La cirugía de revisión acetabular supone un reto quirúrgico sobre todo cuando aparecen los defectos óseos complejos, pues dificultan la fijación primaria y osteointegración de los implantes, lo que condiciona la aparición de complicaciones. Los cotilos de titanio trabecular intentan solventar estos problemas.
ObjetivosValorar los resultados clínico-radiológicos, la supervivencia de los implantes y aparición de complicaciones a medio plazo en cirugía de revisión acetabular en una serie de 37 recambios acetabulares con defectos óseos tipo IIIA y IIIB de Paprosky en los que se utilizó un implante de revisión tipo Cup-Cage de titanio trabecular.
Material y métodoRealizamos un estudio observacional, descriptivo y retrospectivo de 37 casos con defectos acetabulares complejos (20 tipo IIIA y 17 tipo IIIB, cinco de ellos con discontinuidad pélvica) en los que se realizó recambio del componente acetabular por implantes de titanio trabecular entre los años 2011 y 2019. Analizamos resultados clínicos (dolor y funcionalidad) y parámetros radiológicos (restauración del centro de rotación de la cadera y la movilización de los implantes), así como la aparición de complicaciones.
ResultadosEl seguimiento medio fue de 61 meses. Obtuvimos una mejoría en la mediana de 8 puntos en la escala de funcionalidad de Merlé D’Aubigné-Postel y de 6 puntos en la escala EVA de dolor percibido por el paciente. Registramos dos casos de aflojamiento acetabular, un caso de inestabilidad y tres infecciones de herida quirúrgica sin afectar al implante.
ConclusionesLa utilización de implantes tipo Cup-Cage de titanio trabecular podría constituir una opción válida en cirugía de revisión acetabular con defectos acetabulares complejos, presentando buenos resultados clínico-radiológicos y en cuanto a complicaciones y supervivencia de los implantes, debido a su buena fijación primaria y osteointegración.
Acetabular revision surgery is a surgical challenge, especially when complex bone defects appear. This makes primary fixation and osseointegration of the implants difficult, which conditions the appearance of complications. Trabecular titanium implants attempt to solve these problems.
ObjectivesTo evaluate our clinical-radiological results, the survival of the implants and the appearance of mid-term complications in acetabular revision surgery in a series of 37 acetabular replacements with Paprosky type IIIA and IIIB bone defects in which a trabecular titanium Cup-Cage revision implant was used.
Material and methodWe conducted an observational, descriptive and retrospective study of 37 cases with complex acetabular defects (20 type IIIA and 17 type IIIB, five of them with pelvic discontinuity) in which the acetabular component was replaced by trabecular titanium cups between 2011 and 2019. We analyzed clinical results (pain and functionality) and radiological parameters (restoration of the hip rotation centre and the mobilization of the implants), as well as the appearance of complications.
ResultsThe mean follow-up was 61 months. We obtained a median improvement of 8 points on the Merlé D’Aubigné-Postel functionality scale and 6 points on the VAS scale of pain perceived by the patient. We recorded two cases of acetabular loosening, one case of dislocation and three surgical wound infections without affecting the implant.
ConclusionsThe use of trabecular titanium Cup-Cage implants could be a valid option in acetabular revision surgery with complex acetabular defects, presenting good clinical and radiological results and in terms of complications and survival of the implants, mainly due to their good primary fixation and subsequent osseointegration.
Se prevé que el número de cirugías de revisión tras artroplastia de cadera se incremente 137% entre 2005 y 20301. Este tipo de cirugías suponen un reto para el cirujano especialmente cuando aparecen los defectos acetabulares complejos o mayores, esto es, aquellos que en los que encontramos menos de 50% de cobertura acetabular y que por tanto nos van a obligar a utilizar implantes que garanticen la estabilidad de los mismos hasta que se logre su osteointegración (tabla 1)2,3. Del mismo modo, la gran pérdida de stock óseo va a dificultar la restauración del centro de rotación de la cadera4.
