 3). Los pacientes tenían las plantillas instrumentadas en el zapato durante unos minutos antes del registro. El sistema era entonces calibrado según las instrucciones del fabricante. La grabación fue tomada mientras el paciente estaba caminando, y se continuaba en 6 segundos a 100 mHz, frecuencia que permite grabar suficientes mapas de datos para su análisis. Esta medición permite adquirir entre 5 y 6 pasos de cada pie.
Figura 3. Sistema de plantillas instrumentadas adaptadas al calzado del sujeto.
Se recogen los siguientes datos, edad, sexo, altura y peso. De las mediciones adquiridas se selecciona un paso central para cada pie. Se descartan los pasos con gráficas aberrantes o con signos evidentes de datos truncados o erróneos. El antepié se divide en siete zonas: primera, segunda, tercera, cuarta y quinta cabeza metatarsal, hallux y dedos de segundo a quinto. Se analizan el pico de presión máxima de cada zona (fig. 4). Los datos son tratados mediante el software SPSS v. 13.0 para Windows. Con el objeto de estudiar valores independientes en las diferentes cabezas metatarsales, hallux y dedos, se realiza un análisis de la varianza (ANOVA). Se establece un nivel de confianza del 95%, por lo tanto, se considerará que las diferencias son estadísticamente significativas cuando la p asociada sea menor a 0,05 (p < 0,05).
Figura 4. Parámetros empleados para el estudio. Pico de presión máxima para cada zona seleccionada.
RESULTADOS
La edad media de la población es de 29 ± 11 años. La media de presión de cada zona se expone en la tabla 1. Las presiones en el grupo control resultaban mayores que en el grupo de hallux valgus, ya que el peso en el grupo control era significativamente mayor (p = 0,007) que en el grupo de hallux valgus.
Las presiones en el grupo control se localizaban en este orden: tercera cabeza metatarsal (CMT) (p = 0,001), segunda cabeza metatarsal (p = 0,001), hallux, primera cabeza metatarsal, cuarta CMT, quinta CMT y dedos. Los picos de presión en el grupo hallux valgus se localizaban en este orden: hallux (p = 0,001), primera CMT (p = 0,001), tercera CMT, segunda CMT, cuarta CMT, quinta CMT y dedos.
En el grupo control había diferencias significativas en tercera y segunda cabeza metatarsal. En el resto de las cabezas metatarsales no existían diferencias significativas. En el grupo hallux valgus, las diferencias significativas se situaban en el hallux (primer dedo) y en la primera cabeza metatarsal.
DISCUSIÓN
Existen 2 grupos de dispositivos para la valoración baropodométrica, las plataformas de presiones y las plantillas instrumentadas. Las plataformas de presiones son superficies fijas con un determinado número de sensores de presión. Esta superficie, que puede ser una plataforma o un pasillo de marcha, está conectada a un ordenador que muestra el mapa de presiones obtenido. Es un sistema clínico útil para la medición en estática y dinámica, aunque la medición se realiza con el pie descalzo. Para la medición en dinámica, este sistema es menos preciso, pues se debe «acertar» el paso en dicha plataforma y se realiza con el pie descalzo. Las plantillas instrumentadas son dispositivos de un material flexible que se introducen dentro del calzado. El sistema incorpora un módulo transmisor que envía los datos a un ordenador por telemetría. El número de sensores es variable, siendo la medición más fiable cuanto más elevado sea el número. Nos parece más interesante el sistema de plantillas, ya que reproduce las presiones plantares de la manera más fisiológica, con el paciente calzado y andando libremente. No han sido muchos los estudios que valoren esta deformidad con el sistema de plantillas instrumentadas. El sistema más utilizado, hasta ahora, para la evaluación del hallux valgus ha sido la plataforma de presiones EMED.
En la literatura se han encontrado resultados dispares en cuanto a la distribución de las cargas en el hallux valgus. Así, autores como Bryant et al14 y Nyska et al15 encuentran que en los pies con hallux valgus existía un aumento de presión en la zona medial del antepié. Ambos estudios fueron realizados con el sistema EMED.