Tipo | Subtipo | Migración | Defecto |
---|---|---|---|
I | No | Anillo, techo, y columnas intactasContacto con el hueso huésped > 90% | |
II | < 2 cm | CavitariosEn paredes, con columnas intactasContacto > 50% | |
A | Superomedial | Tectal | |
B | Superolateral | Anillo superolateral | |
C | Medial | Pared medial | |
III | > 2 cm | Paredes y columnas | |
A | Superolateral | Anillo de 10 a 2Contacto 40-50% | |
B | Superomedial | Anillo de 9 a 5Contacto < 40%Puede asociar discontinuidad pélvica |
Se han descrito diversas técnicas para el tratamiento de los defectos acetabulares complejos. Sloof et al.5 proponen el uso de hueso esponjoso impactado para el relleno del defecto sobre el que se cementa directamente la cúpula de polietileno; por otra parte encontramos los anillos (como los diseñados por Müller y Ganz)6,7 y cajas antiprotrusión (como la de Burch-Schneider)6,7 utilizadas, también asociadas a injerto tanto estructural como esponjoso y que se fijan a la pelvis con el objetivo de redistribuir la carga hacia esta y así proteger el injerto óseo. También en ambos casos, se cementa un inserto de polietileno dentro del componente de revisión6. Ambas técnicas presentan la desventaja de que no se alcanza una fijación biológica u osteointegración del implante, asociando un alto porcentaje de complicaciones, siendo la más importante el aflojamiento de componentes a mediano y largo plazo, entre 10-40% según algunas series6–8
Otras técnicas que han caído en desuso debido a sus altos índices de aflojamiento e inestabilidad, cuando se utilizan en defectos acetabulares mayores serían la elevación del centro de rotación de la cadera y la utilización de cotilos oblongos o bilobulados6,9.
Para intentar resolver estos problemas se han diseñado implantes acetabulares recubiertos de metales altamente porosos, principalmente titanio y tantalio trabeculares. Dichos metales son estructuralmente semejantes al hueso esponjoso y poseen mayor porosidad, coeficiente de fricción y capacidad osteoconductora en comparación con los componentes convencionales y un módulo de elasticidad similar al hueso nativo lo que les da unas características idóneas como osteoconductor. Todo ello contribuye a la fijación biológica de los implantes10,11. Además, y a pesar de las diferencias entre ambos metales, ambos han demostrado buenos resultados4,12–14.
Los cotilos de revisión tipo Cup-Cage combinan las ventajas de las cajas antiprotrusión y del metal trabecular. Por un lado, permiten el atornillado a la pelvis favoreciendo la estabilidad mecánica primaria, y a su vez al ser cotilos recubiertos de metales porosos, favorecen su osteointegración4,12,14.
El objetivo del presente estudio es analizar los resultados clínico-radiológicos, la supervivencia de los implantes y las complicaciones a medio plazo que hemos obtenido en una serie de pacientes con defectos acetabulares tipo IIIA y IIIB de Paprosky intervenidos con un cotilo de revisión tipo Cup-Cage de titanio trabecular.
Material y métodoRealizamos un estudio observacional, descriptivo y retrospectivo de 37 casos con diagnóstico de defecto acetabular tipo IIIA y IIIB de Paprosky en 34 pacientes intervenidos en nuestro centro entre 2011 y 2019 con el implante de revisión acetabular tipo Cup-Cage de titanio trabecular Delta-RevisionTT (Lima Corporate® Udine, Italia).
El implante Delta-Revision TT se trata de un componente acetabular recubierto de titanio trabecular que posee tres extensiones superiores a modo aletas que se atornillan al ilion y una aleta inferior que se acopla en el agujero obturador con el objetivo de mejorar la estabilidad primaria. A este implante se le pueden atornillar aumentos del mismo material para rellenar posibles defectos acetabulares. Además ofrece la posibilidad de colocar módulos internos para aumentar el offset y mejorar la tensión de las partes blandas, evitando por tanto el fallo del aparato abductor. De la misma manera, permite colocar cejas de hasta 20° que mejoran la orientación acetabular, disminuyendo así el riesgo de luxación. Por último, ayuda a la posibilidad de colocar cabezas de doble movilidad que mejoran la estabilidad articular y reduce aún más el riesgo de luxación.13
Se han propuesto varios sistemas de clasificación de los defectos acetabulares, siendo la clasificación de Paprosky una de las más utilizadas (tabla 1) 2,3. Según esta clasificación consideramos defectos complejos los tipo IIIA (migración superolateral > 2 cm) y IIIB (migración superomedial > 2 cm).
En nuestro estudio la clasificación de los defectos acetabulares se realizó de manera preoperatoria mediante el estudio radiológico y tomografía axial computarizada (TAC) y corregido intraoperatoriamente en caso de variabilidad. Encontramos un total de 20 defectos IIIA (54%) y 17 IIIB (46%). Dentro de los tipo IIIB, cinco de ellos (29%) presentaban discontinuidad pélvica.
La edad media de la muestra fue de 67,4 años (43-89 años DE 12,03); 10 pacientes (29,5%) eran hombres y 24 mujeres (70,5%). El índice de masa corporal (IMC) medio fue de 27,15 kg/m2 (18-41 kg/m2 DE 5,7). Dos pacientes presentaban defectos bilaterales (5,8%).
La causa más frecuente por la que se indicó la cirugía de revisión acetabular fue el aflojamiento aséptico de prótesis primarias en 26 casos (70,3%) (figs. 1 y 2), seguida de la realización del segundo tiempo en el tratamiento de infección protésica en cuatro casos (10,8%) y la luxación recidivante en cuatro casos (10,8%) en los que en el momento de la retirada del implante primario se objetivó el defecto acetabular severo. Otras causas de revisión fueron el desgaste del inserto en dos casos (5,4%) que ocasionó osteolisis alrededor del implante, y un fracaso de osteosíntesis (2,7%) que había provocado una importante erosión acetabular.
A) Radiografía de un paciente con diagnóstico de aflojamiento aséptico de componente acetabular de cadera izquierda con defecto acetabular tipo IIIA de Paprosky. B) Control radiográfico a los tres años de la cirugía de recambio del componente acetabular a un cotilo tipo Cup-Cage de titanio trabecular (Delta-RevisionTT [Lima Corporate®]).
TT: Titanio trabecular.
A) Radiografía de un paciente con diagnóstico de aflojamiento aséptico de componente acetabular de cadera derecha con defecto acetabular tipo IIIB de Paprosky asociado a discontinuidad pélvica. B) Radiografía de control a los dos años tras la revisión del cotilo a un implante tipo Cup-Cage de titanio trabecular (Delta-Revision TT [Lima Corporate®]).
TT: Titanio trabecular.
Todos los pacientes fueron intervenidos por el mismo equipo quirúrgico. La vía de abordaje utilizada fue la vía posterolateral en todos los casos. En todas las cirugías se utilizaron chips de aloinjerto de esponjosa de hueso de banco de tejido (fig. 3A). En 11 casos (29,7%) fue necesario asociar aloinjerto estructural que se fijó con tornillos canulados y en un caso (2,7%), realizar una suplementación con metal trabecular (fig. 4). En uno de los casos con discontinuidad pélvica se utilizó además una placa de neutralización en la columna posterior con el objetivo de proporcionar mayor estabilidad al montaje (fig. 3). En todos los casos se asoció un sistema de doble movilidad.