Yamamoto et al encontraron el primer pico de presión en el hallux valgus en la primera cabeza metatarsal y el segundo en la segunda o tercera cabeza. Observaron que los picos de presión eran mayores en los pies con hallux valgus que en los normales14. En este estudio se empleó un film sensible a la presión, sistema menos fiable para la cuantificación de las presiones plantares. Planck, con el sistema Musgrave localizó los picos de presión en el hallux valgus en tercera cabeza metatarsal, después en la segunda y por último en la primera15. Bryant et al, en un estudio realizado con 90 sujetos, encontró que los pies con hallux valgus tenían más presión en la primera, segunda y tercera cabeza metatarsal, aunque únicamente resultó significativamente mayor en la segunda cabeza al compararlo con los pies sanos16. Waldecker en 2002 realizó un estudio con 100 pacientes, 50 con hallux valgus sintomáticos y 50 con hallux valgus no sintomáticos. En el grupo de pacientes sintomáticos, los patrones de carga en la parte lateral del antepié eran significativamente mayores que en el grupo de los no sintomáticos. Posteriormente, en otro estudio similar con hallux valgus moderados o severos reveló que las cargas se trasladan de medial a lateral. Aumentaba la presión en la zona lateral del antepié (29%), reduciéndose en el primer dedo (5,6%)17,18. Resch et al utilizando el sistema FSCAN de plantillas instrumentadas encontraron que las presiones que soportaban la primera, segunda y tercera cabeza metatarsal y el primer dedo fueron del 15, 20, 20 y 13% respectivamente. Tras la cirugía, el porcentaje de presión se reducía en la primera cabeza metatarsal y en el primer dedo, mientras que aumentaba en segunda y tercera cabeza metatarsal11. Nyska et al, en un estudio realizado con 29 sujetos encontraron que en los pies con hallux valgus había un aumento de las cargas en la parte medial del antepié19.
En nuestro estudio, el grupo control registraba mayores presiones en la tercera y segunda cabeza metatarsal. Estos resultados se podrían explicar según la teoría de Doncker y Kovalsky. El pie estaría compuesto por una paleta central (segundo-tercer metatarsiano), y dos paletas laterales (primer metatarsiano y cuarto-quinto metatarsiano). La paleta central estaría relativamente fija, debido a la estructura anatómica, en la que el segundo y tercer metatarsiano se encuentran encajados entre las cuñas20. Las paletas laterales tendrían la función de estabilización, con un movimiento más amplio que los metatarsianos segundo y tercero. Los resultados obtenidos en el grupo control coinciden con los de Bryant et al16 y Resch et al11.
Llanos Alcázar et al21 revelan que en la marcha normal se puede apreciar que la carga soportada por el primer y segundo metatarsiano es más elevada con respecto al resto. El segundo metatarsiano soporta más presión, debido a que generalmente es más largo y rígido que el resto. Evaluando los cambios obtenidos tras las osteotomías del primer metatarsiano, mediante podobarografía, encuentran que un 50% de los pacientes presentaban una disminución de la presión en el primer radio. En la fase de despegue del pie, en el apoyo metatarsal medio, las presiones se situaban en la segunda y tercera cabeza metatarsal. Estos cambios conseguidos tras la intervención quirúrgica, acerca el pie a los valores de normalidad encontrados en el presente estudio.
En este estudio en el grupo hallux valgus, los picos de presión se situaban en el primer dedo y en la primera cabeza metatarsal. En la patología el hallux valgus, el primer metatarsiano rota en varo y dorsiflexiona. El primer dedo, rota en valgo y en flexión plantar. Esta flexión plantar del hallux podría conllevar un aumento de la presión en dicha zona. Estos resultados, con aumento de presión en la columna interna del pie (primer radio), sugieren la pronación como un importante factor en el desarrollo de esta deformidad de causa multifactorial. En este grupo de pacientes, la presión plantar no explicaría la teoría de la sobrecarga de las cabezas metatarsales centrales que se produce en la patología del hallux valgus.
Los resultados obtenidos en los pies con hallux valgus coinciden con los de Kernozek et al12,13 y Waldecker17,18. Waldecker, en un estudio realizado con pacientes con hallux valgus sintomáticos y no sintomáticos, encontró que los patrones de carga en la parte lateral del antepié eran significativamente mayores que en los pacientes sintomáticos. Mientras, los no sintomáticos mantenían los patrones de presión en la parte medial.
Los pies con hallux valgus analizados en este estudio correspondían a estadios leve o moderado, por lo que al igual que Waldecker las presiones todavía se mantienen en el primer radio. Probablemente, si el grupo de pacientes presentara hallux valgus severo, las cargas se habrían transferido a los metatarsianos centrales.
En conclusión, podemos decir que las máximas presiones plantares en el grupo control se localizan en la tercera y segunda cabeza metatarsal, mientras que en grupo hallux valgus se sitúan en el hallux (primer dedo) y en la primera cabeza metatarsal. En este grupo de pacientes, la presión plantar no explicaría la teoría de la sobrecarga de las cabezas metatarsales centrales. Los sistemas de baropodometría son excelentes métodos para el análisis del pie sano y el pie patológico. Es necesario realizar estudios más amplios para llegar a conclusiones más firmes.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses.
Correspondencia:
A. Martínez Nova.
Centro Universitario de Plasencia.
Avda. Virgen del Puerto, 2.
10600 Plasencia. Cáceres.
Correo electrónico: podoalf@unex.es
Recibido: abril de 2006.
Aceptado: enero de 2007.