A, B) Imágenes intraoperatorias de un paciente con defecto acetabular tipo IIIB de Paprosky asociado a discontinuidad pélvica en el que se utilizó aloinjerto de esponjosa para el relleno del defecto y una placa para estabilización de la columna posterior (A) asociada a un cotilo tipo Cup-Cage de titanio trabecular (Delta-RevisionTT [Lima Corporate®]) (B).
TT: Titanio trabecular.
A) Radiografía de control de una paciente al mes de la colocación de un cotilo de titanio trabecular (Delta-Revision TT [Lima Corporate®]) en la que se observa aflojamiento precoz del implante. B) Control radiográfico a los seis meses tras el recambio de dicho componente por un nuevo cotilo de revisión (Delta-Revision TT [Lima Corporate®]) modificando la orientación acetabular y asociando un aumento de titanio trabecular en la región tectal.
TT: Titanio trabecular.
El protocolo para el reinicio de la marcha seguido por nuestros pacientes ha consistido en mantener en descarga el miembro intervenido durante el primer mes con el objetivo de proteger el injerto y favorecer su integración, para a continuación, iniciar carga parcial progresiva hasta la 12ª semana y carga total a partir de entonces.
Evaluamos a los pacientes clínica y radiológicamente, de manera preoperatoria y postoperatoria al mes, tres meses, seis meses, al año y posteriormente anualmente.
La evaluación clínica consistió en la medición del dolor percibido por el paciente, mediante una escala visual analógica (EVA)15 y la funcionalidad, objetivada con la escala de Merlé D́Aubigné-Postel modificada16.
El análisis de los resultados radiológicos se realizó mediante la realización de radiografías anteroposterior (AP) de pelvis y axial de la cadera intervenida. Se evaluó la restauración del centro de rotación de la cadera en el primer control radiográfico postoperatorio siguiendo el método de Ranawat et al.17,18 y la presencia de aflojamiento acetabular según los criterios de Gill que incluye la aparición de radiolucencias alrededor de los tornillos o de la copa acetabular, la rotura de tornillos y la migración del implante > 5 mm (tabla 2),19 siendo tomados estos datos en la última prueba radiológica disponible de cada paciente.
Criterios de Gil de aflojamiento del componente acetabular.19
Tipo 1 | Posiblemente aflojado | Radiolucencias no progresivas y que no incluyen a los tornillos |
Tipo 2 | Probablemente aflojado | Radiolucencias progresivas medial o superior al cotilo |
Tipo 3 | Definitivamente aflojado | Rotura de tornillos, migración acetabular > 5 mm o radiolucencias completas o progresivas medial y superior al cotilo o alrededor de los tornillos |
Registramos las complicaciones surgidas durante el seguimiento y la necesidad de reintervención por cualquier causa.
El tratamiento estadístico se realizó mediante el programa SPSS 22 (IBM, Chicago, IL). Las variables cuantitativas continuas han sido descritas con media y desviación estándar (DE), las variables cuantitativas discretas mediante media y mediana, las variables cualitativas nominales mediante frecuencias absolutas y las variables cualitativas ordinales mediante mediana. Para el análisis estadístico de las variables con una distribución normal se utilizó el test paramétrico t Student Fisher, y el test no paramétrico U Mann-Whitney para aquellas variables que no seguían una distribución normal. La tasa de supervivencia acumulada se evaluó mediante el método de Kaplan-Meier, considerando como evento final la necesidad de revisión del componente acetabular por cualquier causa. El nivel de significación estadística se estableció en el 5%. Este estudio ha sido aprobado por el Comité Ético de Investigación con medicamentos (CEIm) de nuestro centro, con número de registro 32/21.
ResultadosEl tiempo medio de seguimiento fue de 61 meses (14-117 meses DE 29,04). Se registraron dos pérdidas en el seguimiento (5,8%) debidas a exitus por causas ajenas a la cirugía de revisión, ambos pacientes presentaban defectos acetabulares de tipo IIIA de Paprosky.
Resultados clínicos. Por lo que respecta a la valoración funcional medida con la escala de Merlé D’Aubigné-Postel modificada, los resultados globales mejoraron desde una mediana de 6/18 puntos antes de la cirugía (media 6,1/18), a una mediana de 14/18 puntos al final del seguimiento (media 13,6/18), siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p = 0,000). La mejoría en la mediana fue de 1/6 a 5/6 en el apartado de dolor (mejoría en la media de 1,63 a 4,63) (p = 0,000), de 2/6 a 5/6 en el de movilidad (de 2,2 a 4,69 si calculamos la media) (p = 0,000) y de 2/6 a 5/6 en el de deambulación (de 2,34 a 4,26 calculando la media) (p = 0,000).
En cuanto a la valoración del dolor referido por el paciente, hemos obtenido una mejoría desde una mediana de 8 puntos en la escala EVA prequirúrgica (media 7,69) a una mediana de 2 (media 2,03) en el último control en consultas (p = 0,000).
Si dividimos nuestra muestra entre aquellos que presentaban defectos acetabulares tipo IIIA y IIIB de Paprosky, obtenemos peores valores en cuanto a dolor y funcionalidad en aquellos que presentan defectos tipo IIIB, aunque sin llegar estas diferencias a ser estadísticamente significativas (p = 0,078 en el apartado de dolor y p = 0,095 en el de funcionalidad) (tabla 3).
Resultados funcionales (media y mediana) antes de la cirugía y al final del seguimiento en cuanto a dolor medido con la escala EVA y funcionalidad medido con la escala de Merlé D’Aubigné Postel modificada
Total | IIIA | IIIB con y sin discontinuidad | IIIB sin discontinuidad | IIIB con discontinuidad | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
N | 35 | 18 | 17 | 12 | 5 | |||||
Preop | Final | Preop | Final | Preop | Final | Preop | Final | Preop | Final | |
EVA | ||||||||||
Media | 7,69 | 2,03 | 7,28 | 1,56 | 8,12 | 2,53 | 8,17 | 2,58 | 8,0 | 2,40 |
Mediana | 8 | 2 | 7 | 1,5 | 8 | 2 | 8 | 2 | 8 | 2 |
Merlé | ||||||||||
Media | 6,1 | 13,6 | 7,11 | 14,5 | 5,18 | 12,59 | 5,17 | 12,75 | 5,2 | 12,2 |
Mediana | 6 | 14 | 6,5 | 15 | 4 | 13 | 4 | 13,5 | 4 | 10 |
N: Caderas incluidas en el estudio tras descartar las pérdidas de seguimiento por causas no relacionadas con la cirugía de revisión; EVA: Escala Visual Analógica; Merlé: Merlé D’Aubigné-Postel modificada; Preop: valor preoperatorio; Final: valor al final del seguimiento.
De un modo similar, si comparamos los resultados distinguiendo dentro de los defectos IIIB aquellos que asocian discontinuidad pélvica de los que no, obtenemos mejores resultados funcionales en aquellos que no presentan discontinuidad, aunque sin llegar a la significación estadística (p = 0,815). En este caso, sin embargo, no observamos diferencias en cuanto a dolor percibido por el paciente en ambos grupos (tabla 3).
Resultados radiológicos: por lo que respecta a los resultados radiológicos, obtuvimos la restauración del centro de rotación de la cadera en 30 casos (85,7%) según los criterios de Ranawat et al.17,18 medido en la radiografía postoperatoria. Registramos dos casos (5,7%) de migración del implante acetabular de > 5 mm, compatible con aflojamiento aséptico según los criterios de Gill19. Uno de ellos se objetivó en el primer control al mes de la cirugía y el otro se trató de un aflojamiento tardío al sexto año de seguimiento. No hemos encontrado más casos de migraciones mayores o menores de 5 mm, aparición de radiolucencias ni roturas de implantes durante el seguimiento.
Complicaciones: registramos un episodio (2,8%) de luxación protésica sin traumatismo previo debido a una posición subóptima del cotilo de revisión (6° anteversión) y a la debilidad de la musculatura glútea y que fue resuelto con el cambio de la modularidad interna acetabular con un inserto con un offset + 5 mm y una ceja de 20° para prevenir la luxación posterior. Fueron registrados dos casos de aflojamiento aséptico (5,7%). El primero de ellos presentaba un defecto acetabular IIIB sin discontinuidad pélvica y se resolvió mediante el recambio de dicho componente por un nuevo cotilo de revisión (Delta-Revision TT), añadiendo además un módulo de titanio trabecular en la región tectal (fig. 4). El segundo se trataba de un caso de mayor complejidad, ya que presentaba un defecto acetabular tipo IIIB asociado a discontinuidad pélvica. En este también se realizó un recambio a un nuevo cotilo Delta-Revision TT. Sin embargo, el resultado no fue satisfactorio ya que se produjo un episodio de luxación atraumática, probablemente secundario a la debilidad del aparato abductor como consecuencia de las sucesivas cirugías, por lo que fue necesario intervenir nuevamente al paciente, esta vez para modificar la modularidad interna. A pesar de ello persistió la inestabilidad, por lo que fue necesaria la realización de una artroplastia de resección de Girdlestone. Como complicaciones menores objetivamos tres casos (8,5%) de infección superficial de herida quirúrgica que se solucionaron con antibiótico administrado vía oral sin complicaciones.
Supervivencia: el análisis de la curva de Kaplan-Meier para la revisión del componente acetabular por cualquier causa identificó que la supervivencia acumulada a los cinco años sería de IC 94,3%; 86,5-100% y a los 100 meses de IC 87,5%; 72,9-100% (p < 0,05) (fig. 5).
DiscusiónEn el caso de los defectos acetabulares tipo I y II de Paprosky, en los que el contacto de los implantes con el hueso huésped es mayor de 50%, la utilización de componentes acetabulares hemisféricos de metales porosos atornillados20,21 asociados o no a injerto o a aumentos de metal trabecular12,22, es suficiente para obtener un buena fijación primaria e integración biológica de los componentes. En el caso de los defectos acetabulares tipo IIIA y IIIB de Paprosky, en los que el stock óseo acetabular es inferior a 50%, son necesarios otros sistemas de fijación más estables4,12,14,23,24. De entre las múltiples opciones disponibles para el tratamiento de los defectos acetabulares mayores12,23, la elección en nuestro centro y objeto del presente estudio son los sistemas tipo Cup-Cage, que combinan un sistema de caja antiprotrusión que facilita la estabilidad primaria y un cotilo recubierto de metal trabecular que favorece la fijación biológica del implante. Asimismo, ha quedado demostrada su utilidad en caso de discontinuidad pélvica, actuando como fijación interna entre la hemipelvis superior e inferior4,12–14.
En nuestro estudio hemos objetivado una mejoría significativa de los resultados funcionales según el test de Merlé D’Aubigné Postel con una mejora de 7,5 puntos desde una media de 6,1 puntos en el preoperatorio a 13,6 puntos en el último control. Del mismo modo, Gallart et al.13 presenta también una mejoría significativa desde una puntuación media preoperatoria de 11,1 a 16,6 en el postoperatorio. La mayor puntuación pre y postoperatoria obtenida en el estudio de Gallart et al.13 puede ser explicada por la inclusión de defectos acetabulares tanto simples como complejos, siendo previsible una mejor situación clínica de los pacientes antes y después de la intervención. El propio autor expone en su trabajo que la única variable asociada con la necesidad de una nueva cirugía es el grado defecto acetabular previo. De un modo similar, en nuestro estudio hemos encontrado peores resultados funcionales en aquellos casos con un mayor grado de defecto acetabular.
En la misma línea, Steno et al. reporta una mejoría significativa de los resultados funcionales, únicamente evaluando los apartados de deambulación y dolor, con una puntuación media de 4,7/12 puntos preoperatorios a 9,8/12 puntos postoperatorios. Estos resultados son comparables a los presentados en nuestra serie si evaluamos los mismos apartados que Steno et al., obteniendo una mejora de una media de 3,9 a 8,9/12 puntos en el último control25.
En lo referente a los resultados radiológicos, al aplicar el método de Ranawat et al.17 obtuvimos una recuperación del centro de rotación de la cadera en 85,7% de los casos, similar a 79,4% obtenido por Abolghasemian et al.26 en un estudio sobre el uso de aumentos de metal trabecular asociado a los implantes Cup-Cages en el tratamiento de defectos acetabulares. Por su parte, Torres-Campos et al.27 presenta una restauración del centro de rotación en 61,19% mediante la utilización de un Anillo de Burch-Schneider asociado a injerto óseo. De acuerdo con la literatura disponible27, es de gran importancia la restauración del centro anatómico de la cadera tanto en artroplastia primaria como en revisión, ya que al reproducir la anatomía y biomecánica de la cadera nativa disminuyen los requerimientos sobre el implante, afectando positivamente tanto a los resultados funcionales como a la supervivencia de la prótesis.
Una de las principales ventajas de los sistemas Cup-Cage es su mayor osteointegración gracias a los metales trabeculares, ya sea tantalio o titanio trabecular. En esta dirección, Villanueva et al.28, en una revisión sobre el tratamiento de discontinuidades pélvicas concluye que la causa de aflojamiento de los implantes se debe más a un fallo en la integración biológica que a un problema de fijación primaria. Del mismo modo Beckmann et al.8 demuestra en revisión sistemática la superioridad del metal trabecular respecto a los sistemas antiprotrusión clásicos en todos los tipos de defectos acetabulares, pero especialmente en los de mayor gravedad (IIIA y IIIB de Paprosky) y en presencia de discontinuidad pélvica, mostrando menores tasas anuales de aflojamiento. En nuestra serie obtuvimos una tasa de aflojamiento del 5,7% con un seguimiento medio de cinco años, comparable con la literatura existente. Así es el caso de Banerjee et al.11 que publica en revisión sistemática tasas de aflojamiento aséptico de implantes de tantalio inferiores a 10% en estudios con seguimiento medio mayor de cinco años o Del Gaizo et al.29 que reporta tasas de aflojamiento de 2,7% con cinco años de seguimiento.
Registramos una tasa de complicaciones de 17,1%, siendo estas un caso de luxación, dos de aflojamiento aséptico y tres de infección superficial de la herida. Estos datos son comparables a los encontrados en la literatura como se muestra en la tabla 4.
Tabla resumen comparativa de nuestro estudio con otros publicados en la literatura
N | Edad media | Seguimiento (meses) | Defecto acetabular | Metal trabecular | Valoración funcional | Complicaciones | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Steno et al. (2014) | 80 | 68 | 38,14 | Simples 53 (65,4%)Complejos 28 (34,6%)IIIA 15 (18,6%)IIIB 13 (16%) | Titanio trabecular | Merlé pre/post (dolor y deambulación)Total 4,77/9,78 | Migraciones 3 (3,7%)Luxación 1 (1,2%)Rotura de implante 1 (1,2%) |
Gallart et al. (2016) | 67 | 70,7 | 30,5 | Simples 56 (77,8%)Complejos 16 (22,2%)IIIA 12 (16,7%)IIIB 4 (5,5%) | Titanio trabecular | Merlé pre/postDolor 3,6/5,7Movilidad 3,8/5,6Deambulación 3,7/5,3 | Luxaciones 3 (4,4%)Infecciones 3 (4,4%)Aflojamientos 2 (2,9%) |
De Meo et al. (2018) | 58 | 78,4 | 48,3 | Simples 40 (62,5%)Complejos 24 (37,5%)IIIA 15 (23,4%)IIIB 9 (14,1%) | Titanio trabecular | HHS pre/post 36,5/83,7 | Luxaciones 3 (5,1%)Infecciones 2 (3,4%)Aflojamiento 1 (1,7%) |
Jara et al. (2022) | 35 | 67,4 | 61 | Complejos 100%IIIA 20 (54%)IIIB 17 (46%)Disc. pélvica 5 (13,5%) | Titanio trabecular | Merlé pre/postDolor: Media 1,6/4,6; Mediana 1/5Movilidad: Media 2,2/4,7; Mediana 2/5Deambulación: Media 2,3/4,3; Mediana 2/5Total: Media 6,1/13,6; Mediana 6/14 | Luxación 1 (2,8%)Aflojamientos 2 (5,7%)Infecciones superficiales 3 (8,5%) |
N: Caderas incluidas en el estudio tras descartar las pérdidas de seguimiento por causas no relacionadas con la cirugía de revisión; HHS: Harris Hip Score; Merlé: Merlé D’Aubigné-Postel modificada; Pre: Preoperatoria; Post: Postoperatoria; Disc: Discontinuidad pélvica.
La complicación más frecuentemente registrada en nuestro estudio fue el aflojamiento aséptico en 5,7% de los casos. Como hemos comentado, ello es debido fundamentalmente al déficit de stock óseo que dificulta tanto la estabilidad primaria como la osteointegración posterior. Esta tasa presentada es ligeramente superior a la reportada por otros autores (tabla 4), pudiendo ser debido a que en nuestro trabajo se estudian únicamente defectos acetabulares complejos, al contrario que en lo presentado por los otros autores.
Por tanto, consideramos que dado que la cirugía de revisión acetabular en defectos óseo mayores se trata de una cirugía compleja y no exenta de complicaciones, debe ser realizada por cirujanos ortopédicos experimentados en cirugía de cadera y especialmente en el tratamiento de defectos óseos simples. En cuanto al implante acetabular utilizado en esta serie, pensamos que al tratarse de un sistema monobloque mejora la curva de aprendizaje respecto a los sistemas de cajas y cotilos independientes.
En cuanto a las limitaciones de nuestro artículo, en primer lugar se trata de un estudio retrospectivo descriptivo sujeto a las limitaciones que este tipo de estudios produce. Por otro lado sería preciso realizar un estudio comparativo entre los sistemas con titanio y tantalio trabeculares, así como entre los implantes tipo Cup-Cage y el resto de alternativas para lograr conclusiones de mayor valor. Además, creemos que es necesario la realización de estudios con periodos de seguimiento más largos para corroborar la utilidad de estos implantes a largo plazo. Por otro lado, se trata de una serie con pocos casos ya que únicamente se valoran pacientes con defectos acetabulares mayores. Sin embargo, cabe destacar que el presente trabajo se trata de una de las series con más casos de defectos acetabulares complejos disponibles en la literatura.
ConclusiónPor todo ello, teniendo en cuenta que la cirugía de revisión en defectos acetabulares mayores es técnicamente muy exigente, y analizando los datos obtenidos y comparándolos con lo publicado por otros autores, consideramos que la utilización de implantes tipo Cup-Cage de titanio trabecular podría constituir una opción válida en cirugía de revisión acetabular con defectos acetabulares complejos debido a su buena fijación primaria y osteointegración, presentando unos resultados satisfactorios clínico-radiológicos y en cuanto a complicaciones y supervivencia de los implantes a medio plazo.
Nivel de evidenciaNivel de evidencia IV.
FinanciaciónLos autores declaran no haber recibido ningún tipo de financiación para la realización de esta investigación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.
Aprobación del comité de éticaAprobado por el Comité Ético de Investigación con Medicamentos. Consorcio Hospital General de Valencia.